POV HERNÁN
Me dejó completamente preocupado el cómo Clara se fue de mi vista y luego no la vi más en todo el día. Llegué a mi casa sin dejar de pensar en eso, y ni siquiera entiendo el motivo, es solo una empleada más.
Me encuentro caminando de un lado a otro en mi sala de estar, incapaz de encontrar calma. ¿Qué está pasando conmigo? Nunca antes me había sentido tan perturbado por una simple interacción con una mujer, y ni siquiera es porque estoy pensando en follármela, preferiría pensar en eso mil veces antes que pensar en que ella es mi compañera destinada.
Con un suspiro, me dirijo a la cocina en busca de algo de beber, pero incluso el whisky más fino no puede calmar mis nervios. Me siento atrapado en un torbellino de emociones y pensamientos confusos, incapaz de encontrar una salida clara.
Chasqueo la lengua y enciendo mi portátil para buscar información sobre ello. Sé que G****e no es una fuente muy confiable, pero hay leyendas que hablan sobre un lobo emparejado con una humana.
Me sumerjo en la búsqueda en línea, tratando de encontrar respuestas a esta inexplicable conexión que siento con Clara. A medida que desplazo la pantalla hacia abajo, me encuentro con una serie de mitos y leyendas que hablan sobre la unión entre lobos y humanos.
Una leyenda en particular llama mi atención: la historia de Lyall y Betsy. Según la antigua tradición, cada mil años, durante la luna de sangre, se produce un fenómeno mágico que une los destinos de un lobo y un humano. Se cree que esta unión es una manifestación de una antigua maldición lanzada por una bruja vengativa, quien condenó a ambas especies a un destino lleno de desafíos y sacrificios.
Lyall era un poderoso lobo alfa y se enamoró perdidamente de Betsy, una humana común y corriente, durante una de estas noches de luna de sangre. A pesar de las advertencias de los ancianos de la manada y de los peligros que enfrentarían, Lyall y Betsy decidieron desafiar el destino y luchar por su amor. Su unión fue vista como una aberración por algunos, pero para ellos fue un vínculo sagrado que trascendió las barreras de las especies.
A medida que avanzo en la lectura de la leyenda, tengo más miedo. ¿Podría ser posible que nosotros también estemos destinados a estar juntos, a pesar de nuestras diferencias? La idea parece absurda, pero no puedo ignorar la intensa conexión que siento con ella.
De todos modos, me siento muy aliviado cuando descubro que, en el momento que conocí a Clara, la luna no era de sangre, por lo que esta leyenda no tiene sentido para mí.
Sigo buscando cosas, y me encuentro con historias que detallan las posibles consecuencias de la unión entre un lobo y un humano. Según estas leyendas, la conexión entre ambas especies puede traer consigo tanto bendiciones como maldiciones, dependiendo de cómo se maneje la situación.
Por un lado, hay relatos de amor eterno y una conexión profunda que trasciende las barreras físicas y emocionales. Se dice que cuando un lobo encuentra a su compañera destinada, experimenta una sensación de plenitud y felicidad que nunca antes había experimentado. La pareja se convierte en una unidad inseparable, capaz de superar cualquier desafío que se interponga en su camino.
Sin embargo, también hay historias más oscuras que hablan de los peligros de una unión entre un lobo y un humano. Se dice que la naturaleza salvaje del lobo puede resultar abrumadora para su pareja humana, y que las diferencias entre ambas especies pueden causar conflictos y dificultades en la relación. Además, la revelación de la verdadera identidad del lobo puede poner en peligro la seguridad de ambos, ya que los cazadores y otros seres sobrenaturales pueden ver a la pareja como una amenaza y tratar de destruirlos.
Con un suspiro de frustración, cierro la computadora portátil y me levanto de mi silla. La búsqueda no me dio respuestas claras, y me doy cuenta de que solo estoy perdiendo el tiempo buscando soluciones en un mundo donde la gran mayoría de las cosas son cuentos inventados.
Sigo pensando, si una unión entre una humana y un lobo es tan peligrosa, ¿por qué la Diosa me emparejaría de esa manera? ¿Qué clase de maldición tengo?
Chasqueo la lengua y sacudo la cabeza.
No puedo hablar con mi lobo ya que está ofendido desde que decidí venir al mundo humano desde hace unos años, y no quiere aparecer… ¡Ahí debe estar el motivo! ¿Será que prácticamente mi lobo desapareció y me estoy volviendo humano? ¿Será posible eso?
Espero que no, no quiero perder contacto con mi naturaleza. He tratado de hablar con Lyke, pero me mantiene bloqueado.
