Hace acto de presencia mi progenitora, tiene una copa de vino la mano y pronto se sienta en el sofá.—Oh, lo escuché llorando. Menos mal ya ha dejado de hacerlo, mi niño hermoso... ¿come más ahora?—Sí. Así es. Hace puesto así porque tiene hambre. Ya sabes cómo es él, mamá.—Lo sé, es un pequeño que come mucho. Aunque también debemos tomar en cuenta que cada día está más grande y es bueno que se alimente bien —destaca, mirándolo con amor.Algo que debo confesar, es que mi mamá ha estado presente en mi vida, y la de mi pequeño desde que llegó a este mundo. Por lo que, pese a todo, debe agradecer que esté aquí, es solo que hay momentos en los que me gustaría estar sola. Pero el hecho de que ella esté presente, me agrada más.Vaya contradicción.—Mañana saldré, mamá. Iré con Ben al parque, creo que puedo hacer algo, no lo sé...—¿Te gustaría que fuera contigo? Porque para mí sería algo divertido, hacer algo diferente el día de mañana, quiero salir de la rutina, cariño.—No, ya será en otr
Tener que despertarme para ir a la universidad, debería ser ilegal interrumpir el sueño de los demás solo para estudiar a primera hora un montón de asignaturas que no entiendo, aunque me esfuerce por prestar atención en clases. Resignada me incorporo de la cama y arrastro mis pies descalzos por la alfombra roja que reviste el suelo de madera. Abro el grifo y enjuago mi boca luego de cepillar rápidamente mis dientes, no tengo tiempo para tener una buena higiene bucal en estos momentos, sin embargo me aseguro de que tampoco me apeste la boca. Ya es suficiente con los apodos que el imbécil de Warren suele gritar a todo pulmón cada vez que me ve pasar por su lado, cómo para darle otro motivo de meterse conmigo. Es tan inmaduro.Y para mi mala suerte, este año también compartiré clases con él, es como estar en el infierno. Recuerdo que en primero de secundaria le comentó a todos mis compañeros que ya era toda una señorita, ese día había tenido mi primer periodo y estuve todo el día encer
Salgo del aula de clases al igual que mis demás compañeros, me dispongo a ir a la cafetería por un almuerzo. Las últimas dos horas de clase fueron una completa tortura, el profesor Will es tan aburrido explicando que es inevitable no cabecear del sueño que causa su voz pausada. Agarro dos piezas de pollo, ensalada y puré de papa que la señora Samantha prepara. Cargo con mi bandeja de comida en busca de una mesa desocupada, pero antes de dar un paso siento un enorme cuerpo chocar con el mío haciendo que derrame toda la comida.—Lo siento, no me percaté de ti. Eres tan enana que cualquiera te pasa desapercibida —cierro los ojos intentado controlar mis ganas de propinarle mi puño en su rostro.—Warren —menciono lanzandole una mirada fulminante—. Eres un imbécil.—Oye, ¿Por qué me insultas? ya te dije que no te vi...—Pues deberías chequear tu vista —replico inclinándome al suelo para recoger el desastre de comida. Unos brazos masculinos toman entre sus manos la bandeja y bufo en respuest
De niña, mi padre me leía cuentos de princesas que eran rescatadas por príncipes azules. Recuerdo que imaginaba cada detalle relatado de la historia, creaba una película en mi cabeza de manera que podía vivir y sentirme parte de ella. Papá siempre se encargó de contarme de lo maravillosa que fue mi madre, cómo llegó a enamorarse perdidamente de ella y lo difícil que fue al dejarlo solo conmigo. Tenía cinco años cuando mamá falleció, la verdad no me acuerdo de muchas cosas, sin embargo lo que he escuchado de la mujer que me dio la vida me permite tener en la memoria aquellas anécdotas que no pude disfrutar en carne propia.Oír aquella historia del amor de mis progenitores, me hicieron tener altas expectativas a la hora de buscar a esa persona que fuera la correcta para mi, no creía en las almas gemelas ni mucho menos en las medias naranjas. De hecho, no espero que mi chico ideal sea perfecto, pero si que me demuestre que a pesar de los problemas que puedan surgir en el futuro, estaremo
