Capítulo 116

Fue una semana muy pero muy larga, interminable, tediosa, cansada y de mucho trabajo. Alondra disfrutaba de su luna de miel y el trabajo se me acumuló por completo, tanto que debía multiplicarme y partirme en ocho pedazos para cumplir con todos los clientes que habían firmado contrato con nosotras. Como nunca, todo el mundo quería avisos, publicidad, reportajes, encartes y hasta trípticos. Rudolph me acompañaba en todo momento, dándome aliento y apoyo. -No quiero que te pase nada en estos días decisivos, un ataque de estrés sería malo en tus condiciones-, me dijo preocupado. Yo le reía coqueta. -Eres un encanto-, me rendía a él.

Tuve que ir donde una manada de vacas que se pondrían en la venta en un gran remate vacuno, en una feria agropecuaria y ¡¡¡me embarré hasta las orejas!!! Por querer tomar una buena foto, no me di cuenta de un gran charco y ¡¡¡pum!!! quedé hundida como si me hubiera sumergido en arenas movedizas. Los ganaderos y sus obreros me ayudan a salir, me dieron de
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