De niña, mi padre me leía cuentos de princesas que eran rescatadas por príncipes azules. Recuerdo que imaginaba cada detalle relatado de la historia, creaba una película en mi cabeza de manera que podía vivir y sentirme parte de ella. Papá siempre se encargó de contarme de lo maravillosa que fue mi madre, cómo llegó a enamorarse perdidamente de ella y lo difícil que fue al dejarlo solo conmigo. Tenía cinco años cuando mamá falleció, la verdad no me acuerdo de muchas cosas, sin embargo lo que he escuchado de la mujer que me dio la vida me permite tener en la memoria aquellas anécdotas que no pude disfrutar en carne propia.Oír aquella historia del amor de mis progenitores, me hicieron tener altas expectativas a la hora de buscar a esa persona que fuera la correcta para mi, no creía en las almas gemelas ni mucho menos en las medias naranjas. De hecho, no espero que mi chico ideal sea perfecto, pero si que me demuestre que a pesar de los problemas que puedan surgir en el futuro, estaremo
—Bueno, no sé por dónde comenzar, pero lo haré desde el principio para que entiendas el contexto de todo —asiento recostando mi espalda de la silla, dispuesta a ayudarle—. Mis padres quieren comprometerme con una chica, incluso están preparando una reunión con sus allegados más cercanos. Sé que desean verme convertido en lo que ellos desean para mí, pero no es mi sueño estudiar lo mismo que mi padre, tengo otras metas distintas. No dejarán de insistir, y la verdad no quiero decepcionarlos con mi decisión, pero tampoco puedo hacer algo que no quiero. En fin, solo deberás ser mi novia delante de mi familia, si aceptas prometo devolverte el favor.Me quedo procesando cada palabra, de todo lo que pensé no me esperaba esto, imaginé que se trataba de otra cosa. Pero ahora comprendiendo lo que ha dicho, ¿quiere que sea su novia falsa?—¿Fingir un... noviazgo? —titubeo confundida.—Ajá. De esta manera mis padres no seguirán insistiendo en conseguirme pareja, o bueno, eso creo —no se le oye ta
AidanLanzo el móvil contra el sofá mullido que se encuentra cerca de la ventana. La mañana ha sido un fiasco, me he levantado con el pie izquierdo y de mal humor, no pude descansar anoche y eso sin duda aumenta mi irritación. Observo la ciudad por la ventana, dónde enormes rascacielos se aprecian desde lo alto. Mi despacho no es muy espacioso, comparado con el que tengo en casa, ese es mucho más amplio que este. Sin embargo, si algo los hace parecido es el orden y la pulcritud que hay en cada rincón del sitio. Desde joven he sido muy estricto con el tema de la limpieza, quizá se deba a mi obsesión por tener todo bajo orden. Si hay algo que más odio es tener mi lugar de trabajo echo un lío, por esa razón los de limpieza se encargan de mantener mi despacho como les ordeno.Tomo asiento en la silla y cruzo mis piernas una arriba de la otra, mientras desdoblo el periódico para leerlo. Suelo hacerlo todas las mañanas sin falta, se podría decir que es parte de mi rutina diaria, además del
—L-lo siento —se levanta y veo que agarra su móvil que ha caído a unos metros de nosotros, al igual que mi móvil.Me acerco a recogerlo y doy media vuelta entrando al restaurante. Siquiera entiendo como las personas no miran por dónde andan, están tan encerrados en su propia burbuja que olvidan el mundo donde viven. Si al menos se dieran cuenta de lo que los rodea, evitarían este tipo de incidentes. Pero no, lo más seguro es que esa muchacha torpe tuviera la mente distraía divagando en cualquier tontería, sin estar pendiente por dónde anda.Cierro la puerta tras mi espalda e ingreso a mi despacho en busca de las lleves de mi auto, pasaré al súper mercado por algunas cosas antes de regresar a casa. Aunque no suelo hacer las compras del hogar, ya que la ama de llaves se encarga de ello, el día de hoy he decidido darle el día libre para estar solo. No me toma mucho tiempo llegar al centro comercial, estaciono el auto y entro al local abastecido. Hago las compras rápido, ya que no hay muc
