No estaba molesto,no obstante se sentía frustrado por la actitud de sus padres,le dieron la espalda cuando más les necesitaba.-Me cuesta mucho entender esa frivolidad de la que hacen gala,¿es que no hay una pizca de humanidad en ellos.-Masculló en la soledad de su habitación.Augusto hasta llegó a pensar que era adoptado y que por sus venas no corría sangre de esas dos personas,no se parecía en nada a sus padres en cuanto a la forma de ser.Ellos sólo estaban pendientes del dinero y las apariencias,la frivolidad de sus vidas le daba repugnancia.Era obvio que el cariño que ellos habían profesado por Valentina en el pasado era mera hipocresía,sólo buscaban emparentar con los Sánchez por la inmensa fortuna de esa familia,cosa que a Augusto nunca le importó desde que conoció a Valentina la amo cómo a nadie.Fue amor a primera vista y los señores Martinez lo auparon en su momento.Ahora ignoraban los sentimientos de Augusto y trataban de controlar su vida.Esas actitudes habían creado
-Necesito que cuides a mi esposa mientras voy a casa de mis padres,hay un asunto que tengo que resolver y no admite compás de espera-.Estaba terminando su desayuno,en su ojos se notaba la rabia que sentía.La mujer asintió sin pedir explicaciones o preguntar a dónde iba.Era una empleada de confianza muy discreta.Augusto subió a su auto deportivo y se fue directo a la mansión de sus padres.Al estacionar su auto pudo ver que el vehículo de la familia se estacionaba cerca del suyo.El chófer abrió la puerta,era Shelly la que se bajaba con mucha elegancia ella se acercó para saludar.Augusto dudó de porqué estaba allí,lo más seguro es que Shelly se haría ilusiones y eso le traería más problemas.Sin embargo quería tomar al toro por los cuernos y dejar las cosas claras.Shelly le sonrió y hasta le guiñó un ojo de forma sensual.—¡Hola Augusto!Al oírla susurrar su nombre sintió escalofríos en su cuerpo.Ella se acercó a darle un beso en los labios y el hombre esquivó la cara y aún así se
Don Augusto Martínez se encontraba sentado en su estudio,pasando la rabieta que había agarrado con su hijo.La señora Isabella se había encerrado en su habitación molesta con su marido,por la dureza con que había tratado al hijo de ambos.Las manos del millonario sacaron una pequeña y fina caja de madera de la gaveta de su escritorio,la abrió y sacó un habano,aspiró su olor sin atreverse a encenderlo.—Vas a quedarte parada en la puerta,termina de pasar - Gruñó con voz ronca, regresó el habano a su caja y sirvió un par de Whiskys.Shelly lo miró de forma coqueta,el padre de Augusto tenía su atractivo.-Sé que no es el momento indicado,pero tenemos que hablar - .Confesó Shelly mordiéndose el labio inferior.-Deja los rodeos y dime de una vez.-Su mal humor era evidente,el rictus de amargura desapareció de su labios.Había visto a Shelly cruzarse de piernas y luego descruzar para mostrar de forma provocativa que no tenía nada debajo de la diminuta minifalda.-¡Oh Shelly!-.Susurró sonroj
-¡Mi amor despierta!,hoy es el cumpleaños de nuestros hijos-.Le susurraba al oído de Valentina. Augusto tenía en sus brazos a Mateo y la señora Isabel a Lucas.Los sentaron por un lado de la cama de su madre. Habían pasado ya tres años y medio años desde el fatídico accidente que dejó a Valentina en ese profundo coma. En medio de aquella situación tan triste y desgarradora, Augusto se había convertido en madre y padre de los niños. Con la ayuda de su madre y la señora Adelaida el joven se aseguraba de que Mateo y Lucas tuvieran contacto regular con su madre, llevándolos religiosamente cada día a contemplar a Valentina que parecía a la bella durmiente.La señora Isabella se había apegado a sus nietos y deseaba tanto como su hijo que Valentina despertara.-Señores,llegó el pastel-Dijo Adelaida mientras lo colocaba en la mesita y encendía un par de velas.-Graba todo,Adelaida.Quiero documentar cada momento especial en la vida de mis hijos,tengo fe en que mi mujer se va a levantar
