Tres años después—Gracias por el regalo, es hermoso. —agradeció Aisha tocando el velo con hilos de oro que ella llevaba puesto. Era una verdadera joya que su esposo había mandado diseñar exclusivamente para ella, para que se viera hermosa en aquel evento tan importante que esperaba por ellos en la ciudad de Nueva York.—Es como una corona, hecha para ti y que expresa tu verdadera esencia. —contestó Nader subiendo las escalinatas de aquel Museo tan famoso en la Quinta Avenida. —Cada hilo de oro de ese velo demuestra todas las decisiones que tomaste y que nos trajeron hasta aquí. Cada vez que me hiciste sonreír y cada batalla que ganaste. Tan hermoso, como la mujer que lo lleva. Tan bello como mi niña.Aisha sonrió y entró orgullosa en aquel Museo, en donde se realizaría la exposición de una gran amiga de la jequesa. Una de las más íntimas y especiales de todas.En medio de cuadros pintados con suma delicadeza, Aisha ponía ver reflejado en ellos el alma de Malika Radi, la artista plást
Si Nader pensaba que la boda de Kalah sería una de las más difíciles de su vida, es porque no contaba con la se celebraría años más tarde en una hermosa y íntima isla privada en el Mediterráneo al más puro estilo italiano.Los años habían pasado para el jeque y su esposa, pero el amor entre ellos seguía siendo fuerte y ardiente.—Respira mi amor, nuestro hijo solo se está casando. —pidió Aisha viendo lo tenso que estaba su esposo antes de que Ayser, su hijo mayor, comenzara a pronunciar sus votos matrimoniales.—Estoy perdiendo a mi príncipe heredero, Aisha, es normal que esté nervioso. —contestó Nader aflojando el nudo de su pajarita.Aisha entendía a su esposo, pero la felicidad de Ayser era lo más importante.—Estás perdiendo el heredero al trono, pero en lugar estás ganando a una maravillosa y hermosa hija. Nuestro hijo eligió rechazar su título pasándolo a su hermano por amor a esa linda joven y si te soy sincera, no podría estar más orgullosa de él. —confesó Aisha y Nader supo q
Primer día en un puesto de trabajo del cual Aisha Assiri no tenía ni idea como funcionaba. Había sido educada para servir en el palacio real, a la poderosa familia Al Thani, pero la realeza de Arabia Saudí ya no necesitaba sus servicios. Aún así el príncipe heredero decidió darle una oportunidad, un puesto como secretaria en una de sus empresas petroleras. A partir de ese momento su nuevo jefe sería el ingeniero Nader Khalil, uno de los hombres más ricos y apuestos de Arabia Saudí, la tentación hecha hombre. Su nombre era de los importantes en el mercado del petróleo, todos conocían la trayectoria del joven ingeniero. Un hombre nacido en una de las mejores familias de los Emiratos Árabes, y a consecuencia de esto, también era uno de los mejores partidos para las mujeres musulmanas de buenas familias que soñaban con casarse con un hombre tan atractivo, exitoso y asquerosamente millonario. Aisha no soñaba con tener la atención de un hombre como Nader, aunque habían intercambiado un pa
Olaya amaneció con una gran sonrisa en su rostro. Después de lo ocurrido en la oficina de Nader, con la mosquita muerta que supuestamente iba a reemplazarla, ya no tenía que preocuparse por una segunda mujer tan cerca de su ingeniero. Ella pasaría a ser su asistente personal, la que lo acompañaría a todas partes, a los viajes de negocios y fiestas repletas de lujos con personas ricas y famosas. Todo era perfecto, pero la idea de saber que otra mujer entraría en el mismo puesto que fue el camino que la llevó a la cama de Nader no le agradaba y no soportaba saber que él pasaría a ser el protector de esa niñita. Olaya nació en una familia pobre musulmana, pero abandonó todo para buscar su sueño de casarse con un hombre adinerado y vivir lejos de las viejas tradiciones. Estaba a nada de alcanzar su mayor objetivo y nada iba interponerse entre ella, su hombre perfecto y la gran fortuna que poseía. La mujer echó un vistazo a su reflejo en el espejo del salón. Llevaba una carísima lencerí