La posibilidad de que mi lobo interior haya desaparecido me llena de una ansiedad que no puedo evitar. Mi lobo es una parte integral de quién soy. Sin él, ¿quién sería yo? ¿Un humano más, perdido en la rutina de la vida cotidiana, sin el instinto y la libertad que me caracterizan?
Me paseo por la habitación, sintiendo el peso de la soledad. La idea de perder mi identidad me atormenta, y la indiferencia de Lyke solo le echa sal a la herida. ¿Cómo puedo reconciliarme con una parte de mí que se niega a comunicarse?
Decido que es hora de tomar medidas drásticas. Si hablar con Lyke directamente no es una opción, tal vez haya otra manera de llegar a él. Recuerdo historias antiguas que contaban mis ancestros, rituales que permiten a los hombres comunicarse con sus lobos si no aparecen a la edad determinada. Quizás sea hora de explorar esos métodos olvidados.
Con determinación, comienzo a recopilar información sobre rituales ancestrales, leyendas que hablan de la comunicación entre especies. No será fácil, y no tengo garantías de éxito, pero la alternativa, una existencia sin mi lobo, es inaceptable. ¡Soy un Alfa!
Mientras la noche avanza, me sumerjo en textos antiguos y sitios web oscuros, buscando la clave para restaurar mi conexión perdida. No me rendiré hasta que Lyke y yo volvamos a ser uno, hasta que la Diosa me revele el propósito de esta maldición.
Al otro día despierto con tanto dolor que siento que me dieron una golpiza. Nada de lo que hice para contactar a Lyke funcionó. Sé que está, puedo sentirlo, pero no quiere saber nada con hacerse presente y hablarme. Maldito perro gigante.
Llego a la empresa con tan mala cara que todo el mundo escapa de mi alrededor, ni siquiera se animan a saludarme.
—¡Buen día! —exclama Daniel con una sonrisa de oreja a oreja, apareciendo de golpe frente a mí. Lo miro con el ceño fruncido y arquea las cejas. Sus ojos azules reflejan diversión—. ¿Una mala noche?
—Necesito contarte algo —digo, haciendo una seña para que me siga hasta la oficina.
Entramos y cierro de un portazo, luego me dejo caer en mi asiento con expresión molesta.
—¿Qué pasa, viejo? —inquiere mi compañero y Beta.
—¿Hay alguna novedad interesante en la manada? —quiero saber, fingiendo despreocupación.
Siempre le pregunto las novedades a él ya que decidió seguir en contacto con ellos. Se encoge de hombros.
—Nada nuevo, siempre lo mismo. Tu padre sigue pidiendo que vuelvas, duda que tu hermano pueda hacerse cargo de todo el próximo año —informa. Abro los ojos con sorpresa.
—¿Mi padre piensa retirarse el próximo año? —cuestiono. Daniel asiente con la cabeza y me refriego los ojos con cansancio.
Es muy pronto, por supuesto que mi hermano, diez años menor que yo, no está preparado para hacerse cargo, apenas acaba de convertirse en adulto. Lo está haciendo a propósito para que vuelva, estoy seguro.
—¿Solo eso querías saber? —pregunta mi acompañante, sacándome de mis pensamientos.
—No, es que… no pude dormir en toda la noche, sigo sin tener contacto con Lyke y siento que me estoy volviendo loco, hasta el punto que creo que estoy por convertirme en un humano común y corriente.
—¿Cómo? —dice Daniel, su expresión demuestra que está horrorizado con lo que acabo de comentar.
Estoy a punto de responder, pero la puerta se abre de repente y Clara entra de manera apresurada. Su pelo revuelto, su rostro al natural y su expresión inocente hace que mis hormonas se alteren.
—¡Ay, perdón, no sabía que estaban en una reunión! —exclama avergonzada.
—Está bien, Clara, no te preocupes —comenta Daniel poniéndose de pie, la mira de arriba abajo y le sonríe con expresión coqueta, lo cual me hace hervir la sangre al notar que ella se sonroja—. Ya me voy, que tengas una buena jornada.
—Gracias —murmura ella. En cuanto mi Beta sale de la oficina, no sin hacerme un guiño de ojo antes de cerrar la puerta, Clara se acerca a mi escritorio—. Perdón, señor, no sabía que estaba con él. Perdón por interrumpir.
—Señorita Rojas, no se preocupe —contesto, tomando los papeles que me está entregando—. Pero, por favor, la próxima vez toque la puerta.
—Sí, discúlpeme.
