Llegaron el amor y el sexo, un encuentro amoroso y placentero que se hizo esperar.
Capítulo XXIIIPensé lo que había vivido, era inimaginable, fue cómo si hubiésemos tenido un eco del amor, sin tocarnos alcanzando el éxtasis infinito, la energía que broto de nuestros cuerpos fue extraordinaria, Diego todavía respiraba con dificultad, no nos miramos, nos sentamos unos minutos fuera de la iglesia, respiramos más pausadamente y caminamos sin decir palabra.Las parejas seguían juntas, iban por el mismo camino, entraban juntas a las casas, mientras nosotros dos caminábamos embrujados de éxtasis, en los minutos seguidos me tomo la mano y la apretó fuertemente, continuamos caminando y al llegar al frente de mi casa me abrazo, solo eso, por un rato sentía su respiración alterada muy rápida, me miro y acerco sus labios a los míos suavemente, solo rozaba los suyos con los míos y el calor que emitíamos era sofocante, entramos a la casa y comenzó a pasarme las manos por la espalda, me besaba lenta y apasionadamente, sus manos ardían de deseo, sus labios buscaban los míos con ans
Capítulo XXIVPor su lado, en la más completa clandestinidad se escondía los malvados fraguando sus estrategias en contra de la construcción, sin pensar los peligros que posiblemente causarían con laceraciones, fracturas, heridas, mutilaciones o posibles pérdidas de vida.Quienes tenían el dinero y el poder solo buscaban sacar provecho de las situaciones, sean cuales fuesen, los que solo tenían necesidades quería ganancias rápidas para solventar situaciones.Nadie se detenía a pensar en las consecuencias de sus actos criminales y en lo que podía terminar un mal evento, trayendo consigo muertes u otros accidentes graves, que nunca serían sufrientemente pagadas para ninguno de los involucrados.Es esa fechorías se encontraban planificando los accidentes que según ellos y sus secuaces desmantelaran los proyectos para regresar a la comunidad donde deberían estar, en el atraso, sin comunicación efectiva, solo utilizando la única oportunidad que se hacía a través del transporte comunitario
Capítulo XXVSe le acerco el capataz que regresaba de verificar el grito y solo había sido un empujón entre obreros sin mayores inconvenientes, luego se le darían los respectivos regaños a los involucrados.Indicándole que se quedara inmóvil tratando de no mover más su brazo, lo tenía sostenido con su otra mano, el señor Antonio no sabía si se lo veía, pero de su hombro sobresalía el hueso, cualquier persona que fuese muy sensible se hubiese desmayado, él tenía experiencia en riesgos y accidente, había dedicado toda su vida en el trabajo de construcción y pudo mantener la cordura.Diego observaba que los obreros miraban horrorizados el hombro izquierdo del ingeniero.Hicieron espacio para que el médico pudiese llegar hasta él, cuando pudo hacerlo se arrodillo, lo examino y le dijo que debía llevarle el hueso a su lugar nuevamente.-No hay ninguna pastilla que pudiese darte para calmar el dolor que sentirás, debes soportarlo. -Te dolerá, respira. Le indico el médico Cristóbal.Die
Capítulo XXVILaura Marina se levanto temprano para desayunar con Diego y acompañarlo al consultorio, su herida estaba casi curada, hoy le cambiarían el yeso por una venda más pequeña.Salieron directo al consultorio, por ser ella tan débil en cuestiones médicas, no se quedo en el consultorio, aprovecho para hacer una revisión sencilla a unas cajas con material de desuso para determinar cuáles podían ser reutilizados.Estando en las cajas de los supuestos materiales desechados, introdujo su mano izquierda, al instante sintió un pequeño roce con algo afilado, sin temer por nada, continuo hasta que sintió su dedo anular caliente y que le brotaba líquido, al levantarlo vio que de él la sangre fluía, rápidamente le indico a su acompañante lo sucedido y fue cayéndose al piso.Su acompañante llamo al personal de seguridad indicándole con premura que fueses a buscar al médico, Laura Marina se había cortado el dedo anular de su mano izquierda con una supuesta hoja de hojilla amellada comenza
