[MATT]
La observo haciendo tragos e interactuando con los clientes que están de este lado de la barra y me doy cuenta que muchos de ellos están aquí por la misma razón que yo, ella. Es hermosa y además de eso, su sonrisa ilumina todo con esa alegría que transmite.
—Estabas aquí.— Me interrumpe una voz que tan bien conozco.
—Hasta que al fin llegas.— Le digo a Manuel saludándolo.
Él me mira regañandome y sé que tiene razón, le dije de venir aquí hace menos de una hora. –Si me avisaras con más tiempo...— Se queja.
—Siento mucho haber cambiado de planes, pero tengo mis motivos para estar aquí.— Respondo sonriente y bebo otro sorbo del exquisito trago que me ha hecho Gianna.
—¿Y cuáles son esos motivos?— Pregunta con mucha curiosidad.
—Es uno solo y se acerca aquí.— Contestó sonriente.
—Hola, ¿Te sirvo algo?— Le pregunta la mujer de ojos color mar que me está gustando más de la cuenta.
—Gianna, te presento a mi amigo y músico Manuel—los presento.
—Sé quien es, lo vi en uno de tus conciertos.— Informa sonriente y me sorprende saber que ha ido a uno de mis conciertos.
—Ese dato es nuevo—comento.
—Todo lo que te diga será nuevo, apenas nos conocimos ayer.— Responde haciendo que tanto Manuel como yo nos riamos.
—Llevas razón...—comento.
—Un gusto Gianna.— La saluda Manuel. —En cuanto al trago, bueno sírveme algo que creas que deba probar.— Le dice con una media sonrisa y sé muy bien que le ha gustado. Lo conozco bien.
—Vale, te sorprenderé entonces— habla para después alejarse y preparar el trago.
—Macho, ni se te vaya a ocurrir eh...— Le advierto.
—¿Qué cosa?— Me pregunta bastante confundido.
—Intentar algo con ella.— Le digo de manera muy clara y fijo mi mirada en ella.
<De verdad que me encanta.>
—¿Ella es el motivo por el cual estás aquí?— Me pregunta mirándola.
—Sí.—
—¿Y lo de Marina?— Me pregunta esta vez mirándome a mí.
—¿Después de lo que me hizo?, no puedo seguir pensando en ella, me arruinó la vida y lo sabes muy bien, mira mi alrededor, es un caos— Relato.
—Pero, ¿Tan rápido te has olvidado de eso?— Pregunta y sé que no entiende nada.
—Honestamente ayer tuve un incidente y me tuve que esconder del otro lado de esta barra donde estaba Gianna— explico y vuelvo mi mirada a la mujer que tanto ha llamado mi atención.—La vi y me encantó, como podrás imaginarte después de verla y sentirme así, las cosas de Marina se me han olvidado. —
—¿Es decir que la chica del bar ha hecho que te olvidaras de todo? Creí que estarías tratando de esconderte de todo lo que ha salido en la prensa.— Me dice serio.
Sé que debe de estar molesto después del drama que hubo alrededor, pero es que lo que me sucedió al ver a Gianna es inexplicable; es como si nunca me hubiesen dejado plantado en el altar, o tal vez es que simplemente estoy tratando de hacer de cuenta que eso no pasó.
—Lo sé y lo siento, ¿vale?, pero no sé cómo explicar lo que me sucedió al ver a esta hermosa mujer— expreso, mientras la vuelvo a ver.
—Te ha pasado que está guapísima, si lo sabré, pero, no te preocupes que no voy a intentar nada.— Habla sonriente y al parecer ha comprendido que ella también puede ser mi salvación.
—Aquí tienes Manuel.— Le dice Gianna con una enorme sonrisa y le da el trago.
—Gracias, se ve exquisito.— Comenta él mirando la copa.
—Ya verás— le responde y espera a que lo pruebe.
—¡Está buenísimo!— expresa Manuel, disfrutando de verdad la bebida.
—¡Te lo dije!—
—Es una excelente bar tender.— La felicita.
Entonces, el hombre que me ayudó ayer en el depósito se acerca a nosotros y nos saluda. —Hola, me presento soy Leo—me dice—Gianna, voy por otras botellas, ¿sí?
—Vale ve tranquilo que yo me encargo.— Le deja saber y vuelve a atender al resto de los clientes.
La noche pasa entre varias copas y conversaciones interrumpidas hasta que el bar finalmente cierra casi al amanecer. Manuel, se fue hace varias horas, en cambio yo, la espero aquí sentado mientras ella termina de ordenar todo.
—Ya he terminado.— Me dice Gianna acercándose a mí.
