Capítulo 1

Han pasado cinco días desde que me despedí de Jhoana. Llore mucho, pero ¿cómo explicarles que ella es mucho más que una hermana?  Una que ahora se encontraba a kilómetros de mí. 

He prometido que la visitaría mientras pueda, porque no sé lo que me espera esta noche. Se supone que hoy conoceré a mi "prometido" y me presentaré solo por respeto a mis padres, ya que después de eso me iré a Corea del sur y no tengo ni idea, ni las ganas de saber cuándo regresare, aparte nadie me espera; toda mi familia pasa ocupada, mi papá en la empresa, mi mamá en el hospital, mi hermana ya hace dos días que regreso a su hogar en Alemania, mi hermano menor regreso a sus estudios en Ecuador y yo...yo me he quedado sola en mi departamento contando los días para poder escapar justo después de conocerlo.

Sí, he dicho escapar.

*********

Es de noche y me dirijo a la casa de mis padres.

¡Dos horas de viaje! 

¡No sé cómo mis padres llegan a sus trabajos tan temprano! Ese fue motivo suficiente para mudarme a la ciudad. Odio madrugar, pero amo el campo.

Soy como esas personas que ama y odia a la vez.

Al entrar a quien encuentro primero es a Tatiana, mi nana.

−Hola pequeña − dijo con gran entusiasmo.

−No, ya no soy pequeña. − expuse confianzuda −. He logrado graduarme.

Y era cierto, logre graduarme con las mejores notas.

− ¿Cómo te encuentras?

− Bien mi niña. — respondió con el mismo apelativo.

−Me sorprende que no hayas renunciado.

−De hecho, lo intente. Pero su madre me pedio de favor que no lo haga, a cambio me dejaría vivir aquí con mi nieto y sin la necesidad de pagar gastos adicionales.

−Mmmm.... ¿Iván, cómo se encuentra?

−Bien, solo que hoy ha tenido una fiesta en la universidad y llegará en la madrugada.

Iván, es el nieto de mi nana. Tomo su custodia desde que sus padres murieron en un accidente.

Recuerdo que con él y mis hermanos solíamos jugar a las escondidas en el patio de los fantasmas, le apodamos ese nombre porque en las noches se escuchaba chillidos raros, después descubrimos que era el sonido de las lechuzas. A veces jugábamos a los policías y en ocasiones a la familia. Siempre cumplía el rol de adoptada. 

En fin, Iván es parte de la familia. 

−Iván, sí que sabe disfrutar la vida. − Lo digo con un poco decepcionada. 

−Pero mi niña, ¿por qué pones esa carita, te sucede algo? o ¿te duele algo?

−No nana, solo que .... − Guardo silencio por un momento −. No pasa nada, mejor dime dónde están mis padres.

−Se encuentran en la segunda sala con el señor Richard y su hijo.

Pongo una cara de poco amigos −. Gracias, nana. Supongo que tengo que ir.

−Sí, solo falta usted.

Al entrar saludo a mis padres y al señor Richard, todo iba bien hasta que la puerta que lleva al jardín trasero se abre.  

Un joven de cabello claro bastante alto para mi tamaño, creo que mide 1.84, sus ojos son azules como un zafiro, un cuerpo bien formado, << ¿le gustara el gimnasio? >> me pregunto a mí misma y a juzgar por su traje azul marino que denota muy bien su figura, creo que sí. 

Lo admito señores, es bastante apuesto, pero no dejo de pensar que aquel desconocido sea mi prometido e hijo del mejor amigo de papá. 

No tengo más opción, me acerco y saludo con las pocas ganas que me sobran.

−Hola, ¿cómo estás? − preguntó con tanta cortesía. 

Su voz me agrada, es gruesa y profunda, parece ser una buena persona.

−Bien... supongo. − Contesto desanimada. 

−Hija, él es Chris Bacardí hijo... − Lo interrumpo. 

<<Lo lamento padre.>> Me excuso en mi propia mente. 

−Lo sé padre, es hijo de tu mejor amigo, el señor Richard. −lo dije entonando cada frase −. Yo me llamo Emma Adelaide White. 

−Mucho gusto señorita Emma.

−Emma. No hace falta el "señorita". – explique.

−Claro, como gustes... Emma.

Las horas más largas de mi vida pasan como una tortuga. 

<<¡¿Dónde estaban esas horas cuanto tenía los exámenes?! >>

Chris ha hablado mucho con mis padres, hasta puedo decir que congenian bien. Miro mi reloj que está marcado la 1:30 am y mi vuelo sale a las 5:00 am. No pasan más de 20 minutos y empiezo a despedirme. Mi madre me ha pedido que me quede a dormir, cosa que niego. 

Antes de salir mi padre dice que Chris me dejará en el edificio, pero otra vez vuelvo a negar. 

−He traído mi propio auto, padre. 

Agradezco la intención y doy por finalizado el encuentro poco productivo que tuvo esta reunión. 

Por fin llego al aeropuerto, he manejado lo más rápido posible para no retrasarme. Consigo subir al boeing 707 con rumbo a Corea del Sur. 

No me queda más que dormir 11 horas de vuelo sin escalas.

Sin interrupciones.

Sin prometido.  

Libre como debe de ser.

***

Narra Chris…

Es linda, un tanto alta y su cabello castaño es largo me pregunto ¿por qué no lo habrá cortado el mes pasado? ...Ah! Y sus ojos... son como el color de la turmalina verde. 

<<Me vuelven loco.>>

No hace falta ser un mago para saber que su saludo es uno de mala gana. La he vigilado desde hace un año y es la primera vez que la veo de esa forma.

Enojada. 

Ofrecí llevarla, pero lo ha negado. La razón es fácil, tiene un vuelo a Corea del Sur programado para las 5:00 am al igual que el mío. Compre con antelación un boleto en la misma aerolínea con el mismo destino, incluso iré al mismo hotel donde ella ha reservado un hospedaje. 

Me despido de mi padre y de los señores White, no debo llegar tarde a mi vuelo. Por lo visto sus padres no tienen ni la menor idea de que su hija deja el país. Tampoco he sabido con exactitud cuando va a regresar, pero de lo que estoy seguro es de que va a volver conmigo dentro de tres días. 

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