[MATT]
—Tío Matt, tu móvil.— Dice Clara.
Quito mi móvil del bolsillo de mi pantalón y al ver que es un mensaje de ella no puedo evitar sonreír.
"Ha sido un gusto poder ayudarte. Ya sabes, cuando necesites esconderte cuenta con mi bar (Soy la co-propietaria, así que no me has metido en problemas con mi jefe) Gracias por el cumplido hacia mis ojos.
Un beso."
¿Un cumplido hacia sus ojos? Se ha quedado corta, en realidad yo me he quedado corto, pero creo que haberle dicho que toda ella me ha parecido una escultura es algo fuera de lugar en este momento. ¿Así que es copropietaria del bar? Ese es un dato bastante interesante...
—¡Tito!— Me grita Claudia regresandome a la realidad.
—Discúlpame princesa, ¿Qué decías?— Cuestiono.
—Que si podemos ir a tomar un helado allí.— Dice señalando la heladería que hay en la calle de enfrente.
—Claro que sí, vamos.— Les digo sonriente.
Cruzamos la calle y al entrar la mujer que nos atiende me reconoce, lo que me da un poco de gracia a causa de su reacción. Después de darle un autógrafo y tomarnos una fotografía, ella nos atiende.
—Vengan niñas.— Les digo a mis sobrinas y cruzamos nuevamente la calle para ir a sentarnos a tomar el helado en la playa.
—¿Aquí tío?—
—Sí, aquí está bien— accedo.
Mientras que ellas toman su helado, saco mi móvil nuevamente del bolsillo, y respondo a su mensaje.
"Créeme que el gusto ha sido mío. ¿Así que eres la co-propietaria del bar? Nunca lo hubiese imaginado, pero me parece muy interesante. Lo de invitarte a un trago no tendría sentido, ¿no?"
Sonriendo como un idiota pulso el botón enviar y sigo conversando con mis sobrinas.
[GIANNA]
Esto es a lo que yo llamo una tarde tranquila, sofá, palomitas de maíz, y buenas películas. He visto esta película muchísimas veces y aun así, cada vez que la veo es inevitable que una lágrima no se derrame por mi mejilla. Veo la pantalla de mi móvil iluminarse con una notificación y la emoción que me hace sentir la película se ve desvanecida al ver que es un mensaje de él.
"Créeme que el gusto ha sido mío. ¿Así que eres la co-propietaria del bar? Nunca lo hubiese imaginado, pero me parece muy interesante. Lo de invitarte a un trago no tendría sentido, ¿no?"
«¿Acaso me quiere invitar a un trago? Vaya... esto sí que no me lo esperaba». Al parecer después de todo, el famoso Matt Ferrer, es una persona totalmente normal y debo decir que es parecido al resto de los hombres que entran al bar.
"¿Por qué dices que no te lo hubieses imaginado? Y lo del trago... sería como ir a la competencia..."
Envió la respuesta y a los pocos minutos recibo otro mensaje suyo.
"Es que creí que eras modelo, o algo así... Y si, tienes razón; sería tonto invitarte un trago a otro sitio."
No sé ni siquiera cómo responderle a su mensaje.
"Solo puedo decirte gracias por el otro cumplido."
Respondo sin tener idea de si lo hice bien.
Miro el reloj y vaya que se me ha pasado el tiempo. Apago el televisor y entro al baño para ducharme. El agua caliente sobre mi cuerpo realmente me ha relajado, aun con mi cabello mojado me cambio, me maquillo, y por último seco mi cabello y me peino. Me miro en el espejo y creo que estoy bien, aunque claramente a mi hermano no le gustara lo que llevo puesto. Vestido negro bastante sencillo, pero suficientemente corto, tacones bastante cómodos para estar de pie toda la noche, y pulseras que cubren gran parte de mi muñeca.
Una vez lista, acomodo todo, y salgo de mi piso. Cruzo la calle, y como todas las tardes casi de noche abro la puerta y comienzo a preparar todo.
—¡Pero qué guapa!— Dice Leo cuando me ve al entrar al bar.
—Se viene otra pelea con mi hermano.— Le digo entre risas.
—Ya sé que te encanta pelear con él, pero ya me divierto con ello.—
—Y yo.— Admito.
Una vez que el bar ya está listo para comenzar la noche, los clientes llegan poco a poco. Hoy claramente estamos más ocupados que ayer, pero también es algo normal ya que es sábado por la noche. La orden de los tragos llega rápidamente y Leo y yo no damos abasto; creo que deberíamos contratar a otro bartender.
—Sí, dime ¿Qué te sirvo?— Pregunto sin mirar a la persona.
—Siendo dueña de este lugar, ¿qué me recomiendas?— Me pregunta y reconozco esa voz enseguida.
