Capítulo 5

POV HERNÁN

Me dejó completamente preocupado el cómo Clara se fue de mi vista y luego no la vi más en todo el día. Llegué a mi casa sin dejar de pensar en eso, y ni siquiera entiendo el motivo, es solo una empleada más.

Me encuentro caminando de un lado a otro en mi sala de estar, incapaz de encontrar calma. ¿Qué está pasando conmigo? Nunca antes me había sentido tan perturbado por una simple interacción con una mujer, y ni siquiera es porque estoy pensando en follármela, preferiría pensar en eso mil veces antes que pensar en que ella es mi compañera destinada.

Con un suspiro, me dirijo a la cocina en busca de algo de beber, pero incluso el whisky más fino no puede calmar mis nervios. Me siento atrapado en un torbellino de emociones y pensamientos confusos, incapaz de encontrar una salida clara.

Chasqueo la lengua y enciendo mi portátil para buscar información sobre ello. Sé que G****e no es una fuente muy confiable, pero hay leyendas que hablan sobre un lobo emparejado con una humana.

Me sumerjo en la búsqueda en línea, tratando de encontrar respuestas a esta inexplicable conexión que siento con Clara. A medida que desplazo la pantalla hacia abajo, me encuentro con una serie de mitos y leyendas que hablan sobre la unión entre lobos y humanos.

Una leyenda en particular llama mi atención: la historia de Lyall y Betsy. Según la antigua tradición, cada mil años, durante la luna de sangre, se produce un fenómeno mágico que une los destinos de un lobo y un humano. Se cree que esta unión es una manifestación de una antigua maldición lanzada por una bruja vengativa, quien condenó a ambas especies a un destino lleno de desafíos y sacrificios.

Lyall era un poderoso lobo alfa y se enamoró perdidamente de Betsy, una humana común y corriente, durante una de estas noches de luna de sangre. A pesar de las advertencias de los ancianos de la manada y de los peligros que enfrentarían, Lyall y Betsy decidieron desafiar el destino y luchar por su amor. Su unión fue vista como una aberración por algunos, pero para ellos fue un vínculo sagrado que trascendió las barreras de las especies.

A medida que avanzo en la lectura de la leyenda, tengo más miedo. ¿Podría ser posible que nosotros también estemos destinados a estar juntos, a pesar de nuestras diferencias? La idea parece absurda, pero no puedo ignorar la intensa conexión que siento con ella.

De todos modos, me siento muy aliviado cuando descubro que, en el momento que conocí a Clara, la luna no era de sangre, por lo que esta leyenda no tiene sentido para mí.

Sigo buscando cosas, y me encuentro con historias que detallan las posibles consecuencias de la unión entre un lobo y un humano. Según estas leyendas, la conexión entre ambas especies puede traer consigo tanto bendiciones como maldiciones, dependiendo de cómo se maneje la situación.

Por un lado, hay relatos de amor eterno y una conexión profunda que trasciende las barreras físicas y emocionales. Se dice que cuando un lobo encuentra a su compañera destinada, experimenta una sensación de plenitud y felicidad que nunca antes había experimentado. La pareja se convierte en una unidad inseparable, capaz de superar cualquier desafío que se interponga en su camino.

Sin embargo, también hay historias más oscuras que hablan de los peligros de una unión entre un lobo y un humano. Se dice que la naturaleza salvaje del lobo puede resultar abrumadora para su pareja humana, y que las diferencias entre ambas especies pueden causar conflictos y dificultades en la relación. Además, la revelación de la verdadera identidad del lobo puede poner en peligro la seguridad de ambos, ya que los cazadores y otros seres sobrenaturales pueden ver a la pareja como una amenaza y tratar de destruirlos.

Con un suspiro de frustración, cierro la computadora portátil y me levanto de mi silla. La búsqueda no me dio respuestas claras, y me doy cuenta de que solo estoy perdiendo el tiempo buscando soluciones en un mundo donde la gran mayoría de las cosas son cuentos inventados.

Sigo pensando, si una unión entre una humana y un lobo es tan peligrosa, ¿por qué la Diosa me emparejaría de esa manera? ¿Qué clase de maldición tengo?

Chasqueo la lengua y sacudo la cabeza.

No puedo hablar con mi lobo ya que está ofendido desde que decidí venir al mundo humano desde hace unos años, y no quiere aparecer… ¡Ahí debe estar el motivo! ¿Será que prácticamente mi lobo desapareció y me estoy volviendo humano? ¿Será posible eso?

Espero que no, no quiero perder contacto con mi naturaleza. He tratado de hablar con Lyke, pero me mantiene bloqueado.