Abro los ojos desmesuradamente al darme cuenta de lo que he hecho, asustada me acerco al hombre desmayado en el suelo. Reviso su pulso para asegurarme de que siga con vida, y suspiro aliviada al sentir que aún respira. Pero debo hacer algo para que despierte, no puedo dejarlo allí tirado, sería malvado de mi parte huir luego de haberlo golpeado. Por lo que decido actuar antes que algún vecino cotilla malinterprete la situación, ya de por si es bastante complicada. Al menos agradezco que mi padre no regrese temprano a casa, me avisó que le había surgido algo y vendría más tarde. Así que tengo chance de resolver este pequeño incidente.Agarro los brazos del hombre arrastrándolo hasta el interior del living, lo coloco en el sofá empleando todas las fuerzas para poder subirlo allí.¿Y ahora qué hago? Piensa Eveline, piensa.Comienzo a dar vueltas de aquí para allá, tal vez le haga un agujero a la alfombra de tanto caminar, pero no sé cómo calmar mis nervios. Intento respirar profundamente
Corro de prisa por las calles abarrotadas de personas, la mañana es la hora donde la mayoría se dispone a ir a sus labores. Por lo que es difícil conseguir un puesto libre en el transporte público, que por cierto he perdido debido a mi estúpida alarma que no programé por culpa de mi desvelada noche. Después que Nora se marchó de casa, decidí disfrutar mi serie de Netflix que tenía tiempo sin ver. Pero resulta que no tengo autocontrol cuando se trata de mi pasatiempo favorito, tenía intención de solo ver dos capítulos y pues se convirtió en cinco capítulos más. Me sumergí en la pantalla sin percatarme del tiempo, y al darme cuenta de la hora ya era muy tarde. Por lo que no descansé lo suficiente y estoy segura que me pasará factura más tarde. A menos que consiga tres tazas de café para mantenerme despierta durante las cuatro horas de clases. Sin embargo, no puedo desviarme a la cafetería ya que tengo pocos minutos y aún así no creo llegar a tiempo a la universidad.Estoy por cruzar la
Siempre había pensado que la vida podía cambiar de la noche a la mañana, que en una fracción de segundos podían suceder muchas cosas. Un día estamos en lo alto y de repente hemos caído al suelo. Es como subirse a una montaña rusa, sabemos que habrá subida y bajada pero el sentirlas nos causa temor puesto que las sensaciones del momento son un poco desagradables. Quizá para algunos les resulte normal, pero en lo personal creo que me afecta en demasía. La incertidumbre de no saber qué pueda suceder más adelante, y no estar preparada para tantos cambios, eso sin duda me hizo ver qué a veces nuestro mundo está entero pero se derrumba en un abrir y cerrar de ojos.La muerte de mamá había sido un gran golpe para mí, que tan solo era un niña de ocho años. Pasé de ser un pequeña feliz y completa, a sentirme triste, sin ganas de seguir viviendo. Ya nada me parecía como antes, todo había cambiado y tenía miedo de no saber sobrellevar el vacío que me causó la muerte de mi madre.Después de llega
La cena estaba siendo agradable, los padres de Luke no se parecían en nada a como los describía los medios de comunicación que difundían información falsa, inventan más de la cuenta para crear rumores. Son personas común y corriente que solo desean ver triunfar a su hijo, por lo que estar fingiendo ser la novia de Luke me hizo sentir mal. Sin embargo, todo es por una buena causa.—¿Qué carrera estás estudiando? —pregunta el señor Radley, un abogado exitoso dueño de varios bufetes.Levanto la cabeza de mi comida y limpio la comisura de mis labios dejando el cubierto al lado del plato.—Literatura —respondo acomodando la servilleta en mi regazo.—Oh, execelente elección. Es una carrera muy buena —asiento de acuerdo—. Es importante tener claro que estudiar antes que llegue el momento, de lo contrario podrías elegir una con prisa pero al final no es lo que te apasiona.—Sí, así me dijo mi padre —comento.—Debe ser un hombre muy sabio, además que se puede notar la educación que te ha incul