POV CLARALe dije a Marina que no era buena idea venir a bailar. No estaba de humor, ni tampoco tenía muchas ganas, pero ella insistió en que debía festejar mi primera semana de trabajo y, además, quería relajarse.Y ahora, aquí estamos, yo traumada por culpa de un desconocido y ella culpable por haberme dejado sola cinco minutos. De todos modos, lo más extraño es haberme encontrado con mi jefe, que apareció en el momento justo y encima me defendió.Marina me mira con ojos llenos de preocupación, su culpa evidente en su rostro.—Lo siento tanto, Clara. Nunca pensé que algo así podría pasar —dice, su voz tiembla y tomo su mano.—No es tu culpa, Marina. Estas cosas... simplemente pasan —respondo, tratando de calmarla.—Pero debí estar contigo. No debí dejarte sola ni un segundo —insiste, sus ojos brillando con lágrimas no derramadas.La abrazo brevemente, tratando de consolarla.—Está bien, Marina. Estoy bien. Y, además, el señor Selton estaba allí para ayudarme.Ella me mira, aún con a
POV CLARALo dice con una sonrisa de oreja a oreja, y no puedo evitar estallar en carcajadas.—¡No me digas! —exclamo reprimiendo las risas—. Está bien, tu secreto está a salvo conmigo, solo espero que no me comas. Y… ¿te transformas en luna llena?—No, no funciona así —expresa negando con la cabeza—. Es como un impulso, cuando no puedo mantener a mi lobo a raya.—Claro, entiendo —replico aguantando la risa. Creo que está más borracho que yo, por lo que finjo creerle—. ¿Y te puedes transformar ahora?—No, Lyke está enojado conmigo y en este momento me está insultando demasiado.—¿Quién es Lyke? —cuestiono frunciendo el ceño.—Mi lobo —contesta encogiendo los hombros. Asiento con una sonrisa.—¿Y él te habla? —inquiero con interés, entrecerrando los ojos. Mientras él habla, termino de tomar mi bebida.—Es un maldito lobo hablador —comenta con un bufido—. De hecho, tengo que admitir que lo extrañaba porque desapareció por un buen tiempo, pero es que ahora no se calla...—Creo que necesit
POV HERNÁNNo puedo creer todo lo que acaba de suceder. Mientras conduzco a casa tengo que aguantarme las quejas y, al mismo tiempo, la felicidad de Lyke. Yo solo quiero llegar a casa y dormir.—¡Eres un idiota! —exclama mi lobo—. Te deberías haber quedado, deberías haber tenido sexo con ella, ¡podríamos haberla marcado!—¿Estás loco? —inquiero, rodando los ojos—. Para empezar, ella estaba borracha, no puedo aprovecharme así. Y, además, ¿cómo voy a marcarla? ¡Ni siquiera sabe de este mundo!—Ahora sí lo sabe, porque tú te dedicaste a decírselo —refunfuña—. ¿En qué estabas pensando?—Ni me creyó —me defiendo. Sé que fui un estúpido en confesarle que tengo un lobo, pero al menos se lo tomó con humor y puedo usar mi borrachera como excusa.—Eso no cambia nada. Cada momento que pasas con ella la atracción se hace más fuerte. Necesitamos marcarla, Hernán. No tenemos mucho tiempo.—¿Tiempo para qué? —pregunto, aunque ya sé la respuesta. Lyke y yo estamos vinculados de una manera que no pued
POV HERNÁNAbro la puerta con todo el temor del mundo, pero suelto un suspiro de alivio en cuanto veo a Daniel. Me saluda con una palmada en la espalda mientras entra, su expresión está tan seria que me preocupa. Cierro la puerta de nuevo y le hago un gesto para que se siente.—¿No sabes qué pudo haber pasado? —inquiero con tono preocupado—. ¿No te lo dijeron por enlace mental?—Nada, estoy igual de preocupado que tú —responde. Estoy por contestar cuando el timbre suena otra vez. Siento que estoy a punto de vomitar mi corazón, ahora sí es él. Abro la puerta con inseguridad y casi me infarto cuando me encuentro a Valeria apoyada en el marco, vestida con un babydoll y una sonrisa coqueta. —¿Qué estás haciendo aquí, Valeria? —pregunto, tratando de mantener mi voz firme.—Pensé en darte una sorpresa, Hernán —dice ella, intentando entrar, pero la detengo antes de que dé un paso. Me mira haciendo puchero con los labios, y no puedo evitar sentir algo de repulsión.—No es un buen momento —
