— Súbete rápido — Me ordenó con su voz cansada por la prisa, sin ánimos de decirme lo que pasabaMe subí de prisa, vi a través del vidrio, pero nadie nos observaba y ya suficiente nos habían acosado durante la noche como para correr hasta ahora. Thiago encendió el auto y manejó rápidamente— Nos vamos a matar — Le grité desesperada — ¿Me vas a decir qué te sucede ahora mismo? —Le ordené molesta, pues sabía bien que estaba embarazada y me molestaba que se comportara de esa manera siendo inconsciente de mi estadoUna vez que logramos salir del inmenso sitio, Thiago bajó la velocidad del vehículo. — ! Ingrato! Date cuenta de que llevas a bordo a una mujer embarazada y que será tu culpa si me vomito en estos lujosos asientos — Grité, Thiago se echó a reír como un idiota, logrando que mi furia aumentara más, lo miré con ira, teniendo la intención clara de hacer lo que había dicho, pero la consciencia me detuvo — Ay, Lisa, definitivamente eres muy peculiar — Alegó mientras continuaba rié
***Yo sí te quiero***Esas cuatro palabras habían arruinado todo, Thiago se quedó inerte mirándome, sin saber qué responder, dejándome claro que él no pensaba lo mismo, que solo me quería para unas cuantas noches. Eso solo me reveló que él no estaba sintiendo lo mismo que yo y que sus acciones eran únicamente demostraciones de amabilidad o gratitud. Se apartó de mí, yo empecé a tener autocontrol de mis emociones y me calmé en un santiamén, siendo consciente de que mis lágrimas no solucionarían el incómodo momento —No sé qué decirte — al fin habló Thiago — No es necesario que digas nada — Le respondí a secas — Es que... — Calla, no debí decir nada, no es tu culpa — Aclaré — Perdón, no puedo controlar mis instintos de hombre... — Mujeriego — dije interrumpiéndolo Thiago se quedó callado un buen rato, encendió nuevamente el auto, en el camino ninguno de los dos habló, mi frase fue como la ruptura de todo el encanto que había sentido, y maldije haberlo dicho, ahora estaba más con
— Acepto — Contesté sin discernir en mi decisión — Trato — Dijo Eduardo estrechando la mano con Thiago, yo solo me pude quedar de brazos cruzados observándolos, pero en el fondo sentía una corazonada que me advertía que algo ocultaban — ¿Qué debo dar a cambio? — Pregunté para convencerme de que no me estuvieran tomando el pelo — Tu disciplina, compromiso y esmero con ambas empresas — Afirmó Thiago — Perfecto, cuenten con eso, si no hay nada más en lo que pueda diferir, me retiro — Dije levantándome de la mesa y dándole la mano a cada uno, la de Thiago la sentí ardiente, y cuando crucé mi mirada con la de él algo dentro de mí se deshizo, dolió tanto que a lo inmediato se formó el nudo en la garganta, mismo que tuve que controlar para evitar un suceso como el de la noche anterior. — Espera un momento — Dijo Thiago — Tenemos una reunión pendiente, recuerda — Asumí que mentía para que me quedara y no tuve valor de negar su petición — Disculpe, por la sorpresa lo había olvidado — Con
A las seis de la mañana sonó mi alarma, tenía mucho sueño, pero era el último día que me quedaba en la ciudad y debía aprovecharlo al máximo. Hice todo lo correspondiente para estar lista, tardándome dos horas y media, a las diez salí para buscar la revista, y asegurarme que nada malo estuviese pasando. — Es usted la de la foto, Lisa, felicidades — dijo el joven que vendía en la tienda y que ya conocía mi nombre por llegar todos los días a comprar revistas. —Es que he ganado un premio — Aclaré para obviar lo que decía, aunque en realidad ya sabía que si estaba ahí no era por buena fotógrafa — No, no es solo por el premio — Advirtió mientras me la entregaba Sus palabras me alertaron y me dejaron atónita, estábamos en la primera plana de la revista Enredadera, en la sección de espectáculos y de farándula de las demás revistas "Thiago Villarreal, CEO de la reconocida Agencia de Modelaje Siluetas, paga el premio nacional de fotografía Fotomodel, a su más reciente amante Laura Mier
