4. Te Espero

[MATT]

—Tío Matt, tu móvil.— Dice Clara.

Quito mi móvil del bolsillo de mi pantalón y al ver que es un mensaje de ella no puedo evitar sonreír.

"Ha sido un gusto poder ayudarte. Ya sabes, cuando necesites esconderte cuenta con mi bar (Soy la co-propietaria, así que no me has metido en problemas con mi jefe) Gracias por el cumplido hacia mis ojos.

Un beso."

¿Un cumplido hacia sus ojos? Se ha quedado corta, en realidad yo me he quedado corto, pero creo que haberle dicho que toda ella me ha parecido una escultura es algo fuera de lugar en este momento. ¿Así que es copropietaria del bar? Ese es un dato bastante interesante...

—¡Tito!— Me grita Claudia regresandome a la realidad.

—Discúlpame princesa, ¿Qué decías?— Cuestiono. 

—Que si podemos ir a tomar un helado allí.— Dice señalando la heladería que hay en la calle de enfrente.

—Claro que sí, vamos.— Les digo sonriente. 

Cruzamos la calle y al entrar la mujer que nos atiende me reconoce, lo que me da un poco de gracia a causa de su reacción. Después de darle un autógrafo y tomarnos una fotografía, ella nos atiende.

—Vengan niñas.— Les digo a mis sobrinas y cruzamos nuevamente la calle para ir a sentarnos a tomar el helado en la playa.

—¿Aquí tío?—

—Sí, aquí está bien— accedo. 

Mientras que ellas toman su helado, saco mi móvil nuevamente del bolsillo,  y respondo a su mensaje.

"Créeme que el gusto ha sido mío. ¿Así que eres la co-propietaria del bar? Nunca lo hubiese imaginado, pero me parece muy interesante. Lo de invitarte a un trago no tendría sentido, ¿no?"

Sonriendo como un idiota pulso el botón enviar y sigo conversando con mis sobrinas.

[GIANNA]

Esto es a lo que yo llamo una tarde tranquila, sofá, palomitas de maíz, y buenas películas. He visto esta película muchísimas veces y aun así, cada vez que la veo es inevitable que una lágrima no se derrame por mi mejilla. Veo la pantalla de mi móvil iluminarse con una notificación y la emoción que me hace sentir la película se ve desvanecida al ver que es un mensaje de él.

"Créeme que el gusto ha sido mío. ¿Así que eres la co-propietaria del bar? Nunca lo hubiese imaginado, pero me parece muy interesante. Lo de invitarte a un trago no tendría sentido, ¿no?"

«​​¿Acaso me quiere invitar a un trago? Vaya... esto sí que no me lo esperaba».  Al parecer después de todo, el famoso Matt Ferrer, es una persona totalmente normal y debo decir que es parecido al resto de los hombres que entran al bar.

"¿Por qué dices que no te lo hubieses imaginado? Y lo del trago... sería como ir a la competencia..."

Envió la respuesta y a los pocos minutos recibo otro mensaje suyo.

"Es que creí que eras modelo, o algo así... Y si, tienes razón; sería tonto invitarte un trago a otro sitio." 

No sé ni siquiera cómo responderle a su mensaje.

"Solo puedo decirte gracias por el otro cumplido."

Respondo sin tener idea de si lo hice bien. 

Miro el reloj y vaya que se me ha pasado el tiempo. Apago el televisor y entro al baño  para ducharme. El agua caliente sobre mi cuerpo realmente me ha relajado, aun con mi cabello mojado me cambio, me maquillo, y por último seco mi cabello y me peino. Me miro en el espejo y creo que estoy bien, aunque claramente a mi hermano no le gustara lo que llevo puesto. Vestido negro bastante sencillo, pero suficientemente corto, tacones bastante cómodos para estar de pie toda la noche, y pulseras que cubren gran parte de mi muñeca.

Una vez lista, acomodo todo, y salgo de mi piso. Cruzo la calle, y como todas las tardes casi de noche abro la puerta y comienzo a preparar todo.

—¡Pero qué guapa!— Dice Leo cuando me ve al entrar al bar.

—Se viene otra pelea con mi hermano.— Le digo entre risas.

—Ya sé que te encanta pelear con él, pero ya me divierto con ello.—

—Y yo.— Admito. 

Una vez que el bar ya está listo para comenzar la noche, los clientes llegan poco a poco. Hoy claramente estamos más ocupados que ayer, pero también es algo normal ya que es sábado por la noche.  La orden de los tragos llega rápidamente y Leo y yo no damos abasto; creo que deberíamos contratar a otro bartender.  

—Sí, dime ¿Qué te sirvo?— Pregunto sin mirar a la persona.

—Siendo dueña de este lugar, ¿qué me recomiendas?— Me pregunta y reconozco esa voz enseguida.

—¡Viniste!— Expreso sorprendida al ver que Matt está sentado enfrente de mí.

—Tenía que verte. Enviar mensajes por Twitter no es lo mismo.— Me cuenta.

Estoy en estado de shock al verlo aquí... «¿Qué se supone que debo de hacer?»

—Me encantaría conversar contigo, pero no sé si me dejaran tomarme un respiro hoy.— Explico. 

—Yo no tengo nada que hacer ¿eh?, si quieres te hago compañía y cuando termines hablamos— me propone. 

«Esto no me puede estar pasando».

—Eh... el bar cierra casi al amanecer...— Digo demasiado nerviosa.

—Entonces te esperaré hasta el amanecer.— Pronuncia mirándome fijamente. 

—Vale, entonces te sirvo algo.— 

—Tu especialidad.— Me pide. 

—Perfecto.—

«Esto es una locura, le estoy preparando un trago a Matt Ferrer»....

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