POV CLARAEl lunes llego a la empresa y hay un silencio tan lúgubre que me da escalofríos, mis compañeros ni siquiera levantan la vista cuando paso. Tengo miedo. ¿Se habrán entrado de lo que pasó el sábado entre Hernán y yo?Me acerco a mi escritorio con un sentimiento de vacío indescriptible. Los eventos del fin de semana todavía están frescos en mi mente, y no puedo evitar preguntarme qué va a pasar ahora. ¿Cómo reaccionará Hernán al verme? ¿Seguirá sintiendo lo mismo por mí después de todo lo que pasó?Me siento en mi silla y trato de concentrarme en mi trabajo, pero mi mente sigue divagando. Mis dedos tamborilean nerviosamente sobre el teclado, sin poder escribir ni una sola palabra coherente.Apenas pasan diez minutos cuando una voz chillona me hace saltar en el lugar. Levanto la vista y me encuentro con Valeria, que trae puesto un vestido escotado y su cabello bien peinado en una cola alta. Tengo que admitir que envidio su belleza.—¡Clara! —me saluda con una falsa alegría—. ¿Po
POV HERNÁN Lyke está como loco y yo trato de reprimir el impulso humano y masculino que me está nublando el pensamiento. Las ganas de hacerla mía sobre la mesa están presentes con cada respiración que da. Tengo que resistir, pero me es prácticamente imposible cuando siento el aroma que está saliendo de entre sus piernas mientras está sonrojada y respirando con dificultad. Se pone peor cuando gime mi nombre.—Márcala, márcala —gruñe Lyke en mi mente.—Clara, hay muchas cosas que quiero explicarte, cosas que no vas a entender de inmediato, pero necesito que confíes en mí —digo controlando mi tono y haciéndole caso omiso a mi lobo—. Eres más importante para mí de lo que te imaginas, y quiero que lo sepas.Asiente con algo de duda, noto que en su interior hay una mezcla de sentimientos y la entiendo.—Confío en ti, Hernán —responde en un susurro.Sonrío y me aparto un poco, pero no puedo soltarla.—Bien, tenemos mucho que hacer antes de que me vaya. Quiero que estés preparada para lo que
POV HERNÁNEstoy manejando mi auto hacia la manada, las luces iluminan el camino estrecho y sinuoso que he recorrido tantas veces. A medida que me acerco, puedo sentir la familiaridad del lugar y el peso de las responsabilidades que conlleva, cosa que me ahoga. Estaciono el auto cerca de la cabaña principal y salgo, inhalando profundamente el aire fresco del bosque.Las casas y cabañas están dispersas a lo largo del terreno, y las luces en las ventanas crean un ambiente cálido. La gente me reconoce y me saluda mientras camino, algunos inclinando ligeramente la cabeza en señal de respeto.—¡Hernán! —exclama un hombre mayor, levantando la mano—. ¡Es bueno verte de vuelta!Le devuelvo la sonrisa y el saludo, tratando de no mostrar la ansiedad que me consume.—¡Hola, Hernán! —dice una mujer joven con un niño pequeño a su lado—. ¿Cómo estás?—Bien, gracias —respondo, tratando de mantener mi voz firme.Los saludos continúan mientras avanzo hacia la cabaña del sabio, Mateo. Cada saludo y mir
POV CLARAEl sol de la mañana entra por la ventana del departamento, iluminando suavemente mi habitación. Me levanto y camino hacia la cocina, donde me preparo una taza de café mientras mi mente sigue divagando sobre los eventos recientes. Hernán estuvo actuando de manera extraña, y lo que me dijo sigue resonando en mi cabeza. ¿Cómo es posible que alguien como él, tan racional y lógico, pueda creer en algo tan absurdo como ser un hombre lobo? ¿Está loco? Para colmo, pretende que me vaya con él a un lugar desconocido, como si tuviera que confiar ciegamente y estar segura de que no es un secuestrador, asesino, o algo por el estilo.Con la taza de café en la mano, me siento en el sofá, perdida en mis pensamientos. De repente, escucho los pasos de Marina entrando en la cocina. Ella es mi prima y mi confidente, y siempre sabe cuándo algo me preocupa.—Buenos días, Clara —me saluda, sirviéndose una taza de café—. ¿Estás bien? Parece que no dormiste en toda la noche.—Buenos días, Marina —res