Nader sabía lo que suponía un matrimonio y deseaba a Aisha, pero no como para tomar la drástica decisión de unir su vida a la de ella así porque sí. Además, la chica soñaba con un matrimonio por amor y ese sería a penas para escapar de un acuerdo.Olaya escuchaba la conversación con un nudo en la garganta, si Nader decidía seguir el consejo de Yousef ella no solamente perdería todo por lo que había luchado, sino que Úrsula se encargaría de enviarla de vuelta al burdel de donde había salido, pero la respuesta de Nader la fue un alivio momentáneo para su corazón.-No puedo hacerlo Yousef, no puedo casarme con Aisha. —declaró Nader con sinceridad, ese era un sacrificio que él no podía hacer. -Es una buena chica Nader, es joven y seguramente será fértil. Es perfecta para ser tu esposa y la madre de tus hijos. -opinó Yousef sin entender porque su amigo seguía reluctante a casarse. -Quieres ayudarla y esta es la salida más fácil para hacerlo y encima asegurar la descendencia de la familia
Una mala mujer cegada por los celos y cargada de envidia puede llegar a ser capaz de cometer la peor de las atrocidades con tal de preservar todo aquello por lo que había luchado.Para Olaya lo más importante era asegurar su lugar al lado del hombre con el que había soñado toda la vida, y si se veía obligada a matar para conservarlo, entonces lo haría sin dudar.-¡Quita tus manos de encima de mí! No tienes ningún derecho a tocarme. —vociferó Aisha forcejeando con Olaya que estaba en cólera. —¡Estás completamente loca Olaya, detente antes de que hagas algo de lo que puedas arrepentirte!Aisha tenía el corazón en la garganta viendo la caída de la plataforma por donde la amante de su protector pensaba arrojarla.—¡Me arrepiento de no haberte matado el mismo día que te cruzaste en mi camino para quitarme a mi hombre! —replicó Olaya utilizando toda su fuerza para empujar a Aisha directo al océano, pero la chica se resistía. —¡Nader es mío maldita sirvienta muerta de hambre! —Aisha gritó cu
-Nader… -murmuró Olaya con la voz muy débil estirando la mano para llamarlo. -¿Nader estás aquí?Nader se acercó a la cama, pero no agarró la mano de Olaya como ella deseaba, apenas la miró con pena y con cierto recelo pensando en lo que podía haber ocurrido en la plataforma.-¿Cómo te encuentras, Olaya? -preguntó con un tono frío y Olaya hizo una mueca por el dolor que sentía.-Me duele todo el cuerpo, siento que me cuesta respirar y mi garganta está seca. -contestó Olaya forzando una mirada inocente para darle más pena y de pronto a su memoria volvió al recuerdo de como Nader salvó a Aisha antes que a ella. De pronto sus celos volvieron a aflorarse y ella soltó su veneno. -Esa sirvienta…esa mujer no debe estar en tu vida…no puedes permitir que si…siga a …tu lado. Ella…ella es peligrosa y yo…solo intentaba apartarla de…de ti…-¿Eso fue lo qué ocurrió en la plataforma? -la interrogó Nader frunciendo el ceño. - ¿Intentaste sacarla de mi vida arrojándola a varios metros de altura sobre
Un par de días después Nader salió de su departamento a toda velocidad, después de levantarse entusiasmado con intención de despertar a su niña y tomar el desayuno juntosLas calles de Riad era un verdadero caos. El tránsito era una locura, pero eso no fue suficiente para detener al ingeniero que manejó su auto hasta la empresa donde Zeyneb dijo que estaría Aisha.Nada más llegar Nader la encontró realizando sus tareas dentro de la oficina.Nader se detuvo unos minutos en la puerta para verla trabajar.Aisha organizaba los planos que Nader había diseñado con mucho cuidado para una de sus reuniones, luego colocó su mesa de forma ordenada para facilitar su trabajo.El ingeniero no podía negar que le admiraba ver como ella ponía tanto empeño en todo lo que hacía, siempre dando lo mejor de ella sin importar en que puesto laboral se encontraba. Lo que más llamaba su atención era recordar los días difíciles que había tenido después de lo que Olaya le hizo. En tanto él, había mandado sacar t
