[MATT]No nos podemos dejar de besar aquí sentados en el suelo de la bodega, mis manos intentan no tocarla más de la cuenta, pero la realidad es que me está costando muchísimo. —Gianna...— digo sobre sus labios. —Cariño, estoy poniendo mi mejor esfuerzo por ser un caballero contigo, pero lo estás haciendo muy difícil.— Le explico y ella me sonríe de la manera más bonita que jamás lo ha hecho. —Matt, para mí tampoco es fácil ir despacio contigo.— Explica sin dejar de sonreír. —Eres guapísimo y tentador de muchas maneras diferentes, pero no quiero que vayamos tan deprisa.— Me dice sin quitar sus brazos de mis hombros. —¿Así que soy tentador de muchas maneras diferentes?— Le pregunto con una sonrisa de lado en mi rostro. —Ahora más.— Responde entre risas. —Tú sí que sabes levantar la autoestima.— Le comento y la besó de manera corta.—¡Bobo! Tú no necesitas a nadie que te levante la autoestima. Tienes un ejército de mujeres detrás de ti, y eliges la más complicada.— Expresa y sin qu
[MATT]Me observa tímidamente al salir del baño vestida en tan solo un corto pantalón de seda color negro y encaje rosa pálido y una camiseta de tirantes haciendo juego. Luce increíble. —Te ves preciosa.— Le digo acostado desde la cama con tan solo una camiseta puesta y mi bóxer. —¿Estás seguro de esto?— Me pregunta con una media sonrisa y sé muy bien porque lo dice. —Muy seguro.— Respondo firme y me meto entre las sábanas y las mantengo así para que ella se meta a la cama. Con una tímida sonrisa, ella camina hacia el otro lado de la cama y se mete debajo de las sabanas. Puedo sentir como de a poco ella va pegandose a mi cuerpo, apoya su rostro sobre mi pecho, y me abraza como si yo fuese su almohada. —Esto me está gustando mucho. Dice con una sonrisa en su rostro. —A mí más.— Contesto acariciando su larga cabellera y noto como poco a poco sus ojos se van cerrando. Me siento extraño, pero de una manera positiva. Es impensable el verme aquí queriéndola como la quiero y deseándola
Al llegar a mi casa, abro el portón de entrada y entro el auto al garaje. Me doy cuenta de que está nerviosa, su respiración está más agitada de lo normal y no deja de jugar con sus dedos.—No pasa nada. Mi familia no muerde, lo prometo— Digo sonriente y ella se echa a reír. —Es que esto no es normal, en realidad nada lo es. — Comenta nerviosa. —¿Qué cosa no es normal?— Le pregunto un poco confundido. Me mira fijamente mientras apago el auto. –Que tú estés conmigo, estar en tu casa, ¡Que eres Matt Ferrer!— Exclama.—Soy tan solo un hombre más en este mundo— Expreso intentando que no haga de todo esto algo tan grande.—Es que ahora que estoy entrando a tu casa; y me doy cuenta de quien eres... ——Guapa, no lo veas de esa forma. Soy solo Matt cuando estoy contigo. Matt Ferrer es solo el hombre que ves en un escenario, en la portada de un disco, en una radio... no este que está sentado en el auto con unas ganas locas de besarte. — Digo con seguridad. —¿Te das cuenta que podrías esta
Su beso de despedida se me ha quedado grabado en los labios. Me ha dicho que tenía que irse a Madrid unos días por cuestiones de su trabajo, pero que regresaría para que nos fuéramos de viaje a Ibiza. Debo decir que cada vez que pienso en que estaremos los dos solos allí, se me hace un nudo en el estomago; esos que el amor te hace tener. Esta tarde en el auto, todo se salió de control y fue en ese instante que me di cuenta de lo mucho que me he enamorado de él; tanto que se me ha olvidado por completo todo lo que el imbécil de Oscar me ha dicho. Me quito el vestido, el traje de baño, y entro a la ducha después de haber abierto el grifo. La cascada de agua caliente cae por mi espalda haciendo que cada músculo en mi se relaje. Lavo mi cabello y así van pasando los minutos entre la tarea de ducharme y de pensar en él. Tengo tanto miedo de ilusionarme, de enamorarme tanto pero tanto que después no pueda reponerme si las cosas no funcionan más allá de ese trato que hicimos, pero, a la ve
