[MATT]
No puedo creer lo que estoy haciendo. Me estoy escapando de un grupo de paparazzis que me han estado siguiendo desde hace treinta minutos después de haberme tomado fotos con algunos fans, y también de haberles respondido a algunas pocas preguntas. A una de ellas periodistas, la conozco muy bien, no importa lo que haga me seguirá, y honestamente no quiero que me sigan preguntando acerca de lo que pasó con Marina, ya estoy harto de dar la cara por ese asunto y mucho más de quedar como el idiota de la historia. Camino lo más rápido que puedo hasta que veo un bar repleto de gente y decido meterme allí. Miro hacia atrás y el grupo de paparazzis, también entran. Camino entre la gente a toda prisa y me percato que la puerta retráctil de la barra está abierta. Rápidamente paso al otro lado y me quedo sentado en el suelo esperando que ellos no me vean y así poder irme de aquí. Estoy quieto en mi lugar cuando alguien me lleva por delante.
—¿Tú?— me pregunta una voz femenina.
Levanto la vista para ver quién es y, lentamente, me voy encontrando con unas piernas perfectamente ejercitadas que visten unas botas y una falda del mismo color. Al ir levantando mi mirada me doy cuenta del corsé que lleva puesto el cual delinea su cintura de una manera extremadamente sensual. Finalmente me encuentro con su rostro cabello color castaño pasando sus pechos, tez color caramelo, labios gruesos que invitan a todo, y unos ojos color mar que te hacen sentir perdido en su profundidad.
—¿Qué haces tú detrás de mi barra?— Pregunta sorprendida y solo puedo llevar mi dedo índice a mis labios para pedirle que guarde silencio.
Me observa un poco confundida pero, después, sigue con su tarea y busca una de las botellas que está justo detrás del estante donde estoy agachado. La observo desenvolverse en la preparación del trago mientras que no dejo de pensar en lo idiota que debo verme aquí escondiéndome. Cuando ella termina de preparar el trago, se agacha enfrente de mí y me mira entrecerrando sus ojos.
—¿Qué hiciste qué te escondes aquí? Por favor dime que no has matado a nadie.— Dice con una media sonrisa.
«Bueno, al menos tiene sentido del humor; supongo que eso es bueno», pienso para mis adentros.
—No, claro que no. Es una larga historia, pero para resumirla tengo un grupo de paparazzis que no dejan de seguirme.— Explico.
—¿Paparazzis acosadores? Eso es peligroso— me dice, para luego reír levemente.
«Se que se está burlando de mí, pero honestamente no me molesta mucho».
—Sé que parezco un idiota aquí escondido, pero tengo mis motivos. Ayúdame a salir de aquí sin que me vean por favor.— Le pido.
—¿Cómo son ellos?— Averigua.
—Son cinco, con cámaras, chalecos y una insistente actitud de fotografiar cada movimiento que hago— comento.
Ella no me dice absolutamente nada, y se pone de pie con una botella en su mano y vuelve a mirarme. De un momento a otro, deja caer la tapa de una de las botellas y vuelve a agacharse a mi lado —Te tengo malas noticias... están del otro lado de la barra esperando por un trago.— Anuncia.
—¡¿Y ahora que hago!?— Exclamo en un susurro.
—¿Ves aquella puerta?— Me pregunta señalando una que está al otro final de la barra.
—Si...— Contesto.
—Es el depósito. Ve allí, y yo voy a abrirte en un instante. Cuando vayas, verás a un chico moreno, se llama Leo. Dile que venga—Me explica.
—¡Gracias, eres increíble! — expreso en verdad aliviado.
—De nada, pero esto no te saldrá gratis— me condiciona para luego sonreír.
—¿Cómo que no?
—No, me tendrás que dar un autógrafo.— Responde entre risas y se pone de pie nuevamente.
La miro nuevamente y debo dejar de hacerlo, ya que su falda es muy corta. «¡Matt concéntrate!» Me grita mi subconsciente y lentamente pegado a la barra voy caminando de rodillas hasta la puerta y entro al depósito. Varias veces he estado en situaciones extrañas desde que salté a la fama, pero el nivel de ridiculez al que he llegado hoy, es de otro mundo.
Busco entre los pasillos de las estanterías al hombre que ella mencionó, hasta que lo veo sacando unas botellas de una de las cajas. Al verme él se sorprende también —¡¿Qué haces tú aquí?!
—Tuve un percance y la chica de la barra me ha dicho que me resguarde aquí y me dijo que fueras.—Le explico.
—¿Gianna te ha dicho eso?— Pregunta.
«Con que nombre es Gianna...»
—Si, la de pelo castaño y ojos azules... supongo que es ella.— Hablo.
—Si, es ella; iré a ver qué pasa—dice y sin despedirse toma las botellas y sale.
«Supongo que este hombre debe de estar pensando que estoy loco...» Pienso mientras me siento en una de las sillas que hay aquí y espero pacientemente hasta que finalmente ella entra al depósito.