—Vale, no sé si invitarte a un café o que...— Comento algo confundido a causa del horario.
—Mejor te invito un café yo a ti en mi casa.— Ofrece mientras toma su bolso.
—¿En tu casa? ¿Estás segura?— Inquiero tratando de no sonreír.
—Sí, es que vivo aquí enfrente— habla sonriente y es como si en esa frase explicara todo.
—Perfecto entonces, vamos a tu casa.— Digo siguiéndola y tengo la sensación de que no será la primera vez que siga esos andares.
[MATT] Estoy sentado en el sofá de su sala esperando mientras ella prepara el café; y no puedo dejar de observar a mí alrededor. Sofá blanco, que me recuerda a uno que tenía en mi habitación en mis inicios, mesa de vidrio, paredes y piso en color gris, pero con texturas diferentes y varios detalles que hacen que este lugar se vea increíble. Definitivamente tiene un gusto exquisito.—Me gusta tu piso.— Le digo lo suficientemente alto como para que me escuche desde la cocina que solo está dividida por una isla.—¡Gracias!— Me responde con una enorme sonrisa y luego se me queda mirando por un instante. —Sabes, me es difícil actuar normal contigo aquí en mi casa.— Me explica mientras coloca las tazas en una bandeja junto a unas tostadas y mermelada.Me pongo de pie para intentar ayudarle, pero ella niega con su cabeza y luego mira el sofá para hacerme saber que me siente. —¿Por qué dices que te es difícil actuar normal conmigo aquí?— Le pregunto con muchísima curiosidad.Coloca la bandej
[MATT] Estamos en medio de una conversación bastante interesante de cómo decidió trabajar en el bar y no en cualquier otra cosa, por ejemplo, en marketing ya que eso es lo que estudió. Al parecer su mente está puesta en otra cosa porque se queda en absoluto silencio.—Gianna,¿me escuchas?— Le pregunto y paso una de mis manos enfrente de ese rostro que parece hecho de porcelana y tanto me gustaría acariciar.—Si, perdón... ¿Qué me decías?— Pregunta confundida haciéndome sonreír.—¿Cansada? Quizás prefieras que me vaya y te deje descansar—propongo.Casi con vergüenza ella me mira y asiente. —Lo siento, estoy hecha un zombie— se disculpa. —Déjame decirte que eres la zombie más guapa que he visto y mira que miro muchas series de zombies—le aclaro, sonriente.—Te creo, he visto tu fanatismo por los zombies en Instagram—Me responde y ambos reímos como tontos.—Veo que me conoces más de lo que creía—le comento y sus mejillas se tornan coloradas. —Me gusta que sea así, porque eso quiere dec
Debo de estar absolutamente loca por haber aceptado no solo ir a cenar con Matt Ferrer, si no lo que me propuso de casarme con él. Esto ha sido casi como haber firmado un contrato a ser conquistada por él que con tan solo hablarte puede conseguir todo. No hay que ser una genio para darse cuenta que ese hombre de porte elegante, con cuerpo absolutamente tonificado, y una voz de ensueño, puede hacer que caiga rendida a él. Así que para enfrentar esto necesito las mejores ropas. Luego de maquillarme y peinarme, observo la montaña de ropa que hay sobre mi cama, y solo se me ocurre jugar con una minifalda a rayas blanca y negro con un top corto que combina bastante bien. Busco zapatos negros, un bolso que haga juego, y ya estoy lista. Así, justo como si nos hubiésemos puesto de acuerdo, el timbre de mi piso suena en el momento preciso que he terminado de ordenar el desastre de ropa que he hecho. Camino hacia la puerta con mis piernas temblando y me cuesta creer que esté t
Si las miradas me desnudaran, probablemente ya lo estaría y en su cama. Colocó el último trozo de tiramisú sobre el tenedor y lo llevo a mi boca bajo su atenta mirada. No sé cómo he podido cenar con él mirándome de esa manera, estoy demasiado nerviosa.—¿Me miraras así toda la noche?— Pregunto cuando termino con el tiramisú.Una media sonrisa se dibuja en su rostro mientras sostiene su barbilla con la mano del brazo que tiene apoyado sobre la mesa. —Me encantaría hacerlo...— Responde de una manera muy sensual.—Matt... por favor, ya ha sido suficiente aceptando ese trato.— Le pido.—¿No te gusta que te mire?— Me pregunta y vaya que sabe cómo ponerme nerviosa; cosa que es muy difícil de lograr en mí.—La manera que lo haces es muy incomodo— Admito. —¿Y cómo te estoy mirando según tú?——Como si me estuviera desnudando con la mirada.— Digo esta vez con firmeza y mis ojos clavados en los suyos mientras que ahí está él otra vez sonriente.Su cuerpo vuelve a inclinarse sobre la mesa para a
