[MATT]Ella me mira de manera muy intensa, quizás no es así, pero es que la profundidad de su mirada me hace sentir de esa forma. Recuerdo el sabor de sus labios y solo quiero volver a besarla.—¿Vas a hablar?— Me pregunta con una media sonrisa al notar que me he quedado absolutamente callado.Debo parecer un tonto, pero ella me hacer ser así; un chico tímido que no puede comenzar a hablar.—Lo haré. Solo déjame admirarte un minuto más.— Le pido mientras mis ojos van recorriendo su tan atractiva anatomía.—Están tus sobrinas aquí, puedes dejar de mirarme así.— Me pide entre risas y sé que se ríe por nervios.—Eres muy hermosa.— Le digo ignorando completamente su comentario.—Vale, gracias... pero habla de una vez que me pone muy nerviosa cuando me miras así.—«¿Nerviosa? Si debe de estar demasiado acostumbrada a esto. »—De acuerdo... Solo quería hablar contigo de lo que sucedió anoche, y obviamente del trato.— Le explico.Al parecer la he puesto muy nerviosa. Ella se quita la gorra
[Matt] Pantalón negro, camisa gris, zapatos haciendo juego, y ya estoy listo para ir por ella. Me subo a mi auto y mientras conduzco, no puedo para de sonreír al recordar la manera tan graciosa en la cual mis sobrinas me han preguntado quien era esa chica tan guapa. Tenía muchísimas ganas de decirles que era su futura tía, pero creo que sería muy precipitado de mi parte decir eso. Debo tener en cuenta que si vamos a unirnos será por un trato y que también apenas acabamos de conocernos. Sin embargo, ¿es posible que con mirar a alguien a los ojos uno pueda enamorarse de manera tan veloz?, ¿o es que estoy deslumbrado con su belleza? No creo que sea eso. No le mentí; me encanta y me pasó algo muy especial cuando la vi, pero me es inevitable no sentir temor de estos sentimientos que me invaden, sobre todo porque no sé como terminará esto. No quiero que me vuelvan a lastimar enamorándome de la mujer incorrecta, pero ¿si es ella la que está en mi destino para ser feliz? «¡Matt, no seas cob
La oscuridad de esta sala de cine y su presencia; son una combinación perfecta. No sé muy bien de qué va la película porque solo puedo quedarme viéndola, es como si me hubiese hipnotizado y realmente me gusta mucho lo que me hace sentir. Quiero tomar su mano entre la mía, pero no me atrevo... «¿Y si se asusta?, ¿y si se retracta de nuestro trato?, ¿y si por mi afán de sentir sus labios... sus caricias, ¿se aleja de mí?», pienso. Esta mujer es completamente diferente a todas las que he conocido antes. Sé que guarda un secreto, pero sé también que no sé cuándo vaya a contármelo.—Pero qué bonita ha sido la película... — Comenta de pronto.Vuelvo a esta realidad para darme cuenta de que los créditos de la película ya están en la pantalla y yo ni me había dado cuenta —Si, muy buena— Respondo, aunque no tengo ni idea de lo que ha sucedido.Nos levantamos de nuestros asientos y salimos de la sala de cine. Realmente estoy feliz de que casi no haya gente; eso hace las cosas mucho más fáciles
Se ha quedado absolutamente mudo ante mi verdad, pero eso era lo que esperaba ¿no? Es claro que no va perder su tiempo conmigo y eso es lo lógico; después de todo, solo busca que lo ayude con aquella boda, y en el fondo yo busco su ayuda también. —¿Crees que lo que me acabas de decir va a hacer que me aleje de ti?— Dice rompiendo el silencio.—Si hablas de nuestro trato, no lo creo— Responde segura.—¿Y si hablo de algo más también?— Inquiero. —¿Qué? Pregunto confundida. Este hombre se ha vuelto loco.—Gianna, no soy un experto cociendo corazones, pero estoy dispuesto a intentarlo.— Me dice con una tímida sonrisa mientras clava esos ojos cafés en mí.—¿Tanto lío por llevarme a tu cama y porque me case contigo? Ya te dije que a mi también me conviene— Expreso de la manera más directa posible.Una maliciosa sonrisa se dibuja en su rostro y de a poco va inclinando su cuerpo un poco sobre la mesa. Está a punto de decirme algo cuando el camarero se acerca a dejar nuestros platos sobre l
