— ¡Te vas! — dijo Cintia, haciendo a Falcón maldecir internamente —. No puedes irte, tenemos que… que cuidar a nuestro hijo. La manada necesita saber que el alfa ahora realmente tiene una que merece la pena. ¡No puedes irte!
— ¡No eres la luna de nada! — respondió Falcón a la molesta mujer —. Tengo un beta que puede ocuparse de mis asuntos por este tiempo y, por si no lo sabes, ahí fuera está a punto de estallar la guerra.
— ¿A sí? Y tu beta va a cuidar de tu hijo en mi vientre, de mí, de lo que dirán los demás cuando sepan que me has dejado como si no valiera nada.
— ¡Suficiente!, puedes cuidarte por tu cuenta, puedes cuidar a ese bebé perfectamente porque vas a quedarte aquí— Dijo Falcón— pero nada de eso, importe ahora así que sal de mi camino y déjame aclararte una cosa— el alfa le advirtió con seriedad— tú, no
— Soy Falcón Grimees señora — Falcón tomó la mano de la mujer que realmente no podía creer que estuviese frente a él —. Es un placer para mí conocer a una miembro de la primera familia. — Ya no hay algo como la primera familia muchacho — dijo antes de alejar su mano de la mía — ahora quiero que me expliques ese plan tuyo que tanto pareció agradarle a los de nuestra… — miró al oficial humano en la puerta de la casa donde ambos se encontraban — especie. — Quiero demostrar que podemos ser amigos, que podemos tratarnos como iguales y evitar una segunda guerra, porque sin duda es algo que ambas… Especies quieren. Falcón usó las mismas palabras que la mujer frente a él, había oído hablar de los últimos miembros de la primera familia, pero jamás pensó que se toparía con uno en toda su vida. Era importante para las manadas y los lobos, pero al punto de conocer a uno de los descendientes de la familia que fundó e intentó mantener a toda una especie con vida era otro nivel. Quizás era alg
— Fal… Falcón.Emilia se tambaleó hacia atrás cuando vio el hombre en el que había pensado durante las últimas semanas de pie en su puerta, o mejor dicho, en la puerta de Norma. La chica sintió su aroma y quiso detenerse, pero su nuevo… instinto simplemente fue más fuerte, así que simplemente se lanzó en los brazos de aquel hombre que no la quería.Su corazón latió de emoción mientras su olor la envolvía, su vientre de algún modo comenzó a desprender esa agradable energía de felicidad que sin duda era la evidencia de que incluso su hijo reconocía a su propio padre.Falcón quiso echar a un lado, pero se permitió disfrutar de la cercanía de Emilia, al menos hasta que la mujer que realmente había ido a buscar aparecía frente a él. Norma miró la escena en silencio, luego carraspeó y Falcón solo pudo alejar un par de centímetros a una muy conmocionada Emilia.— ¡No puede ser! — dijo Norma mirando a Falcón — ¡Tú eres su alfa!Emilia sintió dolor en su pecho al escuchar aquellas palabras, pa
— ¿Bien, cuéntenos, señor… ¿Falcón? — La entrevistadora de cabello café perfectamente peinado sonrió a la cámara frente a ambos — Realmente viven en… ¿Manadas?—Sí, somos una comunidad bastante aferrada a sus instintos — respondió —. Además, nada vale más para nosotros que la familia que creamos, con la que vivimos.— ¿Con quién viven? — La mujer bufó haciendo a Falcón enfadar internamente — ¿Cómo en las mismas casas?, ¿Duermen juntos como los... — carraspeó — los…— ¿Lobos reales? — Falcón terminó la frase —. No, cada uno tiene sus casas, sus negocios, su vida; somos igual de civilizados que ustedes.— Creo que eso es decir demasiado, ustedes son bastante agresivos.— Lo somos, cuando los humanos intentan masacrar a nuestra especie sin ningún tipo de preguntas, como hace unas semanas — Falcón miró a la mujer —. Dejaron huérfanos a dos pequeños niños de cinco años que ahora no dejan de preguntarle a sus abuelos por sus padres.— ¡Corten!El hombre detrás de las cámaras se puso en pie
— ¡Qué haces aquí, muchacho! — Norma le dio un pequeño saludo a un oficial humano más allá de Falcón —. Te dije que te quedarás lejos de Emilia.— Traje algo para ella — Falcón sacó el ramo de flores de la bolsa donde también había golosinas —. Necesito hablar, necesito saber de mí… cachorro, yo necesito…— Ser más inteligente.Norma hizo que el alfa diera un paso hacia atrás, ella misma dio un paso fuera de la casa antes de cerrar la puerta a su espalda. La mujer miró las flores y la bolsa entre sus manos. Miró después de un par de segundos a Falcón.— Ella cree que elegiste a su hermana, creo que lo hiciste en realidad — la mujer negó —. Si no, ¿por qué ella habría venido hasta aquí? — La loba tomó la bolsa —. ¿Por qué se habría arriesgado?— Está confundido, habían pasado tantas cosas y ella... Dios, ella dijo que era la chica que estaba buscando, así que yo… Quizás fui un poco abrupto.— ¿Qué quieres decir exactamente con eso? — La mujer se cruzó de brazos —. ¿Abrupto es una palab
