Aisha había pasado la mañana entera haciendo recados. Olaya se dedicaba a mantenerla lo más ocupaba posible para que estuviera alejada de Nader, pero a la joven secretaria el trabajo no le resultaba excesivamente pesado como pensaba la amante de su jefe.
Lac chica estaba tan entretenida sentada en el escritorio pegado a la oficina de Nader, que no sintió la mirada de una visita indeseable sobre ella. Alguien que analizaba cada detalle de su humilde vestido y de la falta de joyas o alhajas que solían llevar otras mujeres en la empresa.Aisha con una gran sonrisa tomó en las manos la lista con todos los invitados para una gala benéfica que Nader iba a presidir en unos meses y se dio palmitas por haber logrado terminarla. Olaya le había encargado esa tarea segura de que la chica no lograría terminarla sin ayuda y menos a tiempo, pues no solamente era organizar la lista, sino que también debería llamar a cada uno y confirmar la presencia de todos los invitados.Orgullosa—No voy a casarme por obligación, mamá. —declaró exasperado. —Un matrimonio por contrato es lo último que deseo para mi vida. —Alá dice que el hombre no debe estar sol… —¡Por favor no metas a Dios en tus chantajes, madre! —bramó Nader molesto. —Sabemos perfectamente que Úrsula Khalil solo creé en ella misma. —Eso no es cierto, yo me convertí al Islam con todo mi corazón.—Ella intentó justificarse, pero su hijo no lo permitió. —Lo hiciste porque después de aceptar a Alá como tu único Dios recibirías una gran fortuna. — agregó Nader indignado con la hipocresía de su madre. —Ahora no vengas a utilizarlo para intentar manipularme, conmigo no vas a poder Úrsula. Úrsula se arrodilló delante de su hijo y tomó sus manos entre las suyas con los ojos aguados. —Yo solo quiero que seas un hombre de bien, que sigas los pasos de tu padre. Nader se inclinó y la miró fijamente a los ojos con una mirada impávida. —¿Quieres qué siga los pasos de mi padre, mamá…
Las manos agarradas fuertemente al lavabo para aplacar la ira de la fiera que intentaba liberarse, eso era lo que el ingeniero sentía, que iba a explotar de rabia de un momento a otro.Nader mantenía la cabeza gacha mientras escuchaba todo lo que su abogado le contaba sobre aquella situación que iba a terminar volviéndolo loco y eso sumando el supuesto accidente que su protegida había sufrido con una tetera.—No puedo aceptar esto Yousef, o mucho menos tolerar que ese hombre tenga algún derecho sobre Aisha. —gruñó Nader con la mandíbula tensa. —Ese maldito viejo está mintiendo, él quería aprovecharse de lo desamparada que Aisha estaba con su madre y sus hermanas para abusar de ellas. ¡Ese un jodido miserable! Ese acuerdo tiene que ser falso.—Lo he revisado una infinidad de veces, Nader, tengo delante a todo mi buffet trabajando en ese asunto como has ordenado. Si hubiera algún fallo o cualquier tipo de falsificación ya lo hubiéramos encontrado. El padre de Aisha firmó un contrato con
Nader iba de un lado a otro por el pasillo que daba a las habitaciones de invitados del gigantesco departamento, diseñado especialmente por él.El lugar era moderno, de colores neutros y la decoración estaba en su totalidad inspirada en la Amazonia. Habían muchas plantas, una cantidad increíble de luz natural y se sentía extremadamente acogedor. Era el pequeño paraíso del ingeniero. Un lugar suyo que de la noche a la mañana había empezado a compartir con otra persona.Nader tocó la puerta de una de las habitaciones pensando en la jovencita que estaba al otro lado, que seguramente estaría durmiendo plácidamente.Ya era un poco tarde, Nader había llamado a la puerta un par de veces. Entonces después de tanta insistencia sin obtener una respuesta, decidió entrar para despertar a la bella durmiente.Nader suspiró cuando la vio perdida entre las sábanas y las almohadas de la cómoda cama. Se veía tan delicada y su sueño era intranquilo, su pecho subía y bajaba frenéticamente.Lo que más lla
