Me regresé a la habitación con un nudo en la garganta, mi mente era tan volátil, y la desesperación que tenía me hacía pensar muchas cosas, no era capaz de concebir en mi mente la casualidad tan oportuna con Diego, y todo lo que le rodeaba, el sentarse justo a mi lado, hablarme alegando que sabía quién era, estudiar el mismo curso que yo, la vestimenta de quien lo recogió, su interés en mí, la llamada que le hizo denotar nerviosismo, todo era demasiado confuso. — Thiago, respóndeme — Le escribí intentando calmar mi ansiedad — Sí, Lisa, mañana lo soluciono, descansa por favor, todo estará bien — Respondió al cabo de un rato. — Thiago, no quiero estar aquí — Escribí inmersa en el llanto, la angustia me estaba aniquilando Thiago no respondió y eso dolió más, pues solo él podía salvarme de tantas preocupaciones que él mismo me había impuesto, pues aunque yo entendería que todo era por mi bien que debía estudiar que era una excelente oportunidad, por más que yo me auto controlara y d
Durante el día Diego no se atrevió ni a mirarme y eso me sirvió para poder entablar comunicación con una española bastante guapa que se acercó a mí únicamente porque le gustaba Diego, y quería que yo le ayudara a conquistarlo. — ¿Guapa, el chico que siempre está contigo es tu novio? — Me preguntó mirándolo, Diego se encontraba en la otra mesa, frente a la mía — No, él es solo mi amigo, somos del mismo país — expliqué — A mí si me parece supremamente simpático — Dijo la española con su acento bien marcado que se me dificultaba comprender — Todo tuyo, bonita, así me quitas un peso de encima —Alegué cerrando mi computadora— ¿Acaso es muy molesto contigo? Es que míralo ahí con su carita guapa cualquiera caería rendida, es un morenazo divino — Alegó la mujer completamente eufórica por el hombre — Sí, es re fastidioso, pero buena gente — Exclamé riéndome, Diego nos observaba con temor, por encima de sus lentes redondos — ¿A ti te gusta? — Preguntó para convencerse de dar el otro pa
Las palabras de Thiago eran cada vez más confusas, quise seguir preguntando, seguir hablando con él, pero debía mantenerme al margen de la situación y no agobiarlo más con mis emociones también contradictorias. Cuando me encontré a Lucía en el comedor, a la mañana siguiente, no dudó en interrogarme, sobre lo que en verdad no quería hablar.Y entonces le conté también lo que había sucedido con mi embarazo y lo que sentía por Thiago y me abrazó demostrándome confianza — De película, amiga, ¿pero este guapo Thiago qué siente por ti? ¿Qué es lo que piensas hacer con él? ¿Admirarlo de largo? — interrogó — No, Clara, yo con Thiago solo deseo casarme, amarlo por siempre, darle el amor que no ha recibido, pero es muy confuso, sé que él me quiere porque ha sido más que bueno conmigo, pero no sé si algún día realmente se divorciará y decidirá compartir su vida de millonario conmigo — Dije con tristeza — Pero nena, si en la revista hoy han citado que se está divorciando, y eso de millonario
— Deben irse ya, se les hace tarde — Ordenó Diego para evadir nuestras miradas y próximas preguntas que deseábamos hacer. Yo constaté la hora en el reloj y en verdad se hacía tarde. — Es verdad, guapa, debemos solicitar el permiso de salida — Añadió Lucía, mientras me tomaba la mano para caminar juntas hacia el salón, miré a Diego nuevamente queriendo entender por qué una persona a la cual recién conoces le causas tanta compasión y es capaz de ayudarte así sin más. La Mis nos autorizó el permiso de salida, salimos del salón en busca de Diego, quien esperaba ansioso.- ¿Podrán ir las dos? - Preguntó sorprendido — Sí, amor, vete tranquilo a clase — le respondió Lucía, dándole un apasionado beso, yo solo pude mirarlos con envidia, al sentirme completamente sola. — Perfecto, mi primo vendrá en un momento para llevarlas — Aclaró mientras se daba la vuelta y corría al salón. El apuesto hombre llegó casi a lo inmediato, su vestimenta era igual a la que llevaba el día que nos recogió en