[MATT]Las huellas de sus labios son algo que no quisiera borrar nunca. Aún recuerdo esa dulce y experta manera de besar. Me pierdo en los recuerdos de todo lo que sucedió esta noche, y lo mucho que me ha costado dejarla en su casa y despedirme de ella con tan solo un simple y corto beso. Que no hubiera dado por quedarme besándola toda la noche, pero ella ha puesto un freno a todo y aun no entiendo porque. Sé que le gusto, me lo ha dejado saber, pero ¿Por qué tiene tantos recaudos conmigo después de haber incluso aceptado nuestro trato?Me tumbo agotado sobre mi cama y solo puedo cerrar los ojos y sentir sus labios en los míos, mis manos en su espalda, y las suyas en mi cuello enloqueciéndome. ¿Acaso es normal que me suceda todo esto por tan solo algunos besos? «¡Matt, pareces un adolecente!» Me reclama mi subconsciente mientras sonrió como todo un idiota al recordar esa sonrisa tan perfectamente seductora que ella tiene. Sin pensarlo dos veces, tomo mi móvil y le envió un mensaje.*
[MATT]Ella me mira de manera muy intensa, quizás no es así, pero es que la profundidad de su mirada me hace sentir de esa forma. Recuerdo el sabor de sus labios y solo quiero volver a besarla.—¿Vas a hablar?— Me pregunta con una media sonrisa al notar que me he quedado absolutamente callado.Debo parecer un tonto, pero ella me hacer ser así; un chico tímido que no puede comenzar a hablar.—Lo haré. Solo déjame admirarte un minuto más.— Le pido mientras mis ojos van recorriendo su tan atractiva anatomía.—Están tus sobrinas aquí, puedes dejar de mirarme así.— Me pide entre risas y sé que se ríe por nervios.—Eres muy hermosa.— Le digo ignorando completamente su comentario.—Vale, gracias... pero habla de una vez que me pone muy nerviosa cuando me miras así.—«¿Nerviosa? Si debe de estar demasiado acostumbrada a esto. »—De acuerdo... Solo quería hablar contigo de lo que sucedió anoche, y obviamente del trato.— Le explico.Al parecer la he puesto muy nerviosa. Ella se quita la gorra
[Matt] Pantalón negro, camisa gris, zapatos haciendo juego, y ya estoy listo para ir por ella. Me subo a mi auto y mientras conduzco, no puedo para de sonreír al recordar la manera tan graciosa en la cual mis sobrinas me han preguntado quien era esa chica tan guapa. Tenía muchísimas ganas de decirles que era su futura tía, pero creo que sería muy precipitado de mi parte decir eso. Debo tener en cuenta que si vamos a unirnos será por un trato y que también apenas acabamos de conocernos. Sin embargo, ¿es posible que con mirar a alguien a los ojos uno pueda enamorarse de manera tan veloz?, ¿o es que estoy deslumbrado con su belleza? No creo que sea eso. No le mentí; me encanta y me pasó algo muy especial cuando la vi, pero me es inevitable no sentir temor de estos sentimientos que me invaden, sobre todo porque no sé como terminará esto. No quiero que me vuelvan a lastimar enamorándome de la mujer incorrecta, pero ¿si es ella la que está en mi destino para ser feliz? «¡Matt, no seas cob
La oscuridad de esta sala de cine y su presencia; son una combinación perfecta. No sé muy bien de qué va la película porque solo puedo quedarme viéndola, es como si me hubiese hipnotizado y realmente me gusta mucho lo que me hace sentir. Quiero tomar su mano entre la mía, pero no me atrevo... «¿Y si se asusta?, ¿y si se retracta de nuestro trato?, ¿y si por mi afán de sentir sus labios... sus caricias, ¿se aleja de mí?», pienso. Esta mujer es completamente diferente a todas las que he conocido antes. Sé que guarda un secreto, pero sé también que no sé cuándo vaya a contármelo.—Pero qué bonita ha sido la película... — Comenta de pronto.Vuelvo a esta realidad para darme cuenta de que los créditos de la película ya están en la pantalla y yo ni me había dado cuenta —Si, muy buena— Respondo, aunque no tengo ni idea de lo que ha sucedido.Nos levantamos de nuestros asientos y salimos de la sala de cine. Realmente estoy feliz de que casi no haya gente; eso hace las cosas mucho más fáciles