El aire se hace ausente en este beso, pero no quiero dejar de besarle. Quisiera poder respirar de ella, pero al parecer tiene otros planes. Lentamente, separo mis labios de los suyos, pero no suelto su rostro; si no todo lo contrario, lo sujeto con más fuerza para que no se separe de mí.—No te alejes de mí— le pido en un susurro que parece la súplica de alguien que está agonizando.—Matt... no puedo—me dice seria.—¿Qué es lo que no puedes?, ¿amar?— Pregunto mirándola fijamente.Ella asiente –Si, yo no puedo amar.Escucho su respuesta y tengo las palabras justas para lo que ha dicho. Lentamente me acerco a su cuerpo, la abrazo de tal manera que no pueda soltarse de mí, y le digo.—Soy lo hay un remedio para aprender a amar, y ese remedio, es amando— comento. —Esa frase, no me parece tan justa—me reclama aún fundidos en este abrazo.—¿Por qué?— Le pregunto con una media sonrisa.—Porque parece fácil pero en realidad no es así— me dice en un susurro. —¿No es así?— Pregunto confundido
-Días después- Observo a mi hermano Mauro caminando hacia la barra, con un ramo de flores otra vez. Ya es el quinto esta semana. No sé si es sentido de culpa por parte de Matt por haber tenido que salir fuera de la ciudad después de la boda, o es que es su método de conquista.—Otro más.—Me dice Mauro de manera borde, colocándolo en el mismo lugar que siempre. —Dile a ese tío que no envié más flores; esto es un bar, no una florería– se queja. —¡Basta!— le replico, mientras lo tomo y veo la tarjeta."No sabes lo que ha sido esta semana sin verte, pero hoy regreso a Miami y lo primero que haré es ir a verte al bar para recordarte que si es fácil amar.Matt."Leo su nota una, dos, tres veces y una pequeña sonrisa se dibuja en mi rostro al igual que ha sucedido con los otros cuatro ramos de flores. Debo admitir que a pesar que no hablamos desde la boda y de su insistencia, también lo he extrañado estos días y eso me da pánico. A veces no lo entiendo, él pidió esta boda por contrato y a
[MATT]He caminado por todas partes buscándola, pero no la he encontrado. Decido entrar al bar, e ignorar al imbécil de Oscar; voy a tener que hablar con él seriamente acerca de esto. Me acerco a la barra y le hago una seña a Leo para que se acerque.—¿Sabes dónde puede estar Gianna?— Le pregunto preocupado.—Vi que se fue corriendo, ¿fue por ese imbécil?— Me pregunta señalando a Oscar con su mirada.—Sí, yo no sabía...— Intento explicarme.—No es tu culpa, es la de él por venir aquí. En cuanto a Gianna, búscala en la playa de Lummus Park , seguramente se fue allí. Siempre que está triste se va a caminar a la playa. Ha dejado su celular aquí, así que ni intentes llamarla—me dice.—Vale Leo, gracias— le digo y estrecho su mano en forma de agradecimiento.Sin darle ninguna explicación a nadie, vuelvo a salir del bar y voy a la playa Lummus Park tal como me ha dicho Leo.[...]Camino descalzo por la playa buscándola, no hay nadie aquí a esta hora. Sigo caminando, hasta que finalmente la
[MATT]Ella sentada entre mis piernas en esta playa solitaria con la luna como testigo, su perfume intoxicando mis sentidos y provocando estas ganas de besarla, y mi mente pensando en todo lo que nos espera juntos; es así como estoy ahora y quisiera detener el tiempo.—Cuéntame de ti.— Hablo sonriente intentando romper este silencio.—¿Qué quieres saber?— Pregunta y, aunque no veo su rostro, sé que está sonriendo.Llevo una de mis manos a su cabello y comienzo a acariciarlo –Quiero saber todo de ti, pero me conformo con que me cuentes lo que tú quieras ahora.— Le respondo a su oído.—Gianna Alessandra Magliani, ese es mi nombre c