La sorpresa que Nader tenía para su secretaria era hermosa. En el departamento del ingeniero Aisha se llevó la feliz sorpresa de encontrar a su madre y a sus hermanas esperando por ella.Nader observó como su niña abrazaba a sus hermanas, preguntaba con insistencia cómo estaban y si la habían extrañado. La madre de Aisha por su lado era una mujer muy seria, era evidente que perder a su esposo la había afectado. Esa trágica pérdida le había robado su brillo y apenas vivía para cuidar de sus hijas.Por otro lado, Aisha se desvivía por sus hermanas pequeñas. Kalah era la más callada, pero en cambio Melisa era una niña que desprendía energía por donde pasaba, tenía un talento especial para hacer que Nader se sintiera incómodo.El ingeniero intentaba comer junto con las cuatro mujeres, pero sentía que alguien lo observaba fijamente y sin disimular su curiosidad.-¿Necesitas algo Meli? -preguntó Nader cuando Aisha y su madre decidieron levantarse para ayudar a Zeyneb, a pesar de sus protest
Sobrevolando aquella gigantesca estructura de metal, en medio de las aguas del Golfo Pérsico, Aisha asomó la cabeza por la ventana para verlo en todo su esplendor desde el helicóptero. Nader cumplió con su palabra y no soltó su mano en ningún momento durante el corto viaje que hicieron hasta la plataforma petrolífera que sería la mayor del mundo.-El mar es tan grande.-dijo Aisha maravillada acercándose al borde de una de las plantas principales de la plataforma cuando se quedó a solas con Nader. En un breve momento casi se resbaló, pero su protector estaba ahí para cuidarla como un ángel de la guardia.Aisha soltó un respingo cuando Nader tiró de ella y la pegó a su cuerpo.-Cuidado Aisha, aquí no hay ninguna barandilla de seguridad por el momento, así que debes tener mucho cuidado mientras estemos aquí y si es posible quiero que estés lo más cerca de mí para poder cuidarte.-murmuró Nader mirándola embelesado y no se resistió a toca con la yema de su dedo pulgar su labio inferior. -
Nader sabía lo que suponía un matrimonio y deseaba a Aisha, pero no como para tomar la drástica decisión de unir su vida a la de ella así porque sí. Además, la chica soñaba con un matrimonio por amor y ese sería a penas para escapar de un acuerdo.Olaya escuchaba la conversación con un nudo en la garganta, si Nader decidía seguir el consejo de Yousef ella no solamente perdería todo por lo que había luchado, sino que Úrsula se encargaría de enviarla de vuelta al burdel de donde había salido, pero la respuesta de Nader la fue un alivio momentáneo para su corazón.-No puedo hacerlo Yousef, no puedo casarme con Aisha. —declaró Nader con sinceridad, ese era un sacrificio que él no podía hacer. -Es una buena chica Nader, es joven y seguramente será fértil. Es perfecta para ser tu esposa y la madre de tus hijos. -opinó Yousef sin entender porque su amigo seguía reluctante a casarse. -Quieres ayudarla y esta es la salida más fácil para hacerlo y encima asegurar la descendencia de la familia
Una mala mujer cegada por los celos y cargada de envidia puede llegar a ser capaz de cometer la peor de las atrocidades con tal de preservar todo aquello por lo que había luchado.Para Olaya lo más importante era asegurar su lugar al lado del hombre con el que había soñado toda la vida, y si se veía obligada a matar para conservarlo, entonces lo haría sin dudar.-¡Quita tus manos de encima de mí! No tienes ningún derecho a tocarme. —vociferó Aisha forcejeando con Olaya que estaba en cólera. —¡Estás completamente loca Olaya, detente antes de que hagas algo de lo que puedas arrepentirte!Aisha tenía el corazón en la garganta viendo la caída de la plataforma por donde la amante de su protector pensaba arrojarla.—¡Me arrepiento de no haberte matado el mismo día que te cruzaste en mi camino para quitarme a mi hombre! —replicó Olaya utilizando toda su fuerza para empujar a Aisha directo al océano, pero la chica se resistía. —¡Nader es mío maldita sirvienta muerta de hambre! —Aisha gritó cu
