—Bueno, no sé por dónde comenzar, pero lo haré desde el principio para que entiendas el contexto de todo —asiento recostando mi espalda de la silla, dispuesta a ayudarle—. Mis padres quieren comprometerme con una chica, incluso están preparando una reunión con sus allegados más cercanos. Sé que desean verme convertido en lo que ellos desean para mí, pero no es mi sueño estudiar lo mismo que mi padre, tengo otras metas distintas. No dejarán de insistir, y la verdad no quiero decepcionarlos con mi decisión, pero tampoco puedo hacer algo que no quiero. En fin, solo deberás ser mi novia delante de mi familia, si aceptas prometo devolverte el favor.
Me quedo procesando cada palabra, de todo lo que pensé no me esperaba esto, imaginé que se trataba de otra cosa. Pero ahora comprendiendo lo que ha dicho, ¿quiere que sea su novia falsa?—¿Fingir un... noviazgo? —titubeo confundida.—Ajá. De esta manera mis padres no seguirán insistiendo en conseguirme pareja, o bueno, eso creo —no se le oye tan seguro—. Sin embargo, al menos tendré un descanso de ellas.Suspira como si pensar en aquellas muchachas fuera un total martirio.—Y ¿por qué yo? —frunce el ceño sin entender a qué me refiero—. Si tienes a un montón de chicas que darían lo que fuera por fingir ser tu novia, ¿por qué me has elegido a mi para ayudarte?No puedo evitar preguntarle. Y es que me parece extraño todo esto, aunque no voy a negar que estoy saltando de alegría al estar con el chico que me gusta. Siquiera sé cómo he logrado mantener la vista fija en él, no cuando se ve tan apuesto y varonil.—Eres diferente al resto —alzo la mirada y la poso en aquel par de ojos verdes.—¿Eh? —suelta una risita al percatarse de mi déficit de atención.—Te he elegido porque sé que no eres igual que las demás, es lo que llamó mi atención de ti —lo miro incrédula.No puedo creer lo que mis oídos han escuchado, esto sí que me ha tomado por sorpresa. Abro la boca para decir algo, pero la cierro de golpe al no saber que responder. Siento mi móvil vibrar en el bolsillo de mis vaqueros, lo saco y veo que se trata de papá.—Disculpa —digo antes de contestar la llamada—. ¿Sí?—Cariño, he ordenado pizza, ¿ya cenaste? —pregunta mi padre—. La he podido con extra de queso, cómo te gusta.Achico los ojos aunque él no me esté viendo, no es necesario ser inteligente para saber que es una excusa para que regrese a casa. Ya ha sucedido otras veces, el el mismo truco de siempre.—Papá, sé por dónde vienes —Lo escucho bufar.—Vale, solo quería ver cómo estabas —sonrío mientras llevo la vista hacia Luke, que está en la barra pidiendo la cuenta.—Estoy bien papá, en serio no tienes de qué preocuparte.—¿Segura que no...?—Que sí, regresaré pronto, guárdame pizza —digo finalizando la llamada.Luke se acerca a mí, me tiende un helado de chocolate que acepto gustosa. Decidimos salir de aquel sitio, caminamos por el muelle dando un último paseo antes de marcharnos. El clima es fresco a pesar de ser verano, por lo que algunas personas se encuentran cerca del lago con cañas de pescar. Es un ambiente diferente al de la ciudad, se respira aire limpio.—Antes de regresar, ¿al menos vas a pensarlo? —lo miro de manera furtiva.Guardo silencio unos minutos tomándome el tiempo para responder, aunque la verdad no es menester pensar en algo que tal vez sería una gran oportunidad para mí. O bueno, aún sabiendo que es falso.—Lo haré —digo al fin.