Mariela se marcho rumbo al baño, dejando a sus compañeras arreglando la habitación. Mara quien aun escuchaba las palabras de la noche anterior en su cabeza decidió no comentarlo con Claudia y mucho menos con Mariela.
Esta, provenía de una familia de campesinos, siendo la menor de cinco hermanos, solo poseían el campo en donde todos trabajaban, es por ello que Mariela había salido a buscar nuevos horizontes, pero solo llego hasta el puerto ya que en su marcha, se topo con un marino, que al poco tiempo la dejo sola, llorando y en el puerto. Cuando tenía 19 años entro a trabajar en la planta, conociendo allí a Claudia quien se transformaría en madre, amiga y confidente. Por ello quizás, solo viajaba a la casa de sus padres de vez en cuando, ahorraba la mitad de su sueldo y malgastaba el resto, no sabía por que ahorraba pero lo hacía, ya que no tenía planes. Al igual que Claudia siempre defendió a Mara, de las demás trabajadoras.
La relación de ellas, era buena, ya que Mara no solo evitaba meterse en su vida y cada vez que le solicitaba algo esta accedía amablemente su interior la admiraba ya que Mara nunca hablaba de más como ella, sabía que decir, como y cuando, sin recurrir a tantas palabras como ella.
Después de la noche anterior su admiración se había convertido en un poco mas de cariño, ella comprendía por lo que Mara había pasado ella también habría sufrido, donde una solo quiere enterrarse profundo y desaparecer para siempre. Cuando hubo regresado del baño se le acerco y abrasándola reitero sus disculpas.
-Espero que no pienses que te quise lastimar anoche, perdóname Mara, por otra parte te juro que lo escuche anoche, menos lo del bombón, se queda guardado y si en algo te puedo ayudar cuenta conmigo.
-Conmigo también puedes contar y lo sabes mujer-agregaba Claudia.
-Lo sé... además anoche y a pesar de los golpes la pase bastante bien.
-Si conociste al pelmazo de tu bombón y a sus archí pesados compañeros-dijo en tono burlesco Mariela.
Luego de arreglarse, comienzan a alistarse para ir al trabajo, no sin antes ir a desayunar primero, las tres se preguntaban que habría ocasionado la venta de las acciones, todo había sido muy rápido y como siempre las ultimas en enterarse eran ellas, las trabajadoras.
Claudia antes de salir cierra la ventana y revisa que todo este en orden, para luego salir de la habitación junto a sus compañeras, al salir de la pensión, Mara revisa sus bolsillos y nota que no tenía sus llaves, pensando que tal vez quedaron en el pantalón, pero no se preocupo mucho ya quien regresaría con sus compañeras que si tenían sus llaves y sin mas salió hacia la calle.
El lugar que habían elegido para desayunar se ubicaba a una cuadra de la pensión, por la vereda de enfrente, por lo general estaba ocupado por los trabajadores de la planta.
La charla continuaba, centrándose en el miedo que tenían si fuese la planta donde trabajaban la que cambiaria de dueños, empezarían los despidos, los recortes de sueldos, las tres al igual que muchas otras personas lo sabían por lo que la preocupación era justa.
Justo al cerrar el portón y girar hacia la calle, notan con preocupación, que estaba la 4x4, estacionada en la vereda opuesta, por donde debían pasar.
-Ahora si mujeres, es de día y tenemos bastante luz, los podremos ver con más detalle que anoche... pero si son tus amigos Mariela-comentó Claudia.
-Yo no quiero ni mirarlos-repuso esta.
-Estos son los que no te quisieron dar las buenas noches Claudia-comentaba Mara quien caminaba tranquila y lentamente para así poder verlos mejor.
-Los mismos son-respondía Claudia con cierta curiosidad.
-Si son ellos, los mismos amigos del pelmazo-reponía Mariela.
-¿Y tu como te acuerdas?-pregunto riendo Mara.
-Hum... si, tal vez ande tu bombón-dijo Mariela riendo.
La camioneta no tenía patente ni nada que la identificara, era de color negra, era nueva y con el motor apagado. Estaba ocupada por hombres jóvenes, de piel blanca y de cabello muy corto, uno de ellos llevaba puesto unos lentes oscuros, este estaba al volante y hablando por celular.
Las mujeres notaron que cuando se acercaron, ellos bajaron los vidrios, como si quisieran ser vistos, el que estaba al volante era quien le moreteó los brazos a Mariela y su compañero el que ayudo a Mara.
Solo podían ver que vestían de negro, lo que resaltaba la apariencia de ser extranjeros y que las miraban desinhibidamente.
Al empezar a aproximarse a la camioneta, Mara quien iba a pasar mas cerca de ellos, se quedo asombrada al ver que ambos la miraban y esbozaban una sonrisa, pudiendo notar el blanco de sus dientes y su aspecto de pulcritud total, ambos la miraban a ella, estaba segura de eso. Aunque uno continuaba hablando por celular le hace un gesto con la mano a Mara, quien se dirige hacia ellos, sonriendo y sin temor ya que algo dentro de ella le decía que nada malo le pasaría con ellos, de pronto es tirada por sus compañeras que prácticamente la llevan a la rastra.
-¿Pero para que me tironean tanto?
-¿Acaso no te diste cuenta de como te miraban y sonreían? y ¿Por qué ibas hacia ellos? ¿Te has dado cuenta que esa camioneta no tiene patente? la apariencia de esos tipos no es muy buena, me dan mala espina. Esa mirada que tienen, no me gusta nada-decía Claudia.
-Si tienen una mirada como de rabia o como si nos odiaran, se ven malos y lo peor de todo es que solo te miraron a ti y solo a ti te sonríen.
-Exacto también hay que saber por que están afuera de la pensión, son raros y a mí me dan miedo, que les puedo decir-decía Claudia mirando hacia atrás, en donde estaba aun estacionada la camioneta, para luego agregar-¿Ves Mariela? Con ellos tú querías irte anoche.
-Si anoche estabas más que interesada en agarrarte a uno de ellos-agregaba Mara, pensando en todo lo extraño de la situación.
-Esta bien me disculpo de nuevo... pero igual están lindos los tontos, no me lo pueden negar-decía mientras escuchaba las quejas de sus compañeras.
-Son lindos, pero quizás que más serán también-comentaba Mara.
-Tienes razón, son lindos los tontos de Mara, pero igual me dan miedo-decía Claudia.
-Y dale con lo mismo.
-Solo a ti te miran Mara-dijo tajante Claudia.
Las tres llegaron al café, entre risas y comentarios por la noticia de la empresa entran, allí notan que no eran las únicas con dudas y lo peor de todo es que todas las señales indican que efectivamente es la planta en donde ellas trabajan la que vendió.El desayuno transcurrió rápido, ya que las tres salen con rumbo a la planta, al pasar nuevamente junto a la camioneta, notan que los vidrios están levantados y que comienzan a bajar, quedando abajo para cuando ellas pasaron al lado, a los que ellas apresuraron sus pasos, no sin antes verles nuevamente el rostro y la mirada clavada en Mara, quien se había retrasado adrede. Esta pudo verificar que efectivamente la miraban solo a ella, por lo que se atrevió a sonreírles y decirles:-Buen día...-Buenos días-dijeron al unísono los hombres, agregando-¿Todo esta bien?-Mas o menos-respondía esta pensando en la planta vendida.-Todo estará bien, no hay de que preocuparse-dijo el que estaba al volante sonriendo-este usted tranquila.Mara esta
Mara desde que había entrado en la empresa sintió como si estuviese siendo observada y los nervios se apoderaron de ella.El playón en donde se encontraban concentrados todos los trabajadores, era el estacionamiento del personal de la empresa ubicándose entre los edificios ya mencionados. Por lo que desde el tercer piso también se veía dicho estacionamiento. Estando casi la totalidad del personal de la empresa.-Guau... parece que hoy tenemos asistencia perfecta-susurro Claudia a sus compañeras, quienes también estaban asombradas por la cantidad de gente.-Eso veo... no falta nadie-corroboraba Mariela saludando a unas mujeres.-Somos muchas... no pensaba que éramos tantas-decía Mara.-Parece que si son malas noticias, sino no habría tanto misterio-agregaba Claudia un tanto preocupada.-O tal vez no... Ojala que todo termine rápido y nos digan que es lo que esta pasando-decía Mara sintiendo un escalofrío y con ello el miedo de que vuelva a escuchar aquellas voces.Pasaron varios minut
El turno finalizo a las 22:15 horas, por lo que las mujeres tomaron el transporte del personal para regresar a la pensión, el recorrido del transporte las dejaba frente al púb en donde la mayoría de los trabajadores estarían para ponerse de acuerdo junto con los sindicatos de la empresa, sobre que medidas tomarían ante cualquier caso de despidos masivos o cese de actividades.Mara, solo tenía cabeza para pensar en las extrañas cosas que le estaban sucediendo, primero eran las voces en su cabeza de hombres, luego lo ocurrido a la empresa en donde trabajaba sin dejar de lado los raros hombres de la camioneta que la seguían por todas partes, bueno algo positivo era que había visto a su bombón y al otro hombre atractivo que estaba con este. Y que ninguno de los extraños personajes ha sido maleducado o desagradable con ella.Hasta llego a pensar que tal vez ellos serían parte del nuevo consorcio que compro la empresa, pero eso sería demasiado extraño, además que hacían en un púb de mala m
