Llegué al aeropuerto con el más inmenso de los miedos, temerosa de la mirada de la gente. Después de esperar en la inmensa fila, la joven detrás de la ventanilla me anunció amablemente lo inminente: — Toda su papelería está en orden, Señora Lisa, su vuelo saldrá en un momento Me sentí más débil que nunca, mi estómago revuelto desde ya por las náuseas, los nervios alterados por imaginar lo que podía suceder ahí dentro y mi falta de conocimiento sobre el embarazo me obligó a preguntar con mucha pena: — ¿Hay algún problema si estoy embarazada? — ¿Cuántas semanas tiene? — Interrogó y yo me quedé en silencio La muchacha me vio con ironía porque me tardé sacando la cuenta y quizá se asombró, pues mi nerviosismo denotaba que no lo sabía y me interrumpió — Si tiene menos de 29 semanas no hay ningún problema, puede viajar con tranquilidad, solo elija los asientos cerca de las alas o en la parte delantera, en estos lugares se suele sentir menos el movimiento del avión para que evite las
— Sí es verdad que estoy embarazada, pero mi hijo no es de Thiago — Aseguré — Y ese tema de las noticias amarillistas me tiene cansada — Oh, siempre confié tanto en la revista Enredadera — Dijo abrumado — Son igual de amarillistas que el resto, completamente patéticos — Gruñí molesta, cuando al instante unos hombres con trajes de empresarios se acercaron a Diego — Hemos venido por ti — Dijeron después de saludar, hablando en español — Ella es Lisa, una amiga que va al mismo internado, se irá con nosotros — Explicó y los hombres solo asintieron sin interrogar nada más — Mucho gusto, Lisa Miere — Contesté dándoles la mano para saludar y presentarme En el trayecto a la universidad solo pude pensar en cómo mi vida había cambiado tanto, en qué pasaría si tomaba la decisión de no regresar y darle una mejor vida y educación a mi hijo, y finalmente olvidarme de Thiago y de la agencia, pero cómo me cobrarían después el haberme pagado el curso, todo era tan contradictorio que no pude evi
En la mesa, Diego no hizo más que mirarme como un bobo. — No me veas tanto que me siento incómoda, el embarazo no me tiene muy bien que digamos, mi cara de fantasma es decadente — Dije llevando el bocado de comida a la boca con suma vergüenza — Eres preciosa, Lisa, la palidez de tu cara remarca el color de tus ojos y tus pecas, tu cabello se vería mejor corto — Contestó dejándome anonadada — Debes revisar tus lentes — Contesté insegura de esas cualidades, aunque lo del cabello me pareció una buena sugerencia — No miento, en verdad eres muy linda, si gustas yo mismo podría cortarte el cabello, estudié estilismo cuando era joven — Explicó — Eso sí lo acepto, los piropos no — Contesté agradecida por su disposición — ¿Y qué más escondes? ¿Eres pintor, músico o poeta? — Interrogué asombrada — No, solo estudié estilismo cuando era joven como he dicho, ya sabes hay épocas en las que deseamos ser todo para después enterarnos que no somos nada — Explicó apesarado — Jum, dímelo a mí, que
Me regresé a la habitación con un nudo en la garganta, mi mente era tan volátil, y la desesperación que tenía me hacía pensar muchas cosas, no era capaz de concebir en mi mente la casualidad tan oportuna con Diego, y todo lo que le rodeaba, el sentarse justo a mi lado, hablarme alegando que sabía quién era, estudiar el mismo curso que yo, la vestimenta de quien lo recogió, su interés en mí, la llamada que le hizo denotar nerviosismo, todo era demasiado confuso. — Thiago, respóndeme — Le escribí intentando calmar mi ansiedad — Sí, Lisa, mañana lo soluciono, descansa por favor, todo estará bien — Respondió al cabo de un rato. — Thiago, no quiero estar aquí — Escribí inmersa en el llanto, la angustia me estaba aniquilando Thiago no respondió y eso dolió más, pues solo él podía salvarme de tantas preocupaciones que él mismo me había impuesto, pues aunque yo entendería que todo era por mi bien que debía estudiar que era una excelente oportunidad, por más que yo me auto controlara y d
