Abro los ojos desmesuradamente al darme cuenta de lo que he hecho, asustada me acerco al hombre desmayado en el suelo. Reviso su pulso para asegurarme de que siga con vida, y suspiro aliviada al sentir que aún respira. Pero debo hacer algo para que despierte, no puedo dejarlo allí tirado, sería malvado de mi parte huir luego de haberlo golpeado. Por lo que decido actuar antes que algún vecino cotilla malinterprete la situación, ya de por si es bastante complicada. Al menos agradezco que mi padre no regrese temprano a casa, me avisó que le había surgido algo y vendría más tarde. Así que tengo chance de resolver este pequeño incidente.Agarro los brazos del hombre arrastrándolo hasta el interior del living, lo coloco en el sofá empleando todas las fuerzas para poder subirlo allí.¿Y ahora qué hago? Piensa Eveline, piensa.Comienzo a dar vueltas de aquí para allá, tal vez le haga un agujero a la alfombra de tanto caminar, pero no sé cómo calmar mis nervios. Intento respirar profundamente
Corro de prisa por las calles abarrotadas de personas, la mañana es la hora donde la mayoría se dispone a ir a sus labores. Por lo que es difícil conseguir un puesto libre en el transporte público, que por cierto he perdido debido a mi estúpida alarma que no programé por culpa de mi desvelada noche. Después que Nora se marchó de casa, decidí disfrutar mi serie de Netflix que tenía tiempo sin ver. Pero resulta que no tengo autocontrol cuando se trata de mi pasatiempo favorito, tenía intención de solo ver dos capítulos y pues se convirtió en cinco capítulos más. Me sumergí en la pantalla sin percatarme del tiempo, y al darme cuenta de la hora ya era muy tarde. Por lo que no descansé lo suficiente y estoy segura que me pasará factura más tarde. A menos que consiga tres tazas de café para mantenerme despierta durante las cuatro horas de clases. Sin embargo, no puedo desviarme a la cafetería ya que tengo pocos minutos y aún así no creo llegar a tiempo a la universidad.Estoy por cruzar la
Siempre había pensado que la vida podía cambiar de la noche a la mañana, que en una fracción de segundos podían suceder muchas cosas. Un día estamos en lo alto y de repente hemos caído al suelo. Es como subirse a una montaña rusa, sabemos que habrá subida y bajada pero el sentirlas nos causa temor puesto que las sensaciones del momento son un poco desagradables. Quizá para algunos les resulte normal, pero en lo personal creo que me afecta en demasía. La incertidumbre de no saber qué pueda suceder más adelante, y no estar preparada para tantos cambios, eso sin duda me hizo ver qué a veces nuestro mundo está entero pero se derrumba en un abrir y cerrar de ojos.La muerte de mamá había sido un gran golpe para mí, que tan solo era un niña de ocho años. Pasé de ser un pequeña feliz y completa, a sentirme triste, sin ganas de seguir viviendo. Ya nada me parecía como antes, todo había cambiado y tenía miedo de no saber sobrellevar el vacío que me causó la muerte de mi madre.Después de llega
La cena estaba siendo agradable, los padres de Luke no se parecían en nada a como los describía los medios de comunicación que difundían información falsa, inventan más de la cuenta para crear rumores. Son personas común y corriente que solo desean ver triunfar a su hijo, por lo que estar fingiendo ser la novia de Luke me hizo sentir mal. Sin embargo, todo es por una buena causa.—¿Qué carrera estás estudiando? —pregunta el señor Radley, un abogado exitoso dueño de varios bufetes.Levanto la cabeza de mi comida y limpio la comisura de mis labios dejando el cubierto al lado del plato.—Literatura —respondo acomodando la servilleta en mi regazo.—Oh, execelente elección. Es una carrera muy buena —asiento de acuerdo—. Es importante tener claro que estudiar antes que llegue el momento, de lo contrario podrías elegir una con prisa pero al final no es lo que te apasiona.—Sí, así me dijo mi padre —comento.—Debe ser un hombre muy sabio, además que se puede notar la educación que te ha incul
