-¡Eres el descaro hecho hombre!- Su cabeza es un hervidero y de su boca salen frases hirientes.
Con los ojos llorosos Augusto Martínez,su esposo la mira fijamente y justifica lo inaceptable.
—Yo cuidé de tí cuando tus padres se largaron a viajar por el mundo,velé por tí a diario y te dí dos hijos maravillosos.
-Ahora tengo que agradecer que me hayas hecho tuya mientras estaba en coma,¿qué clase de hombre eres?-Bufó Valentina Sánchez-.¡Eres un pervertido!
–Eres mi esposa,me perteneces y por lo tanto tengo derecho a poseer tu cuerpo.
No eres mi dueño, además fue sin mi consentimiento.Yo era virgen y recuerdo en forma clara que ambos acordamos que nuestra primera vez sería especial.
—Lo hice por amor.Yo te amo,además estaba sufriendo y canalice todo mi amor en esas noches en las que te hice mía.
A medida que Augusto hablaba el rostro de ella se tensaba,una mezcla de ira y dolor se reflejaba en sus ojos.
—¡Eres un desgraciado!,se supone que la primera vez de una mujer queda entre sus buenos recuerdos y la llegada de los hijos es el momento más supremo,tú me has robado cosas que no podré recuperar jamás.
Él se acercó a Valentina con intención de darle un abrazo y la joven lo empujó ,el hombre cayó sentado y no se levantó.
—No te denunció porque eres el padre de mis hijos,en adelante no quiero que me toques,estoy sola en esta ciudad en cuanto tenga un empleo y mi estabilidad económica me largo con mis hijos y te voy a quitar la custodia.
-¿Qué es lo que te molesta?,¿acaso no me amas?
-¡Por Dios santo!-. Ella alisa sus cabellos revueltos,con las manos y en un impulso se quitó el zapato y le dio por la espalda mientras lo insultaba.
—¡Te odio!,¡nunca te perdonaré!,es el colmo despertar forzada y parida. Y lo peor de todo es que no lo disfruté.
–¡Hablas cómo una pérdida!
Ella agitó las manos y lo mira con mucha ira–.¡Pérdida está tu conciencia!
Valentina dio un portazo y se marchó llorosa,cegada de la rabia que la consumía.
Dos años atrás:
-¡Ay amiga!,¿no lo han hecho todavía?- preguntó Isa con su habitual modernismo.
-Yo me estoy guardando para mí noche de bodas-.Su rostro se sonrojó un poco.
Valentina se encontraba envuelta en la celebración de su despedida de soltera.
Junto a ella estaban sus queridas amigas, dispuestas a hacer de esa noche un recuerdo imborrable. El lugar escogido para la ocasión era el acogedor departamento de Isa, quien cumplía el importante rol de ser su dama de honor.
Entre risas y susurros cómplices, las mujeres comenzaron a bromear sobre lo que le deparaba a Valentina en su próxima vida de casada.
Mientras algunas sugerían ideas risueñas y juguetonas, la joven novia se ruborizaba al imaginar lo que sería su noche de bodas. Sin embargo, algo en particular hizo que su rostro se tornara aún más sonrosado y sus ojos se abrieran con sorpresa.
En ese preciso instante, un inesperado golpe en la puerta interrumpió la conversación animada que las envolvía. Al abrirla, se reveló la presencia de un atractivo stripper,vestido de policía y le colocó las esposas a Valentina ante las miradas lujuriosas de sus amigas.
-¡Papacito!-Gritó una de las chicas y las demás la acompañaron en el relajo.
Con movimientos sensuales y provocativos, el joven bailarín acaparó la atención de las presentes, entregando su cuerpo al ritmo de la música que resonaba en la habitación.
Valentina, con su inocencia y candidez a flor de piel, se vio envuelta en una situación totalmente inesperada. Al ser esposada a una silla por las manos expertas del stripper, su rubor se intensificó y su corazón latía con fuerza. Las risas divertidas de sus amigas resonaban en el ambiente, creando un cóctel de emociones entre la vergüenza y la diversión.