—¿De verdad? —expresa sorprendido, no se esperaba eso y yo trago con dificultad—. Gracias.Sonrío forzado, no sé en lo que me estoy metiendo, pero al sentir los brazos de Luke envolverme en un abrazo, me olvido de todo. Siquiera me importa que se trate de una farsa, pues valdrá la pena mentir por él.AidanLanzo el móvil contra el sofá mullido que se encuentra cerca de la ventana. La mañana ha sido un fiasco, me he levantado con el pie izquierdo y de mal humor, no pude descansar anoche y eso sin duda aumenta mi irritación. Observo la ciudad por la ventana, dónde enormes rascacielos se aprecian desde lo alto. Mi despacho no es muy espacioso, comparado con el que tengo en casa, ese es mucho más amplio que este. Sin embargo, si algo los hace parecido es el orden y la pulcritud que hay en cada rincón del sitio. Desde joven he sido muy estricto con el tema de la limpieza, quizá se deba a mi obsesión por tener todo bajo orden. Si hay algo que más odio es tener mi lugar de trabajo echo un lío, por esa razón los de limpieza se encargan de mantener mi despacho como les ordeno.Tomo asiento en la silla y cruzo mis piernas una arriba de la otra, mientras desdoblo el periódico para leerlo. Suelo hacerlo todas las mañanas sin falta, se podría decir que es parte de mi rutina diaria, además del
—L-lo siento —se levanta y veo que agarra su móvil que ha caído a unos metros de nosotros, al igual que mi móvil.Me acerco a recogerlo y doy media vuelta entrando al restaurante. Siquiera entiendo como las personas no miran por dónde andan, están tan encerrados en su propia burbuja que olvidan el mundo donde viven. Si al menos se dieran cuenta de lo que los rodea, evitarían este tipo de incidentes. Pero no, lo más seguro es que esa muchacha torpe tuviera la mente distraía divagando en cualquier tontería, sin estar pendiente por dónde anda.Cierro la puerta tras mi espalda e ingreso a mi despacho en busca de las lleves de mi auto, pasaré al súper mercado por algunas cosas antes de regresar a casa. Aunque no suelo hacer las compras del hogar, ya que la ama de llaves se encarga de ello, el día de hoy he decidido darle el día libre para estar solo. No me toma mucho tiempo llegar al centro comercial, estaciono el auto y entro al local abastecido. Hago las compras rápido, ya que no hay muc
Abro los ojos desmesuradamente al darme cuenta de lo que he hecho, asustada me acerco al hombre desmayado en el suelo. Reviso su pulso para asegurarme de que siga con vida, y suspiro aliviada al sentir que aún respira. Pero debo hacer algo para que despierte, no puedo dejarlo allí tirado, sería malvado de mi parte huir luego de haberlo golpeado. Por lo que decido actuar antes que algún vecino cotilla malinterprete la situación, ya de por si es bastante complicada. Al menos agradezco que mi padre no regrese temprano a casa, me avisó que le había surgido algo y vendría más tarde. Así que tengo chance de resolver este pequeño incidente.Agarro los brazos del hombre arrastrándolo hasta el interior del living, lo coloco en el sofá empleando todas las fuerzas para poder subirlo allí.¿Y ahora qué hago? Piensa Eveline, piensa.Comienzo a dar vueltas de aquí para allá, tal vez le haga un agujero a la alfombra de tanto caminar, pero no sé cómo calmar mis nervios. Intento respirar profundamente
Corro de prisa por las calles abarrotadas de personas, la mañana es la hora donde la mayoría se dispone a ir a sus labores. Por lo que es difícil conseguir un puesto libre en el transporte público, que por cierto he perdido debido a mi estúpida alarma que no programé por culpa de mi desvelada noche. Después que Nora se marchó de casa, decidí disfrutar mi serie de Netflix que tenía tiempo sin ver. Pero resulta que no tengo autocontrol cuando se trata de mi pasatiempo favorito, tenía intención de solo ver dos capítulos y pues se convirtió en cinco capítulos más. Me sumergí en la pantalla sin percatarme del tiempo, y al darme cuenta de la hora ya era muy tarde. Por lo que no descansé lo suficiente y estoy segura que me pasará factura más tarde. A menos que consiga tres tazas de café para mantenerme despierta durante las cuatro horas de clases. Sin embargo, no puedo desviarme a la cafetería ya que tengo pocos minutos y aún así no creo llegar a tiempo a la universidad.Estoy por cruzar la
