Franco
Desperté en una cama de hospital. La bala solo me hizo una herida superficial, la mala puntería de Diana me salvó. Cuando desperté pregunté por Sara. Entonces llamaron al médico.
-Su esposa está bien. Tuvo un desmayo, y por su estado decidimos dejarla en observación, pero ella como el bebé están bien.
-¿El bebé?
-¿No lo sabía? Felicidades, van a ser papás.
La noticia me cayó como agua fría, no estaba en nuestros planes inmediatos, pero eso podría ayudarnos a superar el mal rato que vivimos con los arranques de Diana.
Diana fue detenida, los cargos intento de homicidio, extorsión y otros delitos menores. Con sus antecedentes de salud, estaría inernada en un hospital de enfermos mentales un buen rato. Me dio mucha tristeza que hubiera terminado de ese modo.
Al poco tiempo, apareció su padre, Diana lo había mandado secuestrar para poder hacer de las suyas con total libertad, a veces no me da la cabeza para comprender las acciones de alguas persoas. Su padre hizo lo que pudo para ayudar a su hija pero no consiguió mucho, al parecer Diana no podría salir de aquella enfermedad.
Por otro lado, saber que mi suegra estaba recuperádose, que Alex no salió lastimado, que mi herida era superficial y mi Sari esta a bien y con un bebé en camino, no me dejaba otra mas que estar agradecido por lo bueno que nos daba la vida a pesar de las adversidades.
El director de la Universidad me ofreció el puesto de la dirección de eventos escolares. Por lo que volvimos a España a entregar nuestros puestos a los nuevos y volvimos a México, contentos de nuestra estancia e Madrid, que sin duda fue grato y los dos hubiéramos vuelto felices.
Después de instalarnos de nuevo en la capital, Sari consiguió entrar al departamento de Comunicación Social de rectoría, los jefes estaban contentos con su desempeño en España y a los pocos años consiguió ser la secretaria de desarrollo social universitario.
Mis padres se volvieron locos al enterarse que tendrían otro nieto o nieta. Papá buscó un departamento e la ciudad de México, para poder visitarnos con frecuencia.
Nuestro bebé, fue esperado y consentido, mi suegra se lo llevaba al vivero cuando necesitábamos de su ayuda, sin embargo el bebé fue el universitario más joven, pues también pasaba mucho tiempo con nosotros cuando las actividades lo permitían.
Sara
Fue horrible la angustia que pasé al ver sangrando a Franco después de aquel episodio en que Diana trató de hacernos daño. Cuando desperté en el hospital, la enfermera me dijo que todo estaría bien, pero nadie me daba información de nada.
Cuando mi hermano Alex y mi papá entraron a la habitación, me sonrieron con complicidad.
-¿Dónde está Franco?
-Está perfecto, fue una herida superficial, estará bien en unos días.
Suspiré aliviada, ahora ya solo necesitaba verlo y abrazarlo. Mi padre seguía co su cara chistosa y su sonrisa irónica.
-¿Mamá cómo está?
-Bien, está muy bien. No le hemos dicho nada de lo sucedido, solo las buenas noticias.- Y volvieron a verse con complicidad.
-¿De qué hablan?
-¿Por qué no me habías dicho que estás embarazada?- Soltó de repente.
-¿Embarazada? No tenía idea ¿de verdad estoy embarazada?
-Sí enena, dijo la doctora que tienes unas 6 semanas...
No supe que pensar ni que decir. Solo esperaba que la noticia le cayera bien a Franco.
Unas horas más tarde, apareció el ginecólogo, el amigo d emi padre. Me explicó que quería que estuviera en reposo absoluto un par de semanas, para prevenir un desprendimiento, pues los acontecimientos de los últimos días podrían pasar factura.
Les pedí que me llevaran a ver a Franco, pero mi padre me dijo que no. Yo estaba muy molesta. De proto, alguien llamó a la puerta. Era una enfermera, que llevaba en silla de ruedas a Franco.
Aliviada me emocioné, no me importó nada, me bajé de la cama y el se puso de pie y nos abrazamos.
