-Verdad solo pase rápido, no me gusta mirar a nadie tan fijamente como tu-le decía Mara mientras se reía por su comentario.
-Pero tu mujer no miras a nadie, estoy segura que las miradas fueron para ti, fueron demasiado evidentes y no es que sea yo una mirona, no-riendo Claudia, continuaba con las ironías hacia Mara quien también reía por el tema.
-¿Serán solteros? sino no importaría mucho ¿saben?-decía Mariela mientras los miraba y con su vaso de cerveza en bebía lentamente.
-¡Que loca!-reprendía Mara-como puedes decir eso Mariela y si es que son pareja o psicópatas, lo has pensado acaso o talvez sean unos degenerados buscando una nueva victima, solo Dios sabe por que estarán por estos lados, es obvio que no pertenecen al ambiente.
-Igual no me importa, total con el auto que tiene me sacrificaría con gusto, de paso ”probaría otro corte de carne” de más calidad-comentó seriamente Mariela agregando-y saldría en el diario en la televisión.
-Déjala Mara si esta no tiene remedio, creo que “la calidad de la carne” no cuenta por la ropa o el auto que tengan, además conmigo no es la cosa, es con Mara-y mientras le tomaba la mejilla se reía de esta.
-Se ven atractivos ¿no creen?-preguntaba Mariela desinhibida y decidida a no cambiar de tema.
-Yo no los veo bien, con la poca luz del lugar y más aún en el lugar en donde ellos están, es difícil distinguirles el rostro-comentaba Mara despreocupadamente sin dar más importancia al tema.
-Pero que has de distinguir si estás de espaldas a ellos, además tu no miras a nadie, nadie-expresaba Claudia disfrutando sus comentarios hacia Mara.
-Te equivocas Claudia-también riendo-cuando íbamos hacia el baño también los vi pero no los pude distinguir, como quisiera Mariela, lo que me recuerda que tengo que ir nuevamente al baño, se levanta de su asiento y comienza a caminar con dirección al baño, cuando escucha a Mariela decir fuertemente.
-Ah… pero esta vez, seré yo la quien te acompañe, de paso veo como anda mi suerte esta noche, con esos lindos trajes de allá-se para rápidamente y luego de guiñarle un ojo a Claudia comienza a seguir a Mara, quien ya estaba en camino.
Mientras todo esto acontecía, Claudia, notó que la pareja de enamorados se había ya marchado, sin ellas haberse dado cuenta, en cambio en la barra se hallaban unos hombres de rudo aspecto y con una cara de estar enojados o molestos por algo, su apariencia era definitivamente inquietante, ya que con la mirada en el espejo que se hallaba detrás de la barra, seguían con la mirada solamente a Mara, de ello si estaba segura, eran demasiado evidentes en ello. Parecían ser extranjeros, sus rostros, así lo dejaban ver, nada estaban tomando, ya que Claudia los miró con gran detenimiento, tenían una mirada intimidante, a su vez Claudia comprobó lo que Mara le había dicho, referente a la escasa luz del pub, como de la ubicación de la mesa ocupada por los hombres, a los cuales no se les podía ver con exactitud sus rostros, pero si notó, que al pasar Mara junto a ellos uno de ellos la miró fijamente, sin ser disimulado en ello, solo le clavó sus ojos a Mara, ignorando por completo a Mariela, que iba detrás de esta.
Cuando Mara iba atravesando el salón, notó también que la pareja de enamorados se había retirado y que los hombres sentados frente a la barra, la seguían con la mirada, pero creyó que sería por causa de Mariela, quien tenía una particular manera de hacerse ver, por lo que siguió con su trayecto al baño, cuando al pasar, cerca de la mesa ocupada por los dos hombres, siente un escalofrío que le recorría todo el cuerpo, haciéndola estremecer, en ese momento, ve que uno de los hombres la mira fijamente y ella cruza de manera circunstancial, su mirada con la de él, fue allí donde comenzó a sentirse caminar en cámara lenta, que aquel extraño la envolvía con sus ojos suavemente. La melodía en su cabeza, se hizo más fuerte, era Bach…???
Solo pudo verlo a él, era lo único que sus ojos podían ver, como si estuviese hechizada, por un antiguo y profano sortilegio, en ese momento escuchó desde el interior de su mente una voz que la estremeció dé tal manera que la dejó al borde del pánico, escuchó:
-¡¡¡Tu¡¡¡... -solamente fue eso lo que pudo oír antes de apurar el paso y entrar raudamente al baño, podía sentir que su corazón iba a salirse de su pecho, ni se percató el empujón que dio a la puerta del baño, seguida por Mariela, ajena al incidente de Mara.
