Algo pensamos y el destino tiene otra situación planificada.
Capítulo LXVIII.Laura Marina tenía remordimientos de conciencia por estar en la casa familiar, a pocos metros de distancia estaba la esposa de Raúl, si bien era cierto que sabía que él estaba casado como sus otros dos amantes, nunca conoció ni tuvo información acerca de sus esposas o familiares, ellos la buscaban y ella accedía sin remordimientos, pero ahora era diferente, le causaba malestar saber que tendría relaciones sexuales con Raúl en la misma casa donde estaba su esposa.Esto la lleno de angustia y no durmió bien, cuando pudo hacerlo y despertó se levanto pesadamente, salió al jardín y al regresar sintió su nariz inflamada, inmediatamente comenzó a estornudar, acudió al baño y al mirarse en el espejo nota que su alegría había hecho acto de presencia.Lavándose varias veces la cara al salir nuevamente al cuarto supo que el olor a madera y el frio que hacia le había causado la reacción alérgica, Laura Marina estaba acostumbrada desde su nacimiento a climas muy cálidos, cuando
Capítulo LXVIII.Carolina tuvo precaución en llevarse comida y bebida para el camino, a la hora del almuerzo se sentaron en unas sillas muy bien talladas baja la sombra de un frondoso árbol. Raúl le comentaba como había fundado la casona he imaginado que fuesen sus jardines.Comieron bebieron y disfrutaron todo la tarde. Decidieron regresar para que les diese tiempo y estuvieran a punto en la cena, ningún quería hacer enojar a la abuela Rebeca. En algunas oportunidades Raúl y Laura Marina se abrazaron y se besaron de allí no paso nada. Siempre bajo la vigilancia de Esteban.-Algún día les contare como será la ceremonia después de mi partida.–Abuelo, por favor no digas nada de eso, faltan muchos años para ese evento. Le dijo Carolina.-Espero que estén presentes todos ustedes y otras personas más, ya he dispuesto todo lo relacionado con el árbol. Comento Raúl. -Estaremos todos los que debemos estar. Pero por favor no sigas con eso. Aseguro su nieta.Raúl se detuvo miro a Laura Marina
Capítulo LXIX. Con el pasar de la vida los encuentro de amor solo fueron con Raúl, no que existiera sexo porque con la edad de esté era imposible, solo se abrazaban y conversaban por horas, sus encuentros eran en la casa de la playa y en las oportunidades que tendía de visitar al casona.Esto continuo realizándose cada vez que Laura Marina, su hijo, nuera y nietos podían tomarse unos días de vacaciones y visitarlos, ya los abuelos estaban bien avanzados en edad y se les dificultaba viajar, Raúl lo realizaba en pocas ocasiones motivado a encontrase con Laura Marina.En una de tantas visitas el abuelo Raúl reunido con toda la familia procedió a contar sobre el árbol de su partida, sus hijos todos presentes y nietos se oponían, él insistió debido ya que presentía que llegaría próximamente y quería dejar claro quienes estarían presentes.Conto cuál era su deseo y quienes estarían presentes, todos más los que con el tiempo y matrimonios se habían agregado a la familia. Haciendo hincapié
Capitulo LXX.Al anochecer Laura Marina tuvo la necesidad de comer, no habiendo ingerido alimento desde el desayuno, se topo con otras personas y supo que Raúl ya había partido, se sentó sola en la mesa de la cocina allí encontró demasiada comida dispuesta tipo bufet, comió solo para satisfacer el hormigueo que tenía en sus estómago, tomo café y con la taza en la mano se topo con su nuera, Carolina y ella se abrazaron y lloraron profundamente, nadie noto el sentimiento de Laura Marina, creyendo que su llanto estaba relacionado con el amor a su nuera y lo que estaba sintiendo.Luego encontró a su hijo y a sus suegros, se saludaron para darse el pésame, escucho que la señora Rebeca estaba muy sentida y no bajaría a la ceremonia del día siguiente, en esta se velarían los restos de su esposo y se recibirían a muchísimas personas que seguramente los visitarían.El olor a flores estaba presente en casi toda la casa, la noche se hiso lenta, Laura Marina se retiro a su habitación para seguir l