—No gracias,dijo volteando la cara,mientras él guiaba la mano de ella a su paquete.
En otro rincón de la ciudad, Augusto se encontraba disfrutando de una noche diferente. En compañía de sus amigos, decidió adentrarse en una discoteca repleta de luces brillantes y música vibrante. En el centro del escenario, una bailarina exótica desplegaba su arte con elegancia y sensualidad, atrayendo las miradas curiosas de los presentes.
-Tu última noche de soltero-. Bromeó Lorenzo su padrino de bodas.
-Mi novia es más linda que esa bailarina,con gusto dejaré la soltería atrás.
La danza de la joven stripper envolvía a Augusto en un torbellino de emociones. Su movimiento exquisito y su expresión seductora lograron captar su atención de forma irremediable. Con cada giro y cada paso, la bailarina exótica encendia el deseo de los presentes,incluyendo a Augusto que sintió la chispa de la pasión en su corazón quedando cautivado por su arte,al menos así parecía.
Tras el intenso baile de la bailarina exótica en la discoteca, Augusto se vio sorprendido por una propuesta inesperada. Esa mujer seductora se acercó a él con una sonrisa sugerente y le ofreció la posibilidad de continuar la velada en un cuarto privado. Intrigado por la propuesta y sintiéndose tentado por la adrenalina del momento, Augusto siguió a la mujer hacia la habitación reservada.
-¡Ese es mi amigo!-celebró Lorenzo y los demás corearon.
Una vez dentro del cuarto, el silencio se apoderó del ambiente, interrumpido solo por el suave murmullo de la música que se filtraba desde la discoteca. La mujer se acercó a Augusto con gestos sugerentes, tratando de seducirlo con sus encantos y su mirada penetrante. Sin embargo, en un gesto inesperado, él se apartó y se negó a corresponder a sus avances.
-¡Lo siento!, pero no estoy interesado en nada más allá de una conversación - .Dijo Augusto con determinación, rechazando la insinuación de la mujer. Ante su negativa, ella suspiró levemente.
Él extendió un fajo de billetes, instándole a aceptar el dinero como agradecimiento por el tiempo compartido.
—¡Toma este dinero, nada más quiero hablar! Me caso en dos días y quiero ser fiel a Valentina—.Explicó Augusto con sinceridad, mostrando su compromiso con su próxima boda. La mujer asintió con entendimiento, aceptando su decisión con una sonrisa enigmática.
Al sentarse juntos en el borde de la cama, la chica fijó su mirada en Augusto y le dijo con voz suave:
—Ella es afortunada. Muchas buscan lo que tiene tu novia y pocas valoran lo que encuentran. Tu fidelidad es un tesoro que no tiene precio.
—Fue un placer hablar contigo,ya pasó media hora,voy a salir a ver si mis amigos todavía están aquí.
La mujer se despeinó y se quitó el labial para salir antes que el joven,no sin antes guiñarle un ojo.
