DarioMe despierto por el insoportable ruido de mi alarma, me estiro y decido pararme. Me quito el bóxer para quedar completamente desnudo, entro a la ducha y dejo caer el agua sobre mi cuerpo.Hoy tengo ganas de usar un traje negro con una camisa azul cielo.Al salir del baño, tomo el traje que tenía en mente y me dirijo hacia el comedor, donde una de las señoras del servicio me tiene mi acostumbrado plato de frutas servido.—Buenos días Irisa— digo al llegar.—Buenos días señor Dario, ¿cómo está?—Muy bien, ¿y usted?.—Bien, la señorita Natalia le mandó a decir que se fue temprano porque tenía algo que hacer antes de llegar a la empresa.—Está bien—es lo único que contesto.Irisa es una señora mayor, lleva años en casa, desde antes del fallecimiento de mis padres, crecí con ella, es como una madre para mí.Tomo el tenedor y llevo el primer trozo de manzana a mi boca, seguido de esto, tomo un poco de jugo de naranja. Mientras me desayuno, reviso mis redes sociales, salí en el periódi
NayleaSalgo de la empresa echando humo, no quería demostrarle a Darío que su comentario sobre como voy vestida me afectó, no entiendo como una persona puede tener tan poquito tacto, él sabe mi situación y aún así no duda ni por un segundo hacerme sentir mal.Decido ir a la casa de mi madre, mi mejor amiga me dejó dinero suficiente para tomar tomar dos taxis (uno para ir para la empresa y otro de vuelta) pero necesito ir por mi ropa y mis ahorros.—Taxi—grito alzando mis manos—TAXIIIIISe para en frente de mí, abro la puerta y me subo.—Gracias señor.—A la orden—contesta—ponga en el GPS la ubicación del lugar al que quiere ir—dice señalando una pantalla que está pegada en la parte de atrás de su asiento—al final del recorrido le saldrá el costo del viaje.Me relajo en el asiento, cierro los ojos, quiero descansar aunque estoy segura de que llegaremos pronto, la casa de mi madre no queda tan lejos.—Señorita, llegamos.Observo la pantalla y saco el dinero del bolso para pagarle.—Muc
Naylea- MiércolesEntro a la empresa con toda la seguridad del mundo, que en segundos se esfumina al detallar al personal de esta, todos se ven muy maduros y profesionales, creo que soy la más joven aquí.—Buenos días—le digo a la recepcionista.—Buenos días señorita, ¿qué se le ofrece?—responde amablemente.—Quiero saber donde se encuentra el área de recursos humanos, necesito pasar a recoger un contrato.—En el piso dos, tome el ascensor.—Gracias.Me dirijo al ascensor fascinada por el tamaño de esta empresa, es enorme, creo que nunca me cansaré de decirlo, me siento como la primera vez que entré. Rápidamente me arrepiento de estar de curiosa porque choco con una persona que trae unos papeles.—¡Ay, lo siento!—digo antes de agacharme a ayudarlo a recoger todo lo que dejó caer por mi culpa.—No hay problema—dirige su vista a mí, es precioso, tiene una recortada militar que queda perfecta con su tipo de cara, sus facciones son duras y su cuerpo, a pesar de llevar traje, se ve ejercit
No sé en qué momento me dejé convencer por Stheisy para venir a esta fiesta. Ella, Matias, su novia y yo, nos adentramos a la gran casa.—¡Chicos, vinieron!Veo a Kris acercarse de manera despreocupada con un vasito rojo plástico en su mano izquierda, lleva un short verde de baño.—Hola amigo—se dan un cálido apretón de mano, yo solo observo la escena.—¡Amanda volviste!, ¿cómo te fue?—Muy bien, los colombianos y sus comidas se robaron mi corazón—responde esta con emoción.—¡Naylea!— dirige su atención hacia mí—me alegra que estés aquí.Lo saludo un poco tímida, me arrepiento de haber venido, a juzgar por la cantidad de vehículos del parqueo, hay muchas personas.—Vengan, la fiesta es aquí atrás.Salimos al patio, es hermoso y espacioso, tiene una piscina, algunas mesas con sombrillas, sillas de playa y varias parrillas situadas en distintos lugares, al fondo se aprecia a ver un gazebo, distintos tipos de árboles, una pequeña cascada y muchas flores de distintos colores.Nos sentamos
