Agradezco que me sigas en cada nuevo capítulo para que descubras el inesperado final del encuentro amoroso entre Laura Marina y Diego. Gracias
Capítulo XXDiego comenzó a temblar, me miro con agudeza, ese día había llegado, debía informarle las fuerzas mayores por las que tuvo que atravesar, venció sus miedos y dijo:- Cuando nos conocimos venía de pasar un situación muy grave en mi hogar, o lo que creí tener en ese momento. De mi unión matrimonial nacieron tres niños, el del medio muy callado y atento a todos los demás con apenas ocho años, en un arranque de desesperación, creemos que fue así, luego de estar presente en una de tantas discusiones salió corriendo de la casa, sin mirar a su alrededor, por eso no vio un camión que se acercaba por la vía contraria, atropellándolo y muriendo casi de inmediato.Prosiguió muy conmocionado por su dolor:-Cuando sentí el frenazo del camión salí corriendo escuchando los gritos horrorizados de los vecinos, al legar encontré a mi niño fallecido, fue horrible la situación que pasamos en esos momentos. Salí de la escena con lo que quedo de su cuerpo al levantarlo, los gritos de su madre,
Capítulo XXIEn ese momento un cantar de pájaros anuncio que esa sería la verdad, un nuevo hijo, traería nuevamente la felicidad a Diego y a ella.Por lo pronto olvido la señal, comenzó a planificar su día.-Saldré temprano para comenzar el trabajo.A la salida ya estaba Diego esperándola para ir a desayunar juntos, lo hicimos y nos encontramos con el grupo, también allí estaban el párroco, el intendente y algunos habitantes que trabajarían en la construcción.Inmediatamente, se pusieron manos a la obra, fueron asignadas las funciones y cada uno se dedicó a su trabajo. Diego y yo trabajamos arduamente, planificando, le mostré los planos que había elaborado y los que tenían en la comunidad.Realizo algunos cambios estructurales y luego los fue mostrando al párroco y al intendente, quedaron satisfechos y al siguiente día comenzarían las labores.Pasaron los días en constante trabajo. Los días amanecían esplendorosos, al mediodía el calor era sofocado por las sombras de los frondosos
Capítulo XXIIIDesde que llegaron los nuevos miembros a formar parte de la construcción el trabajo se hizo más arduo y complicado, éramos muchos y cada uno tenía una asignación diferente. Mi trabajo fue entrevistarme con ellos para recoger sus primeras impresiones y atender sus necesidades.Nada fácil, se presentaron como era de esperar situaciones de incomodidad, insatisfacción y algunos que dijeron que no querían estar allí, pensaban que el trabajo sería menos complicado. Ya era tarde para arrepentirse, cada uno había firmado un contrato y debía cumplirse, so pena de perder todos sus incentivos y desacreditación en su especialidad.La idea de la fiesta surgió de varios entrevistados, necesitaban recreación con relax, sexo y alcohol, con ello indicaban que podían ir adaptándose en la comunidad y progresar en el trabajo.Se comento entre los organizadores y tomamos la decisión de elaborar un plan para relajarnos y comenzar a trabajar rindiendo frutos positivos, efectivos y rápidos.Lle
Capítulo XXIIIPensé lo que había vivido, era inimaginable, fue cómo si hubiésemos tenido un eco del amor, sin tocarnos alcanzando el éxtasis infinito, la energía que broto de nuestros cuerpos fue extraordinaria, Diego todavía respiraba con dificultad, no nos miramos, nos sentamos unos minutos fuera de la iglesia, respiramos más pausadamente y caminamos sin decir palabra.Las parejas seguían juntas, iban por el mismo camino, entraban juntas a las casas, mientras nosotros dos caminábamos embrujados de éxtasis, en los minutos seguidos me tomo la mano y la apretó fuertemente, continuamos caminando y al llegar al frente de mi casa me abrazo, solo eso, por un rato sentía su respiración alterada muy rápida, me miro y acerco sus labios a los míos suavemente, solo rozaba los suyos con los míos y el calor que emitíamos era sofocante, entramos a la casa y comenzó a pasarme las manos por la espalda, me besaba lenta y apasionadamente, sus manos ardían de deseo, sus labios buscaban los míos con ans