Dos meses después Mi mensaje declarando que lo amaba no había servido de nada, Thiago nunca respondió, tampoco me envió el dinero para pagarle a Diego, sin embargo este nunca me cobró, todos los días que lo veía le aseguraba que en cuanto estuviéramos en México le pagaría, y él siempre decía que no me preocupara, pero en realidad me daba mucha vergüenza. Supe de Thiago gracias a las noticias de las revistas, sin embargo, últimamente habían dejado de colocar su foto en primera plana, y solo publicaban algunos aspectos relevantes como la caída de su agencia, su divorcio que estaba envuelto en una serie de problemas legales, de dinero y de familia, por lo demás tonterías como sus visitas a bares, siempre solo, igual que yo, quien últimamente estaba aislada de mis dos amigos, pues ya mi vientre empezaba a notarse, y a dificultarme el andar, no tenía las mismas energías ni ganas de andar de un lugar a otro, aunque ellos siempre estaban pendiente de mí, ayudándome incluso con las asignac
— Shh, calla nena que Thiago está atrás de ti — Respondió finalmente Lucía, después de tirarse una carcajada — ¿Queeeeeeeeeeeeeeee? Grité asombrada mientras giraba mi cabeza en dirección a la parte trasera de la camilla que estaba completamente separada de la pared Ver mis ojos frente a los suyos, tenerlo cerca, fue increíble, sentí como mi sangre se calentaba y erizaba mi piel, no tenía ni la menor idea de qué estaba pasando, ni cómo Thiago había llegado hasta ahí, pues no recordaba nada desde el momento en que le había contestado a Lucía, pero estaba a mi lado, como el salvador que había sido siempre, un poco más delgado, pero igual de guapo que siempre, con su vestimenta perfectamente combinada, y su sonrisa igual que la mía, expresando asombro y alegría. No tenía ni la mayor idea de cómo Thiago había llegado hasta ahí, sentí la sangre caliente y los pies helados, realmente él estaba a mi lado, y fue como comprobar que sí éramos especial para él. No pude ocultar mi sonrisa, fu
— ¿Este idiota te hizo algo malo? — Preguntó después de concluir el abrazo, Lucía me abrazó, al igual que yo estaba sorprendida, y sabía que si no me sujetaba iba a hacer una locura, pero no tenía ánimos de pelear, aunque me sentía completamente burlada por haber creído en Diego, así que solo pude contestar sin ninguna gesticulación — No me hizo nada malo, solo pensé que en verdad era mi amigo — Vi como la sonrisa de ambos se borraba ante mi respuesta, Diego estaba comprendiendo perfectamente lo mucho que me dolía su engaño, pues en poco tiempo había aprendido a quererlo — Solo necesitaba protegerte — Aseguró Thiago quien también comprendió lo mucho que me estaba doliendo su mentira — Acaso tú creíste que iba a mandarte hasta aquí sin ningún amparo, yo solo quería alejarte de la prensa — No era necesario mentir, Thiago, no sabes cuánto agradecí a la vida porque pensé que había encontrado un amigo igual de bueno que James — Eres un gilipollas — Añadió Lucía quien también estab
Thiago no fue capaz de responder nada, y el silencio empezaba a incomodarme — ¿A dónde vamos? — Pregunté olvidándome del asunto con Esmeralda, pues ya no habíamos tardado demasiado y el camino a la universidad era cercano a la clínica por lo cual dudé si en realidad nos dirigíamos ahí o a otro lugar — A casa — Habló Thiago finalmente — No te estoy entendiendo — Alegué confundida — Que he conseguido una casa para ti, Lisa, no puedes continuar viviendo en el internado, necesitas mejores condiciones — Explicó con certeza, claro porque conocía muy bien cómo estaba, pues Diego le pasaba toda información al respecto — Estás loco, me encuentro perfectamente bien donde estoy — Mentí para mantener en alto mi dignidad — Sí, sí, estoy loco, pero no permitiré que sigas padeciendo en ese lugar — Afirmó— ¿Y quién va a pagar ese alquiler? ¿Lo hará Eduardo Ferrufino? el que se supone que me dio la beca para estudiar aquí — Pregunté con ironía reflexionando en que todo había sido planeado p