[MATT]
Estoy sentado en el sofá de su sala esperando mientras ella prepara el café; y no puedo dejar de observar a mí alrededor. Sofá blanco, que me recuerda a uno que tenía en mi habitación en mis inicios, mesa de vidrio, paredes y piso en color gris, pero con texturas diferentes y varios detalles que hacen que este lugar se vea increíble. Definitivamente tiene un gusto exquisito.
—Me gusta tu piso.— Le digo lo suficientemente alto como para que me escuche desde la cocina que solo está dividida por una isla.
—¡Gracias!— Me responde con una enorme sonrisa y luego se me queda mirando por un instante. —Sabes, me es difícil actuar normal contigo aquí en mi casa.— Me explica mientras coloca las tazas en una bandeja junto a unas tostadas y mermelada.
Me pongo de pie para intentar ayudarle, pero ella niega con su cabeza y luego mira el sofá para hacerme saber que me siente. —¿Por qué dices que te es difícil actuar normal conmigo aquí?— Le pregunto con muchísima curiosidad.
Coloca la bandeja sobre la mesa de vidrio que hay en el centro, luego lleva sus manos a cada lado de su cintura y me mira entrecerrando sus ojos. —Vamos, que no todos los días se tiene a Matt Ferrer en tu casa.— Me dice y luego se echa a reír haciendo que me ría con ella a causa de su naturalidad.
—Olvídate del Ferrer,piensa en que soy solo Matt— le pido.
Ella se sienta a mi lado y luego acerca la mesa para que podamos desayunar de manera más cómoda. —Vale solo Matt.— Dice sin apartar su mirada de la mía. —¿Se puede saber porque has regresado a mi bar?— Me pregunta y toma una de las tazas entre sus manos, para luego acomodarse de una manera que me distrae mucho en el sofá.
—Debía agradecerte la ayuda que me has dado el viernes—miento.
—Ya lo habías hecho con tu mensaje por Twitter.— Me dice con una media sonrisa que me dice que no me ha creído nada de lo que he dicho.
—El mensaje por Twitter no me ha parecido muy personal que digamos.
—De acuerdo... ¿Y por eso me has esperado toda la noche a que termine de trabajar?— Averigua siguiendo su interrogatorio.
—Creo que además de bar tender, eres policía o algo—comento entre risas haciendo que ella se contagie.
—¡Lo siento! A veces no lo puedo evitar.— Se excusa y sigue riéndose.
—No te preocupes, es casi como ir a una entrevista en televisión.— Bromeo.
—¡Prometo no volver a hacerlo Matt!— Dice e intenta no volver a reírse, aunque claramente no lo consigue.
«Me encanta su sonrisa, es tan genuina...»
—Me gusta cuando te ríes.— Le confieso sin poder contener mis palabras.
Aparentemente ella no se esperaba mis palabras, porque sus ojos me miran abiertos de par en par tal como si le hubiese confesado un gran secreto.
—Eh... no sé qué decir de eso... tú también tienes una bonita sonrisa.— Logra decir con nerviosismo.
—¿Te ha incomodado?— Le pregunto e intento terminar mi café.
—No... es decir... no esperaba que tú me dijeras algo así.— Dice intentando que sus palabras tengan sentido.
—Ya te lo dije, soy un hombre normal— Insisto.
—¡No mientas!— Dice burlándose de mí.
—Entonces, si te pido que te cases conmigo ahora mismo, ¿lo harías?— pregunto de la nada.
—¿Qué? ¿Cómo me case contigo?— Cuestiona sorprendida y no la culpo.
—Es que mira, soy normal, mi anatomía es igual que la de cualquier ser humano.— Le explico, pero al parecer sigue sin entender lo anterior.
—¿Y que tiene que ver eso con lo de casarme contigo?— Susurra.
—Todo, ¿sabes por qué me escondí detrás de la barra de tu bar?— Le pregunto.
—¿Porque te seguían unos paparazzis?— Inquiere confundida.
—Si, pero ¿sabes por qué me seguían?— Presiono.
Ella niega con la cabeza —No—
—Porque mi ex me dejo plantado en el altar y ellos se enteraron. Se supone que sería una boda íntima, pero ya ves, no fue así y terminé siendo el centro de todas las burlas— Explico.
Gianna aún tiene ese rostro de confusión—Insisto, ¿y eso que tiene que ver con casarnos?— repite la pregunta.
—Que me gustas muchísimo— Admito con el corazón latiendo a mil por hora.