—Bueno, antes de que te deje en libertad, mi autógrafo— me lo pide entre risas y me da la portada de mi disco y un bolígrafo.
—¿Tienes mi disco en tu lugar de trabajo?— Pregunto algo sorprendido.
Ella solo se ríe de mis palabras. —Créeme que paso más horas aquí que en mi casa — Se defiende.
—Vale, ese es un buen punto... Gianna, ¿no?— Pregunto antes de firmar.
—Si, ¿Cómo sabes?
—Tu compañero de trabajo me dijo—Le explico.
—Bueno, gracias— me dice cuando le doy el disco firmado. —¿Es mucha molestia una foto? Prometo que no diré que te estabas escondiendo. — Comenta entre risas.
—No puedo negarme, me has ayudado mucho hoy.— Digo y nos acomodamos para la foto.
—¡Gracias Matt!—expresa.
—Un placer...Gracias a ti nuevamente.
—El placer es mío, cuando necesites esconderte ya sabes, este es tu lugar—bromea, o no, para después guiñar un ojo haciéndome reír.
Ella camina hacia la puerta de salida y la abre —Gracias nuevamente, y prometo venir por un trago otra noche.— Le digo y me despido de ella con dos besos.
—Es tu bar cuando quieras venir.—
—Te tomaré la palabra—le prometo y salgo del lugar para finalmente poder ir a mi casa.
[GIANNA]Aun no me creo que Matt Ferrer haya estado escondido detrás de mi barra. No me ha explicado porque se escondía de esos paparazzis, pero supongo que sus motivos tendría, al menos que sea así con toda la prensa... eso sí que me decepcionaría ya que realmente me gusta mucho su música. Termino de acomodar todo y ya me puedo ir a mi piso. En momentos como este es cuando aprecio mucho vivir en el edificio que está justo enfrente del bar. Cierro la puerta del bar y caminó hasta mi piso mientras observo la foto que me he tomado con Matt, sí que es guapo y mucho. Mientras subo al elevador, abro la aplicación de Instagram y subo la foto etiquetando a Matt, sin poner el sitio donde se ha tomado la foto; lo que menos quiero es buscarle problemas. Abro la puerta de mi piso y me voy desvistiendo mientras camino al baño para darme una ducha. Estoy agotada, ya está amaneciendo y yo recién me estoy yendo a dormir, pero esta es mi vida. Me ducho rápidamente y con la misma velocidad me meto e
[MATT]—Tío Matt, tu móvil.— Dice Clara.Quito mi móvil del bolsillo de mi pantalón y al ver que es un mensaje de ella no puedo evitar sonreír."Ha sido un gusto poder ayudarte. Ya sabes, cuando necesites esconderte cuenta con mi bar (Soy la co-propietaria, así que no me has metido en problemas con mi jefe) Gracias por el cumplido hacia mis ojos.Un beso."¿Un cumplido hacia sus ojos? Se ha quedado corta, en realidad yo me he quedado corto, pero creo que haberle dicho que toda ella me ha parecido una escultura es algo fuera de lugar en este momento. ¿Así que es copropietaria del bar? Ese es un dato bastante interesante...—¡Tito!— Me grita Claudia regresandome a la realidad.—Discúlpame princesa, ¿Qué decías?— Cuestiono. —Que si podemos ir a tomar un helado allí.— Dice señalando la heladería que hay en la calle de enfrente.—Claro que sí, vamos.— Les digo sonriente. Cruzamos la calle y al entrar la mujer que nos atiende me reconoce, lo que me da un poco de gracia a causa de su reacc
[MATT]La observo haciendo tragos e interactuando con los clientes que están de este lado de la barra y me doy cuenta que muchos de ellos están aquí por la misma razón que yo, ella. Es hermosa y además de eso, su sonrisa ilumina todo con esa alegría que transmite.—Estabas aquí.— Me interrumpe una voz que tan bien conozco.—Hasta que al fin llegas.— Le digo a Manuel saludándolo.Él me mira regañandome y sé que tiene razón, le dije de venir aquí hace menos de una hora. –Si me avisaras con más tiempo...— Se queja. —Siento mucho haber cambiado de planes, pero tengo mis motivos para estar aquí.— Respondo sonriente y bebo otro sorbo del exquisito trago que me ha hecho Gianna.—¿Y cuáles son esos motivos?— Pregunta con mucha curiosidad.—Es uno solo y se acerca aquí.— Contestó sonriente.—Hola, ¿Te sirvo algo?— Le pregunta la mujer de ojos color mar que me está gustando más de la cuenta.—Gianna, te presento a mi amigo y músico Manuel—los presento.—Sé quien es, lo vi en uno de tus concier