-Felicidades Mio Cuore.
-¿Ya lo sabes?
-Por supuesto, me han informado de todo.
Unos meses después, Franco y yo estábamos de vuelta a vivir en México, yo tenía ya unos 5 meses de embarazo y un nuevo puesto en la universidad. Abriendo el nuevo camino a mi carrera de la política. Mi gran pasión.
Miocuorito, como le decimos a nuestro pequeño hijo, lo hemos llamado Marco, es travieso como su tío Alex, guapo como su padre y encantador como su madre.
Nuestras vidas han pasado por varios altibajos, hemos tenido buenas y malas rachas. Hemos caminado juntos y hemos tomado las decisiones que creemos han sido las mejores. Mi vida o es perfecta, pero desde la muerte de Carl, mi vida la vivo día a día. Y Franco cada mil días me invita a cenar a un lugar especial, donde podamos charlar y me dice que se tomó mil días para coquistarme, y por eso cada mil días, me invita a salir para reiniciar, pues comienza la nueva cuenta. Mil días para conocerme, mil días para hacerme feliz, y así sucesivamente.
FIN
Enfurecí porque se llevó mi amor Y tardé mucho tiempo en comprender, Que me dejó el tuyo. Pat Muñoz, Poemas de amor sin razón 7 de junio de 2008 Cayó del cuarto piso de un edificio en una borrachera. Yo lo vi caer, yo lo vi morir y casi muero con él. Sara Lo acompañé en la ambulancia. No tenía opción. Sus amigos estaban ebrios, ni con el accidente se les bajó la borrachera. Era mi último semestre de la universidad, nos habíamos dedicado a andar de fiesta en fiesta. Pensábamos que al graduarme debíamos madurar y ya no podríamos divertirnos con desenfreno. La vida nos cobró muy caro nuestro comportamiento. Desde la ambulancia llamé a mi padre. Él es médico neurocirujano, director general del Hospital Privado de Neurología. - ¡Tráiganlo ahora y cálmate
Sara Esas vacaciones fueron las peores de mi vida, ni siquiera me presento a la graduación. Busco a Leonardo,mi asesor de tesis, mismo que me ayuda arreglar mis papeles para viajar a Roma lo más pronto posible. Al fin decido marcharme sola y continuar con mi vida. Los padres de Carlos me retiraron el habla, su madre se disculpó diciendo que le recuerdo mucho a su hijo y eso le causaba mucho dolor. Como si le hubiera importado dejar su meditación para volver y ver a su hijo aún con vida. No soy nadie para juzgarlos ¡pero era su hijo por Dios!, los necesitaba más que nunca. En cuanto a la boda, le pido a mamá que se encargue de ello con la coordinadora que contratamos para hacer una cancelación formal, no deseo saber nada del asunto, ni mucho menos dar explicaciones por lo ocurrido. Los “amigos” de borrachera, ni siquiera se dignaron a ir al funeral. No eran nuestros amigos. Ni me molesto en buscarlos. Cobardes todos y todas.
Sara Roma es una ciudad peculiar. Como ciudad de primer mundo tiene todo, pero su “modus vivendi” puede ser más silvestre que cualquier país del tercer mundo. Me compré una moto, siempre quise una "Vespa", y Roma es la ciudad ideal para ello. Alejandro mi hermano se queda tres meses conmigo, él toma un curso de italiano, yo lo hablo bien, aunque el día a día en este país es distinto. Los italianos "parlare troppo in fretta" (hablan muy rápido). Alex mi hermano es mayor que yo. Por mucho tiempo no nos llevamos bien, pero me cuidaba, de lejos. Desde la partida de Carlos se desvivía por verme bien. El día que Carlos murió me dio un abrazo, creo que nunca nos habíamos abrazado con tanto cariño. "Te quiero Enana, cuenta conmigo siempre". Nunca lo sentí tan pendiente de mí como aquellos días. Nos perdonamos todos nuestros desplantes, mi drama personal de alguna manera nos había unido. Alex vuelve a México tras dejar
Franco 30 de diciembre de 2008 Cuando aterriza el avión en Roma, se me quita el frío solo de pensar que la veré. Fueron seis meses que me parecieron una eternidad. Conté los días para estar a su lado de nuevo. Al verla ahí, parada en aquel enorme lugar, con su hermoso abrigo, tapada hasta los dientes por el frío y esperando mi llegada, mi alma vuelve al cuerpo. Fueron segundos que me llenaron de felicidad. Acercarme a ella y poder abrazarla es lo mejor de todos estos meses de espera. No sé cuál será su reacción, en nuestros correos electrónicos le dejé ver que la extrañaba, y no solo como amiga. Su departamento es muy acogedor, me siento muy extraño, aunque ella me ofreció hospedaje y yo acepté, sin embargo no estoy totalmente cómodo. Tenerla cerca me endurece un poco el cerebro, pero debo ser cauteloso, no deseo asustarla, todo lo contrario, deseo que me ame como yo a ella.
