Emilia se cuestionó si estaba o no haciendo las cosas correctas, peinó su cabello antes de colocarse su cartera sobre el hombro. Caminó con prisas hacia la entrada de su casa y sonrió al ver el auto que Norma le había regalado. Era pequeño pero perfecto para alguien como ella. La chica lanzó la bolsa en el asiento del copiloto y miró su reloj, recordando que en treinta minutos se vería con Falcón.¿Por qué?¡Porque había decidido darle la oportunidad de explicar!Quizás era un error, quizás estaba perdiendo la última posibilidad de salir ilesa de aquellas circunstancias, pero su alfa había sido muy dulce. La mujer no podía negarlo, la chica no podía hacer absolutamente nada contra sus sentimientos y Falcón se veía sincero cuando decía que la amaba.Falcón suspiró cuando miró su reloj. El oficial que seguía persiguiéndolo a todos lados carraspeó algo aburrido y el lobo simplemente extendió uno de los cafés que había comprado hacía unos minutos. El chico lo rechazó por un instante, pero
— Aquí está su bebé — el doctor tocó ligeramente la pantalla del ecógrafo —. Muy saludable, por lo que puedo ver, está creciendo bien, pero deberías alimentarte más — el médico carraspeó — o quizás pasar más tiempo con contigo… Mmm alfa.— Eso ya no es un problema, estoy aquí — respondió Falcón haciendo que Emilia se sonrojara ligeramente —. ¿Qué necesito hacer exactamente?— Alimentarla, dormir a su lado, pasar tiempo juntos, el vínculo de los mates ayuda muchísimo al crecimiento de los bebés — explicó el médico —. ¿No viven juntos ustedes?— No, doctor, nosotros no…— Nos mudaremos juntos — respondió Falcón —. Hay alguna otra indicación que necesite tener en cuenta — cuestionó el alfa tomando la mano de su luna —. Prometo hacer que las cumplan a la perfección.— No hay mucho más que podamos hacer así que solo quédense juntos por el bien del bebé, un mate es imposible de rechazar o de alejar — el doctor habló — puedes mandarla lejos o puedes rechazarlo ante la manada, pero se seguirá
Emilia sirvió una copa de zumo para la mujer de aspecto petulante sentada en la cabecera de la mesa. La chica de cabello negro perfectamente peinado a su derecha dijo algo que hizo a la mujer reír, pero Emilia no fue capaz de escuchar, cosa que agradeció porque nada de lo que dijeran aquellas mujeres podría ser bueno, en especial cuando era evidente que hablaban de ella.La chica dejó caer la servilleta al suelo cuando Emilia sirvió la bebida para ella, Cintia, volteó los ojos indicando con un dedo para que Emilia tomara la servilleta del suelo. La chica dejó la jarra a un lado de la mesa dispuesta a obedecer, pero antes de que pudiera ponerse en pie, todo el contenido de la jarra fue vertido sobre ella.«Es tan estúpida»Intentó acostumbrarse, pero todavía le dolía el corazón. Aunque no sabía de qué hablaban estas mujeres, sabía que ella siempre sería la broma de la familia. Emilia odiaba aquella familia que había conseguido su padre después de la muerte de su madre. ¡Su padre la veí
Emilia tembló de miedo mientras. El hombre tomó su cabello con una mano, la chica trató de luchar, pero al tenerlo a horcajadas sobre usando su fuerza sobrenatural, Emilia no pudo hacer mucho. Las lágrimas comenzaron a inundar su mirada cuando aquel hombre colocó su mano sobre la ropa interior de la chica.Los ojos brillantes y maliciosos solo hicieron que la respiración de Emilia fuera más sofocada que antes y la chica trató de pensar en cómo salir de aquella situación, ese hombre quería abusar de ella. Sabía que nadie vendría por ella o la tomaría en cuenta, así que solo ella podría salvarse de aquella situación, pero…¡Cómo iba a hacerlo!No tenía lobo, no podía defenderse de aquel hombre. La chica cerró los ojos cuando la boca desagradable del novio de su hermana besó la suya, trató de apartar sus labios, pero aquello solo hizo que aquel hombre lamiera su rostro dándole arcadas y entonces presa de pánico hizo lo único que pudo.Lo mordió, lo mordió tan fuerte como sus dientes lo p
