Manifestados y declarados los culpables solo queda restablecer la vida tranquila en la Comunidad. La historia continuara con más capítulos interesantes.
Capítulo XXX Era poco común que Carlos hiciese presencia en la iglesia, estaba desaparecido desde las últimas eventualidades, su madre cuando despertaba de su letargo inducido preguntaba por él y le mentían, porque nadie sabía de su paradero.Llego con mal olor en su cuerpo, después de haber estado sufriendo la supuesta pérdida de su madre y llorando todos los días, no se atrevió a buscar su paga. Estuvo escuchando personas que pasaban y un grupo familiar comento que su madre estaba recuperándose de las heridas y la esposa de Aníbal también.Eso fue lo que lo empujo a salir, debía reconocer su culpa y señalar a sus compañeros y sobre todo la cabeza fundamental de los accidentes. El párroco muy preocupado por la que veía despidió a los presentes señalando a Antonio, Diego, Laura Marina y al intendente para que fuesen testigos de lo que Carlos estaba por confesar.El minusválido quiso salir y Carlos lo señalo con su dedo índice de la mano derecha:-No dejen que se vaya, él es el pr
Calos explico que en cuanto al corte de Laura Marina, no tenía idea que ella era la encargada de supervisar y desechar el material de desuso.Y por último, reconoció que por querer incendiar y causar la explosión en la cocina casi muere su querida madre, en cuanto a las vigas que movió del puente en construcción, también solicito perdón a la señora accidentada.Juan el dizque minusválido, refirió que se hizo pasar por discapacitado para no crear sospecha, el apenas acaba de llegar a vivir en la comunidad y de esa manera pasaría desapercibido.Era el dueño de la compañía de transporte a caballo y con el puente cambiarían a buses y autos. De alguna forma pensó en continuar sin puentes para que su negocio de transporte y contrabando de otros productos no legales no desaparecieran.Al terminar su declaración, fue informado que la construcción del puente también traía consigo préstamos para la compra y adquisición de medios de transportes actualizados y quizás él pudo haberse beneficiado má
Con la partida de Diego, Laura Marina se sintió sola, lo extrañaba mucho, al dormir percibía su aroma en la almohada, cuando despertaba esperaba verlo sin acertar. Al desayunar comía por ambos, era muy difícil parar de comer, se levantaba con mucha hambre. La señora Rosangela se acostumbro a servirle doble ración.Los días pasaron y comenzó a sentirse diferentes, subió de peso, la ropa que le queda anteriormente holgada estaba más justa, su cuerpo cambio, los senos le dolían y creyó que sería la menstruación que regresaba, ya tenía más de dos meses que no la llegaba. Era un hábito que eso sucediera, sobre todo cuando estaba cargada de trabajo.Haciendo los mismos recorridos de todos los días se cansaba demasiado y en oportunidades se había desmayado, achacándole la culpa al sol y el calor de esa época, la señora Rosangela la atendía como su hija y en ocasiones no la dejaba salir de la casa, sin haberse refrescado y asegurarse que estaba bien para resistir el resto de la tarde.Decidi
Capítulo XXXIIIAl médico de Laura Marina le preocupaba su diagnóstico de Factor 8, aunque el período de gestación marcha excelentemente siempre era preocupante. Su deber como médico era atenderla y comunicarle cualquier situación que pudiese perjudicar a ambos en el momento del parto a la cesárea. Ya era decisión de ambos padres aceptar lo que él les indicara y en este caso solo estaba la madre.Solo esperaban el regreso de Diego y los pocos meses faltantes.Estando demasiado ocupado y preocupado a Diego le llego la información que debía regresar a su país de origen inmediatamente por situaciones familiares. Su esposa María lo requería cuanto antes por la enfermedad de su hijo mayor Ernesto, que había regresado.Solo le dio tiempo enviarle una carta muy corta a Laura Marina explicándole el apuro en regresar con su familia. Esperaba volver a la comunidad inmediatamente que solucionara el inconveniente.Viajo en el primer vuelo que encontró boleto, el trabajo en la ciudad ya estaba
