POV CLARAEl aire está cargado de energía. Puedo sentirlo en mi piel, en la ligera vibración que recorre mis brazos mientras observo a mi madre con atención. Estamos en un claro detrás de la casa, rodeadas por árboles altos cuyas hojas se mecen con el viento. La luz del sol se filtra entre las ramas, creando destellos dorados en la hierba.—Lo primero que debes entender es que la magia es parte de ti —dice mi madre con voz pausada—. No es algo que puedas forzar o manipular sin consecuencias. Es una extensión de tu energía, de tu voluntad.Asiento, aunque por dentro siento un poco de escepticismo.—¿Y cómo… se supone que la use? —pregunto.Ella sonríe y extiende una mano hacia un pequeño montículo de piedras.—La magia responde a las emociones, a la intención. Quiero que te concentres en esas piedras. No pienses en moverlas con la mente, piensa en lo que quieres que hagan. Imagínalo, siéntelo.Frunzo el ceño y miro las piedras, sintiéndome un poco ridícula. Respiro hondo y trato de hac
POV HERNÁNDesde que llegamos a la manada Sombra de Luna, todo ha sido un torbellino de emociones, descubrimientos y sorpresas, pero entre toda la intensidad de conocer a los padres de Clara, el embarazo y la revelación de su magia, me doy cuenta de algo: Augusto y Marina han estado más callados de lo normal.Eso no es algo fácil de ignorar, sobre todo viniendo de Augusto. Mi hermano siempre tiene algo que decir, una broma que hacer, una sonrisa burlona en el rostro, pero ahora… está más serio, más analítico, como si estuviera observando todo con detenimiento. Marina, en cambio, ha estado más retraída, con la mirada perdida en sus propios pensamientos.Decido que es hora de averiguar qué pasa.—Voy a salir un rato —le digo a Clara con tono tranquilo mientras la observo cómodamente instalada en la sala junto a su madre. Parece que se acomodó bien a ella.—¿A dónde vas? —pregunta con el ceño fruncido, lanzándome una mirada curiosa.—Voy a buscar a Augusto y Marina —respondo con segurida
POV HERNÁNNo me gusta la idea de esta conversación. No porque no valore la información, sino porque la idea de sentarme con el padre de Clara, con su mirada severa y su presencia imponente, me incomoda más de lo que me gustaría admitir, pero no puedo postergarlo más.Las noticias de los ataques a otras manadas no son una coincidencia, y todos lo sabemos. Están buscando algo… o mejor dicho, a alguien. Y no soy idiota; sé que ese alguien es Clara.Con pasos firmes, camino hasta la casa principal. El interior es cálido y acogedor, pero la tensión en el aire es imposible de ignorar. Encuentro a Sebastián, el padre de Clara, en su estudio. Está de pie junto a una estantería, hojeando un viejo libro con expresión pensativa. Cuando me ve, cierra el libro y lo deja sobre la mesa con calma, como si hubiera estado esperando esta conversación.—Hernán —dice, sin rastro de sorpresa en su voz.—Sebastián —respondo, más por cortesía que por comodidad.Él me hace un gesto para que tome asiento fren
POV HERNÁNSus zapatos hacen eco en la oficina ni bien entra. Sus labios, pintados de un rojo intenso bastante llamativo, tiemblan un poco en cuanto me ve. Su cabello oscuro, largo hasta la cintura, hace contraste con su tez pálida y sus ojos, de color pardo, me miran con una mezcla de interés y temor.Le hago un gesto con la mano para que tome asiento frente a mí y alisa su camisa color verde agua antes de sentarse.Me aclaro la voz antes de hablar.—Bien, soy Hernán Selton, dueño de la compañía Wolf y asociados —me presento. Ella asiente con la cabeza—. Usted es Clara Rojas, ¿verdad?—Así es —responde en un murmullo apenas audible.Estiro mi mano para estrechársela y, en cuanto tengo contacto con su piel, una corriente eléctrica me invade de pies a cabeza, provocando que retire mi brazo con rapidez y brusquedad. Trago saliva con fuerza.—¿Está bien, señor? —me pregunta, notando que quedé paralizado.—Sí, perdón, voy a buscar algo de agua… —respondo levantándome con torpeza.Me dirij