Ella sonríe tímidamente —No te voy a mentir, ya quisiera que todos los días aparecieran hombres normales como tú en el bar. — Dice y luego que termina su frase se tapa la boca con una de sus manos.—Lo siento, he abierto mi boca más de lo debido, pero es que me has tomado por sorpresa.—
—Y eso está bien— Digo sonriente.
—Pero, de ahí a casarnos…— Murmura.
—Tómalo como un negocio por ahora, si quieres, claro— Aclaro.
—¿Negocio?—habla, tratando de que le explique.
—No nos podemos mentir, hay atraccion, claro está, pero de ahi a decir que estamos locamente enamorados, no lo sé… es muy pronto, pero mientras tanto, lo podemos convertir en una negociación, y si el amor surge, genial, y sino, será algo que nos sirva a los dos— Propongo y ella solo me mira confundida.
—¿Y qué gano yo con esto? No entiendo— Pregunta sin dejar de mirarme.
—¿Qué quieres?, ¿qué necesitas? Haré lo que gustes— Ofrezco y es que realmente necesito salir de esta situación extremadamente incomoda en la que me metió Marina, y no encuentro una mujer mejor que Gianna para hacerlo.
—¿Lo que guste?— Inquiere sorprendida y al parecer considerándolo.
—Excepto un hijo, eso espero tenerlo cuando esté enamorado— Aclaro y río.
—No, no quiero un hijo por ahora— Responde entre risas.
—¿Entonces?— Presiono.
Ella piensa por un momento —Esto va a sonar fatal, pero es que el bar es lo único que tengo y esta en una muy mala situación económica. No te pido dinero gratis, pero al menos sé el socio de nosotros y ayudarnos, ¿si?— Dice y la miro fijamente.
—¿Eso quiere decir que aceptas casarte conmigo?— Pregunto y lentamente dejo mi taza al lado de la suya y fijo mi mirada en esos ojos color mar los cuales están llenos de invitaciones a que me pierda en ellos, y cuales yo estoy dispuesto a aceptar sin ningún tipo de problema. Hace mucho que no me sentía así con tan solo ver a alguien. Esta mujer tiene algo que me cautiva, y tengo la certeza de que si caigo víctima de sus encantos en medio de nuestro trato, no buscaré la llave para escapar, ¿Quién quisiera hacerlo, si me mira de esta manera?
Ella se muerde los labios y los suelta para sonreír —Es difícil decirte que no, además, es algo que nos beneficia a los dos— Repite.
Sin poder evitarlo, acortó la distancia entre su cuerpo y el mío, y llevó mi mano a su rostro para acariciarla lentamente. Ella no me dice absolutamente nada, solo permanece callada cruzando mi mirada con la suya. No sé cómo sucede esto, pero de repente su cuerpo comienza a inclinarse de una manera que hace que de apoco se vaya recostando sobre el sofá, haciendo que yo deba colocarse sobre ella de tal manera que me quita el aliento y despierta todos los sentidos de mi cuerpo. Mis labios se acercan más a los suyos con la única intención de encontrar ese contacto que tanto desean; me está quemando esta necesidad de besarla, pero justo cuando estoy por llegar al oasis de sus labios, ella coloca su mano sobre mi boca.
—Lo siento, pero tú serás Matt Ferrer y todo, pero yo no caigo tan fácil, nuestro trato será algo separado de lo que pase entre los dos. Así que déjame primero aceptar la propuesta que me hiciste, y luego vemos que pasa entre nosotros ¿te parece?— Me advierte con su respiración agitada y casi en un susurro como si no estuviera muy segura de sus palabras.
«Ahora sí que me tiene a sus pies. Gianna, es tan diferente a todas las mujeres que he conocido…»
—Bien, si eso es lo que deseas, te lo daré—explico y le doy mi mejor sonrisa al quitar su mano de mi boca.
—Esas palabras me gustan— responde y se escabulle, alejándose de mi cuerpo, para ponerse de pie y mirarme mientras niega con su cabeza. — Sé que tal vez pueda arrepentirme de esto, más adelante— comenta y luego ríe en medio de sus nervios y yo respondo de la misma manera, porque se me hace graciosa su reacción.
—Espero no te arrepientas de nada— Comento y luego de manera muy natural, busco una de las tostadas para comerlas como si no hubiese pasado nada, haciendo que ella me mire absolutamente confundida.
—¿No te has enfadado de que haya aceptado, pero no no la haga con esto? —Me pregunta sin entender.