—Bueno, no sé por dónde comenzar, pero lo haré desde el principio para que entiendas el contexto de todo —asiento recostando mi espalda de la silla, dispuesta a ayudarle—. Mis padres quieren comprometerme con una chica, incluso están preparando una reunión con sus allegados más cercanos. Sé que desean verme convertido en lo que ellos desean para mí, pero no es mi sueño estudiar lo mismo que mi padre, tengo otras metas distintas. No dejarán de insistir, y la verdad no quiero decepcionarlos con mi decisión, pero tampoco puedo hacer algo que no quiero. En fin, solo deberás ser mi novia delante de mi familia, si aceptas prometo devolverte el favor.Me quedo procesando cada palabra, de todo lo que pensé no me esperaba esto, imaginé que se trataba de otra cosa. Pero ahora comprendiendo lo que ha dicho, ¿quiere que sea su novia falsa?—¿Fingir un... noviazgo? —titubeo confundida.—Ajá. De esta manera mis padres no seguirán insistiendo en conseguirme pareja, o bueno, eso creo —no se le oye ta
AidanLanzo el móvil contra el sofá mullido que se encuentra cerca de la ventana. La mañana ha sido un fiasco, me he levantado con el pie izquierdo y de mal humor, no pude descansar anoche y eso sin duda aumenta mi irritación. Observo la ciudad por la ventana, dónde enormes rascacielos se aprecian desde lo alto. Mi despacho no es muy espacioso, comparado con el que tengo en casa, ese es mucho más amplio que este. Sin embargo, si algo los hace parecido es el orden y la pulcritud que hay en cada rincón del sitio. Desde joven he sido muy estricto con el tema de la limpieza, quizá se deba a mi obsesión por tener todo bajo orden. Si hay algo que más odio es tener mi lugar de trabajo echo un lío, por esa razón los de limpieza se encargan de mantener mi despacho como les ordeno.Tomo asiento en la silla y cruzo mis piernas una arriba de la otra, mientras desdoblo el periódico para leerlo. Suelo hacerlo todas las mañanas sin falta, se podría decir que es parte de mi rutina diaria, además del
—L-lo siento —se levanta y veo que agarra su móvil que ha caído a unos metros de nosotros, al igual que mi móvil.Me acerco a recogerlo y doy media vuelta entrando al restaurante. Siquiera entiendo como las personas no miran por dónde andan, están tan encerrados en su propia burbuja que olvidan el mundo donde viven. Si al menos se dieran cuenta de lo que los rodea, evitarían este tipo de incidentes. Pero no, lo más seguro es que esa muchacha torpe tuviera la mente distraía divagando en cualquier tontería, sin estar pendiente por dónde anda.Cierro la puerta tras mi espalda e ingreso a mi despacho en busca de las lleves de mi auto, pasaré al súper mercado por algunas cosas antes de regresar a casa. Aunque no suelo hacer las compras del hogar, ya que la ama de llaves se encarga de ello, el día de hoy he decidido darle el día libre para estar solo. No me toma mucho tiempo llegar al centro comercial, estaciono el auto y entro al local abastecido. Hago las compras rápido, ya que no hay muc
Abro los ojos desmesuradamente al darme cuenta de lo que he hecho, asustada me acerco al hombre desmayado en el suelo. Reviso su pulso para asegurarme de que siga con vida, y suspiro aliviada al sentir que aún respira. Pero debo hacer algo para que despierte, no puedo dejarlo allí tirado, sería malvado de mi parte huir luego de haberlo golpeado. Por lo que decido actuar antes que algún vecino cotilla malinterprete la situación, ya de por si es bastante complicada. Al menos agradezco que mi padre no regrese temprano a casa, me avisó que le había surgido algo y vendría más tarde. Así que tengo chance de resolver este pequeño incidente.Agarro los brazos del hombre arrastrándolo hasta el interior del living, lo coloco en el sofá empleando todas las fuerzas para poder subirlo allí.¿Y ahora qué hago? Piensa Eveline, piensa.Comienzo a dar vueltas de aquí para allá, tal vez le haga un agujero a la alfombra de tanto caminar, pero no sé cómo calmar mis nervios. Intento respirar profundamente