Capítulo XXVIIEn el momento que Diego llego, estaba conversando con el supervisor de los materiales de desuso, juntos leían y releían las órdenes de desechos. Nada encontraron, decidiendo revisar las entradas a este lugar. Tacharon varios nombres y fueron atando cabos, para ver las coincidencias cuando sucedió el incidente de Diego y las láminas.El número de trabajadores era alto, algunos se repetían en ambos sucesos, tendrían que entrevistar a todos para dar con el culpable.Laura Marina se recostó, tenia dolor en el dedo, pero más revuelto tenía el estomago, no quería recordar el brote de sangre, le producía desvanecimiento, se recostó ya bañada y perfumada, se durmió.En otro esquina cerca de la construcción unos dos hombres conversaban y discutían su próximo plan.En el tiempo que estuvo Laura Marina de reposo que no fue mucho, considerando que solo era una herida pequeña en su dedo anular de la mano izquierda, comenzó a recordar su vida de adulta cuando decidió emprender su v
Capitulo XXVIIIEn otro espacio de la comunidad un hombre se debatía por la culpa, en el primer accidente planificado tuvo que actuar rápidamente debido al descubrimiento de las vigas y las laminas, empujando a Ricardo su compañero, quién no se dio cuenta del hecho hasta que estuvo en el suelo y no se percato que fue intencional por el grito de Diego, levantándose y ayudando a sostener la viga que lo atrapo en el suelo y tenía sobre su hombro izquierdo.Para el segundo nunca quiso que Laura Marina introdujera su mano izquierda en el lugar dónde había colocado las hojillas nuevas, no tenía dispuesto que fuese ella, lamentablemente ella había llegado y se encargo de ser la segunda víctima.Lo peor era que ninguno de los incidentes deliberadamente premeditados habían sido exitosos, la obra continuaba sin cambio alguno, solo que ahora había más seguridad. No sabía cómo lograr el tercero y último, que sería mayor.El tercero llego el martes de la semana nueva.Diego regreso al trabajo el l
Capítulo XXIX Al acercarse la señora Mercedes la chispa salió y llego a la fuga de gas produciéndose la explosión muy fuerte. La señora Mercedes atendiendo al grito de alerta que soltó el señor Antonio se detuvo y dio tres pasos para atrás, solo fue alcanzada por la ráfaga de viento que produjo el gas y elevada a pocos metros de la tierra.La explosión fue intensa y las llamas comenzaron a cobrar fuerzas, por la cercanía de Antonio y el mecánico lograron apaciguar el fuego que casi acaba con la vida a la señora Mercedes.Laura Marina corrió al escuchar el ruido espantoso que provoco la explosión, al llegar cerca de ella pudo ver lo sucedido consiguiéndose con un trágico accidente, pensando que la señora había muerto y sus dos acompañantes también. Carlos quien observaba desde lejos la cocina, vio muy preocupado cuando su madre salió de la cocina acercándose a la bombona, pudo ver también a sus acompañantes. Sabía que al acercarse a la válvula los cables se unirían produciendo l
Capítulo XXX Era poco común que Carlos hiciese presencia en la iglesia, estaba desaparecido desde las últimas eventualidades, su madre cuando despertaba de su letargo inducido preguntaba por él y le mentían, porque nadie sabía de su paradero.Llego con mal olor en su cuerpo, después de haber estado sufriendo la supuesta pérdida de su madre y llorando todos los días, no se atrevió a buscar su paga. Estuvo escuchando personas que pasaban y un grupo familiar comento que su madre estaba recuperándose de las heridas y la esposa de Aníbal también.Eso fue lo que lo empujo a salir, debía reconocer su culpa y señalar a sus compañeros y sobre todo la cabeza fundamental de los accidentes. El párroco muy preocupado por la que veía despidió a los presentes señalando a Antonio, Diego, Laura Marina y al intendente para que fuesen testigos de lo que Carlos estaba por confesar.El minusválido quiso salir y Carlos lo señalo con su dedo índice de la mano derecha:-No dejen que se vaya, él es el pr