— ¿Hablas en serio, Thiago?— Pregunté una vez recuperada mi respiración
— Jamás le mentiría a esos ojos café — Respondió
— No estoy a tu altura - Dije persuadiendo la fiabilidad de su respuesta
— !Eso qué importa! Pensar en eso es casi una blasfemia, cuántas mujeres andan por ahí dispuestas a mí pero por mi dinero ¿Qué sentido tiene eso? Ya no lo quiero, lo vivo desde mi hogar, no necesito eso, Lisa, solo lealtad ¿Quieres someterte?
Escucharlo me generó tantas dudas, que en cambio de comprobar lo que deseaba en cambio me sentía más confundida, por lo cual solo pude añadir — ¿Someterme a qué?
— A este juego
—¿Juego?
— Sí, el jugo de la lealtad, que suele ser muy peligroso
— Yo no me fijé en ti por tu dinero - Agregué como si me estuviera preguntando eso
— No hablo de dinero, sino de cuánta lealtad podrías ofrecerle tú, a este pobre hombre rodeado de mujeres que quieren aprovecharse de él — Comentó con sarcasmo
— ¿Es necesario mencionar irónicamente "mujeres"? Eso es algo de lo que estoy clara — Le dije frunciendo el ceño
— Lealtad, señora Lisa, lealtad pido, no me interesan esas otras mujeres similares a mi esposa ¿Puede darme eso? — Continuó con su sarcasmo gracioso
— No te estoy entendiendo — Dije confundida
— Que necesito de ti solo lealtad, he descubierto que tu corazón es noble, que eres bondad y amor, quiero eso de ti ¿Quieres entrar en mi juego?
— Estoy embarazada y tú estás casado — Volví a repetir porque no quería enredarme más de lo que estaba ni llenarme de más ilusiones y sentía que esto ya estaba llegando demasiado lejos
— Poff — Dijo en un suspiro! Los malditos obstáculos! ¿Pero tú qué quieres Lisa, por qué entonces me miras así y me correspondes el beso?
— Porque soy bondad y amor, paz y tranquilidad — Agregué riéndome
— No, muñequita, de verdad ¿Por qué? ¿Cómo es que tienes la capacidad para hacerme sentar aquí en un parque que ni siquiera sabía que existía?
— No te he obligado, tú has venido
— Por lo mismo, Lisa ¿Qué me hiciste para que yo te siga?
— No lo sé, Thiago, ni yo lo entiendo ¿Qué está sucediendo?
— Que me tienes loco, cuántas veces debo repetirlo
— ¿Y tu esposa, Thiago? — pregunté con seriedad
— No me ama ni yo a ella, eso es solo una ironía, un matrimonio por complacencia social, porque quizá antes de fijarme en su posición económica y pensar en el qué dirán debí haber conocido su corazón frío, ególatra, tan incapaz de dar amor
Su expresión fue lastimosa, vi en su mirada cómo se apagaba el brillo, y la respiración denotaba lamentos que me calaron significantemente el corazón
— No eres feliz, Thiago — Dije en un suspiro
— Estoy metido en una jaula de oro que ya no quiero, deseo solo ser libre, que alguien al fin me mire con amor, como tú lo haces, como lo hizo mi madre alguna vez
— !Esmeralda no lo ha hecho nunca, acaso! — Comenté con asombro
— Solo ve con amor lo que poseo, mi fama, mis autos, todo lo que se compra con dinero, y por más que he intentado meterme en su corazón de hielo, solo me lastimo
Lo que decía era tan íntimo que empezaba a intrigarme, aquel hombre fuerte y déspota que se mostraba en la empresa no era ni la sombra del que tenía ante mí, era increíble cómo el destino nos situaba en un lugar tan neutro, tan distinto a él, tan cercano a mí, me quedé pensando y él me interrumpió
—¿Quieres ser mi refugio en este desierto? — Preguntó
— Tengo miedo, Thiago — Dije a media voz
— No hay que temerle a nada, solo a la infelicidad
— Ya la conozco — Añadí
— Prometo no herirte
— Pero si apenas me conoces — Comenté y reflexioné en que aunque mis respuestas eran muy ambiguas o tal vez casi como el reflejo de un no, debía mantenerme firme en mi postura, pues debía valorar bien la situación, ya bien Hugo lo había dicho, hombres ricos y millonarios eran peligrosos, y no podía permitirme entrar tan fácilmente en su juego como él casualmente lo había llamado, aunque por dentro me estuviese muriendo de ganas de besarlo, ya me había dejado llevar lo suficiente en los días anteriores