Nader apoyó las manos en la barandilla de la azotea de la empresa desde donde podía ver toda la ciudad.Él pensó en todo lo que conllevaba faltar a la Conferencia. Para Nader no se trataba solamente de ser bueno en su trabajo, él quería ser el mejor y había trabajado incansablemente por ese reconocimiento, pero Aisha era más importante que sumar una estrella más en su vida laboral. Él no podía dejarla, tampoco podía obligarla a ir por lo que ese viaje significaría para ellaEntonces, después de darle muchas vueltas, Nader sacó su teléfono móvil y llamó a la única persona que podía sustituirle en un evento tan importante.El teléfono sonó unas cuantas veces, algo que al ingeniero le resultó extraño, pues la persona a la que llamaba solía contestar de inmediato.—¡Hola primito! —La voz al otro lado sonó alegre, pero también se notaba inquieta y la respiración del hombre se escuchaba acelerada.—¿Leo te encuentras bien? —preguntó Nader preocupado.—Va todo de maravilla, primo. Solo estoy
—¡CUIDADO!Aisha se llevó un susto cuando un muchacho en francés, encima de una motocicleta que iba a toda velocidad, gritó y Nader tiró de ella para pasarla al otro lado de la acera.—¿Estás bien? —preguntó Nader preocupado y Aisha se encogió cubriendo su cabeza con el velo un poco más, como si intentará refugiarse dentro de la prenda.—Esto es una locura, las personas están locas y las mujeres… bueno, ellas… ellas. —Aisha tartamudeó escandalizada viendo como un grupo de chicas iban vestidas en biquini. Entonces susurró más cerca del oído de Nader. —Esas mujeres van desnudas señor Khalil. ¡Son la llama del infierno! ¡Haram!Nader soltó una carcajada y la ayudó a ajustar su velo.—No están desnudas Aisha, llevan el biquini puesto. —se rio Nader mirándola con ternura.Aisha miró a las chicas que se alejaban en dirección a la playa y frunció el ceño. Ella había viajado a Estados Unidos una vez, y se había escandalizado con lo que sus ojos vieron, pero Mónaco resultaba ser exponencialmen
Ambos, tanto Aisha como Nader sintieron un mal sabor de boca por esa infeliz respuesta del ingeniero, pero Aline removió cosas en el interior de Nader que él no pudo obviar. También se sentía un cobarde por haberla abandonado prácticamente en el altar sin decirle nada, sin darle una explicación razonable para su abrupta decisión y por evitarla durante años, de la misma manera que ella lo hizo por tener el corazón roto.Aline sonrió segura de que tenía el camino libre. Nader la abandonó cuando era una jovencita que no sabía utilizar sus armas, pero todo había cambiado y había ido a ese viaje con la única intención de recuperar su billete premiado, Nader Khalil.—Pues entonces, a tu secretaria no le importará que robe unos segundos de tu tiempo para ponernos al día. —se aventuró Aline deseando estar a solas con Nader.Desde que Nader la dejó sola, con una mano delante y otra detrás, Aline no volvió a encontrar otro hombre que la llenara, tanto sexual como económicamente, de la misma for
Aisha se encontraba anonadada con esa lluvia de atención repentina viniendo de su protector y de un hombre que no tenía papas en la lengua.Nader no volvió a soltar su brazo, ignorando sus protestas, pues el león que la acechaba estaba cada vez más cerca y no tenía intención de marcharse.Leo no terminaba de entender en que instante el lado protector de Nader había despertado. Su primo siempre había sido el típico hombre que miraba a las mujeres como si fueran objeto y no era para más, ya que eso le había enseñado su maravillosa madre. Pero con Aisha ocurría algo diferente, aunque estaba claro que no tenían ninguna relación íntima con la muchacha.De todas formas, a Leo le costaba centrar su atención e interpretar la actitud de su primo, pues la belleza tan exquisita de Aisha lo había hipnotizado. Nubló su juicio y asesinó sus neuronas. Ya no era una persona normal, apenas era un hombre que podía vivir para descubrir los misterios de aquella adorable chica.Aisha miraba de reojo como