Durante el día Diego no se atrevió ni a mirarme y eso me sirvió para poder entablar comunicación con una española bastante guapa que se acercó a mí únicamente porque le gustaba Diego, y quería que yo le ayudara a conquistarlo. — ¿Guapa, el chico que siempre está contigo es tu novio? — Me preguntó mirándolo, Diego se encontraba en la otra mesa, frente a la mía — No, él es solo mi amigo, somos del mismo país — expliqué — A mí si me parece supremamente simpático — Dijo la española con su acento bien marcado que se me dificultaba comprender — Todo tuyo, bonita, así me quitas un peso de encima —Alegué cerrando mi computadora— ¿Acaso es muy molesto contigo? Es que míralo ahí con su carita guapa cualquiera caería rendida, es un morenazo divino — Alegó la mujer completamente eufórica por el hombre — Sí, es re fastidioso, pero buena gente — Exclamé riéndome, Diego nos observaba con temor, por encima de sus lentes redondos — ¿A ti te gusta? — Preguntó para convencerse de dar el otro pa
Las palabras de Thiago eran cada vez más confusas, quise seguir preguntando, seguir hablando con él, pero debía mantenerme al margen de la situación y no agobiarlo más con mis emociones también contradictorias. Cuando me encontré a Lucía en el comedor, a la mañana siguiente, no dudó en interrogarme, sobre lo que en verdad no quería hablar.Y entonces le conté también lo que había sucedido con mi embarazo y lo que sentía por Thiago y me abrazó demostrándome confianza — De película, amiga, ¿pero este guapo Thiago qué siente por ti? ¿Qué es lo que piensas hacer con él? ¿Admirarlo de largo? — interrogó — No, Clara, yo con Thiago solo deseo casarme, amarlo por siempre, darle el amor que no ha recibido, pero es muy confuso, sé que él me quiere porque ha sido más que bueno conmigo, pero no sé si algún día realmente se divorciará y decidirá compartir su vida de millonario conmigo — Dije con tristeza — Pero nena, si en la revista hoy han citado que se está divorciando, y eso de millonario
— Deben irse ya, se les hace tarde — Ordenó Diego para evadir nuestras miradas y próximas preguntas que deseábamos hacer. Yo constaté la hora en el reloj y en verdad se hacía tarde. — Es verdad, guapa, debemos solicitar el permiso de salida — Añadió Lucía, mientras me tomaba la mano para caminar juntas hacia el salón, miré a Diego nuevamente queriendo entender por qué una persona a la cual recién conoces le causas tanta compasión y es capaz de ayudarte así sin más. La Mis nos autorizó el permiso de salida, salimos del salón en busca de Diego, quien esperaba ansioso.- ¿Podrán ir las dos? - Preguntó sorprendido — Sí, amor, vete tranquilo a clase — le respondió Lucía, dándole un apasionado beso, yo solo pude mirarlos con envidia, al sentirme completamente sola. — Perfecto, mi primo vendrá en un momento para llevarlas — Aclaró mientras se daba la vuelta y corría al salón. El apuesto hombre llegó casi a lo inmediato, su vestimenta era igual a la que llevaba el día que nos recogió en
Dos meses después Mi mensaje declarando que lo amaba no había servido de nada, Thiago nunca respondió, tampoco me envió el dinero para pagarle a Diego, sin embargo este nunca me cobró, todos los días que lo veía le aseguraba que en cuanto estuviéramos en México le pagaría, y él siempre decía que no me preocupara, pero en realidad me daba mucha vergüenza. Supe de Thiago gracias a las noticias de las revistas, sin embargo, últimamente habían dejado de colocar su foto en primera plana, y solo publicaban algunos aspectos relevantes como la caída de su agencia, su divorcio que estaba envuelto en una serie de problemas legales, de dinero y de familia, por lo demás tonterías como sus visitas a bares, siempre solo, igual que yo, quien últimamente estaba aislada de mis dos amigos, pues ya mi vientre empezaba a notarse, y a dificultarme el andar, no tenía las mismas energías ni ganas de andar de un lugar a otro, aunque ellos siempre estaban pendiente de mí, ayudándome incluso con las asignac