Sthi no se tomó nada mal lo del viaje, al contrario, se ofreció a buscarme un departamento cerca de la zona, ya que cuando regrese, no podré quedarme en su casa, ellos no estarán. Las pocas cosas que pude sacar de casa las dejé guardadas en la de Natalia.Nos dirigimos al aeropuerto en silencio, ambas con el semblante caído, la extrañaré mucho, pero estoy segura de que las cosas mejorarán y pronto estaremos juntas riéndonos de todo esto. Es impresionante el giro que dió mi vida de un día a otro, el Lunes mi único problema era levantarme temprano para ir a la universidad, hoy estoy camino al viaje del trabajo que me dará de comer.Por otro lado, no he vuelto a hablar con mi madre, no entiendo cómo se pudo haber dejado consumir por el miedo de perder a su esposo, el miedo a estar ¿sola?, he intentado ignorar todo, de verdad que si, pero no puedo simplemente seguir y fingir que no sucedió; un gran vacío se implantó en mi corazón y duele... Duele no haber sido suficiente para ella.—Llega
Estamos camino al hotel, ya está anocheciendo y estoy exhausta. Solo quiero llegar, darme un buen baño, ponerme pijama y acostarme a dormir por tres días seguidos.—Señorita Naylea, cuando lleguemos, acompáñeme a mi suite, necesito ver sus notas— ruedo los ojos al ver que mi plan tiene interrupciones—estoy hablando con usted, ¿es sorda?—No jefe, estaba entretenida, no hay problema.—Pues, para la próxima, no se entretenga, no olvide que usted vino a trabajar.Llegamos al hotel y nos dirigimos a la suite del gruñón, como ya lo había imaginado, despampanante, digna de él. Se dirigió al baño y salió con ropa de dormir, ¡genial! Él si puede estar cómodo y yo aún en tacones y ropa de trabajo. Nos sentamos en los muebles.—Diga—me hace seña para que empiece a hablar.Tomo la tablet y con cuidado leo todo lo que escribí en la reunión. Veo su semblante endurecerse, justo cuando creo que me va a gritar y decir que hago todo mal, de su boca salen estas palabras:—Buen trabajo, anotó puntos cla
ViernesMe levanto súper cansada por todos los acontecimientos ocurridos en la madrugada, pero es tarde, tengo que levantarme y reportarme ante mi jefe para que sepa que estoy disponible, por si me necesita. Me deshago de mi pijama para dirigirme al baño, me encantaría quedarme en la tina un buen rato, pero no puedo, por lo que opto por abrir la ducha y dejar caer la lluvia artificial sobre mí; cierro los ojos al sentir el agua fría.Después de unos minutos de gloria, tengo que salir del baño y volver a mi realidad, me dirijo a mi maleta para buscar el atuendo de hoy. No he utilizado el closet de la habitación porque encuentro innecesario colgar ropa para estar tan pocos días, saco una falda roja pegada al cuerpo por encima de la rodilla, una blusa de mangas cortas con cuello tortuga y unos tacones de aguja.Salgo de la habitación y me dirijo a la de mi jefe, toco la puerta y espero su respuesta.—Buenos días— digo cuando diviso al hombre por el cual no pude dormir bien.Sale y sin de
DaríoLuego de comer y conversar con los compradores, ya estoy en el hotel, es temprano, faltan tres horas para la celebración, por lo que decido quitarme a mi asistente de encima diciéndole que podría irse a descansar. Me dirijo a mi suite, para así estar fresco para la noche, una persona como yo siempre debe lucir impecable. Entro y me despojo de mis pertenencias, tomo ropa de dormir limpia y me la pongo.—Jefe—escucho que tocan mi puerta—es James.Me levanto y me dirijo a la puerta, necesito saber si pudo completar el encargo de hoy. Lo dejo pasar mientras me acomodo en la pequeña sala de mi habitación, James llega a mi lado y lo observo con atención.—Todo salió mal, me engañó.—¿Qué?— lo observo incrédulo—¿Cómo te pudiste haber dejado engañar por esa mujer?—La fui a buscar como usted ordenó y le dije que me envió para comprarle todo lo que ella quisiera, que la única condición era que lo sucedido ayer quedara en el olvido, que no haga una controversia en los medios. Gastó tod