Sabía que decir esas palabras en una situación tan complicada como la que estábamos viviendo no era nada agradable, pero solo quería paz para mi vida, ya lejos de todo dolor, cuando me enamoré de Thiago me creé una fantasía muy tonta sobre las cosas del amor, y solo ahora me daba cuenta que nada era tan rosa como uno pensaba, que sí lo amaba precisamente porque en medio de todo lo que habíamos vivido siempre habíamos vencido juntos, pero ahora tenía algo más que sobrepasaba la palabra amor, y ese era mi hijo, y solo deseaba para él, la tranquilidad, y estando cerca de Thiago y sus problemas con Esmeralda jamás iba a conseguirlo.Se quedó detenido mirándome con ira, como si me odiara y a la vez me hiciera saber que lo estaba aniquilando.— Es que estoy cansada — volví a repetir antes de que pudiera acercarse más a mí o como si quisiera que omitiera lo que acababa de decir.— Yo también lo estoy — fue la respuesta más seca que logró salir de sus labios — pero ahora tenemos un hijo, y no
— Gracias, Marcelo, en serio, no sé qué habríamos hecho sin ti — respondí con lágrimas en los ojos, sintiendo un alivio enorme ante sus palabras, era como si por fin todo acabara para siempre.— No hay de qué preocuparse, amigos. Todo esto está llegando a su fin y pronto podrán retomar su vida tranquila — dijo Marcelo— Por algo eres mi abogado — lo elogió Thiago — ahora con esta buena noticia, me siento más convencido de que ir donde están sus padres, es lo mejor, lejos de la prensa y de todo lo que esto pueda arrastrar, además creo que es hora de que todos nos reunamos y compartan las buenas noticias — propuso Thiago con una sonrisaMarcelo y yo asentimos emocionados. Marcelo llamó a Clara y Diego, quienes estaban en el cine, para informarles que todo estaba bajo control y que podían regresar. Mientras tanto, nos ayudaron a empacar algunas cosas para el viaje y prepararon todo para que el bebé estuviera cómodo. Al día siguiente Clara y Diego partieron a España.En el transcurso de d
— Siempre quise estar totalmente bien, tener una familia de verdad, alguien que me amara verdaderamente por lo que soy, poder descubrir cuál era el significado verdadero de esa palabra: AMAR, Lisa, uno a veces piensa que amar es casarse con alguien y ahí acaba todo, pero no, cuando mi madre me obligó a casarme pensé que las cosas eran así realmente, y no, todo se fue desmoronando por completo — Dijo Thiago con la voz contrita — también creí que el dinero podía solucionarlo todo, pero sabes cuando quise ser padre, entendí que aunque eso lo pudiera solucionar con dinero, debía escoger bien, debía saber a quién iba a darle la tarea de ser la madre de mi hijo, y entonces apareciste tú, con esa luz, y sé que deberías odiarme por no decírtelo, sabes me costó tanto fingir, no sé siquiera como lo logré, pero me lastimaba tanto hacerlo, ahora eso ya no importa, sé que te elegí bien, que no me equivoqué contigo, porque ahora tus ojos brillan igual que los míos, y entonces entiendo lo que es amar
Estaba tan enamorada de Thiago, de su forma de caminar y hablar; su voz dulce y suave. Era un caballero elegante, educado, el hombre que cualquier mujer sueña tener. Inesperadamente lo había conocido mientras realizaba una sesión de fotos a una de mis amigas que trabaja en su agencia de modelaje, ahí supe que aunque era arrogante, daba trabajo a quien lo necesitara, fue solo por esa razón que se había apiadado de mí y aun sabiendo que yo no era una fotógrafa profesional, me contrataba cada vez que salía una oportunidad. Me enamoré de sus ojos verdes que me miraban a veces con deseo y tristeza, una mirada que me atormentaba cada noche, en la que pensaba en mi situación decadente de muchacha trabajadora y esforzada y en su vida de empresario millonario, dos mundos tan desiguales.Yo era una simple mujer de veinticuatro años, con deseos de encontrar un hombre con quien compartir mi vida desordenada y carente de estabilidad, recién había terminado mi carrera de Administración de empresas,