Supe que ya no quedaba tiempo, que el día se me había ido pensando en el viaje, y ni siquiera había podido ir a visitar a mis padres. Cuando amaneció, supe que no quedaba de otra que había llegado el momento de marcharme. Tocaron a la puerta— Thiago — dije asustada cuando abrí— Déjame entrar, después reclamar — señaló pasando rápidamente al apartamento— ¿Qué haces aquí? Sabes bien que todas nuestras fotos están en las redes y en el periódico. Te fui a buscar a la oficina, te llamé, te escribí, y solo me has ignorado, mandaste todo para que me largue, entonces qué vienes hacer aquí — Dije enfadada mientras él se sentaba— No es tan fácil Lisa — balbuceó sin mirarme*** NO ESTÁN FÁCIL, LISA *** Tres palabras que me sobrepasaron la tolerancia— Sí, no es tan fácil, es más fácil deshacerte de mí, mandarte lejos, porque simplemente no quieres enfrentarte a ella, a decirle lo que en verdad pasa lo que sientes por ella, se operó para no tener hijos contigo, entonces, por qué te empeñas en
Llegué al aeropuerto con el más inmenso de los miedos, temerosa de la mirada de la gente. Después de esperar en la inmensa fila, la joven detrás de la ventanilla me anunció amablemente lo inminente: — Toda su papelería está en orden, Señora Lisa, su vuelo saldrá en un momento Me sentí más débil que nunca, mi estómago revuelto desde ya por las náuseas, los nervios alterados por imaginar lo que podía suceder ahí dentro y mi falta de conocimiento sobre el embarazo me obligó a preguntar con mucha pena: — ¿Hay algún problema si estoy embarazada? — ¿Cuántas semanas tiene? — Interrogó y yo me quedé en silencio La muchacha me vio con ironía porque me tardé sacando la cuenta y quizá se asombró, pues mi nerviosismo denotaba que no lo sabía y me interrumpió — Si tiene menos de 29 semanas no hay ningún problema, puede viajar con tranquilidad, solo elija los asientos cerca de las alas o en la parte delantera, en estos lugares se suele sentir menos el movimiento del avión para que evite las
— Sí es verdad que estoy embarazada, pero mi hijo no es de Thiago — Aseguré — Y ese tema de las noticias amarillistas me tiene cansada — Oh, siempre confié tanto en la revista Enredadera — Dijo abrumado — Son igual de amarillistas que el resto, completamente patéticos — Gruñí molesta, cuando al instante unos hombres con trajes de empresarios se acercaron a Diego — Hemos venido por ti — Dijeron después de saludar, hablando en español — Ella es Lisa, una amiga que va al mismo internado, se irá con nosotros — Explicó y los hombres solo asintieron sin interrogar nada más — Mucho gusto, Lisa Miere — Contesté dándoles la mano para saludar y presentarme En el trayecto a la universidad solo pude pensar en cómo mi vida había cambiado tanto, en qué pasaría si tomaba la decisión de no regresar y darle una mejor vida y educación a mi hijo, y finalmente olvidarme de Thiago y de la agencia, pero cómo me cobrarían después el haberme pagado el curso, todo era tan contradictorio que no pude evi
En la mesa, Diego no hizo más que mirarme como un bobo. — No me veas tanto que me siento incómoda, el embarazo no me tiene muy bien que digamos, mi cara de fantasma es decadente — Dije llevando el bocado de comida a la boca con suma vergüenza — Eres preciosa, Lisa, la palidez de tu cara remarca el color de tus ojos y tus pecas, tu cabello se vería mejor corto — Contestó dejándome anonadada — Debes revisar tus lentes — Contesté insegura de esas cualidades, aunque lo del cabello me pareció una buena sugerencia — No miento, en verdad eres muy linda, si gustas yo mismo podría cortarte el cabello, estudié estilismo cuando era joven — Explicó — Eso sí lo acepto, los piropos no — Contesté agradecida por su disposición — ¿Y qué más escondes? ¿Eres pintor, músico o poeta? — Interrogué asombrada — No, solo estudié estilismo cuando era joven como he dicho, ya sabes hay épocas en las que deseamos ser todo para después enterarnos que no somos nada — Explicó apesarado — Jum, dímelo a mí, que