[MATT] Estoy sentado en el sofá de su sala esperando mientras ella prepara el café; y no puedo dejar de observar a mí alrededor. Sofá blanco, que me recuerda a uno que tenía en mi habitación en mis inicios, mesa de vidrio, paredes y piso en color gris, pero con texturas diferentes y varios detalles que hacen que este lugar se vea increíble. Definitivamente tiene un gusto exquisito.—Me gusta tu piso.— Le digo lo suficientemente alto como para que me escuche desde la cocina que solo está dividida por una isla.—¡Gracias!— Me responde con una enorme sonrisa y luego se me queda mirando por un instante. —Sabes, me es difícil actuar normal contigo aquí en mi casa.— Me explica mientras coloca las tazas en una bandeja junto a unas tostadas y mermelada.Me pongo de pie para intentar ayudarle, pero ella niega con su cabeza y luego mira el sofá para hacerme saber que me siente. —¿Por qué dices que te es difícil actuar normal conmigo aquí?— Le pregunto con muchísima curiosidad.Coloca la bandej
[MATT] Estamos en medio de una conversación bastante interesante de cómo decidió trabajar en el bar y no en cualquier otra cosa, por ejemplo, en marketing ya que eso es lo que estudió. Al parecer su mente está puesta en otra cosa porque se queda en absoluto silencio.—Gianna,¿me escuchas?— Le pregunto y paso una de mis manos enfrente de ese rostro que parece hecho de porcelana y tanto me gustaría acariciar.—Si, perdón... ¿Qué me decías?— Pregunta confundida haciéndome sonreír.—¿Cansada? Quizás prefieras que me vaya y te deje descansar—propongo.Casi con vergüenza ella me mira y asiente. —Lo siento, estoy hecha un zombie— se disculpa. —Déjame decirte que eres la zombie más guapa que he visto y mira que miro muchas series de zombies—le aclaro, sonriente.—Te creo, he visto tu fanatismo por los zombies en Instagram—Me responde y ambos reímos como tontos.—Veo que me conoces más de lo que creía—le comento y sus mejillas se tornan coloradas. —Me gusta que sea así, porque eso quiere dec
Debo de estar absolutamente loca por haber aceptado no solo ir a cenar con Matt Ferrer, si no lo que me propuso de casarme con él. Esto ha sido casi como haber firmado un contrato a ser conquistada por él que con tan solo hablarte puede conseguir todo. No hay que ser una genio para darse cuenta que ese hombre de porte elegante, con cuerpo absolutamente tonificado, y una voz de ensueño, puede hacer que caiga rendida a él. Así que para enfrentar esto necesito las mejores ropas. Luego de maquillarme y peinarme, observo la montaña de ropa que hay sobre mi cama, y solo se me ocurre jugar con una minifalda a rayas blanca y negro con un top corto que combina bastante bien. Busco zapatos negros, un bolso que haga juego, y ya estoy lista. Así, justo como si nos hubiésemos puesto de acuerdo, el timbre de mi piso suena en el momento preciso que he terminado de ordenar el desastre de ropa que he hecho. Camino hacia la puerta con mis piernas temblando y me cuesta creer que esté t
Si las miradas me desnudaran, probablemente ya lo estaría y en su cama. Colocó el último trozo de tiramisú sobre el tenedor y lo llevo a mi boca bajo su atenta mirada. No sé cómo he podido cenar con él mirándome de esa manera, estoy demasiado nerviosa.—¿Me miraras así toda la noche?— Pregunto cuando termino con el tiramisú.Una media sonrisa se dibuja en su rostro mientras sostiene su barbilla con la mano del brazo que tiene apoyado sobre la mesa. —Me encantaría hacerlo...— Responde de una manera muy sensual.—Matt... por favor, ya ha sido suficiente aceptando ese trato.— Le pido.—¿No te gusta que te mire?— Me pregunta y vaya que sabe cómo ponerme nerviosa; cosa que es muy difícil de lograr en mí.—La manera que lo haces es muy incomodo— Admito. —¿Y cómo te estoy mirando según tú?——Como si me estuviera desnudando con la mirada.— Digo esta vez con firmeza y mis ojos clavados en los suyos mientras que ahí está él otra vez sonriente.Su cuerpo vuelve a inclinarse sobre la mesa para a
[MATT]Las huellas de sus labios son algo que no quisiera borrar nunca. Aún recuerdo esa dulce y experta manera de besar. Me pierdo en los recuerdos de todo lo que sucedió esta noche, y lo mucho que me ha costado dejarla en su casa y despedirme de ella con tan solo un simple y corto beso. Que no hubiera dado por quedarme besándola toda la noche, pero ella ha puesto un freno a todo y aun no entiendo porque. Sé que le gusto, me lo ha dejado saber, pero ¿Por qué tiene tantos recaudos conmigo después de haber incluso aceptado nuestro trato?Me tumbo agotado sobre mi cama y solo puedo cerrar los ojos y sentir sus labios en los míos, mis manos en su espalda, y las suyas en mi cuello enloqueciéndome. ¿Acaso es normal que me suceda todo esto por tan solo algunos besos? «¡Matt, pareces un adolecente!» Me reclama mi subconsciente mientras sonrió como todo un idiota al recordar esa sonrisa tan perfectamente seductora que ella tiene. Sin pensarlo dos veces, tomo mi móvil y le envió un mensaje.*