No tuve fuerzas para hacer nada, solo pude llegar a casa, meterme en la bañera y llorar amargamente tocándome el vientre, que pronto estaría abultado por un embarazo que no había pedido. Laura continuó viéndome en silencio, compadeciéndose de mi pena, hasta esa fecha mi único problema era saber que Thiago estaba casado, un asunto según mi imaginación: Solucionable, pero un bebé ¿Qué se hace con un bebé? Cuando solo tienes veinticuatro años y una vida terriblemente desordenada, creadora de sueños amorosos con un hombre millonario.— Tendrás que hacerte un aborto — Masculló mi amiga La miré con el ceño fruncido y la cara cubierta de agua y lágrimas— No podría hacerlo—¿Entonces qué harás? ¿Dejarás morir tu sueño de convertirte en empresaria y estar a la altura de tu jefe?— Eso no podré lograrlo, embarazada o no, Thiago es un imposible— Sabes muy bien que no es feliz en su matrimonio y que tarde o temprano eso acabará— Sí, pero eso no es ahora, y ahora yo estoy embarazada de alguien
Cuando llegué a casa, me sentí rodeada de la soledad y angustia, lo que había sucedido me generó una confusión más grande, sin embargo de cierto modo sentía alegría pues la conversación con Thiago me había aliviado, y su beso me confirmó que en verdad estaba perdidamente enamorada de él, pero sus palabras fueron como un aguijón, porque la verdad es así, dolorosa y cruel.Me recosté en la cama y lo único que pasó por mi mente fue el recuerdo de su beso, algo que no olvidaría nunca, que quedaría perpetuado en mi vida como único símbolo o premio, puesto que estaba consiente que pertenecer a la vida de Thiago era solo una ilusión y aunque él había confesado que yo le atraía, mi mente me gritaba una y otra vez que eso solo era parte de su juego, y aunque yo deseara caer en él, ya no podía pues un embarazo me lo impedía, todo había sido tan mágico que ni siquiera pensé en denunciar a la Clínica, llegué más bien a ese estado de resignación y me sumergí en él, pues no tenía escapatoriaEl timb
Salí de la agencia con el pecho contraído de dolor, de amor, de confusión. Thiago estaba siendo demasiado bueno conmigo pero no lograba sacar de mi cabeza lo sucedido al medio día. Caminé por la interminable carretera, cruzada de brazos sujetando mi bolso, así llegué a la casa de James, un viejo amigo que conocí en la universidad.— ! Apareciste! - Gritó efusivamente mientras me abrazaba, tras acercarme a su puerta, yo le devolví el abrazo, lo necesitaba. No lo solté, recosté mi barbilla en su hombro y comencé a llorar; el embarazo comenzaba a alterar mis emociones y ese día había sido lleno de contradicciones que iniciaban a pasarme la cuenta — ¿Qué sucede? — Preguntó mi amigo, preocupado No pude mencionar una palabra, me aparté de él y en silencio llegué hasta la sala, a lo inmediato me sirvió agua y su novio Hugo, me pasó un pañuelo.— ¿Cariño, por qué lloras? — Preguntaron, mientras se sentaban frente a mí— Me enamoré — Les dije limpiando mi nariz, detener mis lágrimas era imposi
— ¿Hablas en serio, Thiago?— Pregunté una vez recuperada mi respiración — Jamás le mentiría a esos ojos café — Respondió — No estoy a tu altura - Dije persuadiendo la fiabilidad de su respuesta — !Eso qué importa! Pensar en eso es casi una blasfemia, cuántas mujeres andan por ahí dispuestas a mí pero por mi dinero ¿Qué sentido tiene eso? Ya no lo quiero, lo vivo desde mi hogar, no necesito eso, Lisa, solo lealtad ¿Quieres someterte? Escucharlo me generó tantas dudas, que en cambio de comprobar lo que deseaba en cambio me sentía más confundida, por lo cual solo pude añadir — ¿Someterme a qué? — A este juego —¿Juego? — Sí, el jugo de la lealtad, que suele ser muy peligroso — Yo no me fijé en ti por tu dinero - Agregué como si me estuviera preguntando eso — No hablo de dinero, sino de cuánta lealtad podrías ofrecerle tú, a este pobre hombre rodeado de mujeres que quieren aprovecharse de él — Comentó con sarcasmo — ¿Es necesario mencionar irónicamente "mujeres"? Eso es algo de lo