¿Quién era yo ahora, sin cámaras, sin celular y sin Thiago? Me sentía el estómago revuelto, el frío de la soledad ¿cómo era posible que aquel hombre millonario me metiera en sus redes? Eran ya las seis de la mañana cuando decidí salir del parque, ir a casa no era buena idea, solo pude dirigirme a casa de Laura
— ¡Soy Lisa, ábreme la puerta, por favor! — Grité después de haber tocado la puerta en repetidas ocasiones
— ¡Estás loca, cómo se te ocurre irrumpir mi sueño! — Dijo Laura aún con el pelo desordenado, más dormida que despierta
— Definitivamente estoy loca — contesté y me senté con tristeza en su pequeño sofá
— Traes una cara de muerto — Comentó mi amiga mirándome perpleja — ¿Dónde amaneciste?
— En una quinta, no sé ni siquiera dónde — respondí como si fuera un robot, mecánicamente, iba completamente absorta
— ¿ Lisa, no has entendido que estás embarazada? ¿En qué líos estás metida? — Me amonestó mi amiga un poco incomprensible o incrédula
— En el lío llamado Thiago y su m*****a sonrisa — contesté sin miedo, en ella confiaba y sabía bien que su jefe me volvía loca
— ¡Otra vez! Se supone que eso ya estaba entendido — gruñó enfadada, como si ya estuviera harta de lo que le confiaba
— Ahora está más confuso — aclaré — Thiago me ha llevado a una de sus quintas —alegué como si fuera algo fácil de creer
— Dime que no te acostaste con él — Me interrumpió Laura agarrándose el cabello con furia y mirándome con cara de preocupación
— La muy tonta no, no tuve valor — dije, pues en realidad había sido una tonta por no hacerlo teniendo la oportunidad en mis manos y me estoy odiando por eso, imagínate tener a semejante bombón a tu lado y no poder siquiera besarle — Gruñí con una pena terrible
— Eso nada bueno va a traerte, no logro explicarme cómo es que Thiago puede hacer esas cosas contigo — comentó incrédula, como si después de decirme que luchara por él ahora pensaba todo lo contrario
—Lo peor de todo no es eso, es que me siguió hasta el parque — seguí contando con seguridad — ahí estuvimos hablando y me desmayé, entonces me subió a su Ferrari y me llevó a la quinta, al amanecer me sacó de ahí, escondida, claro, nadie puede verlo con una empleada
— ¿Thiago en un parque? Eso es peor de creer
— Pero sí es real, ahí perdí mis cámaras, lo supe esta mañana cuando reaccioné y busqué mi celular para escribirte pero…
— ¿Lisa, te das cuenta que estás perdiendo la cordura? Eso es imposible ¿ Sabes si el embarazo da ese tipo de comportamiento? — Me interrumpió
— Nadie me lo creería pero sucedió
— No, Lisa, eso sucede en tu mente de niña tonta, mejor ve a descansar y si en realidad no te vas a deshacer de ese bebé entonces compórtate como una madre responsable
La falta de apoyo de Laura me lastimó, sé que era difícil creer mi historia, nadie sería capaz de comprender lo sucedido entonces reflexioné en qué lo mejor era no comentarle a Nadie lo que estaba pasando con Thiago, mantendría todo en secreto si nuestros encuentros fatídicos y confusos continuaban, aunque eso me doliera horriblemente debía seguir y no permitir que eso me venciera
— Me iré, Laura - Dije levantándome del sillón con vergüenza
— Tengo una amiga que puede ayudarte a abortar — Dijo apretándome el brazo
— No lo haré — Le contesté furiosa
— Te conviene, Lisa, así al menos si en realidad te estás viendo con Thiago, podrías al menos tener un revolcón con él y ya dejar esa angustia terrible que te tiene hecha triza, solo no te enamores, Lisa, él jamás será para ti — Me respondió mirándome a los ojos con mucha sinceridad
— Sé que es así, Laura, voy a pensarlo — Pude decir con tristeza
— No estás apta para ser madre, Lisa
— Déjame pensarlo hoy — Agregué mientras salía de la casa
Caminé con una tristeza increíble, la magia del día anterior se había borrado rápidamente, cómo si no existiera y nada hubiese pasado, estaba ahora sin medios para trabajar e incomunicada, el abandono era perenne, y llamar a mamá no era buena idea.
