Salí de ahí directo al estacionamiento, pero justo cuando, iba a encender mi moto, escuché una voz:— Súbete de prisa — Me dijo casi en susurros desde la ventana de su auto— Ando en mi moto — Expliqué nerviosa— No insistas, ya hablamos que debes cuidarte, no puedes usar la moto por ahora — ExplicóIndispuesta a seguir mis fuerzas me subí a su Ferrari, llena de nervios y completamente angustiada por si alguien nos miraba, él subió los vidrios del auto.— Tranquila, ya todos se han ido — Dijo y su aclaración me molestó un poco— ¿Entonces qué ocultas? — PreguntéÉl no pudo responderme y solo hizo otra pregunta — ¿Dónde vives?— Calle principal, avenida 42. Yo te daré las indicaciones cuando estemos cercaThiago me miró con angustia, vi en su frente perfecta asomarse un poco de sudor, tal vez tenía miedo de que alguien nos viera, o simplemente también para él era incomprensible lo que nos sucedía, la atracción tan grande que sentíamos y lo lejano que estábamos uno del otro, aunque estu
— No puedo, Thiago — Contesté mientras lo apartaba de mí, él se levantó con furia del sofá y caminó hacia la puerta, yo me quedé sentada mirándolo, sentí que el nudo en la garganta me asfixiaba y en silencio lloré tras el sonido de la puerta, el ruido del auto me confirmó su huida y yo me sentí devastada, el frío atacó mi desnudez y mi fuerza de mujer se vio derrotada. Era tan difícil darle rienda suelta a mis instintos, y tan fácil tomar en cuenta mi consciencia, para dejar que la oportunidad de mi vida se fuera sintiéndose completamente despreciado, sé que lo que había sucedido no era correcto, pero es que en realidad ya nada de lo que pasaba lo era, pero no era capaz de convertirme en una más de sus amantes, sobre todo porque por su misma petición había decidido continuar con mi embarazo. Me levanté despacio, completamente inerte para apagar la lámpara, recogí mi ropa con frustración y me dirigí al cuarto, me acosté y sentí un peso enorme encima, estiré mi brazo al espacio vacío d
Tomé una ducha, y me sentí fresca aunque no del todo bella, mi autoestima cada vez flaqueaba más, pero era mi noche, y yo debía hacer que fuera la mejor de todas, en medio de todo el caos había algo bueno, y era ese premio. Una vez lista con la ropa más casual que tenía, convencida que en la agencia me darían una vestimenta correcta, tomé un taxi que me llevó puntual hasta Siluetas, entré pero no ví a Thiago por ningún lado, pasé directo hasta el estudio de Fernando quien sería el indicado para arreglarme, Sandra y Laura también se vestían para la premiación, me vieron de reojo mientras pasaba, sin embargo no se atrevieron a decirme nada; sabían que ahora sí estaba triunfando por encima de sus burlas y desprecios, pues su veneno no había podido contra mí y que gracias a las fotos que yo les había tomado ellas podían asistir a la actividad más esperada en la agencia. — Lisa, querida, felicidades — Me recibió Fernando con una alegría indescriptible Le agradecí mientras me sentaba — A
El salón era muy elegante, ventanales de vidrio hasta el suelo, alfombras deslumbrantes en rojo, la tarima con un piso reluciente, a los lados enormes arreglos florales y montón de sillas doradas, jamás había imaginado que podía estar en un lugar así, que realmente tendría la oportunidad de obtener el premio Fotomodel, tan deseado por la mayoría de fotógrafos del país. Fue algo supremamente agradable, sentía cosquillas en mi estómago, y no sabía si era por tener al hombre más guapo a mi lado o por la ansiedad que me daba escuchar mi nombre en aquel bello salón. — Ella es Lisa Miere, fotógrafa de mi agencia y ganadora del premio Fotomodel — Decía a cada uno para presentarme, yo con mucha vergüenza les daba la mano y sonreía. Una vez que saludó a todos sus socios o amigos nos sentamos en la primera fila, pues ya había un sitio reservado para nosotros. Sandra y Laura me miraban con ira y envidia, a ellas también las presentó, pero la mayor parte del tiempo permaneció a mi lado, en e