Capítulo XXIVPor su lado, en la más completa clandestinidad se escondía los malvados fraguando sus estrategias en contra de la construcción, sin pensar los peligros que posiblemente causarían con laceraciones, fracturas, heridas, mutilaciones o posibles pérdidas de vida.Quienes tenían el dinero y el poder solo buscaban sacar provecho de las situaciones, sean cuales fuesen, los que solo tenían necesidades quería ganancias rápidas para solventar situaciones.Nadie se detenía a pensar en las consecuencias de sus actos criminales y en lo que podía terminar un mal evento, trayendo consigo muertes u otros accidentes graves, que nunca serían sufrientemente pagadas para ninguno de los involucrados.Es esa fechorías se encontraban planificando los accidentes que según ellos y sus secuaces desmantelaran los proyectos para regresar a la comunidad donde deberían estar, en el atraso, sin comunicación efectiva, solo utilizando la única oportunidad que se hacía a través del transporte comunitario
Capítulo XXVSe le acerco el capataz que regresaba de verificar el grito y solo había sido un empujón entre obreros sin mayores inconvenientes, luego se le darían los respectivos regaños a los involucrados.Indicándole que se quedara inmóvil tratando de no mover más su brazo, lo tenía sostenido con su otra mano, el señor Antonio no sabía si se lo veía, pero de su hombro sobresalía el hueso, cualquier persona que fuese muy sensible se hubiese desmayado, él tenía experiencia en riesgos y accidente, había dedicado toda su vida en el trabajo de construcción y pudo mantener la cordura.Diego observaba que los obreros miraban horrorizados el hombro izquierdo del ingeniero.Hicieron espacio para que el médico pudiese llegar hasta él, cuando pudo hacerlo se arrodillo, lo examino y le dijo que debía llevarle el hueso a su lugar nuevamente.-No hay ninguna pastilla que pudiese darte para calmar el dolor que sentirás, debes soportarlo. -Te dolerá, respira. Le indico el médico Cristóbal.Die
Capítulo XXVILaura Marina se levanto temprano para desayunar con Diego y acompañarlo al consultorio, su herida estaba casi curada, hoy le cambiarían el yeso por una venda más pequeña.Salieron directo al consultorio, por ser ella tan débil en cuestiones médicas, no se quedo en el consultorio, aprovecho para hacer una revisión sencilla a unas cajas con material de desuso para determinar cuáles podían ser reutilizados.Estando en las cajas de los supuestos materiales desechados, introdujo su mano izquierda, al instante sintió un pequeño roce con algo afilado, sin temer por nada, continuo hasta que sintió su dedo anular caliente y que le brotaba líquido, al levantarlo vio que de él la sangre fluía, rápidamente le indico a su acompañante lo sucedido y fue cayéndose al piso.Su acompañante llamo al personal de seguridad indicándole con premura que fueses a buscar al médico, Laura Marina se había cortado el dedo anular de su mano izquierda con una supuesta hoja de hojilla amellada comenza
Capítulo XXVIIEn el momento que Diego llego, estaba conversando con el supervisor de los materiales de desuso, juntos leían y releían las órdenes de desechos. Nada encontraron, decidiendo revisar las entradas a este lugar. Tacharon varios nombres y fueron atando cabos, para ver las coincidencias cuando sucedió el incidente de Diego y las láminas.El número de trabajadores era alto, algunos se repetían en ambos sucesos, tendrían que entrevistar a todos para dar con el culpable.Laura Marina se recostó, tenia dolor en el dedo, pero más revuelto tenía el estomago, no quería recordar el brote de sangre, le producía desvanecimiento, se recostó ya bañada y perfumada, se durmió.En otro esquina cerca de la construcción unos dos hombres conversaban y discutían su próximo plan.En el tiempo que estuvo Laura Marina de reposo que no fue mucho, considerando que solo era una herida pequeña en su dedo anular de la mano izquierda, comenzó a recordar su vida de adulta cuando decidió emprender su v