Sus ojos se llenaron de lagrimas al verlo y vacilo —perdóname… —se discúlpaba como si fuera ella quien lo hubiera matado —esto… esto no es real…—No. No lo es —contesto calmado —es solo una ilusión —se miró en el espejo, pero en su reflejo podía verse la verdadera forma del monarca, el de la edad más madura.La magia no engañaba al espejo, solo a los ojos humanos.—Es… es bueno… ¿Cómo lo haces?Este la miro y le sonrió, y aquel gesto grabado en su memoria por siempre hizo que el corazón de Selene se desplomara por completo. Sus dos manos viajaron a su rostro y lloro.Reined se acercó a ella.—No llores, maestra.Él siempre había tenido una sonrisa que podía desarmarla.—¿Quieres que lo intente contigo?Esta se aparto las manos, pero antes de siquiera contestar, la magia del monarca la envolvió y su color de piel había cambiado. Su cuerpo también.—No podrás ver tu rostro, ya que el espejo mostrara a Naevia, pero puedes tocarlo. Tócalo. Tócate. Eres tú ahora.Ella lo hizo y noto sus fa
Selene era una mujer hermosa. Con una magia igual de poderosa. Residía en la gran colina Olida donde todos la admiraban y adoraban por igual. En un monte, justo arriba, en la punta de la montaña estaba su gran morada.Era una mujer importante y justo esta noche, la joven bailaba a la luz de la luna cerca del lago. Un baile ancestral con pasos bien ensayados y precisos. Un baile casi secreto conocido por muy pocos.Cuando termino su baile suspiro —sé que estás ahíEl muchacho salió apenado de entre los arbustos —lo lamento maestra. No quise interrumpirla. Venia a preguntarle algo cuando la encontré bailando. Quería esperar a que terminara primero —el muchacho se arrodillo ante ella—No tienes que hacer eso —su gran túnica blanca le revoloteaba por el aire de la nocheEl cielo estaba oscuro, bañado con un tenue azul brillante. Era una hermosa noche, al igual que ella.—Maestra… discúlpeme. Nunca soy digno de nada y menos de usted. Siempre es muy bondadosa conmigo.—N-no… no seas tan mod
Sintió que se ahogaba.Se esforzó de forma desesperada por encontrar aire y se sentó. Sentía tierra bajo sus manos mientras jadeaba. Tierra bajo sus uñas. Polvo por todas partes. Su mirada borrosa trato de enfocarse, pero no entendía que estaba pasando o donde estaba.Escuchaba cascos. Caballos. Metal contra metal.¿Una batalla?¿Estaba en una batalla?Lo último que recordaba era eso... estaba en una. Claro. Debía seguir aquí. Quizás la habían noqueado. Se había desmayado en pleno campo.Busco una espada por el suelo, pero no hayo ninguna a su alcance. Vi a todos los hombres a su alrededor. Y por un raro instante de terror no creyó reconocer a nadie, a ninguno de sus hombres. Pero eso no era relevante, quizás el golpe le hizo más que solo desmayarla.Localizo con rapidez la insignia de los opositores. Los que la portaban eran su verdadero enemigo.Se levanto y conjuro toda la magia que pudo para lanzar el hechizo. Poco a poco se fue liberando de la gente. Esquivando mandobles de espad
Su reflejo.Su reflejo en el río.Cabellos pelirrojos, y una mirada de color entre celeste y verde. Piel blanca, pero no tan pálida como se recordaba.¿Quién era la persona que miraba ante ella?—¿Quién soy?Le gustaría decir que el silencio la inundaba, pero no. En el bosque jamás había silencio. El ruido del agua corriendo. Los animales y los bichos cantando.—¿Dónde estoy?— sintió ganas de llorar al estar por primera vez en su vida tan perdida.No comprendía que estaba pasando...Su estomago se revolvio. Queria vomitar.¿Y cómo había siquiera terminado en el cuerpo de esta chica?Se levanto temblorosa de pies a cabeza. Sus ojos humedecidos. Y sintió la presencia de alguien atrás de ella—Dime, ¿Cuántos años han pasado desde la guerra que peleo la maga Selene?A sus espaldas la voz sonó —Ya te lo he dicho, fue hace cien añosCien...Esta no era su Era.Estaba en otra época. Muy adelante en el tiempo. Lejos de su futuro.Reencarnacion. ¿Era eso posible?—¿Q-qué... —dudo — que le suce