Llegué a casa y me metí a la ducha, era como si solo el agua podía limpiarme el alma y por un momento sentirme habitada, solo estaba mi hijo y yo, pensé en su ser que no tenía culpa, imaginé cómo serían sus manos, y pensar en la propuesta de Laura me aterraba.
Me pregunté cómo sería aceptar la propuesta de Thiago. Él estaba casado por contrato y en todo caso al aceptar ser su refugio sería lo mismo, asumir las reglas de eso, ¡Qué importaba! Era eso o nada, tenerlo una noche y en la madrugada huir sin que nadie viera mi sombra. Parecía algo cruel e hiriente pero estar sin él siquiera un momento era más angustiante, ahora que lo conocía más lo quería más, me atraía más, solo sentía el impulso de tirarme a su voluntad y olvidarme por completo de todo. Pensar me agotó y me quedé dormida hasta que Laura tocó a mi puerta.
— Si vienes a repetirme que aborte, aún no tengo respuesta — Le dije asustada sin siquiera saludarla, mientras abría la puerta.
— Déjame pasar primero — Me dijo volteando los ojos — Aquí te manda esto Thiago — Y me dio una enorme caja sellada
— ¡Las cámaras! — Exclamé feliz
— Sí, y un celular último modelo
— Qué importa eso, solo mis cámaras, Laura — Comenté de prisa mientras abría desesperada la enorme caja
Saqué la primera y Vi que era de la misma marca de las que tenía
— Son iguales a las que me dio mi padre — Dije saltando de la emoción
— Debiste haberle pedido unas de buena marca
— Laura, lo siento, pero yo no soy así, ya es mucho con que las haya repuesto, no es su culpa que yo esté embarazada y tenga desmayos repentinos, fue esa la única causa para perderlas
— Lisa, o eres ingenua o bruta, pero lo mejor que podrías hacer después de lo que ese tipo provoca en ti, es sacarle dinero — Los comentarios de Laura, me tenían fastidiada.
— Laura, tú en verdad crees que a mí me atrae porque es millonario
— Ujum — Expresó mirándome con sarcasmo
— Te desconozco, sabes muy bien que eso no es así — Le dije levantando la caja del suelo y mirándola con tristeza
— Ya me cansé de tus jueguitos de niña, de tu inmadurez, si vas a seguir con tu papel de moralista, en donde eres una víctima en historias falsas que creas en tu cabeza, entonces mejor me voy — Dijo levantándose y pasando por mi lado rápidamente
— ¿También te gusta Thiago? — pregunté y entonces retrocedió su paso
Cuando volteó estaba pálida — Todas nos volvemos locas por Thiago, pero yo sí tengo los pies sobre la tierra y sé que es un ser inalcanzable, tú deberías hacer lo mismo y dejar de enredarme con él y de inventar encuentros con él para impresionarme — Dijo y la sentí llena de hipocresía
— Pensé que en verdad eras mi amiga — Grité llorando
— Lo soy, pero estoy cansada de esto, además estás embarazada, tienes que ubicarte y pensar qué hacer, si decides abortar me avisas — Contestó mientras halaba la puerta para marcharse
Tomé el teléfono, y justo en él estaba ya registrado su número, pese a los comentarios negativos de Laura y a lo sucedido en la mañana, me rendí ante mis instintos de mujer enamorada y resignada al lugar que Thiago podía brindarme y le escribí un mensaje
— Gracias, Thiago, por comprarme las cámaras idénticas a las que tenía, eso es demasiado importante para mí, prometo pagártelas con mi trabajo, solo me avisas qué día puedo llegar a la agencia — Cité a la espera de una respuesta que calmara mi ansiedad
— De nada, puedes venir mañana, procura que sea temprano — Respondió
Yo no encontré una respuesta más a eso, y decidí callar y seguir pensando en qué hacer con el mar de calamidades que se venían encima de mí, pese a lo hiriente que había Sido Laura, tenía mucha razón y solo en mí estaba la decisión correcta para darle curso a mi vida y finalmente sentirme tranquila, sentía que estaba pensando como una niña, que lo que sucedía tal vez, ni siquiera tenía sentido, y eso solo abría más y más mis heridas, mis sueños inconclusos, mis ganas de ser invencible, tener dinero y sentirme capaz de estar a la altura de Thiago, de ser en verdad un refugio, de no ocultarme de nadie, ser libre como bien decía él.