—¡Viniste!— Expreso sorprendida al ver que Matt está sentado enfrente de mí.
—Tenía que verte. Enviar mensajes por Twitter no es lo mismo.— Me cuenta.
Estoy en estado de shock al verlo aquí... «¿Qué se supone que debo de hacer?»
—Me encantaría conversar contigo, pero no sé si me dejaran tomarme un respiro hoy.— Explico.
—Yo no tengo nada que hacer ¿eh?, si quieres te hago compañía y cuando termines hablamos— me propone.
«Esto no me puede estar pasando».
—Eh... el bar cierra casi al amanecer...— Digo demasiado nerviosa.
—Entonces te esperaré hasta el amanecer.— Pronuncia mirándome fijamente.
—Vale, entonces te sirvo algo.—
—Tu especialidad.— Me pide.
—Perfecto.—
«Esto es una locura, le estoy preparando un trago a Matt Ferrer»....
[MATT]La observo haciendo tragos e interactuando con los clientes que están de este lado de la barra y me doy cuenta que muchos de ellos están aquí por la misma razón que yo, ella. Es hermosa y además de eso, su sonrisa ilumina todo con esa alegría que transmite.—Estabas aquí.— Me interrumpe una voz que tan bien conozco.—Hasta que al fin llegas.— Le digo a Manuel saludándolo.Él me mira regañandome y sé que tiene razón, le dije de venir aquí hace menos de una hora. –Si me avisaras con más tiempo...— Se queja. —Siento mucho haber cambiado de planes, pero tengo mis motivos para estar aquí.— Respondo sonriente y bebo otro sorbo del exquisito trago que me ha hecho Gianna.—¿Y cuáles son esos motivos?— Pregunta con mucha curiosidad.—Es uno solo y se acerca aquí.— Contestó sonriente.—Hola, ¿Te sirvo algo?— Le pregunta la mujer de ojos color mar que me está gustando más de la cuenta.—Gianna, te presento a mi amigo y músico Manuel—los presento.—Sé quien es, lo vi en uno de tus concier
[MATT] Estoy sentado en el sofá de su sala esperando mientras ella prepara el café; y no puedo dejar de observar a mí alrededor. Sofá blanco, que me recuerda a uno que tenía en mi habitación en mis inicios, mesa de vidrio, paredes y piso en color gris, pero con texturas diferentes y varios detalles que hacen que este lugar se vea increíble. Definitivamente tiene un gusto exquisito.—Me gusta tu piso.— Le digo lo suficientemente alto como para que me escuche desde la cocina que solo está dividida por una isla.—¡Gracias!— Me responde con una enorme sonrisa y luego se me queda mirando por un instante. —Sabes, me es difícil actuar normal contigo aquí en mi casa.— Me explica mientras coloca las tazas en una bandeja junto a unas tostadas y mermelada.Me pongo de pie para intentar ayudarle, pero ella niega con su cabeza y luego mira el sofá para hacerme saber que me siente. —¿Por qué dices que te es difícil actuar normal conmigo aquí?— Le pregunto con muchísima curiosidad.Coloca la bandej
[MATT] Estamos en medio de una conversación bastante interesante de cómo decidió trabajar en el bar y no en cualquier otra cosa, por ejemplo, en marketing ya que eso es lo que estudió. Al parecer su mente está puesta en otra cosa porque se queda en absoluto silencio.—Gianna,¿me escuchas?— Le pregunto y paso una de mis manos enfrente de ese rostro que parece hecho de porcelana y tanto me gustaría acariciar.—Si, perdón... ¿Qué me decías?— Pregunta confundida haciéndome sonreír.—¿Cansada? Quizás prefieras que me vaya y te deje descansar—propongo.Casi con vergüenza ella me mira y asiente. —Lo siento, estoy hecha un zombie— se disculpa. —Déjame decirte que eres la zombie más guapa que he visto y mira que miro muchas series de zombies—le aclaro, sonriente.—Te creo, he visto tu fanatismo por los zombies en Instagram—Me responde y ambos reímos como tontos.—Veo que me conoces más de lo que creía—le comento y sus mejillas se tornan coloradas. —Me gusta que sea así, porque eso quiere dec
Debo de estar absolutamente loca por haber aceptado no solo ir a cenar con Matt Ferrer, si no lo que me propuso de casarme con él. Esto ha sido casi como haber firmado un contrato a ser conquistada por él que con tan solo hablarte puede conseguir todo. No hay que ser una genio para darse cuenta que ese hombre de porte elegante, con cuerpo absolutamente tonificado, y una voz de ensueño, puede hacer que caiga rendida a él. Así que para enfrentar esto necesito las mejores ropas. Luego de maquillarme y peinarme, observo la montaña de ropa que hay sobre mi cama, y solo se me ocurre jugar con una minifalda a rayas blanca y negro con un top corto que combina bastante bien. Busco zapatos negros, un bolso que haga juego, y ya estoy lista. Así, justo como si nos hubiésemos puesto de acuerdo, el timbre de mi piso suena en el momento preciso que he terminado de ordenar el desastre de ropa que he hecho. Camino hacia la puerta con mis piernas temblando y me cuesta creer que esté t