—Gianna... créeme que por probar esos labios estaría dispuesto a esperar lo que fuera necesario y que entiendo porque quieres separar las cosas.— Es lo único que le digo y ahora si que ella me mira como si fuera un extraterrestre.
—Veo que tienes unos cuantos tornillos sueltos, pero bueno... ya veremos cuanto dura este trato—responde, sentándose a mi lado para comer una tostada.
—Veremos...— Es lo único que le respondo.
[MATT] Estamos en medio de una conversación bastante interesante de cómo decidió trabajar en el bar y no en cualquier otra cosa, por ejemplo, en marketing ya que eso es lo que estudió. Al parecer su mente está puesta en otra cosa porque se queda en absoluto silencio.—Gianna,¿me escuchas?— Le pregunto y paso una de mis manos enfrente de ese rostro que parece hecho de porcelana y tanto me gustaría acariciar.—Si, perdón... ¿Qué me decías?— Pregunta confundida haciéndome sonreír.—¿Cansada? Quizás prefieras que me vaya y te deje descansar—propongo.Casi con vergüenza ella me mira y asiente. —Lo siento, estoy hecha un zombie— se disculpa. —Déjame decirte que eres la zombie más guapa que he visto y mira que miro muchas series de zombies—le aclaro, sonriente.—Te creo, he visto tu fanatismo por los zombies en Instagram—Me responde y ambos reímos como tontos.—Veo que me conoces más de lo que creía—le comento y sus mejillas se tornan coloradas. —Me gusta que sea así, porque eso quiere dec
Debo de estar absolutamente loca por haber aceptado no solo ir a cenar con Matt Ferrer, si no lo que me propuso de casarme con él. Esto ha sido casi como haber firmado un contrato a ser conquistada por él que con tan solo hablarte puede conseguir todo. No hay que ser una genio para darse cuenta que ese hombre de porte elegante, con cuerpo absolutamente tonificado, y una voz de ensueño, puede hacer que caiga rendida a él. Así que para enfrentar esto necesito las mejores ropas. Luego de maquillarme y peinarme, observo la montaña de ropa que hay sobre mi cama, y solo se me ocurre jugar con una minifalda a rayas blanca y negro con un top corto que combina bastante bien. Busco zapatos negros, un bolso que haga juego, y ya estoy lista. Así, justo como si nos hubiésemos puesto de acuerdo, el timbre de mi piso suena en el momento preciso que he terminado de ordenar el desastre de ropa que he hecho. Camino hacia la puerta con mis piernas temblando y me cuesta creer que esté t
Si las miradas me desnudaran, probablemente ya lo estaría y en su cama. Colocó el último trozo de tiramisú sobre el tenedor y lo llevo a mi boca bajo su atenta mirada. No sé cómo he podido cenar con él mirándome de esa manera, estoy demasiado nerviosa.—¿Me miraras así toda la noche?— Pregunto cuando termino con el tiramisú.Una media sonrisa se dibuja en su rostro mientras sostiene su barbilla con la mano del brazo que tiene apoyado sobre la mesa. —Me encantaría hacerlo...— Responde de una manera muy sensual.—Matt... por favor, ya ha sido suficiente aceptando ese trato.— Le pido.—¿No te gusta que te mire?— Me pregunta y vaya que sabe cómo ponerme nerviosa; cosa que es muy difícil de lograr en mí.—La manera que lo haces es muy incomodo— Admito. —¿Y cómo te estoy mirando según tú?——Como si me estuviera desnudando con la mirada.— Digo esta vez con firmeza y mis ojos clavados en los suyos mientras que ahí está él otra vez sonriente.Su cuerpo vuelve a inclinarse sobre la mesa para a
[MATT]Las huellas de sus labios son algo que no quisiera borrar nunca. Aún recuerdo esa dulce y experta manera de besar. Me pierdo en los recuerdos de todo lo que sucedió esta noche, y lo mucho que me ha costado dejarla en su casa y despedirme de ella con tan solo un simple y corto beso. Que no hubiera dado por quedarme besándola toda la noche, pero ella ha puesto un freno a todo y aun no entiendo porque. Sé que le gusto, me lo ha dejado saber, pero ¿Por qué tiene tantos recaudos conmigo después de haber incluso aceptado nuestro trato?Me tumbo agotado sobre mi cama y solo puedo cerrar los ojos y sentir sus labios en los míos, mis manos en su espalda, y las suyas en mi cuello enloqueciéndome. ¿Acaso es normal que me suceda todo esto por tan solo algunos besos? «¡Matt, pareces un adolecente!» Me reclama mi subconsciente mientras sonrió como todo un idiota al recordar esa sonrisa tan perfectamente seductora que ella tiene. Sin pensarlo dos veces, tomo mi móvil y le envió un mensaje.*