El frío de la madrugada me despertó, llena de alucinaciones, corrí al baño, la incontinencia urinaria me fastidiaba, mientras caminaba también sentí nauseas, vomité como un perro, me vi al espejo y me lavé la cara, fue ahí que decidí que lo mejor sería aceptar la propuesta de Laura. — No es tu culpa, Lisa, no podrás con esto — Me dije viéndome pálida en el espejoCuando el reloj marcó las siete en punto me levanté, tomé una ducha, busqué ropa decente y me peiné, convencida de mi decisión, lo mejor era abortar para tener mi vida normal de vuelta, eso era lo único que definiría si en realidad tenía un espacio en la vida de Thiago, aun estando casado.Me dirigí a la oficina de Thiago, pero Madeline, la secretaria, me detuvo. — No puedes entrar, ahora no puede atenderte — Dijo mirándome por encima de sus lentes — Él dijo que viniera hoy para hacer una sesión de fotos — Afirmé convencida y extraña porque normalmente entraba sin pedir permiso Madeline se rió, irónica — Siéntate y espera
Me odié por sentir que sus palabras dulces me dominaban las fuerzas, la valentía e incluso mis decisiones.— ¿Prometes no abandonarme? — Dije completamente sumisa a su voluntad — Ni a ti ni a ese bebé — Contestó aún sin soltarme de sus brazos — Es una carga demasiado pesada — Aclaré sintiendo pena — No importa, juntos podremos sobrellevarla — Dijo con su voz amorosa, eso fue lo único que me hizo cambiar de opinión, entender que si la vida me había dado la oportunidad de ser madre y me estaba poniendo en el camino a alguien que me ayudara, no debía renegar de ello, después de todo no estaba tan sola como creía — No quiero que me rompas el corazón, no quiero sentir que estoy atada a ti sin causa, es demasiado confusa esta situación — Repetí en ruegos — Lisa, solo comprende que mis intenciones no son lastimarte, solo quiero ayudarte por ahora no puedo hacer más, también me gustas solo que no sé si eso es algo pasajero o acaso implica un sentimiento más profundo, también temo que te
Salí de ahí directo al estacionamiento, pero justo cuando, iba a encender mi moto, escuché una voz:— Súbete de prisa — Me dijo casi en susurros desde la ventana de su auto— Ando en mi moto — Expliqué nerviosa— No insistas, ya hablamos que debes cuidarte, no puedes usar la moto por ahora — ExplicóIndispuesta a seguir mis fuerzas me subí a su Ferrari, llena de nervios y completamente angustiada por si alguien nos miraba, él subió los vidrios del auto.— Tranquila, ya todos se han ido — Dijo y su aclaración me molestó un poco— ¿Entonces qué ocultas? — PreguntéÉl no pudo responderme y solo hizo otra pregunta — ¿Dónde vives?— Calle principal, avenida 42. Yo te daré las indicaciones cuando estemos cercaThiago me miró con angustia, vi en su frente perfecta asomarse un poco de sudor, tal vez tenía miedo de que alguien nos viera, o simplemente también para él era incomprensible lo que nos sucedía, la atracción tan grande que sentíamos y lo lejano que estábamos uno del otro, aunque estu
— No puedo, Thiago — Contesté mientras lo apartaba de mí, él se levantó con furia del sofá y caminó hacia la puerta, yo me quedé sentada mirándolo, sentí que el nudo en la garganta me asfixiaba y en silencio lloré tras el sonido de la puerta, el ruido del auto me confirmó su huida y yo me sentí devastada, el frío atacó mi desnudez y mi fuerza de mujer se vio derrotada. Era tan difícil darle rienda suelta a mis instintos, y tan fácil tomar en cuenta mi consciencia, para dejar que la oportunidad de mi vida se fuera sintiéndose completamente despreciado, sé que lo que había sucedido no era correcto, pero es que en realidad ya nada de lo que pasaba lo era, pero no era capaz de convertirme en una más de sus amantes, sobre todo porque por su misma petición había decidido continuar con mi embarazo. Me levanté despacio, completamente inerte para apagar la lámpara, recogí mi ropa con frustración y me dirigí al cuarto, me acosté y sentí un peso enorme encima, estiré mi brazo al espacio vacío d