Su aprendiz estaba ante ella. Vestido como el enemigo. Portando su marca. Usando su sello. Y su magia oscura lo rodeaba. Un general, por su vestimenta.El... el dirigía aquel ejército. ¿Cómo había terminado en el lado equivocado?—¿Reined?— repitió su nombre desconcertadaY solo cuando escucho aquello su rostro parecido descomponerse. Con el mandoble de su espada la arrojo al suelo nuevamente hasta inmovilizarla. Parecía desquiciado. Y tanta agresividad no era reconocible para ella. Jamás.—¡¿Cómo sabes ese nombre?!— le siseo con rabia contra su rostro—¿De qué... de que estas hablas?— le contesto igual de molesta mientras trato de empujarlo lejos para quitárselo de encima —así es tu nombre ¿Qué rayos haces portando aquel uniforme? ¿Qué rayos haces jugando con magia maldita? ¿acaso no te he dicho ya miles de veces lo peligrosa que es?El rostro del chico más que molesto también reflejaba desconcierto —¿Quién eres que portas la magia de antaño y osas a hablarle con tanta informalidad a
Estaba más que claro que aquello lo dejo desarmado. En blanco. Confundido. Dudar en medio de una batalla no es una buena decisión.—No has envejecido ni un solo día —le comento ella esta vez mirándolo igual de desarmada. —lo lamento. Mi muerte te hizo esto... no te prepare lo suficiente. Todo esto...—miro a su alrededor llena de pena y remordimiento — es mi culpa. No fui suficiente... ni siquiera pude salvar Claro Luna.El respiraba agitadamente —Claro Luna se salvó aquella noche —sus ojos se pusieron cristalinos, pero no soltó ni una sola lagrima — lo salvaste aquella noche. Pero luego... luego fue atacado de nuevo y destruido. Tu sacrificio fue en vano. Ellos jamás te merecieron. Te dije que me llevaras. ¡te dije aquella noche que me llevaras! Pude haberte salvado. Yo pude...— se llevó la mano a la frente, mareado. Claramente esta situación lo superaba —¿pero que estoy diciendo?— sacudió su cabezaPorque decir aquello era aceptar su "locura". Su loca historia de que esta mujer era e
Su magia de curación ya estaba haciendo efecto en su cuerpo tratando de curar la herida con la que se había levantado apenas despertó por primera vez y esta segunda por la caída del caballo.El trayecto fue silencioso entre ambos mientras las fuerzas oscuras arrastraban la carroza. Rodearse de tanta magia maldita era agotador para ella quien siempre había trabajado con la magia blanca.—Estoy un poco mareada — confeso con miedo a perder el conocimiento.—Tendrás que acostumbrarte. —Que siquiera le respondiera ya era mucho.—Si me estas llevando como rehén ¿Qué planeas obtener de mi? ¿o es que acaso ni siquiera has pensado en tu siguiente movimiento aun? —soltó con altanería—Sigues hablando como si creyeras conocerme—Si es por interés. Eso quiere decir que… ¿me crees?—No —entonces sus ojos azules se desviaron hacia ella —Pero te dejare explicarte por ahora. Quien sabe, quizás me convenzas.Ella desvió su vista de el sintiéndose incomoda, ahora al verlo mas detenidamente podía notar
Encerrada en una habitación. Quizás debería agradecer que su destino no fuera una celda. No es que fuera un palacio impecable. De hecho la habitación era modesta. Pequeña y sucia. Pero aun así tenía un lecho donde podría recostarse cómoda.¿Por qué estaba pasando todo esto? ¿Acaso era su castigo por haber permitido que su aprendiz se enamorara de ella sin siquiera notarlo?—Ugh.— suspiro agotada con dolor de cabeza.Entonces se acercó a un velador que tenía un espejo.Se observo.Reined tenía razón, no se parecía en Selene en nada, era desorientador observarte y no reconocerte en un espejo. Y por unos momentos pensó en el cuerpo de la chica que estaba ocupando ¿Dónde estaría la verdadera Naevia ahora? ¿Estaría muerta? ¿en otro cuerpo? ¿Acaso su regreso causo la muerte de esta mujer?Sintió algo retorcerse en su estómago.¿Qué será de la familia de esta chica?Quizás regresar a esta época había sido un error… nunca había creído en las reencarnaciones o en la inmortalidad y todas sus le