Paciente, ¿atrapado?
Cuando Azabach soltó esa frase, ambos hombres se sintieron incómodos, en especial Damien, que al instante cubrió la boca de la atrevida joven y reclamó avergonzado.

—¿Qué carajo estás diciendo? Tú y yo…

Al notar que entre ellos había complicidad, Ashal dijo un tanto divertido.

—Interesante, jamás pensé que ustedes dos se llevaran tan bien. —Luego se dirigió a Damien y señaló con cierto resentimiento—. Es más, me sorprende saber que te interesen otras mujeres además de mi esposa.

Avergonzado por este señalamiento, Damien se apartó y aseguró nerviosamente.

—Yo… yo no tengo nada que ver con ella.

Azabach se sintió dolida al escuchar este rechazo, que golpeó con furia el hombro del fornido sujeto y reclamó.

—¡Eres de lo peor! Yo que hice todo para estar a tu lado y me sales con esto. ¡Realmente no mereces mi amor!

—¡Jamás te dije que éramos algo más! —reviró Damien, bastante alterado.

Estas palabras hirieron más a Azabach, que sus lágrimas comenzaron a salir.

—¡Te odio! No debí h
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