POV. AidanLos días lluviosos me parecían tristes. Eran días con poca luz, dónde no se veía los rayos de sol, todo se volvía húmedo y frío. No entendía cómo a algunos les agradaba, en lo particular a mi no me gustaba ni un poco. Quizá se deba a mi temor a las tormentas, de niño recuerdo que solía esconderme entre las mantas cada vez que veía aparecer aquellos nubarrones en el cielo. Además que me encontraba solo en casa cuando eso sucedía, y debía controlar cualquier sensación que aquello me generaba. Aunque es cierto que había superado el temor a las tormentas, no entendía por qué seguía sintiéndome en estado alerta, cómo si de un peligro inminente se tratase al cambiar el clima.Por otro lado, no podía quedarme en casa mientras el tiempo pasaba y esperaba que la lluvia cesara. Me había levantado con el ánimo por el suelo, tenía semanas que no me sucedía, pero justo ocurría cuando necesitaba reunirme con una amiga de la infancia que ha quedado en verme en el restaurante que ha abiert
POV. Eveline—¡Papá, llegué! —grito entrando a casa y cerrando la puerta tras mi espalda.—Estoy en la cocina —le escucho decir, así que me encamino hacia allá.Sonrío contenta puesto que he sacado la calificación más alta en el examen, pero al ver el rostro de mi padre mi sonrisa se esfuma.—¿Qué sucede? —me acerco a la encimera dejando mi mochila en el taburete.—Cariño, debemos hablar —lo miro expectante, sintiendo mi corazón acelerarse al oír esas tres palabras.—¿Sí, qué ocurre?Se toma unos minutos antes de hablar, haciendo que mi ansiedad por querer saber de qué trata, aumenta de nivel.—No quería preocuparte, pero es necesario que estés al tanto de la situación en la que estamos —asiento tragando con dificultad—. Hace un tiempo para acá, he tenido que pagar parte de la deuda que tu madre dejó. Pero al no tener el dinero suficiente, tuve que ofrecerle a aquel hombre cualquier cosa que saldara la deuda, y llegamos a un acuerdo, que tendría que trabajar con él.—Oh, eso es genial
POV. AidanLos días lluviosos me parecían tristes. Eran días con poca luz, dónde no se veía los rayos de sol, todo se volvía húmedo y frío. No entendía cómo a algunos les agradaba, en lo particular a mi no me gustaba ni un poco. Quizá se deba a mi temor a las tormentas, de niño recuerdo que solía esconderme entre las mantas cada vez que veía aparecer aquellos nubarrones en el cielo. Además que me encontraba solo en casa cuando eso sucedía, y debía controlar cualquier sensación que aquello me generaba. Aunque es cierto que había superado el temor a las tormentas, no entendía por qué seguía sintiéndome en estado alerta, cómo si de un peligro inminente se tratase al cambiar el clima.Por otro lado, no podía quedarme en casa mientras el tiempo pasaba y esperaba que la lluvia cesara. Me había levantado con el ánimo por el suelo, tenía semanas que no me sucedía, pero justo ocurría cuando necesitaba reunirme con una amiga de la infancia que ha quedado en verme en el restaurante que ha abiert
POV. AidanCierro la puerta tras mi espalda e ingreso a mi cálido hogar, me despojo de la ropa y voy al baño por una ducha de agua fría. Hoy ha sido un día largo y agotador, comenzando con aquella jovencita malhumorada que no dejo de conseguirme. No entiendo en qué pensaba cuando me persiguió en el pasillo, ¿No leyó el letrero que decía "personal autorizado"?Es irritante.Minutos después salgo envuelto en una toalla enrollada a mis caderas. Me cambio por una ropa casual para salir a tomar aire fresco, se supone que hoy me quedaría en casa a descansar, pero me vendría bien salir con Álex a algún club.—Saldré un rato, ¿estarás bien sola? —le aviso a Leah que se encuentra leyendo en el sofá.Aparta la vista del libro y me mira.—¿A dónde vas? Si se puede saber —indaga escudriñando mi cuerpo.—A despejar mi mente —digo agarrando las llaves del auto—. Nos vemos más tarde.—¿Puedo ir contigo? —coloca ojos de cachorritos y sonrío al ver lo tierna que luce.—De acuerdo —no puedo decirle que