Siempre había pensado que la vida podía cambiar de la noche a la mañana, que en una fracción de segundos podían suceder muchas cosas. Un día estamos en lo alto y de repente hemos caído al suelo. Es como subirse a una montaña rusa, sabemos que habrá subida y bajada pero el sentirlas nos causa temor puesto que las sensaciones del momento son un poco desagradables. Quizá para algunos les resulte normal, pero en lo personal creo que me afecta en demasía. La incertidumbre de no saber qué pueda suceder más adelante, y no estar preparada para tantos cambios, eso sin duda me hizo ver qué a veces nuestro mundo está entero pero se derrumba en un abrir y cerrar de ojos.La muerte de mamá había sido un gran golpe para mí, que tan solo era un niña de ocho años. Pasé de ser un pequeña feliz y completa, a sentirme triste, sin ganas de seguir viviendo. Ya nada me parecía como antes, todo había cambiado y tenía miedo de no saber sobrellevar el vacío que me causó la muerte de mi madre.Después de llega
La cena estaba siendo agradable, los padres de Luke no se parecían en nada a como los describía los medios de comunicación que difundían información falsa, inventan más de la cuenta para crear rumores. Son personas común y corriente que solo desean ver triunfar a su hijo, por lo que estar fingiendo ser la novia de Luke me hizo sentir mal. Sin embargo, todo es por una buena causa.—¿Qué carrera estás estudiando? —pregunta el señor Radley, un abogado exitoso dueño de varios bufetes.Levanto la cabeza de mi comida y limpio la comisura de mis labios dejando el cubierto al lado del plato.—Literatura —respondo acomodando la servilleta en mi regazo.—Oh, execelente elección. Es una carrera muy buena —asiento de acuerdo—. Es importante tener claro que estudiar antes que llegue el momento, de lo contrario podrías elegir una con prisa pero al final no es lo que te apasiona.—Sí, así me dijo mi padre —comento.—Debe ser un hombre muy sabio, además que se puede notar la educación que te ha incul
POV. AidanLos días lluviosos me parecían tristes. Eran días con poca luz, dónde no se veía los rayos de sol, todo se volvía húmedo y frío. No entendía cómo a algunos les agradaba, en lo particular a mi no me gustaba ni un poco. Quizá se deba a mi temor a las tormentas, de niño recuerdo que solía esconderme entre las mantas cada vez que veía aparecer aquellos nubarrones en el cielo. Además que me encontraba solo en casa cuando eso sucedía, y debía controlar cualquier sensación que aquello me generaba. Aunque es cierto que había superado el temor a las tormentas, no entendía por qué seguía sintiéndome en estado alerta, cómo si de un peligro inminente se tratase al cambiar el clima.Por otro lado, no podía quedarme en casa mientras el tiempo pasaba y esperaba que la lluvia cesara. Me había levantado con el ánimo por el suelo, tenía semanas que no me sucedía, pero justo ocurría cuando necesitaba reunirme con una amiga de la infancia que ha quedado en verme en el restaurante que ha abiert
POV. Eveline—¡Papá, llegué! —grito entrando a casa y cerrando la puerta tras mi espalda.—Estoy en la cocina —le escucho decir, así que me encamino hacia allá.Sonrío contenta puesto que he sacado la calificación más alta en el examen, pero al ver el rostro de mi padre mi sonrisa se esfuma.—¿Qué sucede? —me acerco a la encimera dejando mi mochila en el taburete.—Cariño, debemos hablar —lo miro expectante, sintiendo mi corazón acelerarse al oír esas tres palabras.—¿Sí, qué ocurre?Se toma unos minutos antes de hablar, haciendo que mi ansiedad por querer saber de qué trata, aumenta de nivel.—No quería preocuparte, pero es necesario que estés al tanto de la situación en la que estamos —asiento tragando con dificultad—. Hace un tiempo para acá, he tenido que pagar parte de la deuda que tu madre dejó. Pero al no tener el dinero suficiente, tuve que ofrecerle a aquel hombre cualquier cosa que saldara la deuda, y llegamos a un acuerdo, que tendría que trabajar con él.—Oh, eso es genial