Estaba tan enamorada de Thiago, de su forma de caminar y hablar; su voz dulce y suave. Era un caballero elegante, educado, el hombre que cualquier mujer sueña tener. Inesperadamente lo había conocido mientras realizaba una sesión de fotos a una de mis amigas que trabaja en su agencia de modelaje, ahí supe que aunque era arrogante, daba trabajo a quien lo necesitara, fue solo por esa razón que se había apiadado de mí y aun sabiendo que yo no era una fotógrafa profesional, me contrataba cada vez que salía una oportunidad. Me enamoré de sus ojos verdes que me miraban a veces con deseo y tristeza, una mirada que me atormentaba cada noche, en la que pensaba en mi situación decadente de muchacha trabajadora y esforzada y en su vida de empresario millonario, dos mundos tan desiguales.Yo era una simple mujer de veinticuatro años, con deseos de encontrar un hombre con quien compartir mi vida desordenada y carente de estabilidad, recién había terminado mi carrera de Administración de empresas,
No tuve fuerzas para hacer nada, solo pude llegar a casa, meterme en la bañera y llorar amargamente tocándome el vientre, que pronto estaría abultado por un embarazo que no había pedido. Laura continuó viéndome en silencio, compadeciéndose de mi pena, hasta esa fecha mi único problema era saber que Thiago estaba casado, un asunto según mi imaginación: Solucionable, pero un bebé ¿Qué se hace con un bebé? Cuando solo tienes veinticuatro años y una vida terriblemente desordenada, creadora de sueños amorosos con un hombre millonario.— Tendrás que hacerte un aborto — Masculló mi amiga La miré con el ceño fruncido y la cara cubierta de agua y lágrimas— No podría hacerlo—¿Entonces qué harás? ¿Dejarás morir tu sueño de convertirte en empresaria y estar a la altura de tu jefe?— Eso no podré lograrlo, embarazada o no, Thiago es un imposible— Sabes muy bien que no es feliz en su matrimonio y que tarde o temprano eso acabará— Sí, pero eso no es ahora, y ahora yo estoy embarazada de alguien
Cuando llegué a casa, me sentí rodeada de la soledad y angustia, lo que había sucedido me generó una confusión más grande, sin embargo de cierto modo sentía alegría pues la conversación con Thiago me había aliviado, y su beso me confirmó que en verdad estaba perdidamente enamorada de él, pero sus palabras fueron como un aguijón, porque la verdad es así, dolorosa y cruel.Me recosté en la cama y lo único que pasó por mi mente fue el recuerdo de su beso, algo que no olvidaría nunca, que quedaría perpetuado en mi vida como único símbolo o premio, puesto que estaba consiente que pertenecer a la vida de Thiago era solo una ilusión y aunque él había confesado que yo le atraía, mi mente me gritaba una y otra vez que eso solo era parte de su juego, y aunque yo deseara caer en él, ya no podía pues un embarazo me lo impedía, todo había sido tan mágico que ni siquiera pensé en denunciar a la Clínica, llegué más bien a ese estado de resignación y me sumergí en él, pues no tenía escapatoriaEl timb
Salí de la agencia con el pecho contraído de dolor, de amor, de confusión. Thiago estaba siendo demasiado bueno conmigo pero no lograba sacar de mi cabeza lo sucedido al medio día. Caminé por la interminable carretera, cruzada de brazos sujetando mi bolso, así llegué a la casa de James, un viejo amigo que conocí en la universidad.— ! Apareciste! - Gritó efusivamente mientras me abrazaba, tras acercarme a su puerta, yo le devolví el abrazo, lo necesitaba. No lo solté, recosté mi barbilla en su hombro y comencé a llorar; el embarazo comenzaba a alterar mis emociones y ese día había sido lleno de contradicciones que iniciaban a pasarme la cuenta — ¿Qué sucede? — Preguntó mi amigo, preocupado No pude mencionar una palabra, me aparté de él y en silencio llegué hasta la sala, a lo inmediato me sirvió agua y su novio Hugo, me pasó un pañuelo.— ¿Cariño, por qué lloras? — Preguntaron, mientras se sentaban frente a mí— Me enamoré — Les dije limpiando mi nariz, detener mis lágrimas era imposi