Eran alrededor de la una de la madrugada cuando Claudia, estando sentada en el púb, observa a sus compañeras entrar al baño, llamándole la atención que el hombre que miraba a Mara, comienza a hablar con el otro que estaba solo viéndolo, como si estuviera esperando que algo ocurriese, solo comenzaron a hablar cuando las mujeres entraron al baño, mas extraño aún era que en ese instante los de la barra, la miraron a ella directamente y con desprecio, produciéndole miedo por tal actitud, por lo que les bajo la vista y trato de pensar en otra cosa.
Claudia provenía de una familia de pescadores artesanales, estaba casada con uno, por ende, se veían de vez en cuando, tenían tres hijos y aún vivían con los padres de ella, ya que estaban ahorrando para poder lograr tener su casa propia. Sus hijos estaban en el internado de la escuela del sector, su vida siempre había sido difícil, especialmente por venir de un nivel social bajo, tal vez halla sido por ello, que cuando vio llegar a Mara, esa tarde a la planta pensó que no aguantaría mucho, tal vez sea por ello que cuando escuchaba a las demás intrigar en contra de Mara, ella salía en su defensa, alegando que cuando quisiera hablar, hablaría, tal vez sea por ello que cada vez que la veía sentarse por horas frente al ventanal de la pensión, nada le preguntaba, solo la dejaba tranquila y sola, si tan solo ella hubiese sabido algo sobre el calvario de Mara hubiese tratado de acercársele y ayudado a hacerle mas llevadera la vida que llevaba. Claudia llevaba trabajando tres años en la empr
De manera instantánea Mara despierta, encontrándose frente a los dos hombres los cuales estaban mirándola fijamente, por su cuerpo un escalofrió la dominaba haciendo que se tambaleara ya que sus piernas estaban temblando y sin pensarlo se aferró a la mesa instintivamente. En ese instante cruza miradas con uno de ellos, era un hombre joven de aspecto extremadamente pulcro, con una mirada penetrante, la cual no se despegaba de ella y al cual no podía dejar de ver, en ese instante pensó:-Para sé un degenerado, estas bastante bueno, si hasta te pareces un bombón-de pronto una sonrisa le adorno su pálido rostro, la cual se esfumo cuando nota que el bombón también le sonreía y extendió su mano, tratando de tocar la de ella que aún ser hallaba aferrada a la mesa, tal vez fue la sonrisa o la acción del bombón, de tocarla, que Mara se asustó y despertó frente a los hombres y un terror la invadió tanto que retrocedió y se marcho rápidamente a la mesa junto a sus compañeras, las cuales ya estab
La nueva ronda llega y algo había cambiado en Mara, ya no sentía tanto miedo y el hecho de haber contado su triste historia la colocaba de buen humor. Durante lo que restaba de la nueva ronda, las risas continuaron en especial por las miradas que Mara había recibido y por el comentario del bombón. Alrededor de las 2:45 Claudia ordena tajantemente:-Ahora si que nos vamos o mañana pasamos de largo.-Yo apoyo el comentario-decía Mara tomándose él ultimo sorbo y solicitando la cuenta, tanto la sensación de ser observada como los escalofríos no cesaban solo que ahora experimentaba algo diferente y no podía describirlo con claridad. La melodía no había cesado en toda la velada, solo en su cabeza.-¡La cuenta!-gritó Mariela siendo sostenida y callada por Claudia quien le recrimina:-Cállate y tu Mara me ayudas a sacarla hasta afuera, el aire fresco la calmara.-Esta bien, a las tres nos calmara.Una vez que pagaron, Mara se levanta de su asiento, para colocarse su abrigo, pudiendo notar, qu
Fue así como las mujeres con paso lento, pero decidido llegaron a cada vez más cerca de la pensión, descubriendo que el que se hallaba hablando por teléfono, corta su comunicación y se queda frente a ellas mirándolas. Su mirada no solo era penetrante sino que también intimidante, lo que a Mara le recordó su anterior incidente con los bombones. Tanto Mara como Claudia y sin saber porque intentaron ser cordiales. -Buenas noches-dijo Mara, mientras veía a Mariela que estaba a punto de irse encima de ellos, por lo que la sujeto con mas fuerza aun. -Buenas noches-dijo mas alto y con voz mas firme Claudia a los hombres, que no solo se mantenían firmes sino también callados, mirándolas fijamente de tal forma que daba miedo. En ese momento Mara se da vuelta y nota que desde la esquina, en donde se encontraba el púb, salían hombres con abrigos largos, reuniéndose con los de la barra y permaneciendo juntos por unos minutos cerca de los autos, para luego girar sus cabezas en la dirección que
