Mara le desabrochaba la camisa y desato el nudo de su corbata, dando pequeños besos en el pecho de Ammos. Este estaba resistiéndose pero no podía controlarse por mucho tiempo, su cuerpo, su respiración y hasta los latidos de su corazón estaban bajo el mando de Mara.-Hasta donde deberé llagar, para que me ayudes Ammos-decía Mara acariciando el cuerpo de Ammos. -Cariño, no tengo intenciones de acercarme a esos nativos y tu tampoco lo harás-respondía sintiendo el cuerpo de ella aferrarse a él-pero deberás obedecerme, en cuanto a la seguridad que tendrás, será alta, lo sabes y te asesoraran nuestros abogados.-Acepto-respondió esta acariciándolo en sitios que solo ella hacia.-Cariño... pero bajo nuestra supervisión... no debes confiar en ellos por.....-Ammos no te preocupes, los obedeceré-interrumpía Mara con un beso, perturbándolo más aún.-Cariño... no te preocupes no los despedirán... ya nos encargamos de ello. Ahora dime ¿qué obsequió me tienes?-pregunto mientras un escalofrío l
Fue, sino hasta un control de Samuel que la tranquilidad duro, Ammos no pudo asistir por motivos laborales. Solo la acompañaron sus guardias personales. Dentro de la sala y junto con Mara y el doctor se hallaban Adam y Josh; Jim, Tom y Erick estaban fuera de la puerta.Todo marchaba normal, hasta que Mara mira asustada a Adam, este comprendió que algo ocurría y antes de que ella dijera alguien entró abruptamente en la sala, Aarón. De inmediato, Mara comprendió lo que él pretendía, llevársela, pero Adam se coloco delante de ella.El doctor no intento nada, le vasto la mirada de Aarón, un superior.Mara toma a Samuel en sus brazos y siente como Josh, la toma por la cintura. Nadie pudo detenerlo, Aarón era de rango importante entre ellos, aunque molestos, sabían que le debían respeto, aunque no le seria fácil llevársela.Aarón le ordena despectivamente a Adam que se retirara, este no lo no obedece y Aarón amenaza, con un leve gesto con sus manos.Unos minutos luego, Adam se aparto, impot
Estaban tensos y no pudieron ocultarlo en sus miradas.-¿Que pasa ahora?-pregunto Mara asustada ante sus rostros.-Nada cariño... por cierto Williams ¿estas al tanto de que nuestra esposa va de compras al supermercado? Hasta ha comprado pintura y clavos ¿qué opinas?-pregunto Ammos divertido ante la cara que coloco Mara ante su comentario.-¿Pero Ammos?-exclamó Williams al borde de la risa-¿Querida de compras? ¿Rodeándote de toda esa chusma? ¿Para que los clavos y la pintura?.... ¿Ammos ya no te obedece? Deberemos tomar medidas serias contigo querida-El reía, Mara solo lo escuchaba un tanto molesta.-Ríanse de mí... estoy aburrida y ustedes no me dejan hacer prácticamente nada, estoy presa aquí-las risas de sus hombres ahora eran más fuertes-¿Williams que me dices por lo del hospital?-Querida si no descuidas a nuestros hijos o a nosotros, sigue con esos insignificantes nativos. Aunque no lo merezcan, pero ten mucho cuidado, tu no eres como ellos y eso ellos lo saben. Estoy de acuerdo
Las horas pasaban, Mara estaba dormida en su habitación, ajena a lo que estaría por ocurrir. Habían comenzado a llegar diversas personas, vestidas con túnicas y al comenzar a recitar frases y cánticos, Williams comenta:-Es la hora... Ammos el momento ha llegado.Ammos dijo unas palabras en su idioma natal, para luego Williams subir por las escaleras, hacia la habitación donde se encontraba Mara.Abajo se hallaban los miembros del clan inclinados y recitando versos antiguos en su lengua. Ammos estaba de pie, en silencio, expectante.El al entrar en la habitación la descubre bella y se siente indefenso, un rugido de su corazón escapa, su momento había llegado y no sabía bien como proceder por primera vez en su vida.-Williams ¿desde cuando que estas allí?-pregunto Mara, un tanto dormida.-Desde generaciones-contesto él acercándose despacio, a la cama.Mara comprendió lo que ocurriría y se sentó en la cama, no temía sino que estaba algo preocupada.Él se sentó junto a ella y la beso. M