— Desde que llegaste a la agencia vi en ti lo que ya he mencionado Eres una caprichosa, que quiere que repita una y otra vez lo mismo
— No, no es eso, solo no comprendo qué es lo que quieres — Dije
— Sé mi refugio, Lisa, solo eso, no me importa si estás embarazada, ni tampoco me interesa respetar mi matrimonio que al fin de cuentas es solo un contrato, ella ni siquiera me respeta a mí, él día que llegaste a mi oficina después de la lluvia, supe que se había encontrado con un hombre mayor en Nuevo León, y yo sufriendo porque la mujer que contraté para que me alquilara su vientre no logró la fecundación, Esmeralda es solo eso, una piedra preciosa sin alma, no le interesa lo que quiero ni cómo me sienta - Explicó con tranquilidad o como si yo fuese alguien en quien podría confiar
— Qué terrible! Quisiera decirte muchas cosas, pero no la conozco — Dije algo temerosa
— No te miento, Lisa, tampoco es mi intención hablar mal de ella, pero es la verdad por eso justo ahora prefiero estar aquí contigo y no en casa, donde todo lo que hay es vacío
Era capaz de percibir la sinceridad en sus ojos y en su forma de dirigirse a mí, lo sentí tan desolado, tan falto de amor, pero a la vez era como conocer al verdadero Thiago, al frágil, al humano que más de ser un millonario era un hombre como todos, débil y que al final de todo tenía sufrimientos igual que yo, todo eso me dio la suficiente confianza para preguntar más cosas sobre él
— ¿Y tu familia?
— Soy hijo único, mi padre murió cuando yo estaba pequeño, tendría 8 años para ese entonces, desde ahí su agencia pasó a mi nombre, mi madre murió cuando cumplí 20, justamente el día de mi cumpleaños, fue por eso que me casé con Esmeralda, pues fue el último deseo de mi madre; me casé dos días antes de su muerte, ella no quería dejarme solo y pensó que como Esmeralda era la hija de su mejor amiga, podría ser la mujer idónea para mí
— ¿Entonces no tuviste una relación previa con ella? — Lo interrumpí
— No — Respondió en seco
—¿O sea que tú no la elegiste?
— Éramos muy cercanos por la relación de nuestras madres, y de cierto modo ella me atraía por su físico, deseos estúpidos de hombres
— Qué terrible -Volví a decir porque en verdad estaba asombrada — conocer a Thiago de esa manera tan íntima me tenía más confundida ¿Por qué me cuenta estas cosas? Pensaba
— Sí, en verdad, muy terrible. Ella se casó por mi dinero, pues su familia estaba en la ruina y sabía que podía darle todos los lujos que le encantan y yo me casé por cumplir con la última voluntad de mi madre, quién no quería que me quedara solo como si fuese lo más cruel en la vida, ahora pienso que eso hubiese Sido lo mejor, porque podría tenerte y tú podrías verme sin miedo -Dijo acercándose más a mi cara
Escucharlo me estaba asfixiando, una parte de mí me obligaba a creerle y la otra me hacía negarme ante cualquier ilusión -No te tengo miedo a ti, sino a lo que puedo sentir - Dije nerviosa
— Solo sé mi refugio — Comentó entre susurros como un ronroneo en mi oído y continuó
— Un refugio oculto, Thiago — Contesté casi entre lágrimas
— ¿por qué? — Preguntó clavándome los ojos con furia y se apartó
— Porque estás casado ¡Maldición! Por la razón que seas, estás casado, yo no soy de tu clase y pronto tendré un vientre hinchado que cualquiera sabrá que es un embarazo, jamás podríamos estar juntos en público y no quiero eso — Le grité
— Sí, juntos aquí en donde nadie de tu clase te está viendo, no quiero ser un juguete más en tu colección, Thiago, tampoco quiero herir a tu mujer que aunque bien esté casada por dinero contigo es quien tiene el puesto de esposa y yo no pienso ser tu amante — Contesté más molesta y hasta olvidé cuando quería separarlos, todo ahora era más abrumador
— Mi refugio, Lisa, mi refugio, no mi amante, anda solo dame un beso con esos labios rosa y pequeños — contestó como si lo que decía no importaba y otra vez se colocó frente a mí con esos sus ojos que eran como bala en mi pecho
No sabía cómo actuar ante aquel hombre que desde antes me tenía loca y que ahora tan cerca de mí me llenaba de tanto miedo y confusión.