POV CLARA—“Ricirsis himinis li istiri llimindi piri ivisirli si quidi in il pisti” —digo con tono burlón, cerrando la puerta del refrigerador con fuerza—. Todo el mundo sabe que eso significa que no te van a contratar.Marina suelta una carcajada y toma la cerveza que acaba de abrir, y me siento a su lado en el sillón.—Brindemos por tu no trabajo —expresa, chocando nuestras pequeñas botellas de vidrio. Esbozo una sonrisa.Marina es mi prima y mi mejor amiga. Literalmente, la única vida social que tengo, ya que mi familia falleció en el accidente de auto que tuvimos y por el cual casi no sobrevivo. A causa de eso, me quedó una enorme cicatriz en mi baja espalda, la cual tapé con un tatuaje de un gran ramo de flores, para recordarme que los momentos difíciles son los que más nos hacen florecer.—Me hubiera gustado trabajar ahí, de todos modos —respondo con tono derrotado.—Eso es solo porque el jefe es un bombonazo —comenta guiñándome un ojo.Suelto una risa por lo bajo y asiento con
POV HERNÁNDespués del encuentro que tuve con Clara en el camino hacia mi oficina, sigo confundido acerca de ella.Siento cierta conexión, pero es que ella es muy atractiva. Me sigo convenciendo a mí mismo de que es imposible que mi pareja destinada sea humana, jamás se vio un caso así en la historia licántropa en siglos. No puedo ser la excepción.Entro a mi oficina con algo de vagancia, debo admitir que hoy no tenía muchas ganas de venir. Pasé la noche pensando en toda esta situación y creo que estoy al borde de volverme loco. Puede que esté exagerando, pero así me siento.El camino más fácil sería preguntarle a mi padre si puede ser posible lo que estoy sintiendo con una humana, pero estoy seguro de que él se moriría si supiera eso y, por otro lado, me obligaría a buscar a mi verdadera pareja, y no estoy listo para enfrentar aquello.El día se desliza lentamente en la oficina, con cada minuto pareciendo una eternidad mientras lucho por mantenerme concentrado en mi trabajo.Finalmen
POV CLARA—Entonces, Clara, ¿cómo fue tu semana? —inquiere Laura, mi psicoanalista, mirándome con interés a través de sus grandes lentes.—Conseguí el trabajo en Wolf —anuncio, ella sonríe y anota—. Empecé hoy, pero parece que hay un buen ambiente de trabajo, el jefe parece bueno, aunque es un tanto… extraño.—¿A qué te refieres con extraño? —pregunta. Me encojo de hombros.—Tiene una vibra rara, como que es bueno, pero al mismo tiempo oculta algo.Mi psicoanalista asiente, tomando notas mientras escucha atentamente mis palabras.—Entiendo. ¿Algo más que hayas notado sobre él? —pregunta, incitándome a seguir compartiendo mis pensamientos.—Bueno, aparte de eso, también hubo un encuentro con otra mujer. Se llama Valeria, y parece tener una historia complicada con mi jefe. De alguna manera, sentí como si estuviera marcando territorio delante de mí, y eso me hizo sentir incómoda y confundida —explico, tratando de ordenar mis pensamientos.Laura asiente de manera comprensiva, alentándome
POV HERNÁNMe dejó completamente preocupado el cómo Clara se fue de mi vista y luego no la vi más en todo el día. Llegué a mi casa sin dejar de pensar en eso, y ni siquiera entiendo el motivo, es solo una empleada más.Me encuentro caminando de un lado a otro en mi sala de estar, incapaz de encontrar calma. ¿Qué está pasando conmigo? Nunca antes me había sentido tan perturbado por una simple interacción con una mujer, y ni siquiera es porque estoy pensando en follármela, preferiría pensar en eso mil veces antes que pensar en que ella es mi compañera destinada.Con un suspiro, me dirijo a la cocina en busca de algo de beber, pero incluso el whisky más fino no puede calmar mis nervios. Me siento atrapado en un torbellino de emociones y pensamientos confusos, incapaz de encontrar una salida clara.Chasqueo la lengua y enciendo mi portátil para buscar información sobre ello. Sé que Google no es una fuente muy confiable, pero hay leyendas que hablan sobre un lobo emparejado con una humana.