-Mara espera... -era la voz de un hombre que se escucho en la habitación, fuerte y claro, tanto que la mujer se enreda en él escalón y pierde el equilibrio, cayendo al suelo, pero antes se golpea la cabeza con la mesita de luz, el golpe fue seco que la dejó en el suelo semi-inconsciente.-Ha... Esto solo me pasa a mí... que suerte la mía... es el colmo... hay como duele-expresaba incapaz de moverse por sí misma. Ella solo podía sentir un fuerte dolor en su pie derecho, además de que empezaba a tener sueño y se queda dormida, entre sueños ve a un hombre que estaba a su lado y la toma entre sus brazos fuertemente, para luego sentir un dolor tan agudo que parecía raro que fuera del mismo sueño. Lo último que vio fue a aquel hombre que la miraba tiernamente, su aroma era tan agradable, que Mara no se resistió cuando el la tomo entre sus brazos, ella sabía que lo había visto antes pero no recordaba en donde, estaba a punto de cerrar los ojos cuando este le dice:-Debes tener cuidado, esta
Al llegar a la habitación notan que la ventana estaba abierta y la luz encendida, Mara estaba en su cama durmiendo, pero tenía el pie derecho encima de un almohadón, lo demás estaba en orden.-¿Que le habrá pasado? ¿Mira como tiene el pie?-pregunto Claudia cerrando la ventana.-Anda a saber, pero se ve que esta feliz mira su cara de tonta con la que duerme.-Mariela ¿qué piensas de lo que te conté?-pregunto Claudia.-Creo que si es para preocuparse, podría ser el ex de Mara, ella dijo que el también trabaja en el puerto y tal vez la este buscando, tal vez esos tipos trabajen para él o los hallan mandado la familia de Mara, tampoco me gustan se ven malos. Pero que podemos hacer si son ellos. Nosotras solo somos dos contra todos ellos y no creo que tengan buenas intenciones Claudia.-No son buena gente-comentaba Claudia-en eso estamos de acuerdo. Deberiamos estar mas pendientes de Mara y definitivamente no dejarla sola, asi no la toman desprevenida, que opinas?-Si, creo que es lo mejor
-Pero sí te caíste anoche, mira como tienes el tobillo y tu pie esta hinchado-dijo Mariela mirando asombrada a Mara.-Guau, no pensé que era para tanto-comenta Claudia.-Ya les dije, me caía cuando creí haber escuchado algo, resbale y ¡Paf!... me caí-pero en su interior recordaba que había escuchado claramente su nombre, también recordaba algo acerca de alguien en la habitación anoche, estaba todo como por pinceladas y ella recordaba vagamente todo lo ocurrido, recordaba un rostro pero estaba nítida en su mente el aroma de aquel hombre... todo era como una película, aquel hombre subiéndola a la cama y luego tapándola la había besado tal vez todo se le mezclo con el sueño, pero se sentía tan verdadero que no dudo que aquel hombre existiera de verdad.-Verdaderamente que tienes el pie hinchado ¿te duele mucho?-preguntó Claudia inclinada viéndolo.-No deberías ir a trabajar hoy-comentó Mariela.-Si, deberías quedarte en la cama, total sería la primera vez que lo hagas y no creo que el su
Después de esto las tres fueron a desayunar para luego regresar a la habitación, en donde tomarían sus abrigos y marcharían a la empresa. Mara a cada paso se le dificultaba el siguiente, caminando cada vez con más dificultad y con una cara de sufrimiento que provocaba las risas de sus compañeras.En su interior una duda crecía, todo cuanto había ocurrido estos días, era extraño, mas aun las voces en su cabeza perturbándola más y más.Y sus encontrones con aquellos hombres, que siempre la hablaban cordialmente, dejó completamente de lado el hecho que podría ser Julio, solo circulaba en su cabeza la idea de que había algo mas, más grande y poderoso que la estuviese esperando, por lo que su preocupación aumentaba, ya que ese era un notorio signo de locura, estaba segura de ello... la encerrarían.Era día martes, el sábado serían las actividades de la empresa, las cuales no habían sido suspendidas, ya que se suponía que allí se conocerían a los nuevos dueños o por lo menos a una parte ya
Caminando con toda calma llegaron a la planta alrededor de las 13:45, pudiendo comprobar que en el estacionamiento de la empresa se hallaban estacionados todos los vehículos que formaban parte de la caravana.Lo que llevó a suponer que efectivamente eran los nuevos dueños, junto a toda su comitiva. Mara a medida que pasaban los minutos mas se alteraba tratando de disimular ante sus compañeras.Llegaron a los casilleros y después de haber marcado sus tarjetas, comenzaron a colocarse la ropa, pero de inmediato se dieron cuenta de que Mara no podía colocarse la bota por lo que fue auxiliada por estas, quienes no encontraron mejor método que vendarle firmemente el pie a Mara y luego de un solo empujón colocarle la bota, Mara solo alcanzó a gritar de dolor cuando ya todo había pasado, tenía puestas las botas.Una vez listas se marcharon al sector en donde trabajaban, siendo Mara aun ayudada por sus compañeras al caminar. Ahora solo sentía latir fuertemente su pie y ya ni lo podia apoyar.D