Falcón estaba enfermo de aquella situación en la que se encontraba, había muchísimas actividades mucho más entretenidas que ver a todos aquellos bandidos vender mujeres. Las voces y murmullos alrededor hacían que la música fuera casi inaudible.— Escuché que tenían una adquisición especial hoy, Falcón — el lobo sentado a la derecha en la misma mesa que el alfa sonrió —. Voy a regalártela si aceptas ser mi socio en mi nuevo proyecto.— No necesito una esclava, soy perfectamente capaz de conseguirme las mujeres por mi cuenta.Falcón había trabajado duro para llegar a donde estaba, había hecho absolutamente todo lo necesario para conseguir un nombre entre todos aquellos lobos y era justamente por eso por lo que estaba ahí soportando a aquellos cinco sujetos que le habían abordado llevándolo a aquel burdel de mala muerte a los límites entre tres manadas.Falcón no entendía del todo cómo alguien podría disfrutar de aprovecharse de todas esas pobres mujeres que solo dios sabía de qué forma
Esta frase hizo que Emilia siguiera a este hombre durante dos horas. y luego se desplomó exhausta al borde del camino. Aquello era una desventaja de no tener lobo, no era capaz de recorrer las distancias que para el resto de los lobos eran una simple caminata. El hombre que seguía andando frente a ella ni siquiera se dio cuenta de que ella se había quedado atrás.La chica gimió cuando sus manos fueron lastimadas por las piedras y ramas en el camino adyacente por el que se habían alejado del burdel mientras la chica trataba de amortiguar la caída de su débil cuerpo.¿Dónde iban?¿Por qué aquel hombre no le había dicho una sola palabra desde que se alejaron del burdel?Falcón se detuvo cuando no notó los pasos de la mujer que había comprado a sus espaldas, su nuevo estado le molestó tanto que ni siquiera quiso mirar realmente a su espalda. Aquella mujer no podía ser su luna, él ya tenía a alguien más en su corazón así que una luna era lo último que deseaba.Falcón ma
— ¡Aléjense de mí! — gritó asustada — todos aléjense de mí, monstruos, malditos.— ¿Malditos? — Falcón se molestó ante aquella palabra — ¿Tienes idea de dónde estarías si no te hubiera encontrado? — El hombre la tomó de la mano, haciéndole a Emilia imposible huir de él. — cierra la boca y deja que el médico te cure o te ataré a la cama para que te quedes quieta.La chica quiso decir algo, pero estaba débil, su mirada seguía fija en el hombre completamente en silencio a unos pasos de ella e intentó estar a la defensiva mientras aquel médico examinaba su cuerpo con cuidado.Ella odió no poder saber nada de lo que aquellos hombres decían, no obstante, sintió la mirada terrorífica de aquel beta en ella, cerró sus ojos un minuto cuando el doctor frente a ella terminó de vendar la herida en su rodilla. La mujer pensó que si aquel hombre era amigo del que la había comprado en aquella subasta donde había parado por su culpa, no había forma de estar a salvo. La chica notó las tijeras dentro de
No tienes escapatoria…Las palabras sonaron una y otra vez en la mente de Emilia durante toda la noche. Aunque agradeció no tener que dormir con aquel extraño que había dicho que ella era su luna, seguía estando aterrada.Estaba en un lugar extraño, con un sujeto que la había comprado como si fuera un simple saco de patatas. La mujer sintió que su corazón dolía al pensar en que nadie se había preocupado realmente por ella, su familia parecía no arrepentirse de haberla enviado al peor lugar en aquel territorio. La chica que pasó prácticamente toda la noche hecha un ovillo sobre aquella cama se cuestionó si podría salir sana y salva de aquel lugar.Ella había soñado con que quizás su familia cambiara o que de algún modo aquel chico que había conocido cuando era pequeña cumplía la promesa de ir por ella y la sacaría de casa de su familia, sin embargo, parecía que nada de aquello iba a pasar.La puerta de la habitación se abrió haciendo a Emilia salir de sus pensamientos cuando la luz del