Lazos, ¿muy cercanos?
—Jurado, ¿cómo declaran al acusado?

El silencio reinó en sala. Todos los ojos estaban puestos en la mujer que tenía la responsabilidad de revelar el veredicto. Tal atención abrumó a la jurado, que los nervios congelaron los músculos de su garganta, aumentando la expectativa de los presentes.

—¿Y bien? —intervino el juez, mirando fijamente a la nerviosa joven.

—Yo… lo siento… Bueno, este jurado decidió que el acusado es culpable de todos los crímenes que se le señalan.

De nuevo, las miradas cayeron en Adolf Dunesque, quien mantuvo su expresión imperturbable. Por su parte, Gérard respiró de alivio al escuchar el veredicto del jurado, pero luego sintió nerviosismo cuando dirigió su mirada hacia el acusado, quien lucía bastante tranquilo a pesar de que el resultado era desfavorable para él.

«¿Acaso no piensa manifestarse? Desde que comenzaron las audiencias, Adolf es el único acusado que ha preferido guardar silencio y no ser representado legalmente, ¿será que tiene un plan oculto par
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