Sale casi corriendo de mi despacho y no puedo evitar sonreír, admito que me da ternura.
Ese delicioso aroma que sentí ayer vuelve a hacerse presente y gruño por lo bajo. Otra cosa casi segura, ese aroma es de mi pareja destinada.
POV CLARASalgo de la oficina de Hernán casi corriendo, con el corazón acelerado y las mejillas ardiendo. No puedo creer lo torpe que fui al interrumpir una reunión tan importante. ¿Cómo pude ser tan despistada? Y encima, me sonrojo como una colegiala ante la sonrisa coqueta de Daniel. ¡Qué vergüenza!Llego a mi escritorio y me dejo caer en la silla, soltando un suspiro profundo. Trato de concentrarme en mi trabajo, pero la imagen de Hernán y Daniel no deja de rondar mi mente. Algo en la mirada de Hernán me inquieta, una mezcla de tensión y preocupación que no logro descifrar. Y ese aroma... cada vez que me acerco a él, un aroma embriagador me envuelve, haciéndome sentir extrañamente cómoda y segura.«Solo es tu imaginación, Clara», me digo a mí misma, tratando de sacudir esos pensamientos. «Es tu jefe, y tú estás aquí para trabajar, no para soñar despierta». Pero no puedo evitarlo. Hay algo en Hernán que me atrae de una manera que nunca antes había experimentado. Una especie de conex
POV HERNÁN No entiendo qué me pasa y porqué me encuentro frente a una necesidad tan fuerte de ir a ver a Clara. Ella está a metros de mi oficina, puedo incluso oler su perfume y, si afino un poco más el oído, puedo escuchar hasta su respiración. Sé que está tecleando algo en la computadora, cada tanto escucho el sonido del bolígrafo contra el papel, pero no se me ocurre nada para ir a hablarle. Sé muy bien que Valeria le dijo que no se acerque a mí, pero no me importa. Esa mujer tiene que aprender a controlarse, yo no soy de su propiedad.Intento concentrarme en los documentos frente a mí, pero mi mente sigue vagando hacia Clara. Su presencia es una constante distracción, una tentación que no puedo ignorar. La noche pasada apenas dormí, consumido por la falta de conexión con Lyke y la confusión que Clara trajo a mi vida. Necesito respuestas, y quizás ella es la clave para encontrarlas.Levanto la vista del escritorio y miro hacia la puerta. Mi corazón se acelera con solo pensar en ve
POV CLARASalto en la silla cuando veo a mi jefe venir hacia mí y escondo el boceto que estaba haciendo con rapidez. Hace minutos, una especie de creatividad impulsiva llegó hacia mí por arte de magia y tuve que dibujar, pero me frustra no poder hacer una sola línea sin que mi mano tiemble.—Señor Selton, ¿necesita algo? —inquiero con tono avergonzado. Él se para frente a mi escritorio y me mira con profundidad, sus ojos verdes están más oscuros que de costumbre y me recorre un escalofrío por la espalda mientras evito devolverle la mirada.Este hombre me parece bastante curioso y, al mismo tiempo, tiene un aura tan intimidante que me da miedo.—Yo… eh… un café —titubea, soltando un bufido frustrado.—¿Solo eso? —pregunto, arqueando las cejas. Él asiente rápidamente.—Sí, perdón, lo voy a buscar yo, Clara. No te voy a molestar por esa tontería —agrega, y sale disparado hacia el ascensor.Frunzo el ceño y lo observo hasta que desaparece de mi vista. Siento que quería decirme algo más, p
POV HERNÁNAhora que volvió Lyke, siento que extraño la soledad y tranquilidad de mi mente. No deja de cantar ni estar emocionado porque Clara lo dibujó.De hecho, fue él quien me obligó a mandarle ese mensaje. Yo no quería porque temo ser intenso para ella. Para nosotros es bastante normal ser intensos desde el principio con nuestra pareja destinada, pero para Clara, siendo humana, creo que alguien así la asustaría y hasta pensaría que soy un acosador. No quiero que me tenga miedo.—¡Ella me dibujó! —vuelve a exclamar por enésima vez. Pongo los ojos en blanco—. ¿Qué pasará cuando la llevemos a nuestra manada?—Eso no va a pasar —digo entredientes.—¿Y nos dará cachorritos o solo tendremos bebés humanos? —cuestiona, haciendo caso omiso a mi respuesta. Suelto un bufido.—Falta mucho para eso, Lyke, ya deja de soñar tanto —replico, comenzando a buscar algo para comer. Abro la nevera y saco algunos ingredientes, tratando de concentrarme en preparar una cena rápida.—No puedes negar lo que
POV CLARACuando llego a la empresa me encuentro con tal fiesta que parece que van a tirar todo por la ventana.Hay globos, guirnaldas, los empleados tienen bonetes, silbatos y papel picado. Tiran serpentinas a medida que avanzo y no puedo evitar reír. No entiendo nada de lo que está pasando, pero la felicidad es contagiosa.Si bien no estoy de muy buen humor, ya que anoche no pude dormir entre las pesadillas y el fracaso ante el dibujo del lobo, quizás esto podría mejorar un poco mi ánimo.Llego hasta mi escritorio y Lisa me está esperando con un café.—¡Ay, te lo agradezco tanto! —le digo, dándole un sorbo y disfrutando de su sabor. Ella sonríe y me guiña un ojo—. ¿Por qué hay tanto alboroto?—Hoy cumple años Daniel, acostumbra a hacer esto todos los años —contesta. Frunzo el ceño.—El señor Selton no me informó nada, yo no sabía…—No te preocupes, Clara —me interrumpe ella—. En realidad, Hernán no suele participar mucho de esto, más bien lo organiza Daniel con su propia secretaria.