La posibilidad de que mi lobo interior haya desaparecido me llena de una ansiedad que no puedo evitar. Mi lobo es una parte integral de quién soy. Sin él, ¿quién sería yo? ¿Un humano más, perdido en la rutina de la vida cotidiana, sin el instinto y la libertad que me caracterizan?

Me paseo por la habitación, sintiendo el peso de la soledad. La idea de perder mi identidad me atormenta, y la indiferencia de Lyke solo le echa sal a la herida. ¿Cómo puedo reconciliarme con una parte de mí que se niega a comunicarse?

Decido que es hora de tomar medidas drásticas. Si hablar con Lyke directamente no es una opción, tal vez haya otra manera de llegar a él. Recuerdo historias antiguas que contaban mis ancestros, rituales que permiten a los hombres comunicarse con sus lobos si no aparecen a la edad determinada. Quizás sea hora de explorar esos métodos olvidados.

Con determinación, comienzo a recopilar información sobre rituales ancestrales, leyendas que hablan de la comunicación entre especies. No será fácil, y no tengo garantías de éxito, pero la alternativa, una existencia sin mi lobo, es inaceptable. ¡Soy un Alfa!

Mientras la noche avanza, me sumerjo en textos antiguos y sitios web oscuros, buscando la clave para restaurar mi conexión perdida. No me rendiré hasta que Lyke y yo volvamos a ser uno, hasta que la Diosa me revele el propósito de esta maldición.

Al otro día despierto con tanto dolor que siento que me dieron una golpiza. Nada de lo que hice para contactar a Lyke funcionó. Sé que está, puedo sentirlo, pero no quiere saber nada con hacerse presente y hablarme. Maldito perro gigante.

Llego a la empresa con tan mala cara que todo el mundo escapa de mi alrededor, ni siquiera se animan a saludarme.

—¡Buen día! —exclama Daniel con una sonrisa de oreja a oreja, apareciendo de golpe frente a mí. Lo miro con el ceño fruncido y arquea las cejas. Sus ojos azules reflejan diversión—. ¿Una mala noche?

—Necesito contarte algo —digo, haciendo una seña para que me siga hasta la oficina.

Entramos y cierro de un portazo, luego me dejo caer en mi asiento con expresión molesta.

—¿Qué pasa, viejo? —inquiere mi compañero y Beta.

—¿Hay alguna novedad interesante en la manada? —quiero saber, fingiendo despreocupación.

Siempre le pregunto las novedades a él ya que decidió seguir en contacto con ellos. Se encoge de hombros.

—Nada nuevo, siempre lo mismo. Tu padre sigue pidiendo que vuelvas, duda que tu hermano pueda hacerse cargo de todo el próximo año —informa. Abro los ojos con sorpresa.

—¿Mi padre piensa retirarse el próximo año? —cuestiono. Daniel asiente con la cabeza y me refriego los ojos con cansancio.

Es muy pronto, por supuesto que mi hermano, diez años menor que yo, no está preparado para hacerse cargo, apenas acaba de convertirse en adulto. Lo está haciendo a propósito para que vuelva, estoy seguro.

—¿Solo eso querías saber? —pregunta mi acompañante, sacándome de mis pensamientos.

—No, es que… no pude dormir en toda la noche, sigo sin tener contacto con Lyke y siento que me estoy volviendo loco, hasta el punto que creo que estoy por convertirme en un humano común y corriente.

—¿Cómo? —dice Daniel, su expresión demuestra que está horrorizado con lo que acabo de comentar.

Estoy a punto de responder, pero la puerta se abre de repente y Clara entra de manera apresurada. Su pelo revuelto, su rostro al natural y su expresión inocente hace que mis hormonas se alteren.

—¡Ay, perdón, no sabía que estaban en una reunión! —exclama avergonzada.

—Está bien, Clara, no te preocupes —comenta Daniel poniéndose de pie, la mira de arriba abajo y le sonríe con expresión coqueta, lo cual me hace hervir la sangre al notar que ella se sonroja—. Ya me voy, que tengas una buena jornada.

—Gracias —murmura ella. En cuanto mi Beta sale de la oficina, no sin hacerme un guiño de ojo antes de cerrar la puerta, Clara se acerca a mi escritorio—. Perdón, señor, no sabía que estaba con él. Perdón por interrumpir.

—Señorita Rojas, no se preocupe —contesto, tomando los papeles que me está entregando—. Pero, por favor, la próxima vez toque la puerta.

—Sí, discúlpeme.

Sale casi corriendo de mi despacho y no puedo evitar sonreír, admito que me da ternura.

Ese delicioso aroma que sentí ayer vuelve a hacerse presente y gruño por lo bajo. Otra cosa casi segura, ese aroma es de mi pareja destinada.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo