La pensión era una casa grande, constaba de 15 habitaciones, con un baño en cada piso. Por lo general eran todas trabajadoras de la planta, salvo una que otra supervisora. El comedor era grande y tenía unos ventanales que daban a la calle. La habitación de Mara era la número 7, de 4 de frente por 3 de fondo, tenía una ventana que daba a un pasillo que rodeaba la casa. En la habitación había una litera y una pequeña cama, en la cual dormía Claudia, en la parte de abajo de la litera era ocupada por Mariela y Mara dormía arriba de esta.
Solo tenían un closet que estaba dividido en tres partes iguales, aunque Mariela ocupaba además una parte de Mara, ya que esta no tenía mucho que guardar. Aparte de esto, había un reloj y una pequeña radio a pilas, que era de Claudia.
Una vez dentro de la habitación comenzaron a hablar de lo ocurrido.
-¿Quiénes serian esos tipos?... ¿Y tú, porque te ibas para el auto ese, los conoces acaso?-preguntaba Claudia un tanto preocupada por la cara de esta.
-No sé solo iba... ¿Eran raros verdad?-respondía Mara sacándose el abrigo y sacudiéndose la ropa, para darse cuenta que aun tenía el pañuelo en su mano.
-¿Y ese te dio el pañuelo?
-Si lo que paso es que me raspe las manos y esta sangraba un poco, sabes Claudia tengo curiosidad de saber que estaban haciendo por acá esa gente.
-Ha esta-comenta Claudia, indicando a Mariela que estaba tendida en su cama-que”se le soltaron las trenzas” justo allí, siempre que toma de mas se pone un poco tonta, pero esta noche se paso... ¿Te golpeo muy fuerte? ¿Te duele?
-Mas o menos, fue fuerte, tiene fuerza esta a pesar de todo, pero lejos lo que más me dolió fue el aterrizaje forzoso que me di-decía Mara mientras entre risas se sobaba los glúteos.
-Como si fuera poco té pego-añadía Claudia.
-Si, esa fue otra cosa-luego de un suspiro y el recuerdo de aquellas voces agrega-no importa mucho mañana hablaremos, no fue su culpa.
-Hum..., te diste cuenta de que solo te hablaron a ti... hasta te sonrieron los pesados, el otro te levanto dos veces del suelo y como si fuera poco te dio su pañuelo. Solo a ti.
-Es verdad, pero ¿sabes?, no parecen tan pesados después de todo, un poco raros si pero pesados no...
-No que va... tal vez un poco violentos y peligrosos, pero jamás pesados-interrumpía Claudia.
-Lo que me dio miedo fue cuando esta loca-señalando a Mariela-quiso tocarlos, la cara que pusieron... para cuando se mando el numerito conmigo, como la arrastro hacia ti.
-Eso no es nada, cuando Mariela te pego y se fue para seguir pegándote, el mismo, la agarro por los brazos y la levanto, después la puso junto a mí y me miro con... no se, me dio la impresión de que no tenia… fue como odio, pero no se como decirte, me dio mucho miedo su mirada, que me dejo de un pieza-concluyo finalmente Claudia.
-La levanto como si no pesara nada, de eso me di cuenta.
Por unos minutos permanecieron en silencio, para después empezar a desvestir a Mariela que estaba inconsciente en su cama, la arroparon y se volvieron a mirar, cada una tenia diferentes temores y los pensamientos de Mara volaban mucho más rápido de lo que Claudia jamás soñaría.
-Movidita la noche-comento Claudia.
-Si... mira, es la primera noche que salgo con ustedes y todo lo que nos paso-comentaba Mara subiéndose a su cama.
-Cierto, deberíamos salir mas seguido para que nuestras vidas sean mas divertidas ¿no te parece?, total a ti te fue re-bien, mejor que a nosotras-reía Claudia quien ya estaba acostada.
-Eso creo... lo único bueno fue haber visto a esos bombonazos en el púb, eran lindos, tal vez sean pareja o algo así, pero eran lindos, en especial el mas joven, lastima, es un gran desperdicio-suspirando Mara recordaba aquella mirada que invadió cada centímetro de su cuerpo, como telón de fondo la risa de Claudia.
-Si ese era como los de afuera... debe ser otro pesado más y tal vez peor..., un verdadero “chupete de fierro” -contestaba Claudia riéndose.
Continuaron hablando de lo ocurrido y de lo extraño de aquellos hombres que no se habían visto antes en el sector, sin dejar de lado al tema central de la noche, la historia que Mara les había contado, alrededor de las 3:45 de la madrugada, Claudia apaga su pequeña radio y luego de ver que Mariela estaba durmiendo se dirige a apagar la luz, en ese momento Mara la interrumpe diciendo:
-Espera, yo escucho que Mariela sé queja desde hace rato, por que mejor no vemos que le pasa, parece que es el brazo-al instante se baja y junto a Claudia le miran los brazos.
La sorpresa fue instantánea, ambos brazos estaban rojos e hinchados.
-Por aquí la agarro el pesado-comentó Claudia.
-¡¡Guau!!... ¿Eso le hizo?-Mara estaba sorprendida por la tonalidad que estaba adquiriendo el brazo ahora.
-Por un lado se lo merece, ella se lo busco, tal vez aprenda a no volver hacerlo.
-No se justifica como le dejaron los brazos-alegaba Mara.
Solo atinaron a dejar los bazos afuera de las frazadas y volvieron a acostarse.
-Buenas noches Claudia.
-Buenas noches... bombón.
Se escucharon unas risas y nuevamente la habitación quedo en silencio, cada una con sus pensamientos, mientras Claudia reprendería a Mariela.
Mara no podía olvidar las voces en su cabeza, la música en su cabeza. Pero en especial la mirada de aquel hombre, la conocía pero no recordaba de donde.
Afuera todo estaba tranquilo, no pasaban vehículos, ni personas, todo estaba en su habitual paz al igual al avecinarse una gran tormenta.
Solo un vehículo ultimo modelo, estacionado frente a una pensión de mala muerte. En su interior sus ocupantes, silenciosos, estaban atentos y dispuestos a enfrentar lo que se les viniese encima.
Durante la madrugada, el movimiento del puerto de incremente de manera significativa, el sol comienza asomarse lentamente, pero a paso firme por las laderas que bordean al puerto. Es así como comienza el desfile de trabajadores, a cumplir con sus turnos, cruzándose con los que vienen de regreso de los mismos.Es día lunes y a medida que el sol sigue avanzando va agitando a las gaviotas, las cuales en su trinar dan la bienvenida al nuevo día, comenzando a buscar su alimento.Los diferentes vehículos comienzan a circular con más fluidez, ya sean los que van para las diferentes plantas, como así también los de uso personal, con todo aquel bullicio el puerto, va despertando a quienes se han quedado rezagados. El aroma del puerto, es una mezcla del humo de las chimeneas, de los diferentes vehículos, el de las diferentes empresas del sector, junto con el aroma del mar.En la pensión, ya se habían ido todas aquellas que les tocaba trabajar de mañana, la pensión a pesar del gran número de muj
Mariela se marcho rumbo al baño, dejando a sus compañeras arreglando la habitación. Mara quien aun escuchaba las palabras de la noche anterior en su cabeza decidió no comentarlo con Claudia y mucho menos con Mariela.Esta, provenía de una familia de campesinos, siendo la menor de cinco hermanos, solo poseían el campo en donde todos trabajaban, es por ello que Mariela había salido a buscar nuevos horizontes, pero solo llego hasta el puerto ya que en su marcha, se topo con un marino, que al poco tiempo la dejo sola, llorando y en el puerto. Cuando tenía 19 años entro a trabajar en la planta, conociendo allí a Claudia quien se transformaría en madre, amiga y confidente. Por ello quizás, solo viajaba a la casa de sus padres de vez en cuando, ahorraba la mitad de su sueldo y malgastaba el resto, no sabía por que ahorraba pero lo hacía, ya que no tenía planes. Al igual que Claudia siempre defendió a Mara, de las demás trabajadoras.La relación de ellas, era buena, ya que Mara no solo evitab
Las tres llegaron al café, entre risas y comentarios por la noticia de la empresa entran, allí notan que no eran las únicas con dudas y lo peor de todo es que todas las señales indican que efectivamente es la planta en donde ellas trabajan la que vendió.El desayuno transcurrió rápido, ya que las tres salen con rumbo a la planta, al pasar nuevamente junto a la camioneta, notan que los vidrios están levantados y que comienzan a bajar, quedando abajo para cuando ellas pasaron al lado, a los que ellas apresuraron sus pasos, no sin antes verles nuevamente el rostro y la mirada clavada en Mara, quien se había retrasado adrede. Esta pudo verificar que efectivamente la miraban solo a ella, por lo que se atrevió a sonreírles y decirles:-Buen día...-Buenos días-dijeron al unísono los hombres, agregando-¿Todo esta bien?-Mas o menos-respondía esta pensando en la planta vendida.-Todo estará bien, no hay de que preocuparse-dijo el que estaba al volante sonriendo-este usted tranquila.Mara esta
