-Días después- Observo a mi hermano Mauro caminando hacia la barra, con un ramo de flores otra vez. Ya es el quinto esta semana. No sé si es sentido de culpa por parte de Matt por haber tenido que salir fuera de la ciudad después de la boda, o es que es su método de conquista.—Otro más.—Me dice Mauro de manera borde, colocándolo en el mismo lugar que siempre. —Dile a ese tío que no envié más flores; esto es un bar, no una florería– se queja. —¡Basta!— le replico, mientras lo tomo y veo la tarjeta."No sabes lo que ha sido esta semana sin verte, pero hoy regreso a Miami y lo primero que haré es ir a verte al bar para recordarte que si es fácil amar.Matt."Leo su nota una, dos, tres veces y una pequeña sonrisa se dibuja en mi rostro al igual que ha sucedido con los otros cuatro ramos de flores. Debo admitir que a pesar que no hablamos desde la boda y de su insistencia, también lo he extrañado estos días y eso me da pánico. A veces no lo entiendo, él pidió esta boda por contrato y a
[MATT]He caminado por todas partes buscándola, pero no la he encontrado. Decido entrar al bar, e ignorar al imbécil de Oscar; voy a tener que hablar con él seriamente acerca de esto. Me acerco a la barra y le hago una seña a Leo para que se acerque.—¿Sabes dónde puede estar Gianna?— Le pregunto preocupado.—Vi que se fue corriendo, ¿fue por ese imbécil?— Me pregunta señalando a Oscar con su mirada.—Sí, yo no sabía...— Intento explicarme.—No es tu culpa, es la de él por venir aquí. En cuanto a Gianna, búscala en la playa de Lummus Park , seguramente se fue allí. Siempre que está triste se va a caminar a la playa. Ha dejado su celular aquí, así que ni intentes llamarla—me dice.—Vale Leo, gracias— le digo y estrecho su mano en forma de agradecimiento.Sin darle ninguna explicación a nadie, vuelvo a salir del bar y voy a la playa Lummus Park tal como me ha dicho Leo.[...]Camino descalzo por la playa buscándola, no hay nadie aquí a esta hora. Sigo caminando, hasta que finalmente la
[MATT]Ella sentada entre mis piernas en esta playa solitaria con la luna como testigo, su perfume intoxicando mis sentidos y provocando estas ganas de besarla, y mi mente pensando en todo lo que nos espera juntos; es así como estoy ahora y quisiera detener el tiempo.—Cuéntame de ti.— Hablo sonriente intentando romper este silencio.—¿Qué quieres saber?— Pregunta y, aunque no veo su rostro, sé que está sonriendo.Llevo una de mis manos a su cabello y comienzo a acariciarlo –Quiero saber todo de ti, pero me conformo con que me cuentes lo que tú quieras ahora.— Le respondo a su oído.—Gianna Alessandra Magliani, ese es mi nombre c
Su beso de despedida en mi portal me ha dejado la sensación más dulce que jamás he sentido antes en mis labios. Parece ser un hombre de palabra porque no ha intentado entrar, ni convencerme de nada; solo me dijo "que tengas buenas noches princesa" y se marcho. Lo observaba alejándose por el pasillo y no podía dejar de pensar que ese hombre se haya enamorado de mí. Quizás es mi baja autoestima en que alguien me quiera de verdad que me hace sentir así, o tal vez, es porque justamente el hombre que se ha enamorado de mi es un cantante famoso y demasiado guapo.Cierro la puerta y camino hacia mi habitación, es demasiado tarde y a pesar de que mi corazón late a mil por hora y tengo un nudo en mi estomago que hace que dormir se haga más difícil; me pongo el pijama, lavo mis dientes y me meto en la cama. Miro al techo como esperando que en ese sitio pueda encontrar la manera de conciliar el sueño, pero honestamente dudo que pueda hacerlo. No puedo dejar de pensar en lo sucedido. El hecho de