Aisha observó su reflejo en los cristales que formaban parte de la exquisita decoración del edificio dando un toque sofisticado a la empresa del príncipe Karim. Ella sintió que su corazón palpitaba acelerado y un hueco se abría en su estómago. Le hubiera gustado pensar que debía ser hambre, pero el desayuno que su madre y sus hermanas le habían preparado aquella mañana, para celebrar su primer día en su nuevo trabajo, era digno de una reina. Pero lo que estaba sintiendo eran nervios, ansiedad y expectación por volver a verlo…por tener a ese hombre tan hermoso y poderoso otra vez delante de sus ojos. Sentirlo tan acerca le abrumaba, y tenía la vergonzosa sensación de que terminaría desmayándose cuando Nader le volviera a dirigir la palabra. El temblor en sus piernas, algo que solamente el ingeniero podía provocar en ella, era como un terremoto de sensaciones atravesando su cuerpo. Únicamente habían pasado un par de días desde que Nader Khalil se arrodilló ante Aisha prácticamente sup
La copa llena del Bourbon más caro que había en el planeta iba a empezar a hervir en la mano del ingeniero, mientras este escuchaba como un viejo compañero de la Universidad devoraba a Aisha con la mirada y le dedicaba demasiados halagos para el gusto de Nader. —Una chica realmente hermosa Nader, también veo que debe ser muy religiosa…algo difícil de encontrar actualmente. Por eso todavía no estoy casado, existen ya muy pocas mujeres que sean verdaderamente musulmanas. —Declaró el riquísimo empresario que llevaba años tratando con la familia de Nader y con el cuál mantenía una estrecha relación desde la juventud. El atractivo empresario se había sentado en la mesa donde el ingeniero pretendía comer con su nueva secretaria en un lujoso restaurante en el centro de la ciudad de Riad. El amigo de Nader, que se dedicaba al sector de la joyería, solo había pasado un instante a saludarlo cuando lo vio llegar, pero al ver a Aisha se tomó un cierto tiempo para hablar con su amigo Nader, pero
Nader la miraba fijamente y Aisha se veía incapaz de subir la vista otra vez para mirarlo después de aquel choque entre sus miradas. Ella no entendía porque estaba tan molesto. No había hecho nada malo, solo ser educada y sonreírle a su amigo. La chica jugaba con sus dedos sobre su regazo buscando calmar sus nervios por tener aquellos ojos azules sobre ella, entonces escuchó como el camarero hizo un carraspeo para llamar la atención de Nader, que se había quedado ensimismado mirando a su protegida. —¿Señor Khalil? —lo llamó el chico esperando una respuesta, pero se puso tenso cuando Nader lo miró molesto. —¡Pero ¡¿qué estás haciendo ahí parado como si fueras una estatua?! —Nader regañó al camarero echando humo por las orejas, había perdido por completo la paciencia. —¡Ve a por mi cuenta que quiero irme de aquí en este exacto momento! El camarero, temblando de los pies a la cabeza, chocó con una silla al salir corriendo para buscar la cuenta del ingeniero, el pobre casi se dio de b
Aisha había pasado la mañana entera haciendo recados. Olaya se dedicaba a mantenerla lo más ocupaba posible para que estuviera alejada de Nader, pero a la joven secretaria el trabajo no le resultaba excesivamente pesado como pensaba la amante de su jefe. Lac chica estaba tan entretenida sentada en el escritorio pegado a la oficina de Nader, que no sintió la mirada de una visita indeseable sobre ella. Alguien que analizaba cada detalle de su humilde vestido y de la falta de joyas o alhajas que solían llevar otras mujeres en la empresa. Aisha con una gran sonrisa tomó en las manos la lista con todos los invitados para una gala benéfica que Nader iba a presidir en unos meses y se dio palmitas por haber logrado terminarla. Olaya le había encargado esa tarea segura de que la chica no lograría terminarla sin ayuda y menos a tiempo, pues no solamente era organizar la lista, sino que también debería llamar a cada uno y confirmar la presencia de todos los invitados. Orgullosa