La pensión era una casa grande, constaba de 15 habitaciones, con un baño en cada piso. Por lo general eran todas trabajadoras de la planta, salvo una que otra supervisora. El comedor era grande y tenía unos ventanales que daban a la calle. La habitación de Mara era la número 7, de 4 de frente por 3 de fondo, tenía una ventana que daba a un pasillo que rodeaba la casa. En la habitación había una litera y una pequeña cama, en la cual dormía Claudia, en la parte de abajo de la litera era ocupada por Mariela y Mara dormía arriba de esta.Solo tenían un closet que estaba dividido en tres partes iguales, aunque Mariela ocupaba además una parte de Mara, ya que esta no tenía mucho que guardar. Aparte de esto, había un reloj y una pequeña radio a pilas, que era de Claudia.Una vez dentro de la habitación comenzaron a hablar de lo ocurrido.-¿Quiénes serian esos tipos?... ¿Y tú, porque te ibas para el auto ese, los conoces acaso?-preguntaba Claudia un tanto preocupada por la cara de esta.-No s
Durante la madrugada, el movimiento del puerto de incremente de manera significativa, el sol comienza asomarse lentamente, pero a paso firme por las laderas que bordean al puerto. Es así como comienza el desfile de trabajadores, a cumplir con sus turnos, cruzándose con los que vienen de regreso de los mismos.Es día lunes y a medida que el sol sigue avanzando va agitando a las gaviotas, las cuales en su trinar dan la bienvenida al nuevo día, comenzando a buscar su alimento.Los diferentes vehículos comienzan a circular con más fluidez, ya sean los que van para las diferentes plantas, como así también los de uso personal, con todo aquel bullicio el puerto, va despertando a quienes se han quedado rezagados. El aroma del puerto, es una mezcla del humo de las chimeneas, de los diferentes vehículos, el de las diferentes empresas del sector, junto con el aroma del mar.En la pensión, ya se habían ido todas aquellas que les tocaba trabajar de mañana, la pensión a pesar del gran número de muj
Mariela se marcho rumbo al baño, dejando a sus compañeras arreglando la habitación. Mara quien aun escuchaba las palabras de la noche anterior en su cabeza decidió no comentarlo con Claudia y mucho menos con Mariela.Esta, provenía de una familia de campesinos, siendo la menor de cinco hermanos, solo poseían el campo en donde todos trabajaban, es por ello que Mariela había salido a buscar nuevos horizontes, pero solo llego hasta el puerto ya que en su marcha, se topo con un marino, que al poco tiempo la dejo sola, llorando y en el puerto. Cuando tenía 19 años entro a trabajar en la planta, conociendo allí a Claudia quien se transformaría en madre, amiga y confidente. Por ello quizás, solo viajaba a la casa de sus padres de vez en cuando, ahorraba la mitad de su sueldo y malgastaba el resto, no sabía por que ahorraba pero lo hacía, ya que no tenía planes. Al igual que Claudia siempre defendió a Mara, de las demás trabajadoras.La relación de ellas, era buena, ya que Mara no solo evitab
Las tres llegaron al café, entre risas y comentarios por la noticia de la empresa entran, allí notan que no eran las únicas con dudas y lo peor de todo es que todas las señales indican que efectivamente es la planta en donde ellas trabajan la que vendió.El desayuno transcurrió rápido, ya que las tres salen con rumbo a la planta, al pasar nuevamente junto a la camioneta, notan que los vidrios están levantados y que comienzan a bajar, quedando abajo para cuando ellas pasaron al lado, a los que ellas apresuraron sus pasos, no sin antes verles nuevamente el rostro y la mirada clavada en Mara, quien se había retrasado adrede. Esta pudo verificar que efectivamente la miraban solo a ella, por lo que se atrevió a sonreírles y decirles:-Buen día...-Buenos días-dijeron al unísono los hombres, agregando-¿Todo esta bien?-Mas o menos-respondía esta pensando en la planta vendida.-Todo estará bien, no hay de que preocuparse-dijo el que estaba al volante sonriendo-este usted tranquila.Mara esta