Me desperté rodeada de unas lujosas luces y Thiago a mi lado. — ¿Qué pasó? —Pregunté tras abrir los ojos — Oh, mi pequeña, has vuelto. Tuviste un desmayo — Respondió —¿Por qué estás tú aquí? — Pregunté absorta — Te explico luego, reposa — Añadió con su voz dulce mientras conducía Me estabilicé en un santiamén, su voz me transmitía paz y serenidad, recordé entonces la situación del parque y una vez recobrada mis fuerzas, hablé — Déjame aquí; debo ir a casa — supliqué aun soñolienta — Debes descansar, no puedo dejarte aquí, irás conmigo a otro lugar — Contestó mientras acariciaba mi cabello El temor me empezó invadir y aunque estaba perdidamente enamorada de él sabía que estar juntos en cualquier lugar era peligroso para mis emociones — No, llévame a casa — Grité desesperada en mi intento de abrir la puerta, también gritó — Que no, no seas como una niña caprichosa, atiende a lo que digo — Que hay de Esmeralda, qué pasa si nos ve juntos — Dije desesperada — Cálmate, Lisa. Te h
¿Quién era yo ahora, sin cámaras, sin celular y sin Thiago? Me sentía el estómago revuelto, el frío de la soledad ¿cómo era posible que aquel hombre millonario me metiera en sus redes? Eran ya las seis de la mañana cuando decidí salir del parque, ir a casa no era buena idea, solo pude dirigirme a casa de Laura — ¡Soy Lisa, ábreme la puerta, por favor! — Grité después de haber tocado la puerta en repetidas ocasiones— ¡Estás loca, cómo se te ocurre irrumpir mi sueño! — Dijo Laura aún con el pelo desordenado, más dormida que despierta — Definitivamente estoy loca — contesté y me senté con tristeza en su pequeño sofá — Traes una cara de muerto — Comentó mi amiga mirándome perpleja — ¿Dónde amaneciste? — En una quinta, no sé ni siquiera dónde — respondí como si fuera un robot, mecánicamente, iba completamente absorta — ¿ Lisa, no has entendido que estás embarazada? ¿En qué líos estás metida? — Me amonestó mi amiga un poco incomprensible o incrédula — En el lío llamado Thiago y su m**
El frío de la madrugada me despertó, llena de alucinaciones, corrí al baño, la incontinencia urinaria me fastidiaba, mientras caminaba también sentí nauseas, vomité como un perro, me vi al espejo y me lavé la cara, fue ahí que decidí que lo mejor sería aceptar la propuesta de Laura. — No es tu culpa, Lisa, no podrás con esto — Me dije viéndome pálida en el espejoCuando el reloj marcó las siete en punto me levanté, tomé una ducha, busqué ropa decente y me peiné, convencida de mi decisión, lo mejor era abortar para tener mi vida normal de vuelta, eso era lo único que definiría si en realidad tenía un espacio en la vida de Thiago, aun estando casado.Me dirigí a la oficina de Thiago, pero Madeline, la secretaria, me detuvo. — No puedes entrar, ahora no puede atenderte — Dijo mirándome por encima de sus lentes — Él dijo que viniera hoy para hacer una sesión de fotos — Afirmé convencida y extraña porque normalmente entraba sin pedir permiso Madeline se rió, irónica — Siéntate y espera
Me odié por sentir que sus palabras dulces me dominaban las fuerzas, la valentía e incluso mis decisiones.— ¿Prometes no abandonarme? — Dije completamente sumisa a su voluntad — Ni a ti ni a ese bebé — Contestó aún sin soltarme de sus brazos — Es una carga demasiado pesada — Aclaré sintiendo pena — No importa, juntos podremos sobrellevarla — Dijo con su voz amorosa, eso fue lo único que me hizo cambiar de opinión, entender que si la vida me había dado la oportunidad de ser madre y me estaba poniendo en el camino a alguien que me ayudara, no debía renegar de ello, después de todo no estaba tan sola como creía — No quiero que me rompas el corazón, no quiero sentir que estoy atada a ti sin causa, es demasiado confusa esta situación — Repetí en ruegos — Lisa, solo comprende que mis intenciones no son lastimarte, solo quiero ayudarte por ahora no puedo hacer más, también me gustas solo que no sé si eso es algo pasajero o acaso implica un sentimiento más profundo, también temo que te