Al llegar al hospital y tras esperar unos momentos, en los cuales, los ánimos de Ammos se encolerizaron, hicieron la entrega del equipamiento y notificaron, el termino de la deuda que tenían. Mara les informo que ella continuaría ayudándolos, pero que ellos solo tendrían contacto con sus abogados, ante la sorpresa de los representantes del hospital Ammos agrego de manera despectiva, tan natural en el: -No pensarán que mi esposa, vendrá aquí-sus palabras denotaron todo el despreció que él sentía por ellos. -No somos peligrosos para... -trato de decir la doctora Debb. -Ah... me parecía extraño no escuchar sus necedades doctora-dijo Williams. -Lo que a mí me extraña, es que usted este aquí junto a su ex esposa, con su actual marido-respondió esta. -Vaya doctora, es evidente que mi presencia la excita, pero sepa usted que amo a otra mujer, muy bella, la cual me corresponde. Usted no tiene posibilidades conmigo, trate de no hacerse ilusiones y por lo demás usted doctora, no es de mi
Es increíble lo que puede cambiar la vida de una persona, solo en cuestión de unos instantes, tal vez todo ya este determinado a ocurrir, o solo pase. Se supone que las primeras señales de que algo acecha nuestra rutina y vida misma, se presentan en forma casual y sencilla, por lo que el afectado no alcanza a descifrar tales señales, solo hasta cuando estamos hasta el cuello, recién nos percatamos de que siempre estuvo ahí, latente esperando el momento justo, pero para ese entonces todo, todo ha comenzado ya.Había llovido durante todo el día parecía que nunca terminaría, la gente iba y venía, como si nada le importara, en aquella zona era normal tanta cantidad de lluvia y por ende se debía de acostumbrar a ella.Y allí se encontraba Mara, atrapada en su triste y miserable vida, ella siempre había soñado con casarse y vivir feliz, cual cuento de hadas, pero eso no era lo que hasta ese entonces le había deparado el destino.Había tenido una crianza normal, con los típicos altibajos de
El trayecto hacia el Púb fue tranquilo, cuando por fin llegaron, las mujeres notaron que fuera de este se hallaba estacionado un vehículo importado, de vidrios negros y con patente extranjera, lo que las lleno de preguntas.Estaban asombradas, no entendían que como era posible que alguien que maneja ese vehículo, se encontrase fuera del púb y más aun, en aquel sector que en su mayoría era transitado por los trabajadores del puerto.Después de unos minutos entraron. El púb no era gran cosa, constaba de un mesón central que hacía de barra, con nueve bancas en su entorno, detrás de esta se ubicaba un espejo que cubría gran parte de la pared, el cual quedaba semi-cubierto, por una serie de botellas, de diversos contenidos en su interior.En el salón, se hallaban distribuidas desordenadamente, un total de siete mesas.-Lo primero es lo primero-dice Claudia y mirando al mozo ordenó-tráenos tres cervezas, que esta noche estamos de celebración.-Yo pago la segunda ronda-comento Mariela mirand
Toma una bocanada de aire y luego un buen sorbo de cerveza, aunque era imposible, Mara sentía como si la estuvieran escuchando, pero no sus compañeras sino....... es una locura pensó finalmente.-Si la cerveza te hace hablar por su efecto “diabético” bueno... halla tu, pero sigue “echándole”-comentó Mariela no pudiendo mas de curiosidad, la espera la estaba volviendo loca y junto con la expresión en su rostro hacia de ella una imagen divertida, tanto que sus compañeras no podían dejar pasar la ocasión para burlarse de esta, la cual y debido a su temperamento les seguía la corriente.-Bueno-dijo Mara con su rostro sombrío-creo que todo comenzó cuando yo estaba estudiando en la universidad, como hace tres años aproximadamente, cursaba el quinto año de biología marina cuando lo conocí, su nombre es Julio y él estaba en la misma carrera que yo, solo que había egresado y estaba haciendo su tesis.El comienzo de nuestra relación fue como en los cuentos de hadas-en ese instante a Mara se le