POV HERNÁN—Me niego rotundamente —le digo a Daniel, quien me pidió que vayamos a un bar a festejar su cumpleaños esta noche.—¿Por qué no? —cuestiona frunciendo el ceño—. Hace una semana hubieras aceptado como si tu vida dependiera de ello.—Hay mucho trabajo por hacer —respondo en un murmullo, sabiendo que tiene razón. Jamás hubiera rechazado una salida.El problema es que, si voy al bar, no van a parar de venir mujeres a insistir para que se acuesten conmigo y yo en este momento solo quiero acostarme con una sola mujer. Clara.—¡Es fin de semana! —protesta mi amigo—. ¿Qué está pasando? —Entrecierra los ojos—. ¿Acaso te estás enamorando de Valeria?—¡Ni muerto! —exclamo. Se me revuelve el estomago de solo pensar en eso.—Deberíamos ir —comenta Lyke—. Dijimos que nadie debería sospechar de lo que nos pasa.Mi lobo está en lo cierto. Si comienzo a comportarme de manera distinta, es muy probable que Daniel sea el primero en darse cuenta de que acabo de encontrar a mi pareja. Suspiro y
POV CLARALe dije a Marina que no era buena idea venir a bailar. No estaba de humor, ni tampoco tenía muchas ganas, pero ella insistió en que debía festejar mi primera semana de trabajo y, además, quería relajarse.Y ahora, aquí estamos, yo traumada por culpa de un desconocido y ella culpable por haberme dejado sola cinco minutos. De todos modos, lo más extraño es haberme encontrado con mi jefe, que apareció en el momento justo y encima me defendió.Marina me mira con ojos llenos de preocupación, su culpa evidente en su rostro.—Lo siento tanto, Clara. Nunca pensé que algo así podría pasar —dice, su voz tiembla y tomo su mano.—No es tu culpa, Marina. Estas cosas... simplemente pasan —respondo, tratando de calmarla.—Pero debí estar contigo. No debí dejarte sola ni un segundo —insiste, sus ojos brillando con lágrimas no derramadas.La abrazo brevemente, tratando de consolarla.—Está bien, Marina. Estoy bien. Y, además, el señor Selton estaba allí para ayudarme.Ella me mira, aún con a
POV CLARALo dice con una sonrisa de oreja a oreja, y no puedo evitar estallar en carcajadas.—¡No me digas! —exclamo reprimiendo las risas—. Está bien, tu secreto está a salvo conmigo, solo espero que no me comas. Y… ¿te transformas en luna llena?—No, no funciona así —expresa negando con la cabeza—. Es como un impulso, cuando no puedo mantener a mi lobo a raya.—Claro, entiendo —replico aguantando la risa. Creo que está más borracho que yo, por lo que finjo creerle—. ¿Y te puedes transformar ahora?—No, Lyke está enojado conmigo y en este momento me está insultando demasiado.—¿Quién es Lyke? —cuestiono frunciendo el ceño.—Mi lobo —contesta encogiendo los hombros. Asiento con una sonrisa.—¿Y él te habla? —inquiero con interés, entrecerrando los ojos. Mientras él habla, termino de tomar mi bebida.—Es un maldito lobo hablador —comenta con un bufido—. De hecho, tengo que admitir que lo extrañaba porque desapareció por un buen tiempo, pero es que ahora no se calla...—Creo que necesit