4- La esperanza .

La vida de Augusto se encontraba en medio de una tormenta emocional.

 Su esposa yacía en estado de coma sin esperanzas de parte de los médicos.

El joven luchaba por mantener la esperanza y la fe en la recuperación de su amada, la situación se volvía aún más complicada debido a la falta de apoyo.

Por un lado, los padres de Valentina habían decidido dejar el país en busca de una nueva vida, dejando atrás a su hija en un hospital en coma. Por otro lado, los padres de Augusto, en lugar de ofrecerle consuelo y aliento en estos momentos tan difíciles, parecían sembrar dudas en la mente de su hijo. 

Insistían en que Valentina nunca despertaría  y que lo mejor sería desconectarla.

A pesar de todo, Augusto se aferraba a la convicción de que Valentina se levantaría de esa cama. 

Cada día, permanecía a su lado, sosteniendo su mano con firmeza, transmitiendo palabras de amor y esperanza. 

-Mi bella durmiente, aquí estoy un día más a tu lado,tienes que volver,tengo tantas ganas de tenerte en mis brazos y hacerte mía,ahora caigo en cuenta que tenemos que aprovechar cada momento de la vida-.Sus palabras eran sentidas de corazón,él se inclinó y besó sus labios con suavidad.

Una lágrima se deslizó por la mejilla de la joven, que  a pesar de su palidez seguía luciendo hermosa. 

-¡Eh!,¿puedes oírme?,Valentina,mueve un dedo o aunque sea las pestañas,dame una señal de que estás aquí.

Esa súplica fue en vano

Augusto salió  a buscar al doctor y le explicó lo sucedido.El médico  revisó a la paciente y determinó que respiraba por sí misma,le retiró el respirador artificial.

-Existe una esperanza de que su cerebro sienta los estímulos,no obstante en estos pacientes es difícil determinar el tiempo que tardarán  en recuperarse.- Dijo el doctor con voz pausada.

-En ese caso yo quiero llevar a mi esposa a nuestro hogar,sé que tengo que adecuar el sitio,tengo los medios para habilitar una habitación con todos los equipos necesarios,sólo necesito que me oriente y me recomiende una enfermera profesional y discreta que yo pueda contratar a tiempo completo.

El médico le asesoró en cuanto a los aparatos médicos que debía comprar,en tiempo récord una de las habitaciones de la mansión de los Sánchezse convirtió en una clínica en casa.

El doctor Alexander Armedares se comprometió a ir a diario a checar  el estado de la paciente.

-Tengo a la enfermera indicada,es una colega jubilada,muy profesional y amorosa de su trabajo,su esposa no puede estar en mejores manos,Adelaida es la mujer.

La señora de unos cincuenta y cinco años, de aspecto robusto y una mirada color almendras, llegó a la propiedad de los padres de Valentina en un soleado día de abril. Augusto la recibió con gesto serio.

-Por favor, antes de empezar, necesito que firme este contrato de confidencialidad. Es crucial que no divulgue el estado de Valentina en ningún momento.- solicitó Augusto mientras extendía el papel hacia la mujer.

La señora, que respondía al nombre de Adelaida, asintió con solemnidad y procedió a firmar el documento sin hacer preguntas. Su expresión mostraba una mezcla de curiosidad y respeto por la situación en la que se encontraba el hombre. 

-Descuide, la señorita estará bien atendida en todo momento. Soy una enfermera con años de experiencia y me comprometo a cuidarla como si fuera mi propia hija-.Aseguró Adelaida con voz firme y segura.

Augusto asintió con gratitud y expresó—¡La señora!,ella es mi mujer,vamos para que la conozca.

Valentina yacía inmóvil en la cama, con una apariencia frágil y vulnerable. Su rostro parecía sereno y tranquilo, como si estuviera sumida en un profundo sueño. Su cabello oscuro enmarca su rostro pálido, y su respiración era suave y constante.

-Ella es Valentina, mi esposa - .Anunció Augusto con voz temblorosa, deslizando su mano con ternura sobre la de ella.

Adelaida se acercó con cautela a la cama y observó detenidamente a la mujer en coma. Su experiencia como enfermera le permitió detectar los signos vitales y evaluar el estado de Valentina con precisión.

-Señora Martínez, estoy aquí para cuidar de usted y velar por su bienestar en todo momento-.murmuró Adelaida con suavidad.

-A veces siento que mi esposa puede oírme,por lo que le sugiero que le hable muy seguido.

Adelaida percibió su dolor y le dio palabras de aliento,al tiempo que sugirió que contratara  una  enfermera más para turnarse el cuidado de Valentina.

-No es necesario,usted la cuida de ocho de la mañana a seis de la tarde y de noche yo me encargo de su cuidado.Veo que no tiene auto,mi chófer la irá a buscar y a llevar a su casa,si le parece.Su sueldo será de cuatro mil dólares mensuales y aquí tendrá sus tres comidas y la merienda.

-Es usted muy generoso.

-Valentina es lo más importante de mi vida y quiero que la atienda bien.¿Desde cuándo puede empezar?

-Desde ahora mismo,señor-.Con Adelaida al cuidado de Valentina,el aspecto de la joven cambió,la señora estaba pendiente de su aseo y arreglo personal de la paciente  le colocaba hermosos vestidos,la peinaba y le leía un libro.

Augusto se asomó a la puerta de la habitación y pudo ver a la señora Adelaida leyendo algo para Valentina.Se sentía satisfecho con el desempeño de la cuidadora.

-Don Augusto no lo había visto,¿tiene mucho tiempo allí?

Desde el marco de la puerta respondió-Más o menos,ya es hora de que te vayas a descansar,le dí indicaciones al chófer de que te lleve de tiendas,aquí tienes una tarjeta de crédito para que compres lo que quieras.Es tu premio por cuidar bien de mi reina.

-No hace falta señor,lo hago con mucho gusto y usted me paga por eso.

Augusto sonrió y le dijo—Entonces tómalo como una órden.

La mujer se fue y Augusto se acostó al lado de Valentina y se quedó dormido.Despertó a media noche abrazado a ella.

Él había fortalecido su vínculo emocional con la joven y le hablaba cómo si estuviera presente,le contaba de su  día en la empresa.

-Mi amor,estoy esperando por tí,no puedes dejarme solo,tenemos tantos planes por delante,¿recuerdas lo último que te dije antes del accidente?,no es que quiera presionar,pero ya estuvo bueno.

Suspiró  hondo y le dio besos y largas caricias debajo de su amplia bata de dormir.

-Te amo,Valentina,más de lo que las palabras puedan expresar-.Susurró con suavidad y se quedó dormido sobre su pecho. Arrullado por los latidos del corazón de Valentina.

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