— Sabía que iba a ser fácil, pero no tan fácil — Ermes miró a Cintia desde su cama mientras ella reacomodaba su bata de dormir —. ¿Dices que Falcón se fue y dejó todo en manos de un beta incompetente — negó — Él realmente cree que tiene todo bajo control.— ¿No lo hace? — Cintia respondió un tanto agobiada — ¿Tú sigues escondido, verdad?— Es muy diferente — respondió Ermes —. Estoy esperando el momento indicado para…— ¿El momento indicado? — Cintia se cruzó de brazos — ¿Cuándo es ese momento? — cuestionó —. Estoy embarazada. Falcón ni siquiera cree que sea su cachorro. ¡Sabes lo que hará si nace el niño y comienza a sentir el olor de otro alfa!— Faltan meses para eso Cintia — Ermes la tomó de la cintura llevándola sobre su regazo — además esperar es bueno, puedes saber exactamente en qué momento arrancarlo todo de raíz, ten paciencia preciosa — Ermes la besó — te prometo que nada será más placentero que hacer a tu hermanastra sufrir por todo lo que nos hizo.Emilia sonrió al pequeñ
Falcón dejó de mirar a Norma cuando Emilia pasó a su alrededor, ella realmente no quería hablar con él. Él realmente no entendía cómo resolvería las cosas si no tenía ni la más mínima oportunidad con ella, pero esperaba poder ser capaz de encontrar una respuesta pronto.— ¿A qué viniste realmente? —La pregunta hizo que Falcón le mirase directamente a los ojos de la señora frente a ella —. ¿A verme a mí o a mi invitada?— vine a verte por lo de la entrevista, es solo que… ¿Cómo está ella?— Está bien — dijo la mujer — y sobre la entrevista me mantengo en mi postura de no participar.— ¡Pero lo necesito! Todos lo necesitamos — dijo —. Eres una parte importante de la historia de los lobos, el único miembro de la primera familia que queda aún con vida, tú eres…— No soy más que una loba centenaria, muchacho. Si alguna vez hubo una familia, ya no la hay. Además, — Norma bebió de su té —. ¿No te das cuenta de que me echaron del otro lado? Nadie quiere saber de mí.— Los humanos no necesitan
Emilia se cuestionó si estaba o no haciendo las cosas correctas, peinó su cabello antes de colocarse su cartera sobre el hombro. Caminó con prisas hacia la entrada de su casa y sonrió al ver el auto que Norma le había regalado. Era pequeño pero perfecto para alguien como ella. La chica lanzó la bolsa en el asiento del copiloto y miró su reloj, recordando que en treinta minutos se vería con Falcón.¿Por qué?¡Porque había decidido darle la oportunidad de explicar!Quizás era un error, quizás estaba perdiendo la última posibilidad de salir ilesa de aquellas circunstancias, pero su alfa había sido muy dulce. La mujer no podía negarlo, la chica no podía hacer absolutamente nada contra sus sentimientos y Falcón se veía sincero cuando decía que la amaba.Falcón suspiró cuando miró su reloj. El oficial que seguía persiguiéndolo a todos lados carraspeó algo aburrido y el lobo simplemente extendió uno de los cafés que había comprado hacía unos minutos. El chico lo rechazó por un instante, pero
— Aquí está su bebé — el doctor tocó ligeramente la pantalla del ecógrafo —. Muy saludable, por lo que puedo ver, está creciendo bien, pero deberías alimentarte más — el médico carraspeó — o quizás pasar más tiempo con contigo… Mmm alfa.— Eso ya no es un problema, estoy aquí — respondió Falcón haciendo que Emilia se sonrojara ligeramente —. ¿Qué necesito hacer exactamente?— Alimentarla, dormir a su lado, pasar tiempo juntos, el vínculo de los mates ayuda muchísimo al crecimiento de los bebés — explicó el médico —. ¿No viven juntos ustedes?— No, doctor, nosotros no…— Nos mudaremos juntos — respondió Falcón —. Hay alguna otra indicación que necesite tener en cuenta — cuestionó el alfa tomando la mano de su luna —. Prometo hacer que las cumplan a la perfección.— No hay mucho más que podamos hacer así que solo quédense juntos por el bien del bebé, un mate es imposible de rechazar o de alejar — el doctor habló — puedes mandarla lejos o puedes rechazarlo ante la manada, pero se seguirá