Valentina abrió lentamente los ojos en la penumbra de la habitación.Su mente parecía aún perdida entre la neblina de esos recuerdos vagos de su vida.Observó a su esposo Augusto cerca de ella, viendo su rostro preocupado y amoroso. Intentó recordar lo último que había pasado, pero todo parecía difuso y lejano.-Mi amor,me siento diferente,como si fuese una extraña en mi propia casa.Hay algo que no entiendo,¿por qué mis padres me dejaron sola en ese estado?Augusto la miró con ternura y se acercó más a su lado, tomándole la mano suavemente. -Tus padres perdieron las esperanzas de verte con vida,mi amor.La persona más importante que tiene que estar a tu lado soy yo,tu familia soy yo y nuestros hijos-.susurró con voz cariñosa. Valentina parpadeó tratando de asimilar esas palabras . -Cuando los tengamos,eso lo tengo claro,lo que te digo es que se ve muy feo que la familia no te apoye cuando más lo necesites.La chica intentó incorporarse, pero un mareo la hizo retroceder,su marido la
-Buenos días,señora Valentina le traje el desayuno-.Adelaida colocó la bandeja a un lado.-Gracias Adelaida-.Su rostro mostró sorpresa al ver a un par de niños correr hacia ella.-Mamí-Dijeron Mateo y Lucas al mismo tiempo mientras se recostaban en el regazo de su madre y le acariciaban el rostro,cómo lo hacían siempre sólo que está vez su madre les podía ver.-¡Ay Dios mio!,el señor Augusto me va a echar,disculpe señora.Adelaida mostró cara de preocupación, había sido un descuido suyo,los niños irrumpieron de repente sin que se pudiera hacer nada para evitar que Valentina los viera. Adelaida, con un gesto de sorpresa en su rostro, observó cómo los pequeños se acurrucaban en la cama de Valentina con emoción desbordante.-¡Mamá! ¡se despertó!", exclamó uno de los niños, mientras el otro revoloteaba por la habitación con un juguete en la mano.Valentina, con una mezcla de confusión y cariño, se incorporó lentamente y se dirigió a los pequeños. -¿Mamá? ¿De quién son estos niños?-murmu
-Este fue uno de los días más felices de mi vida-.Exclamó con un dejo de tristeza.Augusto, se encontraba en la sala revisando algunas fotografías del álbum matrimonial.Valentina, por su parte, estaba absorta en las páginas de una novela, sumergida en un mar de emociones y palabras que se encontraban atrapadas en su garganta quería decirle a su esposo lo mal que se sentía por él secreto que le escondía.-¡Sí lo imagino!,tal vez has tenido muchos momentos maravillosos-Acentuó la última palabra.-Tengo que verificar algunas transacciones ahora que me acuerdo.Augusto, con la mirada fija en la pantalla de su portátil, se dio cuenta de que algo no estaba bien en la atmósfera de la casa. Un silencio tenso envolvía la estancia, interrumpido solamente por el tic-tac del reloj de pared.-¡Valentina! -.Pronunció su nombre con suave calidez, tratando de derretir la capa de hielo que se había formado entre ellos últimamente.Ella levantó la vista de su libro, sus ojos reflejaban una mezc
-Te ves tan linda cuando duermes,aunque despierta eres una fiera. Augusto se encontraba sentado en el borde de la cama, observando a Valentina dormir plácidamente. Una luz tenue se filtraba por la ventana, iluminando su rostro angelical de la joven.Con pesar reflejado en su rostro,luchaba con sus preocupaciones,lo peor de todo era que la conciencia le pesaba,allí permaneció inmóvil con el corazón latiendo con fuerza en su pecho mientras luchaba con la difícil decisión que había estado postergando y que ya no daba compás de espera."Quizás mi madre tenga razón" .-susurró Augusto en un suspiro apenas audible, como si temiera romper la paz del sueño de Valentina."Quizás no pueda retrasar lo inevitable". Amaba a Valentina más de lo que creía ser capaz, pero también temía perderla irremediablemente si revelaba la verdad que había estado ocultando.Se preguntaba a sí mismo si era realmente un cobarde por preferir el desprecio de Valentina a la posibilidad de perder su amor.Se sentía a