Camino hacia la esquina de la calle donde está ubicado el bar sin decirle absolutamente nada y me siento en el borde de la acera. Él se sienta a mi lado manteniendo una distancia prudencial y el silencio reina en el lugar.—Dijiste que querías hablar, te escucho.— Menciono de manera fría y sin mirarlo a pesar de que siento su mirada en mí.—Gianna, tengo tantas cosas que decirte.— Habla y noto en su voz que está ¿afligido?—No sé qué puedas decirme, pero no vas a cambiar nada de lo que sucedió.— Advierto. —Lo sé, pero debes saberlo.— Insiste.—Habla de una vez.— Sentencio ya que no soporto esta situación.—No fue porque yo quise que te deje en el altar—habla serio y yo no puedo más que reírme de su desfachatez. —¡Vale!, espera que te crea—contesto esta vez mirándolo y sé que si pudiera lo mataría con mis ojos. —Escúchame por favor.— Me pide y realmente comienzo a molestarme. —Habla de una vez si no quieres que te pegue, de verdad que tengo muchas ganas de hacerlo.— Le advierto.—G
[MATT]Al entrar al bar, me encuentro con la mirada de Leo. Su rostro refleja preocupación y honestamente no sé que esperar. Él se acerca rápidamente.—¡Matt! Giana lleva encerrada en la bodega un buen rato. No sé qué es lo que le ha podido decir ese imbécil, pero no ha parado de llorar; puedo escucharla desde el otro lado de la puerta.— Me dice rápidamente.Sé muy bien lo que Oscar le ha dicho y sé que para ella ha sido un golpe muy duro enterarse de la verdad. Cuando él me lo contó hace apenas unos minutos me quedé boquiabierto. No sé cómo todo esto pueda afectar lo que ella y yo habíamos empezado a construir más allá de nuestro trato, solo sé que no quiero verla triste.—Vale, gracias Leo. Intentaré hablar con ella.— Digo y luego me alejo para ir a la bodega.Me paro frente a la puerta y tal como ha dicho Leo, puedo escucharla llorar. Me parte el corazón el sentir su llanto, es injusto que después de dos años cuando ella parecía comenzar a superar todo, él venga y le diga la verda
[MATT]No nos podemos dejar de besar aquí sentados en el suelo de la bodega, mis manos intentan no tocarla más de la cuenta, pero la realidad es que me está costando muchísimo. —Gianna...— digo sobre sus labios. —Cariño, estoy poniendo mi mejor esfuerzo por ser un caballero contigo, pero lo estás haciendo muy difícil.— Le explico y ella me sonríe de la manera más bonita que jamás lo ha hecho. —Matt, para mí tampoco es fácil ir despacio contigo.— Explica sin dejar de sonreír. —Eres guapísimo y tentador de muchas maneras diferentes, pero no quiero que vayamos tan deprisa.— Me dice sin quitar sus brazos de mis hombros. —¿Así que soy tentador de muchas maneras diferentes?— Le pregunto con una sonrisa de lado en mi rostro. —Ahora más.— Responde entre risas. —Tú sí que sabes levantar la autoestima.— Le comento y la besó de manera corta.—¡Bobo! Tú no necesitas a nadie que te levante la autoestima. Tienes un ejército de mujeres detrás de ti, y eliges la más complicada.— Expresa y sin qu
[MATT]Me observa tímidamente al salir del baño vestida en tan solo un corto pantalón de seda color negro y encaje rosa pálido y una camiseta de tirantes haciendo juego. Luce increíble. —Te ves preciosa.— Le digo acostado desde la cama con tan solo una camiseta puesta y mi bóxer. —¿Estás seguro de esto?— Me pregunta con una media sonrisa y sé muy bien porque lo dice. —Muy seguro.— Respondo firme y me meto entre las sábanas y las mantengo así para que ella se meta a la cama. Con una tímida sonrisa, ella camina hacia el otro lado de la cama y se mete debajo de las sabanas. Puedo sentir como de a poco ella va pegandose a mi cuerpo, apoya su rostro sobre mi pecho, y me abraza como si yo fuese su almohada. —Esto me está gustando mucho. Dice con una sonrisa en su rostro. —A mí más.— Contesto acariciando su larga cabellera y noto como poco a poco sus ojos se van cerrando. Me siento extraño, pero de una manera positiva. Es impensable el verme aquí queriéndola como la quiero y deseándola