[MATT]Cinco días despuésSu mano me sujeta fuertemente mientras que el avión despega y eso me deja saber que no soy el único al que le pone nervioso los aviones. —¿Te da miedo volar?— Le pregunto al oído y ella me sonríe.—No lo sé, pero sujetar tu mano me hace sentir más segura. — Responde haciéndome reír.—Esa es una buena razón. A mí me encanta sujetar tu mano, me hace sentir el hombre más afortunado del mundo. — Le comento y dejo un tierno beso en la comisura de sus labios. [...]Después de un vuelo relativamente corto para lo que estoy acostumbrado y uno donde nos hemos seguido conociendo en medio de una charla muy amena, recogemos el auto que he rentado y vamos al hotel para dejar nuestras cosas y cambiarnos para ir al evento que tenemos planeado. Si bien muero por quedarme con ella comiéndonos a besos, sé que también debemos ir con calma, y eso es una de las cosas que más me enamoran de ella. Es esa mezcla entre la mujer segura que está detrás de aquella barra, y la niña que
El pasillo de este hotel rumbo a nuestra habitación, ha sido testigo de besos que si fuesen parte de una escena de película; probablemente serían censurados. Sin soltar su cintura ni apartar mi boca de la suya, logro abrir la puerta con la tarjeta magnética. —Te amo.— Le susurro entre beso y beso mientras caminamos por la habitación de una manera bastante torpe, pero muy apasionada. Su espalda golpea con la pared del pasillo y ambos reímos. —Yo también te amo. Me haces sentir tan viva.— Susurra mirándome a los ojos y vuelve a besarme. Mis manos viajan por todo su cuerpo hasta llegar a la cremallera de su sensual vestido y con mis dedos, comienzo a bajar la misma bajo el encanto de su provocativa sonrisa. Sus manos en cambio comienzan a desabrochar mi camisa de manera muy lenta, pero sensual. Es como si estuviera abriendo ese regalo que tanto había esperado. Le sonrió dándole a entender que me encanta lo que hace, y ella sigue con su tarea hasta llegar al último botón para luego cola
[MATT]—Me he quedado sin palabras para decirte. — Le susurró al oído mientras aprisiono su cuerpo entre mis brazos.—Me pasa igual, ha sido tan increíble— me responde y luego me abraza mucho más fuerte—lo único que puedo decirte es que me ha encantado estar contigo. Sentía que moriría de placer; eres tan especial — continua y sonrió ante su confesión.—La especial aquí eres tú. Me traes loco Gianna.— Declaro y beso su frente. —Cada caricia, cada beso, cada rincón de ti es especial; quiero que estemos así siempre. — Le confieso.—Y yo...— Responde y noto el cansancio en su voz.Así sin soltarnos, nos va ganando el cansancio hasta que nos quedamos dormidos.[...]No sé qué hora es, solo sé que la luz del sol entra por la ventana de esta habitación obligándome a abrir mis ojos. Volteo para ver el reloj y veo que son las diez de la mañana. Ella aún duerme abrazada a mi cuerpo. Su cabello cubre su espalda desnuda, es una imagen preciosa; una que amaría ver todos mis amaneceres. Comienza a
Somos solo ella, yo, nuestro picnic improvisado, y esta playa desierta en una ciudad que es testigo de cómo este amor toma fuerza tal como lo hace un huracán en el medio del mar; con la única diferencia que estos sentimientos no buscan dañar, sino todo lo contrario. El sol pega fuertemente sobre mi cuerpo y agradezco que mi preciosa novia haya protegido mi piel con el bloqueador solar. La observo disfrutando del mar y es la imagen más bonita del mundo; ella, su sonrisa, y su piel bajo los rayos del sol. En este momento siento que no existe nada más en este mundo que es solo nuestro amor el que llena toda la tierra. Tenerla entre mis brazos ha sido mucho más que solo una conexión física, ha sido una conexión entre nuestras almas. Su mirada clavada en la mía reflejaba ese algo tan especial y tan difícil de explicar. Tomo mi móvil sin moverme de este sitio, y comienzo a anotar frases sueltas que son todas consecuencia de lo que me hace sentir.No sé cuánto tiempo llevo haciendo esto, so