Mara desde que había entrado en la empresa sintió como si estuviese siendo observada y los nervios se apoderaron de ella.El playón en donde se encontraban concentrados todos los trabajadores, era el estacionamiento del personal de la empresa ubicándose entre los edificios ya mencionados. Por lo que desde el tercer piso también se veía dicho estacionamiento. Estando casi la totalidad del personal de la empresa.-Guau... parece que hoy tenemos asistencia perfecta-susurro Claudia a sus compañeras, quienes también estaban asombradas por la cantidad de gente.-Eso veo... no falta nadie-corroboraba Mariela saludando a unas mujeres.-Somos muchas... no pensaba que éramos tantas-decía Mara.-Parece que si son malas noticias, sino no habría tanto misterio-agregaba Claudia un tanto preocupada.-O tal vez no... Ojala que todo termine rápido y nos digan que es lo que esta pasando-decía Mara sintiendo un escalofrío y con ello el miedo de que vuelva a escuchar aquellas voces.Pasaron varios minut
El turno finalizo a las 22:15 horas, por lo que las mujeres tomaron el transporte del personal para regresar a la pensión, el recorrido del transporte las dejaba frente al púb en donde la mayoría de los trabajadores estarían para ponerse de acuerdo junto con los sindicatos de la empresa, sobre que medidas tomarían ante cualquier caso de despidos masivos o cese de actividades.Mara, solo tenía cabeza para pensar en las extrañas cosas que le estaban sucediendo, primero eran las voces en su cabeza de hombres, luego lo ocurrido a la empresa en donde trabajaba sin dejar de lado los raros hombres de la camioneta que la seguían por todas partes, bueno algo positivo era que había visto a su bombón y al otro hombre atractivo que estaba con este. Y que ninguno de los extraños personajes ha sido maleducado o desagradable con ella.Hasta llego a pensar que tal vez ellos serían parte del nuevo consorcio que compro la empresa, pero eso sería demasiado extraño, además que hacían en un púb de mala m
-Mara espera... -era la voz de un hombre que se escucho en la habitación, fuerte y claro, tanto que la mujer se enreda en él escalón y pierde el equilibrio, cayendo al suelo, pero antes se golpea la cabeza con la mesita de luz, el golpe fue seco que la dejó en el suelo semi-inconsciente.-Ha... Esto solo me pasa a mí... que suerte la mía... es el colmo... hay como duele-expresaba incapaz de moverse por sí misma. Ella solo podía sentir un fuerte dolor en su pie derecho, además de que empezaba a tener sueño y se queda dormida, entre sueños ve a un hombre que estaba a su lado y la toma entre sus brazos fuertemente, para luego sentir un dolor tan agudo que parecía raro que fuera del mismo sueño. Lo último que vio fue a aquel hombre que la miraba tiernamente, su aroma era tan agradable, que Mara no se resistió cuando el la tomo entre sus brazos, ella sabía que lo había visto antes pero no recordaba en donde, estaba a punto de cerrar los ojos cuando este le dice:-Debes tener cuidado, esta
Al llegar a la habitación notan que la ventana estaba abierta y la luz encendida, Mara estaba en su cama durmiendo, pero tenía el pie derecho encima de un almohadón, lo demás estaba en orden.-¿Que le habrá pasado? ¿Mira como tiene el pie?-pregunto Claudia cerrando la ventana.-Anda a saber, pero se ve que esta feliz mira su cara de tonta con la que duerme.-Mariela ¿qué piensas de lo que te conté?-pregunto Claudia.-Creo que si es para preocuparse, podría ser el ex de Mara, ella dijo que el también trabaja en el puerto y tal vez la este buscando, tal vez esos tipos trabajen para él o los hallan mandado la familia de Mara, tampoco me gustan se ven malos. Pero que podemos hacer si son ellos. Nosotras solo somos dos contra todos ellos y no creo que tengan buenas intenciones Claudia.-No son buena gente-comentaba Claudia-en eso estamos de acuerdo. Deberiamos estar mas pendientes de Mara y definitivamente no dejarla sola, asi no la toman desprevenida, que opinas?-Si, creo que es lo mejor
-Pero sí te caíste anoche, mira como tienes el tobillo y tu pie esta hinchado-dijo Mariela mirando asombrada a Mara.-Guau, no pensé que era para tanto-comenta Claudia.-Ya les dije, me caía cuando creí haber escuchado algo, resbale y ¡Paf!... me caí-pero en su interior recordaba que había escuchado claramente su nombre, también recordaba algo acerca de alguien en la habitación anoche, estaba todo como por pinceladas y ella recordaba vagamente todo lo ocurrido, recordaba un rostro pero estaba nítida en su mente el aroma de aquel hombre... todo era como una película, aquel hombre subiéndola a la cama y luego tapándola la había besado tal vez todo se le mezclo con el sueño, pero se sentía tan verdadero que no dudo que aquel hombre existiera de verdad.-Verdaderamente que tienes el pie hinchado ¿te duele mucho?-preguntó Claudia inclinada viéndolo.-No deberías ir a trabajar hoy-comentó Mariela.-Si, deberías quedarte en la cama, total sería la primera vez que lo hagas y no creo que el su