POV CLARAEl suave sonido de la respiración de Marina me devuelve al presente. Estoy sentada en el borde del sillón, observando cómo sus párpados se mueven lentamente, señal de que finalmente está despertando. El color comenzó a regresar a su rostro, pero aún tiene un aspecto pálido y débil. Marcos hizo un trabajo increíble estabilizándola y, aunque todavía siento mucho miedo de perderla, me siento aliviada al verla abrir los ojos.—Marina… —Mi voz sale como un susurro mientras le tomo la mano.Ella parpadea, claramente desorientada, antes de enfocarse en mi rostro.—Clara… ¿Qué pasó? —Su voz es ronca, como si hubiera estado gritando, aunque apenas pudo murmurar mientras deliraba.—Eso es lo que queremos saber —respondo, acariciando su mano con suavidad—. Te encontramos delirando de fiebre. Estabas murmurando cosas sobre un hombre y acónito… No entendíamos nada de lo que decías. La puerta estaba abierta…Marina frunce el ceño, esforzándose por recordar. Se incorpora lentamente, apoyán
POV HERNÁNAl otro día, tratamos de fingir volver a la normalidad. Todavía tengo un par de semanas para dejar la empresa en orden, aunque la verdad, ahora con Clara a mi lado, ya me da igual lo que suceda en este lugar.Ayer volví a mi casa en el mundo humano luego de asegurarme de que Marina ya estaba mejor, y tuve que llamar a mi madre para pedirle disculpas sobre nuestra desaparición y explicarle lo que sucedió. Por suerte, lo entendió y no hizo muchas preguntas.Tanto Marcos como yo vamos a comenzar a investigar y seguir el rastro del tal Alan Uyina, pero por ahora, voy a citar a Daniel a mi oficina y comentarle todo lo que sucedió. Al pobre lo tengo abandonado y se está haciendo cargo de todo mientras no estoy, debería darle unas vacaciones.Cuando Daniel llega a mi oficina, lo invito a sentarse y cierro la puerta para asegurarme de que no nos interrumpan. Su expresión es seria, consciente de que lo que voy a decirle no es una simple actualización de la empresa.—Daniel, necesito
POV HERNÁN Estoy parado frente a la puerta del departamento de Clara, con el corazón latiéndome en los oídos. Escucho que saluda a su prima y, de repente, la puerta se abre. Lo que veo me deja sin aliento.Clara está ahí, más hermosa de lo que jamás podría haber imaginado. Lleva un vestido rosa oro, que brilla con un suave resplandor bajo las luces del pasillo. El corte midi del vestido abraza cada curva de su cuerpo, y el escote, delicado y sugerente, resalta su elegancia. Su cabello está suelto, lacio, cayendo en cascada por sus hombros, y su maquillaje realza sus ojos, que me miran con una mezcla de timidez y amor. Sus labios, pintados en un tono suave, parecen llamarme.Por un momento, no puedo hablar. Solo puedo observarla, embriagado por su presencia. Clara sonríe ligeramente, como si entendiera el efecto que tiene sobre mí, y eso me devuelve a la realidad.—Eres la mujer más hermosa que he visto en mi vida, Clara —le digo, acercándome un poco más.Ella sonríe, y siento una cor
POV CLARAMis pies no dan más, así que me quito los tacones en el auto mientras Hernán conduce de regreso a casa. Suelto un gemido de alivio y él me mira de reojo, pero sus ojos están llenos de deseo.Estuvimos toda la noche calentando el ambiente, y no aguanto las ganas de llegar y tenerlo dentro de mí. Siento mi centro palpitando con cada segundo que pasa y creo que él puede oler mi excitación.Al fin llegamos a su casa, y él baja rápidamente para ayudarme a salir del auto sin tener que tocar el suelo con los pies descalzos. Suelto una carcajada cuando me acuna en sus brazos. Sus pasos son firmes y seguros mientras me lleva hacia la entrada de la casa, y puedo sentir el calor de su cuerpo, tan cercano, a través de la ligera tela de mi vestido.—¿Cómo te sientes? —murmura, su voz grave vibra contra mi oído.Su pregunta es más que retórica. En este momento, él quiere saberlo todo, y mis pensamientos están tan nublados por el deseo que apenas puedo articular una respuesta coherente. So