[MATT]Ella me mira de manera muy intensa, quizás no es así, pero es que la profundidad de su mirada me hace sentir de esa forma. Recuerdo el sabor de sus labios y solo quiero volver a besarla.—¿Vas a hablar?— Me pregunta con una media sonrisa al notar que me he quedado absolutamente callado.Debo parecer un tonto, pero ella me hacer ser así; un chico tímido que no puede comenzar a hablar.—Lo haré. Solo déjame admirarte un minuto más.— Le pido mientras mis ojos van recorriendo su tan atractiva anatomía.—Están tus sobrinas aquí, puedes dejar de mirarme así.— Me pide entre risas y sé que se ríe por nervios.—Eres muy hermosa.— Le digo ignorando completamente su comentario.—Vale, gracias... pero habla de una vez que me pone muy nerviosa cuando me miras así.—«¿Nerviosa? Si debe de estar demasiado acostumbrada a esto. »—De acuerdo... Solo quería hablar contigo de lo que sucedió anoche, y obviamente del trato.— Le explico.Al parecer la he puesto muy nerviosa. Ella se quita la gorra
[Matt] Pantalón negro, camisa gris, zapatos haciendo juego, y ya estoy listo para ir por ella. Me subo a mi auto y mientras conduzco, no puedo para de sonreír al recordar la manera tan graciosa en la cual mis sobrinas me han preguntado quien era esa chica tan guapa. Tenía muchísimas ganas de decirles que era su futura tía, pero creo que sería muy precipitado de mi parte decir eso. Debo tener en cuenta que si vamos a unirnos será por un trato y que también apenas acabamos de conocernos. Sin embargo, ¿es posible que con mirar a alguien a los ojos uno pueda enamorarse de manera tan veloz?, ¿o es que estoy deslumbrado con su belleza? No creo que sea eso. No le mentí; me encanta y me pasó algo muy especial cuando la vi, pero me es inevitable no sentir temor de estos sentimientos que me invaden, sobre todo porque no sé como terminará esto. No quiero que me vuelvan a lastimar enamorándome de la mujer incorrecta, pero ¿si es ella la que está en mi destino para ser feliz? «¡Matt, no seas cob
La oscuridad de esta sala de cine y su presencia; son una combinación perfecta. No sé muy bien de qué va la película porque solo puedo quedarme viéndola, es como si me hubiese hipnotizado y realmente me gusta mucho lo que me hace sentir. Quiero tomar su mano entre la mía, pero no me atrevo... «¿Y si se asusta?, ¿y si se retracta de nuestro trato?, ¿y si por mi afán de sentir sus labios... sus caricias, ¿se aleja de mí?», pienso. Esta mujer es completamente diferente a todas las que he conocido antes. Sé que guarda un secreto, pero sé también que no sé cuándo vaya a contármelo.—Pero qué bonita ha sido la película... — Comenta de pronto.Vuelvo a esta realidad para darme cuenta de que los créditos de la película ya están en la pantalla y yo ni me había dado cuenta —Si, muy buena— Respondo, aunque no tengo ni idea de lo que ha sucedido.Nos levantamos de nuestros asientos y salimos de la sala de cine. Realmente estoy feliz de que casi no haya gente; eso hace las cosas mucho más fáciles
Se ha quedado absolutamente mudo ante mi verdad, pero eso era lo que esperaba ¿no? Es claro que no va perder su tiempo conmigo y eso es lo lógico; después de todo, solo busca que lo ayude con aquella boda, y en el fondo yo busco su ayuda también. —¿Crees que lo que me acabas de decir va a hacer que me aleje de ti?— Dice rompiendo el silencio.—Si hablas de nuestro trato, no lo creo— Responde segura.—¿Y si hablo de algo más también?— Inquiero. —¿Qué? Pregunto confundida. Este hombre se ha vuelto loco.—Gianna, no soy un experto cociendo corazones, pero estoy dispuesto a intentarlo.— Me dice con una tímida sonrisa mientras clava esos ojos cafés en mí.—¿Tanto lío por llevarme a tu cama y porque me case contigo? Ya te dije que a mi también me conviene— Expreso de la manera más directa posible.Una maliciosa sonrisa se dibuja en su rostro y de a poco va inclinando su cuerpo un poco sobre la mesa. Está a punto de decirme algo cuando el camarero se acerca a dejar nuestros platos sobre l