Capítulo XXXIV.Mientras tanta en la comunidad Laura Marina más pesada no quiso razonar en ningún momento el viaje de Diego a su país de origen, el tenía su familia y si se le presento un inconveniente tendría que arreglarlo solo, ella estaba muy bien preparada para afrontar la llegada de su hijo sola.Estuvo de reposo por dos semanas decidió salir a mirar su trabajo, todos en la comunidad la saludan con afecto y en la obra la recibieron con alegría, quienes no estuvieron de acuerdo fueron la señora Rosangela y su médico, indicándole los peligros de caerse o sufrir un percance y adelantar el parto.Ella estaba muy segura que su bebe aguardaría a su padre, le faltaban escasas tres o cuatro semanas, debía verificar que los objetivos se hubiesen cumplidos y acatando las observaciones que realizó para las barandas, además si anexaron el camino para minusválidos.Tenía que revisar todo para evitar inconvenientes y que cada cambio se realizara por el bien de todos en la comunidad.Diego est
Capitulo XXXVLaura Marina de lo único que si estaba asegura era de no poder tener hijos biológicos eso se lo dijeron varios ginecólogos, pero por lo visto su naturaleza de madre surgió sin importarle nada de lo dicho anteriormente, imponiéndose a cualquier suposición. Se sentía feliz sabiendo que era estéril, tuvo y quería a su ahijada como a su hija, quien ya estaba casada y con hijos, pero nunca creyó tener sus propios hijos.No había prestado atención a su falta, porque no usaba ningún anticonceptivo, ni protección con sus amantes, fueron pocos y por lo que supo eran saludables. En ninguna de sus relaciones anteriores quedo embarazada, nunca hubo necesidad de cuidarse.Nunca se preocupo.- ¡Qué precauciones! A mi edad, esté insólito caso pasaría de malo a mejor, no tendría nada de impropio tener un hijo de un hombre casado, sobre todo si estaba a cientos de kilómetros de su hogar y de su familia, yo no había dejado ningún amor en mi país, estaba sola cuando decidí asistir al
Capitulo XXXVIEra muy grato sentarse en la terraza al atardecer, ver llegar la noche y sentir el aire fresco de la montaña, esos placeres le brindaban tranquilidad y paz, se relajaba y dormía muy bien, al despertar estaba a la espera de ver llegar a Diego, tenía muchas ganas de abrazarlo y descifrar su rostro al ver su estado de embarazo.Durmió relajada, creyó ser el día que paso tan agitado, que la hiso descansar. Con tanto reposo sin tener nada que hacer se aburría enormemente, algunos días los recuerdos llegaban y otros los alejaba, no todo lo quería recordar, ahora quería planificar su vida con su hijo.Desayuno ovíparamente, se dedico ese día y los siguientes a repasar sus investigaciones y a cuidar su jardín, sin poder doblarse por su panza, se sentaba en una silla, pronto llegaría la primavera, ya las flores comenzaban a brotar de sus capullos.El agua del río invitada a darse un chapuzón, no se atrevía por su estado muy avanzado de gestación, si se caía podría en peligro su
Capitulo XXXVIICamino rápidamente a su casa, fue divisando la silueta de ella al estar más cerca la vio sentada en su mecedora en la terraza. La saludo con su mano derecha y noto que ella seguía sentada.Dio marcha hacia ella aligerando su camino y noto su figura.Laura Marina se sentó una tarde en la mecedora que se había convertido en su asiento favorito, era un día claro y rodeado de flores, estando allí sentada en el jardín de la casa y lo vio venir, vestía un pantalón corto y una bella camisa, le sonreía desde lejos y se quedo sentada, la barriga la cubrían los matorrales.Llego al portón, se fue acercando y solo al estar muy cerca la vio completamente.Su mirada se quedo en su abdomen, se fue acercando y pasó sus manos sobre ella, sus ojos se llenaron de lágrimas. la abrazo y beso muchas veces, sus lágrimas se confundieron.Al separarse le dijo que le informaron que había cambiado y estaba muy hermosa, no se imagino que serie tan agradable ver su abdomen tan grande con un hijo