-Nader… -murmuró Olaya con la voz muy débil estirando la mano para llamarlo. -¿Nader estás aquí?Nader se acercó a la cama, pero no agarró la mano de Olaya como ella deseaba, apenas la miró con pena y con cierto recelo pensando en lo que podía haber ocurrido en la plataforma.-¿Cómo te encuentras, Olaya? -preguntó con un tono frío y Olaya hizo una mueca por el dolor que sentía.-Me duele todo el cuerpo, siento que me cuesta respirar y mi garganta está seca. -contestó Olaya forzando una mirada inocente para darle más pena y de pronto a su memoria volvió al recuerdo de como Nader salvó a Aisha antes que a ella. De pronto sus celos volvieron a aflorarse y ella soltó su veneno. -Esa sirvienta…esa mujer no debe estar en tu vida…no puedes permitir que si…siga a …tu lado. Ella…ella es peligrosa y yo…solo intentaba apartarla de…de ti…-¿Eso fue lo qué ocurrió en la plataforma? -la interrogó Nader frunciendo el ceño. - ¿Intentaste sacarla de mi vida arrojándola a varios metros de altura sobre
Un par de días después Nader salió de su departamento a toda velocidad, después de levantarse entusiasmado con intención de despertar a su niña y tomar el desayuno juntosLas calles de Riad era un verdadero caos. El tránsito era una locura, pero eso no fue suficiente para detener al ingeniero que manejó su auto hasta la empresa donde Zeyneb dijo que estaría Aisha.Nada más llegar Nader la encontró realizando sus tareas dentro de la oficina.Nader se detuvo unos minutos en la puerta para verla trabajar.Aisha organizaba los planos que Nader había diseñado con mucho cuidado para una de sus reuniones, luego colocó su mesa de forma ordenada para facilitar su trabajo.El ingeniero no podía negar que le admiraba ver como ella ponía tanto empeño en todo lo que hacía, siempre dando lo mejor de ella sin importar en que puesto laboral se encontraba. Lo que más llamaba su atención era recordar los días difíciles que había tenido después de lo que Olaya le hizo. En tanto él, había mandado sacar t
Nader apoyó las manos en la barandilla de la azotea de la empresa desde donde podía ver toda la ciudad.Él pensó en todo lo que conllevaba faltar a la Conferencia. Para Nader no se trataba solamente de ser bueno en su trabajo, él quería ser el mejor y había trabajado incansablemente por ese reconocimiento, pero Aisha era más importante que sumar una estrella más en su vida laboral. Él no podía dejarla, tampoco podía obligarla a ir por lo que ese viaje significaría para ellaEntonces, después de darle muchas vueltas, Nader sacó su teléfono móvil y llamó a la única persona que podía sustituirle en un evento tan importante.El teléfono sonó unas cuantas veces, algo que al ingeniero le resultó extraño, pues la persona a la que llamaba solía contestar de inmediato.—¡Hola primito! —La voz al otro lado sonó alegre, pero también se notaba inquieta y la respiración del hombre se escuchaba acelerada.—¿Leo te encuentras bien? —preguntó Nader preocupado.—Va todo de maravilla, primo. Solo estoy
—¡CUIDADO!Aisha se llevó un susto cuando un muchacho en francés, encima de una motocicleta que iba a toda velocidad, gritó y Nader tiró de ella para pasarla al otro lado de la acera.—¿Estás bien? —preguntó Nader preocupado y Aisha se encogió cubriendo su cabeza con el velo un poco más, como si intentará refugiarse dentro de la prenda.—Esto es una locura, las personas están locas y las mujeres… bueno, ellas… ellas. —Aisha tartamudeó escandalizada viendo como un grupo de chicas iban vestidas en biquini. Entonces susurró más cerca del oído de Nader. —Esas mujeres van desnudas señor Khalil. ¡Son la llama del infierno! ¡Haram!Nader soltó una carcajada y la ayudó a ajustar su velo.—No están desnudas Aisha, llevan el biquini puesto. —se rio Nader mirándola con ternura.Aisha miró a las chicas que se alejaban en dirección a la playa y frunció el ceño. Ella había viajado a Estados Unidos una vez, y se había escandalizado con lo que sus ojos vieron, pero Mónaco resultaba ser exponencialmen