Capitulo LXXI.Al esparcir parte de las cenizas del ya fallecido Raúl en diferentes sitios de la Casona las restantes se guardarían para propagarlas en otros lugares, a Esteban le entregarían unas para que las llevara hasta la playa, sabían que el señor Raúl le gustaba mucho la playa y él se encargaría de transportarlas hasta los lugares donde se pasa la mayoría del tiempo cuando salían de viaje. A sus hijos le dieron para que las colocaran donde quisieran.Procedió a la ceremonia la entrega de los globos coloridos, rosado para su esposa Rebeca también difunta, la tomo el hijo mayor, hijos celestes, nietos blancos, mayordomo azul y el de Laura Marina amarillo que estaba dentro del de Esteban, cada uno tenía un nombre dentro, que lo identificaba y una carta especificando el deseo de Raúl.Los globos serían elevados y quien los tomara tenía que entregar la carta con el nombre a quien correspondiera. El de Esteban se notaban más endurecido y su color cambiaba con la luz del sol, eso
CAPÍTULO LXXII. Supo Laura Marina de la partida física de Esteban en una carta que le hizo llegar el abogado de la familia. Lo lloro y admiro por su valentía. A los dos años le toco a ella partir.Días antes de la partida física de Laura Marina la familia se reunió, su hijo, nuera y nietos la acompañaron y la despidieron tal cual estableció. Su despedida fue serena, calmada, se durmió y procedió la ceremonia intima entre ellos solamente.Carolina y su nieta Laura Isabel la lavaron con un pañuelo perfumado de rosas, le colocaron el vestido que les indico antes de su partida, colorearon poco su rostro, se le veía hermosa, Laura Marina nunca perdió su encanto, sus lagrimas rodaron y besaron las manos que tanto amor les ofreció a ambas cuando vivía. Cuando estuvo lista entro Diego José y lloro, la acariciaba y repetía lo mucho que la amaba, así estuvo hasta que llegaron los funcionarios de la funeraria quienes se encargarían de incinerar su cuerpo y entregarles sus cenizas.Todos se de
Capitulo LXXIII.Diego José y Carolina tuvieron a José, Laura Isabel y Ernesto.Laura Isabel tuvo a Carla, Gabriela y Estela.Gabriela o Gracia, como la llamaban tubo a Rebeca. Esta sería quien colocaría la hoja faltante en el árbol familiar de Carolina, quien no estaba totalmente iluminado por faltarle está, consolidando así el final de la historia de amor de su bisabuela paterna Laura Marina y su tatarabuelo materno Raúl.Ya su bisabuela Laura Marina no estaba presente, ni ninguno de los invitados adultos en la ceremonia del árbol. Rebeca estaba revisando a sus nueve años la caja de sus antepasados encontrándose la hoja, dentro de unas cartas y escritos, muy delicadamente guardados, tomo con amor lo hallado y se dirigió a su madre para preguntarle sobre ello.Gracia le conto la historia de amor que siempre contaba su abuela Carolina y su madre Laura Isabel sobre la bisabuela y el tatarabuelo Raúl, como se conocieron y guardaron su amor en secreto hasta que Laura Marina partió, sus
CAPÍTULO IAl bajarme del avión solo divisaba las personas que nos recibían, fuimos invitados a una jornada donde se tratarían diferentes tópicos y se pondrían en práctica en la misma nación en diversas comunidades por el trabajo que había realizado en los tres últimos años de mi experiencia profesional como profesora.Por aquí,- dijo alguien. Al mirar me encontré con un bello chico, vestido con un uniforme alegórico a su bandera.Continuamos por uno de los pasillos del aeropuerto el grupo que asistió conmigo al evento, dicho sea de paso no los conocía hasta que abordamos el avión, no quisieron conversar, iban leyendo revistas u otras cosas que ni vi bien, yo solo me concentre en repasar un folleto que había comprado en una de las tiendas del aeropuerto, allí detallaban lugares que me gustaría conocer para revisar las expectativas que traía que de seguro lograría, en los dos meses que estaría allí.Al caminar iba leyendo carteles que anunciaban los sitios turísticos del país, en