-¿Qué hora es?-.Preguntó Augusto.-Dos minutos más desde la última vez.-Bromeó don Augusto Martínez,el padre del novio.La ceremonia de la boda estuvo llena de elegancia y solemnidad. Los invitados aguardaban la llegada de la novia con expectación era considerada la boda de la década y sellaría la unión de los Sánchez y los Martínez dos prominentes familias de Miami.Augusto esperaba al pie del altar con su impecable frac azul celeste y una flor blanca en la solapa.El señor Martínez notó los nervios de su hijo que movía mucho el pie derecho—. Paciencia, hijo todas las novias tardan,tu madre me hizo esperar dos horas.—Ya debería haber llegado.—¡Esa mujer es tuya!,elegiste la más hermosa y lo mejor de todo es que vamos a ser socios de las empresas Sánchez.Augusto movió la cabeza y no dijo nada,su padre sólo pensaba en dinero.Él en cambio estaba tan enamorado de ella que todo su cuerpo temblaba al tenerla cerca,de las novias que había tenido ella era la única mujer a la que había resp
—Es triste,pero no puedo dejar que tu vida se consuma al lado de una mujer en estado vegetativo,ya oíste a los médicos,las esperanzas son remotas.-Masculló el padre de Augusto.-No la pienso abandonar, hice mis votos matrimoniales de corazón,hasta que la muerte nos separe.-El rostro del joven denotaba dolor profundo.Don Augusto Martínez miraba a su hijo, Augusto Junior, con una expresión de preocupación y templanza en su rostro. El joven, por su parte, parecía sumido en un profundo dolor tras las duras palabras de su padre. Ambos observaban desde la distancia a los padres de Valentina, cuyas miradas angustiadas y rostros marcados por la tristeza reflejaban el abismo de su desolación.-¡Eres joven!,podemos anular ese matrimonio y te busco una esposa millonaria,¡piénsalo!,ahora no lo ves así, luego ella será un peso muerto sobre tus espaldas.La ambición del millonario se dejaba ver en sus palabras, era obvio que había comprometido a su hijo con Valentina por interés.—Padre, no pue
La vida de Augusto se encontraba en medio de una tormenta emocional. Su esposa yacía en estado de coma sin esperanzas de parte de los médicos.El joven luchaba por mantener la esperanza y la fe en la recuperación de su amada, la situación se volvía aún más complicada debido a la falta de apoyo.Por un lado, los padres de Valentina habían decidido dejar el país en busca de una nueva vida, dejando atrás a su hija en un hospital en coma. Por otro lado, los padres de Augusto, en lugar de ofrecerle consuelo y aliento en estos momentos tan difíciles, parecían sembrar dudas en la mente de su hijo. Insistían en que Valentina nunca despertaría y que lo mejor sería desconectarla.A pesar de todo, Augusto se aferraba a la convicción de que Valentina se levantaría de esa cama. Cada día, permanecía a su lado, sosteniendo su mano con firmeza, transmitiendo palabras de amor y esperanza. -Mi bella durmiente, aquí estoy un día más a tu lado,tienes que volver,tengo tantas ganas de tenerte en mis b
-¡Despierta mi amor!,te necesito.En días cómo hoy siento un gran vacío.- Masculló el hombre ahogando sus lágrimas para evitar a toda costa que salieran a la superficie.Valentina lucía pálida y hermosa al mismo tiempo,con un lindo vestido que le había colocado Adelaida,ese día era el cumpleaños número veintiuno de la joven y Augusto acordó con la enfermera festejar a Valentina.Adelaida había bajado a la cocina a buscar la tarta de cumpleaños,ella era la única persona que no miraba a Augusto como los demás que creían que el joven estaba loco o le faltaba un tornillo.Augusto había permanecido algo pensativo durante días,de no ser por su trabajo y el apoyo de Adelaida hubiese enloquecido,cuando le ordenó a ella preparar una fiesta para Valentina pensó que lo iba a considerar algo tonto e innecesario,no obstante la señora lo secundó.La habitación estaba decorada con globos de colores y un número veintiuno en material de plástico dorado,con un gran letrero que decía:”Feliz cumpleaños