Ambos, tanto Aisha como Nader sintieron un mal sabor de boca por esa infeliz respuesta del ingeniero, pero Aline removió cosas en el interior de Nader que él no pudo obviar. También se sentía un cobarde por haberla abandonado prácticamente en el altar sin decirle nada, sin darle una explicación razonable para su abrupta decisión y por evitarla durante años, de la misma manera que ella lo hizo por tener el corazón roto.Aline sonrió segura de que tenía el camino libre. Nader la abandonó cuando era una jovencita que no sabía utilizar sus armas, pero todo había cambiado y había ido a ese viaje con la única intención de recuperar su billete premiado, Nader Khalil.—Pues entonces, a tu secretaria no le importará que robe unos segundos de tu tiempo para ponernos al día. —se aventuró Aline deseando estar a solas con Nader.Desde que Nader la dejó sola, con una mano delante y otra detrás, Aline no volvió a encontrar otro hombre que la llenara, tanto sexual como económicamente, de la misma for
Aisha se encontraba anonadada con esa lluvia de atención repentina viniendo de su protector y de un hombre que no tenía papas en la lengua.Nader no volvió a soltar su brazo, ignorando sus protestas, pues el león que la acechaba estaba cada vez más cerca y no tenía intención de marcharse.Leo no terminaba de entender en que instante el lado protector de Nader había despertado. Su primo siempre había sido el típico hombre que miraba a las mujeres como si fueran objeto y no era para más, ya que eso le había enseñado su maravillosa madre. Pero con Aisha ocurría algo diferente, aunque estaba claro que no tenían ninguna relación íntima con la muchacha.De todas formas, a Leo le costaba centrar su atención e interpretar la actitud de su primo, pues la belleza tan exquisita de Aisha lo había hipnotizado. Nubló su juicio y asesinó sus neuronas. Ya no era una persona normal, apenas era un hombre que podía vivir para descubrir los misterios de aquella adorable chica.Aisha miraba de reojo como
Aisha tuvo que correr para seguir el ritmo de Nader, que no paró hasta que llegaron al hotel donde estarían hospedados en Montecarlo.—¡Más despacio, por favor señor Khalil, más despacio! —suplicó Aisha casi sin aire. Nader iba a toda velocidad como si estuviera huyendo de alguien. —Si sigue así terminaré cayéndome, señor Khalil.—¡A mí que soy tu protector me dices “señor”, pero con un hombre que conoces de unas horas ya lo estabas tratando con toda la confianza! —rugió Nader exasperado sin dejar de caminar y Aisha tropezó. Cansado, furioso y loco por encerrarla en una habitación Nader la subió a su hombro. Así, como un troglodita la cargó hasta la Suite Presidencial.—¡Está usted loco! —chilló Aisha golpeando su espalda. —Yo apenas hice lo que me pidió su primo. No le di ni una confianza.—¡Pues no es lo que me ha parecido Aisha, te he visto sonreír con él como si fueras una adolescente enamorada! —bramó Nader sin poder tragarse los celos, y cuando una pareja pasó al lado de ellos e
La idea de mirar su protegida a los ojos, de acercarse a ella después de todo lo que deseó hacerle mientras la escuchaba bañarse, era bochornosa. Nader estaba avergonzado. Se consideraba un verdadero depravado por haber fantaseado con robarle la virginidad a Aisha. Lo peor era asumir que lo había gozado como nunca, y que durante la noche volvió a caer en la tentación de una segunda masturbación porque la primera no había sido suficiente.Por ese motivo, a la mañana siguiente el ingeniero tomó una bolígrafo, un folio en blanco y escribió una nota.“Me siento avergonzado por mi actitud anoche. No quería hacerte daño, mucho menos faltarte al respeto con mis palabras. Solo intento protegerte, mi niña. Por favor te pido que te mantengas alejada de Leo. Es una buena persona, pero lleva muchos años sin saber relacionarse con el resto del mundo. Nos vemos en la gala esta noche, cualquier cosa que necesites el personal del hotel está a tu disposición.”Att: Nader Khalil. Cuando Aisha leyó la