Si las miradas me desnudaran, probablemente ya lo estaría y en su cama. Colocó el último trozo de tiramisú sobre el tenedor y lo llevo a mi boca bajo su atenta mirada. No sé cómo he podido cenar con él mirándome de esa manera, estoy demasiado nerviosa.—¿Me miraras así toda la noche?— Pregunto cuando termino con el tiramisú.Una media sonrisa se dibuja en su rostro mientras sostiene su barbilla con la mano del brazo que tiene apoyado sobre la mesa. —Me encantaría hacerlo...— Responde de una manera muy sensual.—Matt... por favor, ya ha sido suficiente aceptando ese trato.— Le pido.—¿No te gusta que te mire?— Me pregunta y vaya que sabe cómo ponerme nerviosa; cosa que es muy difícil de lograr en mí.—La manera que lo haces es muy incomodo— Admito. —¿Y cómo te estoy mirando según tú?——Como si me estuviera desnudando con la mirada.— Digo esta vez con firmeza y mis ojos clavados en los suyos mientras que ahí está él otra vez sonriente.Su cuerpo vuelve a inclinarse sobre la mesa para a
[MATT]Las huellas de sus labios son algo que no quisiera borrar nunca. Aún recuerdo esa dulce y experta manera de besar. Me pierdo en los recuerdos de todo lo que sucedió esta noche, y lo mucho que me ha costado dejarla en su casa y despedirme de ella con tan solo un simple y corto beso. Que no hubiera dado por quedarme besándola toda la noche, pero ella ha puesto un freno a todo y aun no entiendo porque. Sé que le gusto, me lo ha dejado saber, pero ¿Por qué tiene tantos recaudos conmigo después de haber incluso aceptado nuestro trato?Me tumbo agotado sobre mi cama y solo puedo cerrar los ojos y sentir sus labios en los míos, mis manos en su espalda, y las suyas en mi cuello enloqueciéndome. ¿Acaso es normal que me suceda todo esto por tan solo algunos besos? «¡Matt, pareces un adolecente!» Me reclama mi subconsciente mientras sonrió como todo un idiota al recordar esa sonrisa tan perfectamente seductora que ella tiene. Sin pensarlo dos veces, tomo mi móvil y le envió un mensaje.*
[MATT]Ella me mira de manera muy intensa, quizás no es así, pero es que la profundidad de su mirada me hace sentir de esa forma. Recuerdo el sabor de sus labios y solo quiero volver a besarla.—¿Vas a hablar?— Me pregunta con una media sonrisa al notar que me he quedado absolutamente callado.Debo parecer un tonto, pero ella me hacer ser así; un chico tímido que no puede comenzar a hablar.—Lo haré. Solo déjame admirarte un minuto más.— Le pido mientras mis ojos van recorriendo su tan atractiva anatomía.—Están tus sobrinas aquí, puedes dejar de mirarme así.— Me pide entre risas y sé que se ríe por nervios.—Eres muy hermosa.— Le digo ignorando completamente su comentario.—Vale, gracias... pero habla de una vez que me pone muy nerviosa cuando me miras así.—«¿Nerviosa? Si debe de estar demasiado acostumbrada a esto. »—De acuerdo... Solo quería hablar contigo de lo que sucedió anoche, y obviamente del trato.— Le explico.Al parecer la he puesto muy nerviosa. Ella se quita la gorra
[Matt] Pantalón negro, camisa gris, zapatos haciendo juego, y ya estoy listo para ir por ella. Me subo a mi auto y mientras conduzco, no puedo para de sonreír al recordar la manera tan graciosa en la cual mis sobrinas me han preguntado quien era esa chica tan guapa. Tenía muchísimas ganas de decirles que era su futura tía, pero creo que sería muy precipitado de mi parte decir eso. Debo tener en cuenta que si vamos a unirnos será por un trato y que también apenas acabamos de conocernos. Sin embargo, ¿es posible que con mirar a alguien a los ojos uno pueda enamorarse de manera tan veloz?, ¿o es que estoy deslumbrado con su belleza? No creo que sea eso. No le mentí; me encanta y me pasó algo muy especial cuando la vi, pero me es inevitable no sentir temor de estos sentimientos que me invaden, sobre todo porque no sé como terminará esto. No quiero que me vuelvan a lastimar enamorándome de la mujer incorrecta, pero ¿si es ella la que está en mi destino para ser feliz? «¡Matt, no seas cob