Salí de ahí directo al estacionamiento, pero justo cuando, iba a encender mi moto, escuché una voz:— Súbete de prisa — Me dijo casi en susurros desde la ventana de su auto— Ando en mi moto — Expliqué nerviosa— No insistas, ya hablamos que debes cuidarte, no puedes usar la moto por ahora — ExplicóIndispuesta a seguir mis fuerzas me subí a su Ferrari, llena de nervios y completamente angustiada por si alguien nos miraba, él subió los vidrios del auto.— Tranquila, ya todos se han ido — Dijo y su aclaración me molestó un poco— ¿Entonces qué ocultas? — PreguntéÉl no pudo responderme y solo hizo otra pregunta — ¿Dónde vives?— Calle principal, avenida 42. Yo te daré las indicaciones cuando estemos cercaThiago me miró con angustia, vi en su frente perfecta asomarse un poco de sudor, tal vez tenía miedo de que alguien nos viera, o simplemente también para él era incomprensible lo que nos sucedía, la atracción tan grande que sentíamos y lo lejano que estábamos uno del otro, aunque estu
— No puedo, Thiago — Contesté mientras lo apartaba de mí, él se levantó con furia del sofá y caminó hacia la puerta, yo me quedé sentada mirándolo, sentí que el nudo en la garganta me asfixiaba y en silencio lloré tras el sonido de la puerta, el ruido del auto me confirmó su huida y yo me sentí devastada, el frío atacó mi desnudez y mi fuerza de mujer se vio derrotada. Era tan difícil darle rienda suelta a mis instintos, y tan fácil tomar en cuenta mi consciencia, para dejar que la oportunidad de mi vida se fuera sintiéndose completamente despreciado, sé que lo que había sucedido no era correcto, pero es que en realidad ya nada de lo que pasaba lo era, pero no era capaz de convertirme en una más de sus amantes, sobre todo porque por su misma petición había decidido continuar con mi embarazo. Me levanté despacio, completamente inerte para apagar la lámpara, recogí mi ropa con frustración y me dirigí al cuarto, me acosté y sentí un peso enorme encima, estiré mi brazo al espacio vacío d
Tomé una ducha, y me sentí fresca aunque no del todo bella, mi autoestima cada vez flaqueaba más, pero era mi noche, y yo debía hacer que fuera la mejor de todas, en medio de todo el caos había algo bueno, y era ese premio. Una vez lista con la ropa más casual que tenía, convencida que en la agencia me darían una vestimenta correcta, tomé un taxi que me llevó puntual hasta Siluetas, entré pero no ví a Thiago por ningún lado, pasé directo hasta el estudio de Fernando quien sería el indicado para arreglarme, Sandra y Laura también se vestían para la premiación, me vieron de reojo mientras pasaba, sin embargo no se atrevieron a decirme nada; sabían que ahora sí estaba triunfando por encima de sus burlas y desprecios, pues su veneno no había podido contra mí y que gracias a las fotos que yo les había tomado ellas podían asistir a la actividad más esperada en la agencia. — Lisa, querida, felicidades — Me recibió Fernando con una alegría indescriptible Le agradecí mientras me sentaba — A
El salón era muy elegante, ventanales de vidrio hasta el suelo, alfombras deslumbrantes en rojo, la tarima con un piso reluciente, a los lados enormes arreglos florales y montón de sillas doradas, jamás había imaginado que podía estar en un lugar así, que realmente tendría la oportunidad de obtener el premio Fotomodel, tan deseado por la mayoría de fotógrafos del país. Fue algo supremamente agradable, sentía cosquillas en mi estómago, y no sabía si era por tener al hombre más guapo a mi lado o por la ansiedad que me daba escuchar mi nombre en aquel bello salón. — Ella es Lisa Miere, fotógrafa de mi agencia y ganadora del premio Fotomodel — Decía a cada uno para presentarme, yo con mucha vergüenza les daba la mano y sonreía. Una vez que saludó a todos sus socios o amigos nos sentamos en la primera fila, pues ya había un sitio reservado para nosotros. Sandra y Laura me miraban con ira y envidia, a ellas también las presentó, pero la mayor parte del tiempo permaneció a mi lado, en e