El clima está helado, aun con el abrigo, guantes y gorro, siento frío. Esta mañana heló, amanecimos a ─1°C. Alrededor de la 1:30 de la tarde, veo a Franco a lo lejos, pasando el último registro. Me mira, sonríe y agita la mano mientras revisan el equipaje. Sonriente se acerca, nos damos un abrazo, de esos que son reconfortantes y llenos de emociones... y sin poder evitarlo me pongo a llorar. ─ ¿Qué pasa Sari? ─Es la emoción, ya sabes─. Le doy una débil sonrisa. ─ ¿Carlos? Le miro a los ojos y asiento moviendo la cabeza. ─Ya Sari, no pasa nada, vine a hacerte pasar un buen rato…─ me abraza de nuevo. Me gusta ese gesto y mucho. ─Lo sé, me encanta poder verte, anda vamos por un café que muero por platicar contigo. Lo tomo de la mano y lo llevo a tomar un taxi. Pasamos rápido por un café para llevar. Llegando a casa le muestro el departamento, lo acompaño a su habitación para que se instale. Después de refre
Sara Llegamos exhaustos a casa. Son las seis de la tarde. Susana se encuentra en el sofá dormida, noto como Franco se incomodaal verla, sé que tiene la intención de charlar a solas conmigo y pone cara de fastidio. ─Ven…─ lo tomo de la mano y lo llevo a la terraza. Hace algo de frío, pero está techada y eso ayuda. Nos sentamos en las cómodas sillas de bambú, permanecemos en silencio un rato. Desde que me confesó lo que siente por mí, se nos ha acabado el tema de conversación. Supongo que le estamos dando muchas vueltas al asunto. ─ ¿A qué hora debemos irnos? ─ pregunta resignada.
Sara Como es costumbre en las fiestas de año nuevo, gritamos de emoción, pedimos deseos y nos abrazamos unos a otros con singular afecto. Franco se encontraba cerca después de darle calurosos apapachos a mis amigos. Solo una sonrisa basta para que me derrita, se acerca a mí y me besa de nuevo. -Mio cuore… gracias por iniciar este año nuevo conmigo - ¿Mio cuore? Salimos como a las 2 de la madrugada del bar “Escopazzo”, alrededor de las 5 de la mañana abandonamos una de las plazas donde estuvimos charlando y brindando con un grupo de mexicanos que nos encontramos. Caminamos mucho, no pasaban taxis po
Sara Julio 20, 2011 (Un par de años después) Dejo mis maletas en la entrada de la puerta. Alejandro está advertido que no le avise a mis papás de mi llegada, deseo darles la sorpresa. La sorprendida soy yo cuando al prender la luz veo la sala de la casa adornada con globos de colores, un enorme "banner" que dice “Bienvenida”y algunos amigos y familiares gritando “¡Sorpresa! Mi madre sale de la multitud para darme un abrazo. En seguida mi hermano con mi padre y al fondo observo a Franco, tratando de pasar desapercibido. Lloro de la emoción y en cuanto puedo librarme del tumulto de amistades voy en busca