-Nader… -murmuró Olaya con la voz muy débil estirando la mano para llamarlo. -¿Nader estás aquí?Nader se acercó a la cama, pero no agarró la mano de Olaya como ella deseaba, apenas la miró con pena y con cierto recelo pensando en lo que podía haber ocurrido en la plataforma.-¿Cómo te encuentras, Olaya? -preguntó con un tono frío y Olaya hizo una mueca por el dolor que sentía.-Me duele todo el cuerpo, siento que me cuesta respirar y mi garganta está seca. -contestó Olaya forzando una mirada inocente para darle más pena y de pronto a su memoria volvió al recuerdo de como Nader salvó a Aisha antes que a ella. De pronto sus celos volvieron a aflorarse y ella soltó su veneno. -Esa sirvienta…esa mujer no debe estar en tu vida…no puedes permitir que si…siga a …tu lado. Ella…ella es peligrosa y yo…solo intentaba apartarla de…de ti…-¿Eso fue lo qué ocurrió en la plataforma? -la interrogó Nader frunciendo el ceño. - ¿Intentaste sacarla de mi vida arrojándola a varios metros de altura sobre
Un par de días después Nader salió de su departamento a toda velocidad, después de levantarse entusiasmado con intención de despertar a su niña y tomar el desayuno juntosLas calles de Riad era un verdadero caos. El tránsito era una locura, pero eso no fue suficiente para detener al ingeniero que manejó su auto hasta la empresa donde Zeyneb dijo que estaría Aisha.Nada más llegar Nader la encontró realizando sus tareas dentro de la oficina.Nader se detuvo unos minutos en la puerta para verla trabajar.Aisha organizaba los planos que Nader había diseñado con mucho cuidado para una de sus reuniones, luego colocó su mesa de forma ordenada para facilitar su trabajo.El ingeniero no podía negar que le admiraba ver como ella ponía tanto empeño en todo lo que hacía, siempre dando lo mejor de ella sin importar en que puesto laboral se encontraba. Lo que más llamaba su atención era recordar los días difíciles que había tenido después de lo que Olaya le hizo. En tanto él, había mandado sacar t
Nader apoyó las manos en la barandilla de la azotea de la empresa desde donde podía ver toda la ciudad.Él pensó en todo lo que conllevaba faltar a la Conferencia. Para Nader no se trataba solamente de ser bueno en su trabajo, él quería ser el mejor y había trabajado incansablemente por ese reconocimiento, pero Aisha era más importante que sumar una estrella más en su vida laboral. Él no podía dejarla, tampoco podía obligarla a ir por lo que ese viaje significaría para ellaEntonces, después de darle muchas vueltas, Nader sacó su teléfono móvil y llamó a la única persona que podía sustituirle en un evento tan importante.El teléfono sonó unas cuantas veces, algo que al ingeniero le resultó extraño, pues la persona a la que llamaba solía contestar de inmediato.—¡Hola primito! —La voz al otro lado sonó alegre, pero también se notaba inquieta y la respiración del hombre se escuchaba acelerada.—¿Leo te encuentras bien? —preguntó Nader preocupado.—Va todo de maravilla, primo. Solo estoy
—¡CUIDADO!Aisha se llevó un susto cuando un muchacho en francés, encima de una motocicleta que iba a toda velocidad, gritó y Nader tiró de ella para pasarla al otro lado de la acera.—¿Estás bien? —preguntó Nader preocupado y Aisha se encogió cubriendo su cabeza con el velo un poco más, como si intentará refugiarse dentro de la prenda.—Esto es una locura, las personas están locas y las mujeres… bueno, ellas… ellas. —Aisha tartamudeó escandalizada viendo como un grupo de chicas iban vestidas en biquini. Entonces susurró más cerca del oído de Nader. —Esas mujeres van desnudas señor Khalil. ¡Son la llama del infierno! ¡Haram!Nader soltó una carcajada y la ayudó a ajustar su velo.—No están desnudas Aisha, llevan el biquini puesto. —se rio Nader mirándola con ternura.Aisha miró a las chicas que se alejaban en dirección a la playa y frunció el ceño. Ella había viajado a Estados Unidos una vez, y se había escandalizado con lo que sus ojos vieron, pero Mónaco resultaba ser exponencialmen