Escuché la voz temblorosa de Thiago respondiendo — Se ha sometido a una operación y no ha podido acompañarme, pero ya pronto la verás deslumbrar en otras alfombras y podrá tomarse una copa de vino contigo — Oh — Dijo la mujer con un tono de voz chocante — Cirugía plástica, supongo para estar más bella de lo que es Vi y pude sentí la sensación de dolor en Thiago, puesto que para él no era tan fácil confesar que su esposa se había realizado una operación para no tener hijos y aunque aquella conversación me había hecho entrar en razón y olvidarme de lo bello que estaba sucediendo, no pude evitar compadecerme por él. — Sí — Afirmó en seco, mintiendo para no decir lo que en verdad pasaba con Esmeralda y se despidió Seguí caminando con él, pero evité acercarme mucho, dado que ya había tomado consciencia del porqué la gente nos miraba tanto, era claro que todos estaban sorprendidos por ver a mi jefe sin su esposa, sin embargo él no tenía autocontrol ni comprendía lo que esto nos acarrea
— Súbete rápido — Me ordenó con su voz cansada por la prisa, sin ánimos de decirme lo que pasabaMe subí de prisa, vi a través del vidrio, pero nadie nos observaba y ya suficiente nos habían acosado durante la noche como para correr hasta ahora. Thiago encendió el auto y manejó rápidamente— Nos vamos a matar — Le grité desesperada — ¿Me vas a decir qué te sucede ahora mismo? —Le ordené molesta, pues sabía bien que estaba embarazada y me molestaba que se comportara de esa manera siendo inconsciente de mi estadoUna vez que logramos salir del inmenso sitio, Thiago bajó la velocidad del vehículo. — ! Ingrato! Date cuenta de que llevas a bordo a una mujer embarazada y que será tu culpa si me vomito en estos lujosos asientos — Grité, Thiago se echó a reír como un idiota, logrando que mi furia aumentara más, lo miré con ira, teniendo la intención clara de hacer lo que había dicho, pero la consciencia me detuvo — Ay, Lisa, definitivamente eres muy peculiar — Alegó mientras continuaba rié
***Yo sí te quiero***Esas cuatro palabras habían arruinado todo, Thiago se quedó inerte mirándome, sin saber qué responder, dejándome claro que él no pensaba lo mismo, que solo me quería para unas cuantas noches. Eso solo me reveló que él no estaba sintiendo lo mismo que yo y que sus acciones eran únicamente demostraciones de amabilidad o gratitud. Se apartó de mí, yo empecé a tener autocontrol de mis emociones y me calmé en un santiamén, siendo consciente de que mis lágrimas no solucionarían el incómodo momento —No sé qué decirte — al fin habló Thiago — No es necesario que digas nada — Le respondí a secas — Es que... — Calla, no debí decir nada, no es tu culpa — Aclaré — Perdón, no puedo controlar mis instintos de hombre... — Mujeriego — dije interrumpiéndolo Thiago se quedó callado un buen rato, encendió nuevamente el auto, en el camino ninguno de los dos habló, mi frase fue como la ruptura de todo el encanto que había sentido, y maldije haberlo dicho, ahora estaba más con
— Acepto — Contesté sin discernir en mi decisión — Trato — Dijo Eduardo estrechando la mano con Thiago, yo solo me pude quedar de brazos cruzados observándolos, pero en el fondo sentía una corazonada que me advertía que algo ocultaban — ¿Qué debo dar a cambio? — Pregunté para convencerme de que no me estuvieran tomando el pelo — Tu disciplina, compromiso y esmero con ambas empresas — Afirmó Thiago — Perfecto, cuenten con eso, si no hay nada más en lo que pueda diferir, me retiro — Dije levantándome de la mesa y dándole la mano a cada uno, la de Thiago la sentí ardiente, y cuando crucé mi mirada con la de él algo dentro de mí se deshizo, dolió tanto que a lo inmediato se formó el nudo en la garganta, mismo que tuve que controlar para evitar un suceso como el de la noche anterior. — Espera un momento — Dijo Thiago — Tenemos una reunión pendiente, recuerda — Asumí que mentía para que me quedara y no tuve valor de negar su petición — Disculpe, por la sorpresa lo había olvidado — Con