Su piel era tan suave, podía tocarla con cierta libertad y sentir aquel exquisito olor que se desprendía de ella subiendo por sus fosas nasales hasta nublar por completo su mente. Estaba excitado… Nader estaba realmente excitado.Aisha notó que lo que debería ser un inocente tratamiento para curar sus quemaduras, pasaron a ser caricias muy suaves que comenzaron a despertar un extraño cosquilleo en su vientre.La respiración de Nader estaba cada vez más pesada y muy cerca de su cuello. Su piel se erizó cuando al escuchar un gruñido casi inaudible salir de la garganta del hombre que tocaba su hombro como si se tratase de una flor, seduciéndola a un camino que los llevaría a la lujuria.Sus dedos comenzaron a jugar sobre la piel de
No hay nada más frustrante para un hombre que tener una necesitad desesperante de sexo, tener la oportunidad de descargar toda esa tensión acumulada y que su cuerpo lo prive de aliviarse como tanto desea.Nader notaba todo su cuerpo caliente, estaba sudando totalmente desnudo sentado en la cama de su amante. Sentía que le costaba respirar y que la cabeza le iba a explotar de un momento a otro. Tenía el rostro escondido entre las manos y una frustración que iba a volverlo loco.El ingeniero había decidido buscar a su amante mientras esperaba las imágenes de las cámaras de seguridad de la empresa que le iban a enviar. Salió de su casa con una erección bestial y más excitado que nunca. Después de ese momento tan íntimo en la habitación con Aisha, su miemb
La empleada que esperaba por la jequesa en la puerta del palacete de la familia Khalil, tenía el corazón en la boca y los nervios a flor de piel.Úrsula llegó a su residencia agarrada del brazo de su chofer. Un joven veinte años menor que ella.Ellos compartían risas, caricias y miradas muy íntimas. Un comportamiento inadecuado para la dueña de la casa con un humilde empleado muerto de hambre.—Señora… señora… —murmuró la empleada corriendo detrás de su jefa. —¡Señora, por favor, escúcheme hay algo que debe saber…!—¡Cállate Zeyneb!—ordenó Úrsula con autoridad. —Sabes que no soporto escuchar la voz de los empleados en mi palacio. Me da asco o
Úrsula no podía creerse lo que estaba escuchando de su propio hijo. Nader se atrevía a castigarla. Eso era algo que ella no podía aceptar. —Solo recuerdas tu título para venir aquí y humillarme, pero al lado de Karim Al Thani te olvidas de que estás en la misma posición que él. —reprochó Úrsula. —Sirves al heredero de la familia Al Thani como si fueras un maldito plebeyo, ignorando el hecho de que vuestros padres son primos y que tienes los mismos derechos que él. También formas parte de la dinastía más antigua de los Emiratos Árabes, Nader. Eres un hombre poderoso y no sabes cómo utilizar ese poder; el privilegio que te di al traerte al mundo como un Khalil.—Estoy dispuesto a utilizar ese poder para proteger a Aisha de ti y de cualquiera que intente hacerle daño a ella o a su familia. —gruñó Nader dejando a su madre impactada.—Esa sirv…esa niña no es como nosotros, ella no acepta su lugar y está intentando manipularte para cambiar su estatus. —soltó Úrsula y Nader sentía que le re
Nader miraba el suelo de la consulta de su médico buscando donde perdió su dignidad. Cerró despacio los botones de su camisa pensando que estaba viviendo la mayor pesadilla de un hombre. —La impotencia a veces también se debe al estrés, Nader. —dijo el doctor intentando tranquilizar a su paciente, pero Nader sentía que la palabra “impotencia” entraba por sus oídos como un cuchillo de sierra. —Si quieres puedo solicitar otros exámenes, pero no te voy a recomendar ninguna medicación. No creo que te haga falta. Eres un hombre joven y estás en perfectas condiciones. Creo que solo necesitas despejar un poco la cabeza, olvidar los problemas y tu amigo volverá a funcionar con la misma energía de antes. Nader resopló con fastidio, por supuesto que su fiel compañero se levantaba cada noche cuando se metía en la ducha y lo hacía cada vez que pensaba en el ángel que dormía en la habitación de al lado. Pero el ingeniero llevaba días saltando de cama en cama, buscando encontrar una liberación pa