POV HERNÁNLa luz del sol se filtra a través de las cortinas, creando patrones suaves en las paredes de la habitación. Estoy acostado en la cama, sintiendo el peso reconfortante de Clara descansando sobre mi pecho. Su respiración es regular y tranquila, todavía durmiendo después de la increíble noche que pasamos juntos.No puedo evitar sonreír mientras la acaricio con suavidad. Puedo sentir su tranquilidad a través del vínculo, y eso me llena el corazón.—Hernán —dice Lyke de repente, llamando mi atención—. Me siento raro.—¿Qué sientes, Lyke? —pregunto, con una mezcla de curiosidad y preocupación.—No estoy seguro —responde—. Pero es como si hubiera una fuerza nueva en mí. Siento que puedo ser más fuerte, como si la marca con Clara me hubiera otorgado un poder adicional.—¿Cómo lo percibes? —quiero saber, intentando entender mejor lo que está pasando.—Es difícil de describir —contesta Lyke—. Es como si estuviera vibrando con una nueva energía. Mi conexión con la parte salvaje de mí m
POV CLARACuando Hernán se detiene frente a la entrada de la empresa, toma mi mano con firmeza. Mi corazón late con fuerza al sentir su contacto, pero cuando me mira, sus ojos reflejan una calma que me tranquiliza.—Vamos a entrar juntos, de la mano —me dice con una sonrisa que demuestra seguridad.Lo miro, sorprendida. Hasta ahora, habíamos mantenido nuestra relación en secreto. La idea de que todos en la empresa nos vean juntos me inquieta.—¿Estás seguro de que quieres hacerlo así? —pregunto, mordiéndome el labio, nerviosa por las posibles reacciones.—Absolutamente —responde sin dudar—. Ya es hora de que todos lo sepan, eres mía, mi Luna, te pertenezco y me perteneces.Respiro hondo y asiento. Si él está tan seguro, entonces no tengo por qué dudar. Me da un beso en la frente antes de bajar del auto.Con paso firme, entramos juntos al edificio. Apenas cruzamos la puerta, siento cómo las miradas se fijan en nosotros. Los empleados, al vernos tomados de la mano, intercambian miradas
POV HERNÁNDesde el momento en que veo los ojos de Clara cambiar, sé que las cosas no van a terminar bien. Lyke se agita de inmediato y, aunque trato de mantener el control, Clara está a punto de explotar. Aylin está demasiado cerca de tomar el mando.Daniel se la lleva casi arrastrando, los murmullos en la sala de conferencias se hacen cada vez más fuertes, pero no tengo tiempo que perder. Siento la rabia creciente de Aylin a través del vínculo, y Lyke no deja de advertirme.—Tenemos que ir tras ella, Hernán —gruñe en mi mente—. Aylin no se va a detener, y Clara está al borde de transformarse. ¡Rápido!No necesito más que eso.—La reunión termina aquí —digo de repente, con una firmeza que silencia la sala al instante. Miro directamente a Valeria—. Voy a hablar contigo más tarde —agrego, con un tono que no deja espacio para réplica. Su expresión se endurece, pero no me importa en este momento. Hay cosas más importantes que atender.Salgo de la sala de conferencias a toda velocidad. El
POV HERNÁNLa evalúo sin disimulo, y sus labios tiemblan.—Para la migraña… —repito lentamente, sin apartar la vista de las pastillas que todavía están en mis manos—. Curioso, nunca te había visto con migrañas antes.Ella traga saliva. Está buscando qué decir, inventando una respuesta rápida, pero yo ya sé que está mintiendo. Quiero que me lo diga, quiero que se hunda más en su propia trampa.—No es algo que menciono mucho —dice finalmente, forzando una sonrisa que no le llega a los ojos—. Ya sabes... no me gusta preocupar a los demás con mis problemas personales.Levanto una ceja, incrédulo.—¿Y estas pastillas? ¿Siempre las has tomado? —pregunto, dándole vueltas entre los dedos, como si fuera un simple objeto inofensivo, pero sé que no lo es.Valeria vacila por un segundo.—Las empecé a tomar hace poco, un amigo me las recomendó. Son... más efectivas que lo que me daba el doctor —contesta rápidamente, su tono demasiado apresurado para ser convincente.Mi mente trabaja a toda velocida