6- Eres mía.

-Te veo en la tarde mi amor.-Masculló con ternura mientras  se inclinaba para besar los labios de Valentina buscando consuelo en un beso que ella  no podía devolverle.

Entre susurros rotos, Augusto le encargaba a la enfermera el cuidado de su  esposa.

-Me la cuidas,no la dejes sola.

-No se preocupe señor,yo no me apartaré de su lado-Respondió Adelaida con voz serena.

Augusto le dio un último vistazo a la enferma, Valentina en su estado inmóvil, se veía tan preciosa como siempre, aunque su rostro pálido revelaba la dura realidad de su situación.

-¡La extraño tanto!,no sabes el dolor que siento de dejarla para ir a la empresa-.La desolación se hacía presente en sus palabras.

La enfermera, con gestos de compasión y tranquilidad, asintió al oír el comentario de Augusto, tratando de transmitirle algo de calma en medio de la tormenta emocional le dijo-.Vaya tranquilo,yo la cuido.

Augusto, con el peso del dolor cargando sobre sus hombros, giró su cuerpo con pies pesados y encaminó sus pasos hacia la salida, con la mirada perdida y la moral abatida. La realidad de la situación golpeaba con fuerza.

Mientras salía de la mansión, suspiró con pesar, sintiendo el peso del mundo sobre sus hombros. La empresa  llamaba, los negocios y responsabilidades no se detenían aunque su mundo parecía desmoronarse lentamente. 

-¿Cuánto daría por oír tu voz de nuevo?- Masculló mientras giraba la llave y encendía el motor de su coche.

Un cúmulo de pensamientos y emociones,llegaban a sus mente,las palabras de amor,los momentos felices,todo esto se veía velado por la sombra de la enfermedad.

El día avanzaba sin tregua, mientras la vida en la mansión continuaba su curso silencioso y sombrío.

Valentina seguía en su letargo, ajena al mundo exterior, en una lucha silenciosa contra un enemigo invisible que le había arrebatado la salud y la alegría. 

Augusto, sumido en la melancolía y la incertidumbre, no podía encontrar consuelo en la rutina de la vida diaria, sintiendo el vacío que la ausencia de Valentina dejaba a su paso.

Ahogaba sus penas en una taza de café,tomaba sorbos entre rato y revisaba los estados financieros de la empresa de Valentina.

-El margen de las ganancias es alto-.Miró de reojo el balance financiero,con poca experiencia se había hecho cargo del patrimonio de su mujer,sin la ayuda de sus padres,la relación con ellos se había extraviado,no los odiaba pero tenía  resentimiento por la actitud de ambos que lejos de minar sus fuerzas le fortalecía para seguir adelante.

-Por tí no puedo decaer mi amor,tengo que ser fuerte por los dos se decía a sí mismo.

En lágrimas silenciosas, Augusto se aferraba a la esperanza de un milagro, rezando en silencio por la recuperación de su amada esposa. En cada paso que daba en la empresa, en cada decisión que tomaba, su mente y su corazón siempre regresaban a Valentina, el pilar de su vida.

-Martina,traiga más café y no me pase llamadas-.Le ordenó a la asistente mientras revisaba la computadora.

La obsesión de Augusto por encontrar una manera de despertar a Valentina de su coma lo llevó a sumergirse en un mar de información en Internet,investigando sobre casos similares al de su esposa, buscando un destello de esperanza que lo guiara hacia el milagro que anhelaba con toda su alma. Entre testimonios de recuperaciones milagrosas y tratamientos alternativos, Augusto encontraba una chispa de esperanza que se aferraba a su corazón, alimentando su determinación y su fe en el poder del amor.

Decidido a intentar cualquier cosa que pudiera traer a Valentina de vuelta a él, Augusto comenzó a explorar diferentes formas de estimular a su esposa en su estado de coma. 

Le hablaba con voz suave y reconfortante, le colocaba música suave y relajante, pero nada parecía despertar de su letargo.

 La habitación de Valentina se llenaba de sonidos y susurros, de aromas dulces y de luz tenue, como un oasis de tranquilidad en el mar de incertidumbre que rodeaba su existencia.

Una noche, después de darse una ducha para refrescar su cuerpo y su mente agotados por la lucha incansable contra la adversidad, Augusto se acercó a Valentina con un propósito diferente en mente.

Con manos temblorosas y un corazón cargado de esperanza y temor, comenzó a acariciar su piel, tratando de despertar en ella alguna reacción, algún gesto de vida que indicara que su sentidos seguían alerta. 

Sus dedos trazaban 

suavemente los contornos de su rostro pálido, explorando cada centímetro con una delicadeza casi reverencial.

-Mi amor,hoy te voy a consentir,querías una primera vez especial y te la voy a dar.-Susurró al tiempo que llenó la habitación de la luz tenue de las velas, iluminando la escena con un halo romántico y nostálgico. 

Con cuidado y ternura, lo envolvió de un amor tan profundo y sincero que parecía vibrar en el aire, buscando llegar hasta el alma de Valentina y despertarla de su letargo.

Besó sus labios de frambuesa con la pasión que devora todo a tu paso.Sus manos acariciaron su cuerpo hasta llegar al paraíso del deseo,donde sus labios probaron el dulce sabor de su intimidad,sus besos fueron subiendo hasta llegar a sus dos poderosas razones donde su lengua se deleito con sus pezones firmes. 

Un éxtasis invadió el cuerpo de Augusto, estremecieron cada parte de su ser y su masculinidad despertó.Su dureza invadió la estrecha intimidad de la joven, por momentos pensó que ella despertaría en medio del acto,cosa que no ocurrió.

Esa noche le entregó todo su amor y la llenó del torrente contenido de su esencia de hombre.

Augusto no usó protección, nunca se imaginó que el organismo de Valentina pudiera albergar vida en su interior.  

-¡Te amo Valentina!,te cumplí,quería que tu primera vez fuera especial.-Masculló al abrazarse a su cuerpo.

Con el corazón cargado de emociones  Augusto se acurrucó junto a Valentina en la cama, envolviéndola en sus brazos con un cuidado y ternura infinitos.

La noche los abrazó con su manto de estrellas. Augusto permanecía junto a Valentina, vigilante y atento a cada respiración, a cada latido, como si temiera perderla.Para Augusto esa noche fue  la renovación de una esperanza de vida para su esposa.

-¡Tienes que despertar!-.Le susurró al oído mientras acariciaba su cabello,en el fondo guardaba la esperanza de que ella pudiera oír y sentir su cercanía.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo