¡Hola! ¿Les está gustando la historia? Si es así, invito a que la califiquen, me ayudarían mucho para llegar a más lectores. Mil gracias por leer <3
POV HERNÁNNo puedo creer todo lo que acaba de suceder. Mientras conduzco a casa tengo que aguantarme las quejas y, al mismo tiempo, la felicidad de Lyke. Yo solo quiero llegar a casa y dormir.—¡Eres un idiota! —exclama mi lobo—. Te deberías haber quedado, deberías haber tenido sexo con ella, ¡podríamos haberla marcado!—¿Estás loco? —inquiero, rodando los ojos—. Para empezar, ella estaba borracha, no puedo aprovecharme así. Y, además, ¿cómo voy a marcarla? ¡Ni siquiera sabe de este mundo!—Ahora sí lo sabe, porque tú te dedicaste a decírselo —refunfuña—. ¿En qué estabas pensando?—Ni me creyó —me defiendo. Sé que fui un estúpido en confesarle que tengo un lobo, pero al menos se lo tomó con humor y puedo usar mi borrachera como excusa.—Eso no cambia nada. Cada momento que pasas con ella la atracción se hace más fuerte. Necesitamos marcarla, Hernán. No tenemos mucho tiempo.—¿Tiempo para qué? —pregunto, aunque ya sé la respuesta. Lyke y yo estamos vinculados de una manera que no pued
POV HERNÁNAbro la puerta con todo el temor del mundo, pero suelto un suspiro de alivio en cuanto veo a Daniel. Me saluda con una palmada en la espalda mientras entra, su expresión está tan seria que me preocupa. Cierro la puerta de nuevo y le hago un gesto para que se siente.—¿No sabes qué pudo haber pasado? —inquiero con tono preocupado—. ¿No te lo dijeron por enlace mental?—Nada, estoy igual de preocupado que tú —responde. Estoy por contestar cuando el timbre suena otra vez. Siento que estoy a punto de vomitar mi corazón, ahora sí es él. Abro la puerta con inseguridad y casi me infarto cuando me encuentro a Valeria apoyada en el marco, vestida con un babydoll y una sonrisa coqueta. —¿Qué estás haciendo aquí, Valeria? —pregunto, tratando de mantener mi voz firme.—Pensé en darte una sorpresa, Hernán —dice ella, intentando entrar, pero la detengo antes de que dé un paso. Me mira haciendo puchero con los labios, y no puedo evitar sentir algo de repulsión.—No es un buen momento —
POV CLARAEl lunes llego a la empresa y hay un silencio tan lúgubre que me da escalofríos, mis compañeros ni siquiera levantan la vista cuando paso. Tengo miedo. ¿Se habrán entrado de lo que pasó el sábado entre Hernán y yo?Me acerco a mi escritorio con un sentimiento de vacío indescriptible. Los eventos del fin de semana todavía están frescos en mi mente, y no puedo evitar preguntarme qué va a pasar ahora. ¿Cómo reaccionará Hernán al verme? ¿Seguirá sintiendo lo mismo por mí después de todo lo que pasó?Me siento en mi silla y trato de concentrarme en mi trabajo, pero mi mente sigue divagando. Mis dedos tamborilean nerviosamente sobre el teclado, sin poder escribir ni una sola palabra coherente.Apenas pasan diez minutos cuando una voz chillona me hace saltar en el lugar. Levanto la vista y me encuentro con Valeria, que trae puesto un vestido escotado y su cabello bien peinado en una cola alta. Tengo que admitir que envidio su belleza.—¡Clara! —me saluda con una falsa alegría—. ¿Po
POV HERNÁN Lyke está como loco y yo trato de reprimir el impulso humano y masculino que me está nublando el pensamiento. Las ganas de hacerla mía sobre la mesa están presentes con cada respiración que da. Tengo que resistir, pero me es prácticamente imposible cuando siento el aroma que está saliendo de entre sus piernas mientras está sonrojada y respirando con dificultad. Se pone peor cuando gime mi nombre.—Márcala, márcala —gruñe Lyke en mi mente.—Clara, hay muchas cosas que quiero explicarte, cosas que no vas a entender de inmediato, pero necesito que confíes en mí —digo controlando mi tono y haciéndole caso omiso a mi lobo—. Eres más importante para mí de lo que te imaginas, y quiero que lo sepas.Asiente con algo de duda, noto que en su interior hay una mezcla de sentimientos y la entiendo.—Confío en ti, Hernán —responde en un susurro.Sonrío y me aparto un poco, pero no puedo soltarla.—Bien, tenemos mucho que hacer antes de que me vaya. Quiero que estés preparada para lo que
POV HERNÁNEstoy manejando mi auto hacia la manada, las luces iluminan el camino estrecho y sinuoso que he recorrido tantas veces. A medida que me acerco, puedo sentir la familiaridad del lugar y el peso de las responsabilidades que conlleva, cosa que me ahoga. Estaciono el auto cerca de la cabaña principal y salgo, inhalando profundamente el aire fresco del bosque.Las casas y cabañas están dispersas a lo largo del terreno, y las luces en las ventanas crean un ambiente cálido. La gente me reconoce y me saluda mientras camino, algunos inclinando ligeramente la cabeza en señal de respeto.—¡Hernán! —exclama un hombre mayor, levantando la mano—. ¡Es bueno verte de vuelta!Le devuelvo la sonrisa y el saludo, tratando de no mostrar la ansiedad que me consume.—¡Hola, Hernán! —dice una mujer joven con un niño pequeño a su lado—. ¿Cómo estás?—Bien, gracias —respondo, tratando de mantener mi voz firme.Los saludos continúan mientras avanzo hacia la cabaña del sabio, Mateo. Cada saludo y mir
POV CLARAEl sol de la mañana entra por la ventana del departamento, iluminando suavemente mi habitación. Me levanto y camino hacia la cocina, donde me preparo una taza de café mientras mi mente sigue divagando sobre los eventos recientes. Hernán estuvo actuando de manera extraña, y lo que me dijo sigue resonando en mi cabeza. ¿Cómo es posible que alguien como él, tan racional y lógico, pueda creer en algo tan absurdo como ser un hombre lobo? ¿Está loco? Para colmo, pretende que me vaya con él a un lugar desconocido, como si tuviera que confiar ciegamente y estar segura de que no es un secuestrador, asesino, o algo por el estilo.Con la taza de café en la mano, me siento en el sofá, perdida en mis pensamientos. De repente, escucho los pasos de Marina entrando en la cocina. Ella es mi prima y mi confidente, y siempre sabe cuándo algo me preocupa.—Buenos días, Clara —me saluda, sirviéndose una taza de café—. ¿Estás bien? Parece que no dormiste en toda la noche.—Buenos días, Marina —res
POV CLARAEn casa me preparo con cuidado. Me pongo un vestido color coral de corte sencillo hasta la mitad de los muslos, con mangas largas y un escote en V moderado. Complemento con zapatos de tacón en color negro, un cinturón a la cintura del mismo color y unos aritos de oro.Decido llevar el cabello suelto y alisado, con una pequeña trenza en un lado para mantenerlo fuera de mi rostro. Me maquillo de manera sencilla, con una base ligera, un poco de rubor, máscara de pestañas y un labial nude.—¡Dios mío! —exclama Marina apareciendo de la nada, haciéndome saltar del susto. Suelta una risa—. ¿A dónde vas tan hermosa?—A la casa de Hernán —contesto haciendo una mueca de indecisión—. Estoy nerviosa, dijo que iba a darme las respuestas que necesitaba.—Ay, Clarita… tengo miedo de que vayas —expresa soltando un suspiro. Se acerca a mí y toma mis manos—. ¿Te sientes segura estando cerca de él?Me encojo de hombros.—La verdad que sí —respondo—. Hay algo en él que me hace sentir… protegida
POV HERNÁN—Maldita sea, Lyke —gruño mientras acuno a Clara en mis brazos y subo las escaleras hasta mi habitación para posicionarla sobre mi cama.—No pensé que fuera a funcionar —expresa. El genio de mi lobo tuvo la brillante idea de tratar de comunicarse telepáticamente con ella. Al parecer, funcionó, cosa que me sorprende demasiado porque eso solo sirve para los que tenemos lobos, pero para ella fue demasiada energía. —¿Qué te hizo pensar que era una buena idea? —pregunto enojado, ajustando una almohada bajo la cabeza de Clara. La observo, su rostro está pálido, pero tranquilo, como si estuviera simplemente dormida.—Tenía que intentarlo. Hay algo en ella, Hernán, estoy seguro —responde Lyke, con su tono ahora más serio.Sus palabras me inquietan. No es la primera vez que siento que Clara es especial, pero esto es diferente. Me quedo mirando su rostro, buscando algún indicio de que esté despertando.—¿Crees que esto significa que tiene un lobo dormido? —pregunto en voz baja, más