Tomé una ducha, y me sentí fresca aunque no del todo bella, mi autoestima cada vez flaqueaba más, pero era mi noche, y yo debía hacer que fuera la mejor de todas, en medio de todo el caos había algo bueno, y era ese premio. Una vez lista con la ropa más casual que tenía, convencida que en la agencia me darían una vestimenta correcta, tomé un taxi que me llevó puntual hasta Siluetas, entré pero no ví a Thiago por ningún lado, pasé directo hasta el estudio de Fernando quien sería el indicado para arreglarme, Sandra y Laura también se vestían para la premiación, me vieron de reojo mientras pasaba, sin embargo no se atrevieron a decirme nada; sabían que ahora sí estaba triunfando por encima de sus burlas y desprecios, pues su veneno no había podido contra mí y que gracias a las fotos que yo les había tomado ellas podían asistir a la actividad más esperada en la agencia. — Lisa, querida, felicidades — Me recibió Fernando con una alegría indescriptible Le agradecí mientras me sentaba — A
El salón era muy elegante, ventanales de vidrio hasta el suelo, alfombras deslumbrantes en rojo, la tarima con un piso reluciente, a los lados enormes arreglos florales y montón de sillas doradas, jamás había imaginado que podía estar en un lugar así, que realmente tendría la oportunidad de obtener el premio Fotomodel, tan deseado por la mayoría de fotógrafos del país. Fue algo supremamente agradable, sentía cosquillas en mi estómago, y no sabía si era por tener al hombre más guapo a mi lado o por la ansiedad que me daba escuchar mi nombre en aquel bello salón. — Ella es Lisa Miere, fotógrafa de mi agencia y ganadora del premio Fotomodel — Decía a cada uno para presentarme, yo con mucha vergüenza les daba la mano y sonreía. Una vez que saludó a todos sus socios o amigos nos sentamos en la primera fila, pues ya había un sitio reservado para nosotros. Sandra y Laura me miraban con ira y envidia, a ellas también las presentó, pero la mayor parte del tiempo permaneció a mi lado, en e
Escuché la voz temblorosa de Thiago respondiendo — Se ha sometido a una operación y no ha podido acompañarme, pero ya pronto la verás deslumbrar en otras alfombras y podrá tomarse una copa de vino contigo — Oh — Dijo la mujer con un tono de voz chocante — Cirugía plástica, supongo para estar más bella de lo que es Vi y pude sentí la sensación de dolor en Thiago, puesto que para él no era tan fácil confesar que su esposa se había realizado una operación para no tener hijos y aunque aquella conversación me había hecho entrar en razón y olvidarme de lo bello que estaba sucediendo, no pude evitar compadecerme por él. — Sí — Afirmó en seco, mintiendo para no decir lo que en verdad pasaba con Esmeralda y se despidió Seguí caminando con él, pero evité acercarme mucho, dado que ya había tomado consciencia del porqué la gente nos miraba tanto, era claro que todos estaban sorprendidos por ver a mi jefe sin su esposa, sin embargo él no tenía autocontrol ni comprendía lo que esto nos acarrea
— Súbete rápido — Me ordenó con su voz cansada por la prisa, sin ánimos de decirme lo que pasabaMe subí de prisa, vi a través del vidrio, pero nadie nos observaba y ya suficiente nos habían acosado durante la noche como para correr hasta ahora. Thiago encendió el auto y manejó rápidamente— Nos vamos a matar — Le grité desesperada — ¿Me vas a decir qué te sucede ahora mismo? —Le ordené molesta, pues sabía bien que estaba embarazada y me molestaba que se comportara de esa manera siendo inconsciente de mi estadoUna vez que logramos salir del inmenso sitio, Thiago bajó la velocidad del vehículo. — ! Ingrato! Date cuenta de que llevas a bordo a una mujer embarazada y que será tu culpa si me vomito en estos lujosos asientos — Grité, Thiago se echó a reír como un idiota, logrando que mi furia aumentara más, lo miré con ira, teniendo la intención clara de hacer lo que había dicho, pero la consciencia me detuvo — Ay, Lisa, definitivamente eres muy peculiar — Alegó mientras continuaba rié