-Te veo en la tarde mi amor.-Masculló con ternura mientras se inclinaba para besar los labios de Valentina buscando consuelo en un beso que ella no podía devolverle.Entre susurros rotos, Augusto le encargaba a la enfermera el cuidado de su esposa.-Me la cuidas,no la dejes sola.-No se preocupe señor,yo no me apartaré de su lado-Respondió Adelaida con voz serena.Augusto le dio un último vistazo a la enferma, Valentina en su estado inmóvil, se veía tan preciosa como siempre, aunque su rostro pálido revelaba la dura realidad de su situación.-¡La extraño tanto!,no sabes el dolor que siento de dejarla para ir a la empresa-.La desolación se hacía presente en sus palabras.La enfermera, con gestos de compasión y tranquilidad, asintió al oír el comentario de Augusto, tratando de transmitirle algo de calma en medio de la tormenta emocional le dijo-.Vaya tranquilo,yo la cuido.Augusto, con el peso del dolor cargando sobre sus hombros, giró su cuerpo con pies pesados y encaminó sus pasos
Los párpados de Augusto se cerraban de sueño,bostezó y levantó los brazos para estirarse un poco, se vio en la obligación de levantarse antes de que Adelaida llegara a la mansión.Una sonrisa de satisfacción se reflejó en su rostro aún somnoliento,el agua tibia de la ducha le espantó el sueño,salió en bata de baño silbando una tonada.-¡Es un día hermoso!, ¿no crees,Adelaida?La discreta empleada que iba subiendo la escalera se apartó para darle paso al patrón y lo miró con gesto de rareza.-Buen día,señor Martínez.Me alegra verlo de excelente humor.-¿Qué más queda?, tengo que estar en pie de lucha,Valentina sólo me tiene a mí,por cierto colócale un lindo vestido y la maquillas un poco.-Cómo ordene señor-.La mujer siguió a la habitación de Valentina y murmuró entre dientes-¿a este que mosca le picó?,ayer nada más andaban sus ánimos por el subsuelo y hoy de los más contento,¡Ay Dios!,no se le vaya a correr la teja a mi patrón.La enfermera sigue en sus labores de atender a la pac
Los cambios en el cuerpo de la joven no pasaron desapercibidos por Adelaida, ya habían transcurrido ocho semanas de lo sucedido.Augusto entró muy risueño a despedirse de Valentina,depositó un beso en sus labios y acarició su cabello.La enfermera se armó de valor para hablar con Augusto,sabía que él detestaba la intromisión,más era necesario hacerlo.-Señor Augusto.Algo no anda bien con la señora Valentina-.Trató de hablar con calma.-No me asustes, mujer.¿Qué pasa con mi esposa?-Su período menstrual no bajó este mes.Mire sus senos,están más abultados y su cadera más ancha,todos las señales de una mujer embarazada-.Lo miró a los ojos esperando que la regañara.-¡Voy a ser padre!-Expresó con alegría sin dar importancia al comentario de Adelaida.-¡Por Dios!,¿qué ha hecho?-Esbozó la mujer con indignación.-No es de tu incumbencia,ella es mi mujer y además te recuerdo que firmaste un acuerdo de confidencialidad,nadie más que el doctor debe saber de su estado.La mujer hizo silencio y s
-¿Qué rayos hacen aquí?-.Una vena abultada por el enojo cruzaba su frente.Eran sus padres, se habían dignado a visitar a Valentina. -Eres mi hijo y aunque no aprobemos tu conducta, estamos aquí para ayudarte a ver las cosas con claridad, a mí no me vas a golpear cómo a tu padre.-Criticó doña Isabel mientras que el señor Martínez permanecía callado.-No debí golpear a mi padre y él no tenía que insultar a mi esposa de la forma que lo hizo.La expresión de los señores Martinez era frívola.Don Augusto con una sonrisa cruel le dijo a su hijo:-Si no me haces caso a mí,al menos escucha a tu madre.-¡Hablen rápido!,no tengo todo el día para perderlo con ustedes,mi mujer y mis hijos me necesitan,ahora en vez de una tengo tres razones para ser fuerte,van a ser abuelos,Valentina espera gemelos.La señora Isabella era más cruel que don Augusto,sus palabras abofetearon a su hijo.-Sí,ya me enteré.¿Qué locura es esa?,preñaste a un cadáver viviente,¡eres un pervertido!La atmósfera se tornó te