— ¿Hablas en serio, Thiago?— Pregunté una vez recuperada mi respiración — Jamás le mentiría a esos ojos café — Respondió — No estoy a tu altura - Dije persuadiendo la fiabilidad de su respuesta — !Eso qué importa! Pensar en eso es casi una blasfemia, cuántas mujeres andan por ahí dispuestas a mí pero por mi dinero ¿Qué sentido tiene eso? Ya no lo quiero, lo vivo desde mi hogar, no necesito eso, Lisa, solo lealtad ¿Quieres someterte? Escucharlo me generó tantas dudas, que en cambio de comprobar lo que deseaba en cambio me sentía más confundida, por lo cual solo pude añadir — ¿Someterme a qué? — A este juego —¿Juego? — Sí, el jugo de la lealtad, que suele ser muy peligroso — Yo no me fijé en ti por tu dinero - Agregué como si me estuviera preguntando eso — No hablo de dinero, sino de cuánta lealtad podrías ofrecerle tú, a este pobre hombre rodeado de mujeres que quieren aprovecharse de él — Comentó con sarcasmo — ¿Es necesario mencionar irónicamente "mujeres"? Eso es algo de lo
Me desperté rodeada de unas lujosas luces y Thiago a mi lado. — ¿Qué pasó? —Pregunté tras abrir los ojos — Oh, mi pequeña, has vuelto. Tuviste un desmayo — Respondió —¿Por qué estás tú aquí? — Pregunté absorta — Te explico luego, reposa — Añadió con su voz dulce mientras conducía Me estabilicé en un santiamén, su voz me transmitía paz y serenidad, recordé entonces la situación del parque y una vez recobrada mis fuerzas, hablé — Déjame aquí; debo ir a casa — supliqué aun soñolienta — Debes descansar, no puedo dejarte aquí, irás conmigo a otro lugar — Contestó mientras acariciaba mi cabello El temor me empezó invadir y aunque estaba perdidamente enamorada de él sabía que estar juntos en cualquier lugar era peligroso para mis emociones — No, llévame a casa — Grité desesperada en mi intento de abrir la puerta, también gritó — Que no, no seas como una niña caprichosa, atiende a lo que digo — Que hay de Esmeralda, qué pasa si nos ve juntos — Dije desesperada — Cálmate, Lisa. Te h
¿Quién era yo ahora, sin cámaras, sin celular y sin Thiago? Me sentía el estómago revuelto, el frío de la soledad ¿cómo era posible que aquel hombre millonario me metiera en sus redes? Eran ya las seis de la mañana cuando decidí salir del parque, ir a casa no era buena idea, solo pude dirigirme a casa de Laura — ¡Soy Lisa, ábreme la puerta, por favor! — Grité después de haber tocado la puerta en repetidas ocasiones— ¡Estás loca, cómo se te ocurre irrumpir mi sueño! — Dijo Laura aún con el pelo desordenado, más dormida que despierta — Definitivamente estoy loca — contesté y me senté con tristeza en su pequeño sofá — Traes una cara de muerto — Comentó mi amiga mirándome perpleja — ¿Dónde amaneciste? — En una quinta, no sé ni siquiera dónde — respondí como si fuera un robot, mecánicamente, iba completamente absorta — ¿ Lisa, no has entendido que estás embarazada? ¿En qué líos estás metida? — Me amonestó mi amiga un poco incomprensible o incrédula — En el lío llamado Thiago y su m**
El frío de la madrugada me despertó, llena de alucinaciones, corrí al baño, la incontinencia urinaria me fastidiaba, mientras caminaba también sentí nauseas, vomité como un perro, me vi al espejo y me lavé la cara, fue ahí que decidí que lo mejor sería aceptar la propuesta de Laura. — No es tu culpa, Lisa, no podrás con esto — Me dije viéndome pálida en el espejoCuando el reloj marcó las siete en punto me levanté, tomé una ducha, busqué ropa decente y me peiné, convencida de mi decisión, lo mejor era abortar para tener mi vida normal de vuelta, eso era lo único que definiría si en realidad tenía un espacio en la vida de Thiago, aun estando casado.Me dirigí a la oficina de Thiago, pero Madeline, la secretaria, me detuvo. — No puedes entrar, ahora no puede atenderte — Dijo mirándome por encima de sus lentes — Él dijo que viniera hoy para hacer una sesión de fotos — Afirmé convencida y extraña porque normalmente entraba sin pedir permiso Madeline se rió, irónica — Siéntate y espera